110 d. C; AEMOND TARGARYEN

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AEMOND TARGARYEN

"Querida Rhaenys,

Este embarazo ha sido generoso conmigo, parece que este bebé será el más calmado de mis hijos por el momento. Siento que estoy pasando por el embarazo de Helaena otra vez y honestamente lo agradezco, no creo que tener otra Rhaenyra u Aegon me hagan bien. Esos dos son más que suficiente.

¿Cómo van los preparativos para la segunda boda de Laena y Harwin? Espero que todo vaya bien, acá las cosas están algo tensas con Viserys y Daemon en el mismo lugar por más de un día, creo que mi esposo está esperando a que Daemon cometa un error para sacarlo de la Fortaleza. Pero, gracias a mis intervenciones, las planeaciones para las bodas van bien.

Te confieso que ahora me siento preocupada por la joven Alicent, está muy entregada a preparar las bodas de sus amigas, pero puedo ver el anhelo en sus ojos. ¿No tendrás algún caballero que esté interesado en contraer matrimonio? Pero que quiera vivir en la Fortaleza, no creo que ella quiera irse y dejar a sus amigas atrás.

Aegon demanda mi atención, esperaré tu respuesta.

Con cariño,

Aemma Arryn."

—¿Alguna predicción sobre la cosa que vas a dar a luz?—Daemon miró el abultado vientre de su cuñada.

—¿Algún día vas a cambiar?—ambos rieron. —Rhaenyra dice que será un niño para que Aegon tenga un compañero de juego.

—¿Ya tiene nombre?

—Viserys nombró a Aegon—el mencionado gritó en el fondo, persiguiendo una mariposa—, Rhaenyra nombró a Helaena—la niña la miró desde el regazo de su tío—, pero ninguno de ellos estaría aquí si no fuese por ti.

—¿Me estás pidiendo que lo nombre?—Daemon miró a su sobrina que levantó la cabeza para verlo—¿Escuchaste eso, Hela?

La niña de un año sonrió y aplaudió antes de extender sus manos para tocar el rostro de su tío. Una imagen que de seguro pondría en duda todo lo que se sabe de Daemon. ¿El Príncipe Canalla era un hombre suave que se derretía frente a sus sobrinos? Cualquiera que dijera eso sería tachado de loco. Aemma se sentía afortunada de poder ver la sonrisa genuina que Daemon siempre tenía para sus sobrinos, sobre todo para Helaena.

—Aemond—soltó el Príncipe sin pensarlo mucho.

—¿En serio?—Aemma levantó una ceja.

—Es un buen nombre—Helaena aplaudió otra vez—, a ella le gusta.

La peliblanca puso los ojos en blanco y pasó una mano por su vientre. Aemond, realmente era un buen nombre, solo esperaba que no fuese a seguir los pasos de su tío. Los ojos de Aemma fueron hasta Aegon que estaba arrodillado en el suelo, su ropa y mejillas llenas de tierra, el niño de tres años tenía una figura de madera en la mano y la estaba usando para hacer un agujero en la tierra. Más tarde iba a ser una pesadilla tener que quitarle toda esa tierra de encima, pero ella no quería arruinar el momento de felicidad de su hijo.

Esa noche, mientras peinaba el cabello de Aegon después de su baño, Viserys apareció con una sonrisa. Últimamente el hombre era todo sonrisas, muy similar a cuando ella estuvo embarazada de Aegon y luego de Helaena, él pensaba que era una bendición de los dioses tener a sus niños después de tantas pérdidas. Cuando terminó de cepillar el cabello de su hijo dejó que su esposo lo cargara para llevarlo a dormir. Viéndolos sentados en la cama discutiendo sobre qué historia Aegon quería escuchar antes de dormir le hizo pensar en el bebé que nacería en dos escasos meses. Aemond, su Aemond, sería el único de sus hijos que no tendría mucho peso sobre sus hombros.

Rhaenyra era la heredera, no era suya, era de la corona. Aegon era el primer hijo varón del Rey, el Príncipe del Mar Estrecho, no era suyo tampoco, era de la corona. Helaena sería la Señora de Winterfell en el futuro, la segunda hija del Rey, tampoco era suya, era de la corona.

Pero Aemond no tenía nada, era el segundo hijo varón del Rey, no sería tratado como sus hermanos. Él sería de ella, completamente, sería su niño precioso al que podría criar sin las presiones de la corona y ella se aseguraría de enseñarle a pelear para obtener lo que desea. Su hijo no sería como los otros segundos hijos que nunca llegaban a nada y vivían a la sombra de sus hermanos mayores, no, su hijo iba a destacar en todo.

—¿En qué piensas, mi amada?—Viserys preguntó en un susurro sentándose a su lado.

