0._ Prólogo

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El manto negro de la noche se encontraba en su máximo esplendor. Un rubio entraba a su departamento extremadamente agotado luego de una larga jornada de trabajo.

Para el de ojos esmeraldas, los cierres de mes en su compañía era lo que más odiaba con toda su alma, y más aún cuando tocaban en viernes. Casi con rabia se deshizo de su chaqueta y corbata, lanzándolas con desprecio sobre uno de los sofás de su sala, continuo con su camino hasta la cocina, desprendiendo uno a uno los botones de su camisa de mangas largas blanca con irritación.

Tomo una cerveza del refrigerador y volvió con paso cansado hasta la sala para echarse sobre el sofá más grande, destapo la bebida y procedió a encender su Smart TV e ingresar al Netflix; mientras buscaba algo interesante para ver, su celular sonó estridentemente desde su bolsillo.

-Ban… -murmuro al contestar el molesto aparato.

-Capi~ ¿Llegaste a casa? –pregunto del otro lado de la línea el mejor amigo del rubio con su usual voz cantarina.

-Sí y estoy molido… -suspiro al responder removiendo sus cabellos con la mano libre.

-Bien… Supongo que puedes dormir una hora antes de vernos –propuso entusiasmado.

-Ban… Hoy… -empezó a pronunciar con cansancio su negativa a la invitación pero fue atajado por su receptor.

-¡Ni se te ocurra darme el esquinazo! –exclamo provocando que el rubio alejase un poco el celular de su oído- Recién son las 10, duermes, repones algo de energía y nos vemos en hora y media en el Boar… Y no hay manera de que te escapes, logramos sacar a Zeldris de su confinamiento solitario, así que tenemos copia de las llaves de tu departamento –amenazo para luego colgar.

Un bufido escapo de los labios del agotado empresario,  se empino la botella de cerveza recién abierta para acabar rápidamente con ella. Con el cuerpo pesado se levantó del sofá, apago los aparatos y luces, para luego caminar hasta su habitación, conecto el celular al cargador, programo una alarma para una hora después y se tiró entre las frescas sabanas y almohadas a descansar lo que pudiera antes de encontrarse con sus amigos y hermano.

El molesto sonido del aparato saco al rubio de su sueño, y este harto de la insistente interrupción alargo la mano hasta el dispositivo, lo empuño fuertemente dispuesto a estrellarlo contra la pared para que no quedara nada de el. Pero recordó que ese sería el tercer celular que pereciera en manos de su ira en el mes, y aunque podía ampliamente permitirse el lujo de romper teléfonos a su antojo; el papeleo y trámites lentos que había que hacer para recuperar su memoria, contactos y línea telefónica del predecesor destrozado, era mucho más fastidioso que simplemente apagar la alarma.

Vencido por sus cavilaciones lógicas, apago la alarma, rodo en la cama hasta uno de los bordes y coloco los pies en el suelo. La sensación del frio en sus plantas desnudas lo distrajo pensando en la nada, con la mirada en un punto cualquiera de la pared frente a él, y ahora que lo pensaba, él no recordaba haberse quitado los zapatos al llegar. El ojiesmeralda divagaba en el misterio de los zapatos hasta que su celular lo saco de su hilo de pensamientos.

-¿Qué? –respondió con hastió.

-¡Capitán! No pagues tu mal humor con los demás –respondió una voz de timbre agudo por el aparato.

-King… -apremio el rubio.

-Ban me dijo que te llamara para asegurarse de que no siguieras dormido –explico.

-Gracias – respondió con un tono más cordial.

-Nos vemos en el Boar Hat… De allí pensamos que hacer –informo King.

-¿Me estás diciendo que ni siquiera hay un plan definido? –pregunto con una ceja temblando por la molestia.

-Calma capitán… -trato de apaciguar con la voz algo temblorosa- Allá acordamos que hacer…

-Bien… -acepto para luego colgar.

El de ojos esmeralda fue hasta la puerta de su armario y paso rápidamente los ganchos de ropa, sopesando sus opciones. Finalmente decidió por unos pantalones de jean algo entallados, una camisa roja de mangas largas y una corbata negra. Se dio una ducha rápida, se colocó la ropa elegida, la corbata floja, unos cuantos botones de la camisa desabrochados y las mangas dobladas hasta los codos; despeino su cabello, tomo su cartera, celular y llaves. Cerro la puerta del departamento de un portazo y tomo el elevador hasta el estacionamiento subterráneo.

Monto su convertible negro, un rugido sordo dio vida al vehículo y con rapidez salió del estacionamiento, con rumbo al bar de uno de sus amigos de la universidad.

-Hola Hawk… -saludo el rubio al pelirosa de ojos oscuros y arete en su oreja izquierda, tras la barra.

-Bienvenido Meliodas… -respondió el pelirosa- ¿Bernia?

-¡Claro! –acepto con una sonrisa.

 El joven algo bajo y de contextura  rellena, deslizo rápidamente un tarro de bebida espumosa frente al rubio.

