Capítulo 02

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"Llévame a una cita, mejor si es en nuestro aniversario".

Lisa entró al restaurante, el cual era más elegante de lo que se imaginó. Un mesero le fue indicando el camino para llegar a la mesa correspondiente, la cual estaba al aire libre, la única del lugar.

Caminó tranquila, aunque por dentro estaba demasiado emocionada, viendo cada detalle del camino hasta llegar donde estaba esperándola su novia.

Iba elegante, con su chaqueta en manos. Un vestido negro y algo corto que resaltaban sus piernas, aparte de unos tacones altos relucientes. Su pelo estaba suelto, y llegaba un ligero maquillaje. En sus labios se había puesto un bálsamo labial rojo, que hacía ver sus redondos labios relucientes de un color rojo natural.

Sonrió al verla sentada, y aunque se veía en calma, el movimiento nervioso de sus manos la delataba. La contraria al ver a la recién llegada sonrió, mostrando sus característicos dientes pequeñitos. Se levantó de su asiento para ir a besar los labios de Lisa cariñosamente. El mesero se retiró, no sin antes dejar las cartas en la mesa.

—Wow, este lugar es alucinante —habló viendo lo decorado que estaba el lugar.

El lugar era al aire libre, bajo la luz de la luna. Estaba decorado con luces en las plantas, y una vela blanca en medio de la mesa.

—Te ves hermosa —alagó Jennie, enternecida al ver los ojitos brillantes de su pareja, como un gatito pidiendo con la mirada un poquito de comida. Se acercó a Lisa, rodeando con sus brazos la cintura de esta.

Lisa pasó sus manos por el cuello de Jennie, quien estaba vestida con un elegante vestido color vino.

—Uh, eso mismo iba a decirte —juntaron sus labios besándose por un rato antes de sentarse a cenar algo.

Al momento de sentarse, Jennie echó la silla hacia atrás, dándole paso a que su acompañante se sentara. La rubia rodó los ojos por las acciones de esta, pero sin llegar a ocultar su sonrisa tímida.

La coreana se fue a su asiento, tomando la carta para empezar a elegir que comer.

La cena transcurrió tranquila y cómoda, sin dejar de conversar y compartir opiniones, pues nunca faltaba algún tema de conversación.

El mesero trajo los platos al estar listas, además de servir un poco de vino en las copas de la pareja.

Ese día, cumplían cuatro años de novias, además de dos años viviendo juntas.

Se habían conocido en una fiesta, y aunque estaban en la misma universidad, pero al estar en facultades distintas no habían cruzado caminos. Mientras que Kim estudiaba gastronomía, Manoban estudiaba composición.

Lisa rio al escuchar el pequeño accidente que tuvo Jennie en la cocina. Era la jefa del restaurante donde estaban cenando, siendo la herencia que le dejó su padre al morir. La castaña estaba dando ordenes cuando por accidente se tropezó con un mueble, cayéndose al suelo sin poder evitarlo.

—¡No te rías! Fue lo más vergonzoso que me ha pasado en el año, ¿ahora como me van a respetar los demás del restaurante? —habló avergonzada, haciendo un berrinche como una niña mostrando un mohín, que desapareció al ver a su novia reír, ¿era posible enamorarse más de alguien? Porque podía jurar que cada día se enamoraba más de aquella mujer—. Lili... —la llamó en un tono suave. Al obtener su atención, prosiguió—, hace tiempo que llevo queriendo hacer algo, pero no sabía cuando sería un buen momento, y siento que hoy es ese "buen momento" —Lisa le miró confusa, sin entender a lo que se refería.

Sintió las famosas mariposas al ver a la castaña pararse de su asiento y pararse a su lado, arrodillándose y sacando una cajita de tercio pelo negra. Abrió la caja, mostrando un lindo anillo de plata, donde en medio como una tirita había varios brillitos.

—Jennie... —al hablar, sus labios temblaron nerviosos, sin poder creer lo que estaba pasando.

—El haberte derramado bebida en tu ropa fue sin duda mi mejor accidente, aunque haya recibido muchos insultos, incluso los que ni sabía que existían. Amo cada una de tus "imperfecciones", aunque para mi no haya ninguna. Amo despertar y verte a mi lado, con tu mejilla siendo aplastada por la almohada junto con tus labios haciendo un mohín, y aunque se que te pones tímida cuando te digo lo hermosa que te ves al despertar, no puedo evitar dejártelo claro cada mañana. Quiero pasar el resto de mi vida contigo, tanto legal como sentimentalmente, siendo este anillo el primer paso ha un altar —Lisa limpió rápido una lagrima que había caído por su mejilla, las cuales estaba intentado retener—. Lalisa Manoban, ¿aceptarías casarte con esta enojona chica que está completamente enamorada de ti? —dijo nerviosa con sus ojitos brillando.

—Tonta... —murmuró riendo nerviosa y enternecida—. ¡Sí! Por supuesto que acepto casarme contigo, chica enojona —Jennie emocionada abrazó a su ahora prometida, quien correspondió el abrazo.

La castaña tomó su mano izquierda, pasando el anillo por el dedo anular de esta. Se miraron enamoradas, besándose felices.

—Feliz aniversario, cariño —habló Jennie al terminar el beso, pero sin separarse demasiado, juntando sus frentes y las puntas de sus narices.

—Feliz aniversario, amor —volvieron a juntar sus labios. En unos meses unirían sus vidas ante un juez, prometiéndose un amor sincero. No lo podían negar, estaban emocionadas porque ese día llegara pronto.

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