Capítulo 3

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Capítulo 3



La chica me ha gustado.

Lili era encantadora.

Era inocente.

Era tranquila.

Hacia despertar algo extraño en mi interior que nadie lo había hecho... ¿Será especial? No creo que me haya enamorado... no creo en él amor, además lo que ella me despierta es distinto realmente es algo perturbador de lo que no me gusta pensarlo tanto, porque creo que terminare enloqueciendo y se acabara todo lo que forma parte de mí.

Ella me había dejado en la puerta de mis enormes apartamentos e habíamos intercambiado números telefónicos.

Le iba a mandar un mensaje estaba claro pero ella me había visto en las peores condiciones que podía estar.

Qué bueno que no había llegado a orinarme encima porque si no, creo que Lily me responda los mensajes que le envié.

¿Quería meterla en problemas? Yo era un problema... Thomas me conocía realmente, conocía que había nacido dentro de la generación degenerada a la que los adultos no entendían... según ellos nos arruinábamos la vida solos.

Yo siempre pienso que desde pequeño me llamaba la atención la vida de afuera, la vida descontrolada, la vida con personas difíciles con droga y con alcohol, y muchos peligros más que no pienso decirlos.

Había algo en mi mente que no estaba bien... algo que me tenía pensando hace mucho y quería descubrirlo pero no se... no puedo descubrirlo realmente.

Cuando Lili me dejó en mi apartamento, tuve que hacer un gran esfuerzo para no caerme... vomite a la entrada, pero no entiendo que es lo que me hizo mal... ¿El alcohol? Siempre tenía ganas de vomitar después de un día estresante. Digo esa palabra fenomenal porque hoy hice demasiado... me drogue con lo que encontré, bebí demasiado, deje que Thomas me manosee para dejar con confianza mi trabajo y la discusión con la señora insoportable que supuestamente era mi madre.

Cuando subía en él ascensor la vista me daba vueltas y se me nublaba lo cual me preocupaba... me preocupaba tanto que creí que iba a caerme al suelo y ese era el problema. Cuando me caía al piso no podía levantarme.

—Dios ilumina me para no caerme...

Me sostuve con los ojos cerrados y sentía que mi piel quemaba realmente mi piel estaba quemando y él dolor de mi cabeza aumentaba.

Necesito un vaso de agua.

Y una cama.

Cuando subí al piso nueve donde vivía yo, lo cual, era él último comencé a caminar lo más antes posible para que nadie me vea en este estado.

Habitación trece. Saque las llaves mientras sentía sonar el teléfono... ¿Quién llamaría a esta hora?

Thomas.

Me encerré en mi habitación y me deje caer en la cama mientras continuamente sentía él tono de llamada con esa canción de la cantante Lana Del Rey que todo el tiempo resuena en mi cabeza.

No me importa quien llamé...

Solo quiero dormir y pensar en la sensación que me produjo ver a Lily y a ese gato ahogándose.

Me desperté y de solo ver la ventana me di cuenta que era un día nublado. Mis días favoritos. Realmente tenía un poco de mal estar en la cabeza y me dolían un poco los músculos pero estaba bien, tenía que comenzar un nuevo día. Ir a la agencia de modelos, hacer presencia, tomar algunas fotos para mi instagram.

No era obligatorio para otra persona publicar una foto en esa red social famosa pero para mí si era obligatorio porque me han dicho muchísimas veces que yo trabajo con la imagen y las personas que trabajan con la imagen tienen que publicar todos los días, por lo tanto, debo hacerlo.

Trabajar con la imagen a veces es duro. Todos los putos días de mi vida tenía que lucir bien si no te retaban porque los medios empezaban a hablar mal de ti. Entonces mis días a veces se hacen difíciles... porque a veces consumo mucho más droga de lo pensado, entonces al día siguiente luzco un asco y es difícil poner la fuerza de voluntad y prepararse para un desfile de modas.

Me levante y me figura se dirigió al espejo enorme que tenía en él baño. La actividad siguiente era mirarme en él espejo y analizarme. Lucía un asco... un verdadero asco.

Mis ojos debajo tenían ojeras, estaban brillosos, y mi pelo estaba alborotado, realmente

—Que mierda.

Mi voz salió ronca.

La droga no la podía dejar, era algo que empecé desde pequeño y no iba a dejarlo por ser un estúpido modelo.

Le agradezco a dios por darme él don de la belleza, que me ayuda a poder ser modelo y no tener que encerrarme en un instituto varias horas de mi vida, a escuchar a personas que tenían muchos estudios y hablaban fantásticamente lo cual daba un poco de envidia.

Mi mente no tenía tiempo para eso, necesitaba algo más, necesitaba ser reconocido como lo era ahora, que todas las chicas jóvenes del mundo estén enamoradas de mi (aun así sin conocerme) y que los otros me tomen como un ejemplo a seguir de a la moda... yo no doy ningún ejemplo a seguir solo hago que la gente crea eso.

Y lo cree bien porque a veces las personas creen lo que quieren.

