Seungmin estaba terminando de acomodar un par de libros en su respectivos lugares, sintiéndose ese día un tanto fatigado. El trabajo había salido bien, Minho y él habían obtenido una nota alta por el trabajo que realizaron el día anterior, pero su descanso estaba tan mal que en ese momento se encontraba a nada de acostarse en esos sillones de lectura y dormirse, sabía que a esa hora nadie iría a molestarlo por lo que sonaba tentadora esa idea.

Su mal sueño se debía a lo mucho que se encontraba sobrepensando los acontecimientos del último tiempo. Encontrarse a Hyunjin siendo compañero y amigo de Minho, siendo este su compañero de trabajo y que, además de todo ello, habían coincidido en que trabajaban para aquel restaurante donde tanto había pedido de comer con la excusa de ver a cierto repartidor, todo parecía una mala broma.

Se sentía tan tenso con Hyunjin alrededor, robándole toda la racionalidad con tan solo verlo y sentirlo cerca, pero no negaba que había sido grato verlo tontear en la sala mientras estaba trabajando con Minho, riéndose de sus pequeñas bromas y despistes. Pero tan pronto como salió de aquel departamento y se dirigió al suyo, sintió una inexplicable soledad a pesar de tener a minsoo a su lado mientras se recostaba en su sillón.

No había dormido mucho, se le había pasado la alarma para levantarse y llegó por unos minutos tarde a su primera clase, haciendo molestar al profesor. Después de usarlo como ejemplo y exponerlo frente a toda la clase, siguió dando el tema y sus demás clases transcurrieron con normalidad, hasta ahora que se encontraba en la biblioteca universitaria haciendo las mismas tareas de siempre en espera que la hora de salida diera en el reloj.

Escuchó un grupo de chicos entrar, haciendo demasiado ruido para su gusto, por lo que apretó el libro que se encontraba entre sus manos antes de colocarlo con demasiada fuerza en su lugar, empujando por accidente el libro que estaba al otro extremo y haciendo que cayera con un ruido amortiguado por otro golpe, cayendo sobre la persona que estaba arrodillado en las filas de abajo directamente en su cabeza.

—Maldición.—Se escuchó un siseo del otro lado, haciendo que Seungmin abriera los ojos alarmados.

El castaño se precipitó asustado al otro lado del estante, tratando de auxiliarlo.—¡Perdón! Fue mi culpa por completo, no pensaba que pudiera caer.

Cuando se arrodilló para recoger el libro y verificar que la persona que había golpeado se encontraba bien, casi cayó sobre su trasero al reconocerlo.

—Tú...—Seungmin se quedó sin palabras mientras veía a Hyunjin frotar la parte donde recibió el golpe.

—Nos volvemos a ver, Seungmin.—Sonrió con cierto deje de dolor, levantándose de donde se encontraba.

Hyunjin tendió su mano en su dirección, ayudándolo a levantarse. El tacto no duró demasiado, pero si lo suficiente como para que la piel donde había sido tocado hormigueara ante la falta de tacto del contrario de forma repentina. Observó como el menor llevaba dos libros debajo de su brazo, estando en la parte de los estantes de artes, sorprendiéndolo ante su repentina visita.

—Realmente lo siento, no quería golpearte con el libro.—Murmuró con pena, aferrando el libro contra su pecho.

—Está bien, no tienes porqué seguir disculpándote.—Le ofreció una sonrisa sincera.—Todos los días uno puede ser golpeado por un libro, estoy bien.

Seungmin se limitó a soltar una pequeña carcajada, pasando su mano sobre la base de su cuello.—No esperaba verte por aquí, jamás te he visto.

—No vengo a menudo por acá, solo que hoy requería un poco de ayuda de estos libros.—Señaló le estante a un lado suyo.—¿Sueles estar aquí?

Asintió.—Cumplo mi servicio aquí, y de paso puedo estudiar en mis ratos libres mientras no esté acomodando libros, atendiendo en el mostrador o limpiando las áreas de lectura.

Hyunjin asintió con interés.—Este parece un lugar perfecto para ti.

—¿A qué te refieres?—Frunció el ceño, un tanto curioso.

—Bueno, todo este lugar grita a ti, ¿Sabes? Un lugar tranquilo, silencioso y acogedor. Realmente este lugar es para ti, es perfecto.

No supo qué contestar ante ello, desviando la mirada mientras el contrario asimilaba sus propias palabras, ¿Qué era lo que había dicho? No era que sonaba como algún insulto, solo era sincero. La biblioteca parecía un lugar ideal para desenvolverse en Seungmin, ante las pocas veces que han podido coincidir, parecía el más indicado.

—Tengo que seguir acomodando, pero una vez más me disculpo por el libro.—Sonrió apenado, empezando a retroceder.

—Está bien, nos vemos.—Agitó su mano en su dirección, despidiéndose con una mirada amable.

Seungmin se alejó de manera rápida del lugar, chocando con un carrito para depositar los libros y sacándole un quejido de dolor antes de seguir alejándose de ahí. Hyunjin estaba entre fruncir el ceño por el golpe o sonreír al verlo tan nervioso, casi corriendo lejos de ahí. No negaría que el golpe dolía demasiado en su cabeza, pero tampoco negaría que había sido gratificante verlo de manera inesperada en aquel lugar.

¿Quién pensaría que gracias a unos libros de artes podría volver a encontrarlo? Y sin proponérselo, saber aunque sea un poco más de él.