-¿Y que planean los pecados para esta noche? –interrogo Hawk.

-Iremos de cacería… -contesto entre sorbos al tarro.

-¿Todos? –cuestiono escéptico.

-Supongo que King, Ban  y Escanor no piensan hacer mucho más que beber… -argumento Meliodas- Pero… los ojos son solteros -razono con una sonrisa ladeada y los ojos oscurecidos por la perversión de sus pensamientos.

-Eres un cerdo –insulto el pelirosa.

-No critiques… No todos podemos ser célibes como tu… -bromeo insulto- ¿Hace cuánto tu no…?

-Dos años… -atajo la pregunta con el mentón apoyado en su diestra.

-¡El maestro está a punto de volver a ser virgen! –exclamo una voz cantarina desde la entrada del bar.

Un albino alto entro al bar vestido con pantalones de cuero y una camiseta en “V” blanca con una chaqueta del mismo material del pantalón, se acercó todo sonrisas hasta el rubio de baja estatura y lo saludo dándole coscorrones, la actitud de pandillero no le duro mucho al recién llegado porque rápidamente Meliodas le doblo el brazo derecho tras la espalda, seguidamente lo tomo del cuello y lo azoto contra el suelo dejándolo tendido en las baldosas.

-Veo que sigues teniendo esa fuerza descomunal, capi~ -dijo en tono cantarín desde el suelo.

-Sate, sate, sate… -dijo sonriendo con las manos en los bolsillos- Y tú aun no aprendes a elegir tu batallas, Ban…

-¡Imbéciles! No empiecen con las suyas, me destrozaran el lugar –grito alarmado Hawk.

-¡Calma maestro! –tranquilizo el albino- ¡Sírveme algo!

Algunos minutos pasaron e ingresaron dos hombres más al recinto; uno delgado de musculatura exigua, gafas de lectura, bigote y cabellos castaño naranjo; y el otro de cabellos negros, corta estatura, ceño fruncido y musculatura marcada.

-¡Llego el hombre que se esconde por las noches porque su novia le pega! –bromeo Meliodas con los recién llegados – Y mi hermano el asocial…

-¿Y ustedes se vistieron en el mismo closet o qué? –pregunto el albino viendo ambos estilos muy parecidos, camisas mangas largas, pantalones de vestir y chaleco, lo único que variaba era el color de las combinaciones.

-No soy asocial… Solo no voy de cacería tan llamativamente como tú, Meliodas –hablo el pelinegro.

-¡Vamos Zeldris! Dinos la verdad… ¿Hace cuanto no tienes tu cama con compañía? –cuestiono Ban.

-No es tu asunto, zorro… -evito el azabache recibiendo una cerveza del pelirosa.

-¿Y tú, Escanor? ¿Merlín te soltó la soga? –provoco Ban.

-Dijo que hoy saldría de fiesta con unas amigas… -contesto el de lentes.

-¿Seguro que a esas amigas no les cuelga entre los pantalones? –se sumó Zeldris a las bromas.

-¡Eso es hermano! –coreo Meliodas.

-Las conozco, son unas chicas muy agradables…

-Yo tu no estaría tan confiado, estadísticamente las mujeres como Merlín son superiores a tu rango de conquistas dado tu apariencia poco atractiva fuera del horario de oficina –dijo una voz monótona desde la entrada del bar.

-¡No tienes por qué ser tan descortés, Gowther! –exclamo un castaño de corta estatura a su acompañante de cabellos magenta.
-¡Llegaron los que faltaban! –exclamo Ban.

-Vaya que se tardan, King, Gowther…. –“saludo” Meliodas.

El grupo de amigos con bebida en mano empezaron a discutir banalidades de su semana durante un cuarto de hora y para cuando la segunda rondas de cervezas se acabó, empezaron a planear lo que los había reunido allí.

-¿Y bien? ¿Planeamos quedarnos aquí como viejos cincuentones una tarde de domingo o vamos de caza? –cuestiono Zeldris.

-¡Y mi hermano ha hablado! –apoyo Meliodas.

-¡Lo que sea está bien! ¡Siempre y cuando tengamos alcohol y chicas guapas! –dijo Ban.

-¿Chicas? –cuestiono Gowther- ¿Qué pasa con Jerico?

-¡Me estaba asfixiando! Quería una novia, no una esposa… Le termine –resumió con una sonrisa el albino.

-Yo te gano –hablo King.

-¿Vas mal con Gerarde? –interrogo Escanor.

-Terminamos, ella estaba viendo a alguien llamado Roa o Rou… -comento King.

-No te ves afectado –acoto Zeldris.

-Supongo que esa relación estaba acabada hace mucho. No es como que quiera enredarme con cualquiera hoy, pero salir y bailar, tener una conversación tonta con alguna chica me subiría el ego…

-¿Mas alto? –interrogo el rubio.

-Casi es de la altura de Ban… -respondio con la frente azul y la cara baja.