—Solo pensaba en Aemond—respondió ella aún metida en sus pensamientos.

—¿Aemond?—la mano de Viserys se posó sobre el vientre de su esposa sacándola por completo de sus pensamientos.

—Le pedí a Daemon que lo nombrará y Rhaenyra declaró que sería un niño—suspiró dejando caer su cabeza en el hombro de su esposo—. Solo podemos esperar a que no sea como el tío, esta familia ya tiene suficiente con un Daemon.

Viserys sonrió acariciando el vientre de su esposa, ella tenía razón, pero ver a su hermano con un niño que sea parecido a él en carácter le hacía ilusión. Aunque esa ilusión moría cuando recordaba que su hermano estaba a semanas de casarse con su preciada hija.

"Estimada prima,

Espero disculpes mi cambio de decisión, pero el problema que me impedía asistir a la boda de tu hija fue solucionado y ahora me encuentro preparando todo para partir hacia King's Landing.

También espero que todo vaya bien con tu embarazo y seas bendecida con otro bebé sano.

Firma,

Lady Jeyne Arryn, Señora del Valle."

La boda conjunta de Rhaenyra y Laena se llevaría a cabo en el septo de King's Landing en presencia de Señores y Señoras importantes de los siete reinos. En las calles todos celebraban las uniones de la Heredera y la hija de Driftmark, muchas jóvenes lamentando que el Príncipe Canalla fuese a casarse nuevamente, sobre todo porque ahora lo hacía por algo más que obligación. La boda en King's Landing solo sería para el pueblo, las bodas que importaban eran las que seguían después. Rhaenyra y Daemon se casarían bajo las tradiciones de Valyria en Dragonstone al finalizar las celebraciones en King's Landing, y Driftmark se preparaba para la boda secundaria de Laena y Harwin.

El día de la boda fueron Aemma, Rhaenys y Alicent las que prepararon a las novias, ambas jóvenes sonreían y hacían bromas entre ellas mientras eran vestidas y peinadas para ese día tan importante. Tal como su madre había llegado a lomo de Meleys a su boda, Laena quería hacerlo, pero Vhagar era demasiado grande así que se decidió que lo haría en Driftmark donde la enorme bestia si podría aterrizar sin destruir algo.

—Te ves hermosa, mi niña—Aemma sonrió mirando a su hija—, toda una belleza de Valyria.

—Debe ser porque me parezco a mi madre—Rhaenyra abrazó a su madre—. Gracias, madre.

—Lo que sea por ti, mi niña.

La ceremonia fue hermosa, tanto Rhaenyra como Laena brillaron con sus vestidos blancos y dorados. Las sonrisas y las miradas llenas de cariño y respeto mutuo no faltaron entre las parejas, cuando sellaron la unión con un beso todos aplaudieron. Por suerte Aemma decidió no llevar a Helaena porque Aegon se quejó apenas escuchó el escándalo y Viserys tuvo que cargarlo antes de que se pusiera a llorar.

En la Fortaleza se celebró con un gran banquete, entre las personas que asistieron Rickon Stark fue de los que más se mantuvieron cerca de los monarcas que ya lo consideraban parte de la familia. Lady Jeyne Arryn también se acercó a la mesa principal buscando hablar con su prima antes de que esta fuese mandada a descansar por su estado.

—Prima, te ves radiante—la Señora del Valle comentó.

—Prima, es bueno verte—Aemma la saludó con una sonrisa—. Espero que todo esté siendo de tu agrado.

—Por el momento todo es perfecto—los ojos de la mujer fueron al vientre de su prima—¿Está todo bien con tu embarazo?

—Todo de maravilla, Aemond ha sido el más tranquilo de mis hijos hasta el momento—comentó con el rostro iluminado, como siempre que hablaba de sus hijos.

—¿Un niño?

—Rhaenyra declaró que será un niño—las dos rieron levemente.

—Quizás en el futuro puedas llevarlo a conocer el Eyrie, después de todo tus hijos también son hijos del Valle.

—En cuanto lo saque de mi planearé un viaje al Valle, es momento de que Aegon y Helaena conozcan el otro lado de la familia—accedió sin pensarlo mucho.

—Estaré esperando la visita.

"Querida Rhaenys,

Viserys y Daemon no paran de hablar sobre tu reacción al embarazo de Laena, ya sabes como son, siempre saltan a la primera oportunidad de poder burlarse de las únicas primas que tienen.

Rhaenyra está más que feliz de poder ayudar a Laena y ni se diga de Alicent, esas tres hacen un trío magnífico, espero que su amistad sea duradera. Me recuerdan mucho a nosotras y a los dos brutos que tenemos por primos.

Felicidades en tu nueva vida como abuela, creo que yo tendré que esperar un par de años más porque Rhaenyra ya declaró que no tendría hijos hasta que se sintiera lista. Creo que aún teme a la cama de parto y no la culpo, no con el historial que tiene nuestra familia de perder a sus mujeres en esa cama.

Espero tu visita, por favor ven antes que nazca Aemond, me gustaría que estés aquí cuando eso pase.

Con cariño,

Aemma Arryn."

Los gritos de la Reina se escuchaban hasta los pasillos, la mujer estaba acostada en la cama de parto sosteniendo la mano de la Princesa Rhaenys que le dedicaba palabras de aliento para que siguiera pujando. Fuera de la habitación Viserys, Daemon y Rhaenyra esperaban con paciencia desde hace horas. La Reina entró en labor de parto por la noche y el sol ya había salido cuando los gritos cesaron y las puertas fueron abiertas.

Aemond llegó al mundo en silencio, cuando su hijo por fin estaba fuera de ella Aemma se preocupó al no escuchar llanto e intentó sentarse, pero Rhaenys la sostuvo impidiendo que se levantara.

—¿Qué pasa?—preguntó ella cansada, pero con ganas de ver a su hijo—¿Por qué no llora?

Entonces el llanto de un bebé rompió el silencio y ella pudo respirar con calma. Rhaenys soltó su mano y fue a hablar con los curadores antes de abrir la puerta para avisarle a su familia de la llegada del Príncipe.

—Otro niño, primo—anunció viendo a su primo—, felicidades.

Rhaenyra fue la primera en entrar, sus pies moviéndose con rapidez. La Princesa fue directo hacia la cama donde su madre era ayudada a cambiarse, un curador estaba junto a la cama con un bulto de mantas en los brazos y apenas la vio hizo una reverencia. Los ojos de Rhaenyra pudieron ver el rostro de su hermano que parecía estar durmiendo, una mata de cabellos blancos se podía ver en su cabeza y ella sonrió. Su Aemond al fin había llegado.

—Rhaenyra—su madre la llamó—, déjame verlo.

Con cuidado la Princesa recibió a su hermano y se sentó en la cama, sus ojos nunca dejando el rostro de su hermano. Detrás de ella su padre y su esposo observaban como ponía al niño en brazos de su madre, ambas sonriendo cuando Aemond se removió.

—Es hermoso—susurró Rhaenyra.

—Mmh, mi pequeño dragón silencioso—Aemma acarició la mejilla de su hijo.

Más tarde, cerca de la hora del almuerzo, Aegon y Helaena fueron llevados para que conocieran a su nuevo hermano. Helaena al ser muy pequeña no entendía mucho, pero aplaudió cuando le explicaron que era su hermano. Aegon, por su parte, se maravilló al ver a su hermano, sus ojos brillaron y sonrió comentando lo pequeño que estaba. Fue el mismo Príncipe el que escogió el huevo de su hermano, un hermoso huevo negro con motes verdes fue puesto en la cuna de Aemond.

Meses después Laena Velaryon se encontró en la cama de parto dando a luz a su primer hijo con su madre y la Reina a su lado ayudando en todo momento. Jacaerys Strong nació gritando, un escándalo muy parecido al que Aegon hizo cuando nació, el niño tenía los ojos y el cabello oscuros como su padre, pero un solo mechón blanco delataba su herencia Valyria. El huevo de Jacaerys fue escogido por Aegon que cuando conoció a su primo prometió cuidarlo siempre causando la risa de los adultos.

El primer vuelo de Aemond fue en familia, cuando cumplió los seis meses de nacido su madre se lo amarró al pecho y subió con él al lomo de Silverwing que los llevó más allá de las nubes. Ese día Aegon iba con su hermana mayor y Helaena iba amarrada al pecho de su padre. Los tres niños rieron durante todo el viaje, disfrutando de estar entre los dragones.

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NOTA:

Al fin pude terminarlo, tenía este capitulo casi listo desde hace días, pero como se había dañado mi computadora no pude terminarlo.

Por si no lo vieron en mi tablero, no podré actualizar regularmente, quizás pueda actualizar solo los fines de semana por la falta de computadora. Aunque, si logró escribir algo en la tablet quizás pueda actualizar, resignándome a que wattpad me cambie los guiones largos por los cortos.

El siguiente capitulo será el primer salto de tiempo grande en la historia, de 110 pasaremos a 113 para, por fin, contar la ejecución de Otto (celebremos), pero no se preocupen que más adelante haré capítulos para hablar de la infancia de Aegon y Helaena durante 111 y 112.

Espero les haya gustado, gracias por leer, lu.

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