-¡Esta decidido! ¡Vamos de putas! –exclamo Meliodas muy sonriente parándose sobre la mesa.

-¡N-no lo diga así capitán! –intervino Escanor nervioso.

-¿Al mismo lugar de siempre? –pregunto Zeldris.

-Vayamos a un lugar nuevo… -dijo Ban.

-¿Cuál? –cuestiono King.

-Hay como 54 antros en la ciudad, no podemos ir de uno en uno… -razono Gowther.

-¡Callen cerdos! –exclamo Hawk- Un amigo mío abrió un antro nuevo hace poco, se llama Wandle, dejen que le llamo, les consigo pases y la dirección.

-¡El maestro es nuestro salvador! –grito Ban.

Luego de una llamada rápida el pelirosa consiguió la dirección para sus amigos y los despidió amablemente desde la barra.

-¿No vienes, Hawk? –pregunto Meliodas.

-Hoy no…

Los amigos se subieron a sus respectivos vehículos y condujeron hasta la dirección en el centro que les facilito su amigo, al llegar a la entrada observaron la enorme fila para ingresar al lugar y se sintieron aliviados por el gran favor que les había hecho Hawk. Estacionaron algo alejados del local dado la gran cantidad de autos en las cercanías. Gowther bajo del auto de King, Ban desmonto su moto, Escanor salió de su coche estilo clásico, pero los más impactantes al descender de sus vehículos fueron Zeldris y Meliodas, ya que estos tenían deportivos último modelo extremadamente llamativos. Hombres y mujeres por igual se quedaron observando al peculiar y variado grupo, siendo liderado por Meliodas flanqueado por su hermano y Ban.

Caminaron con confianza hasta la entrada del antro y alli estaba el típico vigilante del porte de un gorila, y un joven menudo vestido por extravagantes colores moviendo una pierna con irritación viendo en todas direcciones.

-Así que esto era lo que decía Hawk de: “Lo reconocerán cuando lo vean” –comento Gowther indiscretamente.

King y Escanor silenciaron con las manos al de cabellos magenta, mientras su capitán se acercó despreocupadamente al de ropa extravagante.

-¿Wandle? –pregunto el rubio al chico impaciente.

-¡Meliodas! ¡Ya era hora, me congelaba aquí afuera! Entren… -dijo el joven con una chaqueta de cuello con plumas de color rojo, camiseta blanca con un trébol dibujado y pantalones amarillos.

El grupo siguió al joven dentro del local, mientras desde afuera se escuchaban algunos sonidos de inconformidad de las personas en la fila. Las luces de colores vibrantes y la música estridente los recibieron de manera invasiva, pero unos segundos después el grupo de amigos ya habían reajustado sus sentidos al nuevo ambiente.

-¡Bienvenidos a Taizai! –les dijo Wandle con la cara muy sonriente.

-¿Taizai? –cuestiono King

-Una forma rebuscada de decir pecado, es una palabra en desuso -contesto Gowther.

Wandle hablo con un joven en las escaleras que conectaban el pasillo de entrada con la pista de baile y juntos dirigieron a los recién llegados a un reservado estratégicamente situado cerca de unas plataformas con tubos para baile. Los chicos se sentaron en el mueble con forma de media luna con una mesa baja frente a ellos.

-Chicos, él es Cath –presento Wandle al otro joven de cabello naranjo con un mechón blanco cayendo por su frente- Sera su mesero esta noche, la cuenta es abierta hasta que salen ¡Alguna duda la consultan con Cath! –dijo retirándose nuevamente atravesando con rapidez la pista de baile medianamente llena para ser casi media noche.

-D-disculpe joven Cath –hablo Escanor con timidez- ¿Esto es un antro de stripers? –cuestiono ruborizado señalando a una plataforma con un tubo de metal pulido.

-Para nada –respondió amablemente el joven- Es para uso de los clientes, hay otros repartidos por todo el club, fue una sugerencia de las mejores amigas de Wandle, ha tenido éxito…

-¡Yo quiero conocer esas amigas! –exclamo Ban.

-Ellas vienen a veces, suelen usar el reservado a su lado… -explico- ¿Y bien que puedo servirles?

-Un servicio de cervezas, Bernia… -tomo el liderazgo Zeldris.

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Este anime/manga ha vivido en mi corazón durante mucho tiempo, y ahora que le llega su final me llene de valentía para poder escribir de el, ya que siempre sentí que no podia aportar nada a tan perfecta historia. Llego la hora de despedirlo a lo grande y por ello aquí estoy...

Un universo alterno, una realidad distinta, pero quiero transmitir todo lo que estos personajes fueron para mi durante largo tiempo con las palabras profundas que puedan escribir mis manitos.

Comparto esto con mis diosas de la actualización responsable que han llenado mis horas de hermosas fantasías con estos maravillosos personajes:

HannyaOtaku
ValyW13
-___YellowElizabeth-

Besos y abrazos.
Mia_Gnzlz

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