Me tome un calmante para que se me pasará ese dolor de cabeza insoportable y me quede sentando un rato en la cama tomando un té de manzanilla.

No sé qué iba a ser conmigo me estaba descontrolando y no podía porque no eran una persona normal. Thomas de seguro estaría muy enojado conmigo porque me fui sin decirle nada y ni siquiera fui capaz de mandarle un mensaje, pero ya se... le hablaría y le diría que la droga me pego de una manera tan fuerte que no tuve tiempo de ni pensar y que sólo me tire a la cama a descansar.

Buena excusa.

Magnífica mentira.

De Lili ni siquiera le hablaría y creo que a nadie le diría nada sobre ella... es muy arriesgado andar contando que quiero tener una pequeña fantasía con una mujer y nada más. Todos los medios contaminadores de cabezas tontas e inexpertas creerían que estoy saliendo con esa chica lo cual lo que yo quiero no es tener novia si no... no sé porque tampoco es sexo, mirarla me produce algo extraño.

¿Me estoy volviendo loco? Desde que empecé a pensar sobre lo del gato me siento raro, no sé qué me está pasando.

Debería hablar con un psicólogo. No mentira, odio a los psiquiatras me ponen los pelos de punta, recuerdo cuando la estúpida de mi madre me mando a una psiquiatra de pequeño y yo ante eso no podía decirle nada porque era menor de edad...

Solo recuerdo esto:

— ¡No quiero ir mamá!

—No quiero oír más tus quejas...

—Ellas hacen muchas preguntas a las que no quiero responder.

—Pues vas a tener que responder.

Me fulminaba con la mirada y fui a cuando rompí a llorar... pero yo sabía que lo mío era puro teatro no estaba llorando de verdad.

Yo nunca lloraba de verdad.

Me aguantaba todo lo que viniera.

Mi madre me tomo de los pelos, arrastrándome hasta mi habitación y me tiro allí, entonces ahí fue cuando un pequeño niño inocente se enojó mucho. Tenía ganas de que su Mami en ese momento se muera, entonces lo pronuncie en voz alta.

—Ojala te mueras, mama.

Y luego comencé a reírme con furia y ganas.

Él problema era uno yo en ese momento no tenía miedo de las preguntas o que vaya a pasar con la psicóloga tenía miedo de que ella realmente descubriera en profundidad mi mente... no quería terminar en un psiquiátrico de alta complejidad por siempre.

Todo era siempre igual... yo me sentía igual la vida se había cansado de mi... y mi mente También.

Me miré al espejo.

Stanley... estaba mirando su reflejo ahora. Tenía que verse bien para poder ir a la agencia de modelaje y no lucir como una mierda si no se quedaría sin él puto trabajo.

Tome la plancha que tenía en él cajón y comencé a alisarme el pelo para que me quedara hasta los hombros de largo.

Él azul se notaba más cuando lo dejaba lacio y luego de dedicarme al pelo, pase al rostro para marcarme los ojos con delineador negro.

Luego me puse los lentes de contacto color celeste hoy tenía que tener ese color en mis ojos y entonces empecé por la base del rostro.

Una demasiado blanca para mi tono de piel, porque si no quedaba colorada como un tomate. Eso lo sé por experiencias que he tenido con mi maquilladora que me usaba como conejillo de indias con sus productos exportados de China.

Estúpida.

Estúpidos todos los que abusan de mi imagen. Cuando tenía la edad de dieciséis años no creí que ser modelo, les daría derecho a dirigirte la vida... tanto que eran capaces de elegirte novia, lo cual eso me saca de quicio.

Lo único bueno que puedo rescatar es que te pagan bien por cada sección de fotos, te dan mucho dinero cuando desfilas en uno de esos desfiles de lujo e idiotas.

Estoy tan deshecho.

Mi vida es tan agotadora que a veces me siento extraño en todos sus perfectos mundos. A veces me siento en otro mundo en él que sólo lo forman personas extrañas como yo. Y todavía no sé si existen esas personas.

Mordí mi labio y deje de pensar tanto porque ya se me estaba haciendo tarde para pensar tenía trabajo y no iba a dejarlo.

Tomé un bolso que tenía para guardar mis cosas, tome la llave de mi apartamento y cerré la puerta cuando salí, claro.

Veo que alguien dudoso esta fuera de mi apartamento pero cuando quiero aclarar mi vista, sólo hago que esa persona se vaya más lejos de mí. Cómo no tenía ganas ni tiempo de jugar alguien los juegos, caminé hacia el ascensor recordando mi penoso estado de ayer.

Era una de las tantas veces que salía y me drogaba que no me sorprendió.

Últimamente las cosas me dan igual.

Eso es algo que me llama la atención.

Al llegar a la prestigiosa agencia de modelaje me encuentro con una reunión bastante importante de la cual me la estoy perdiendo.

—Hola, hola — Exclamó — ¿De qué me perdí?

—Llegas tarde, perra.

Esa fue Summer.

—Por eso eres mi favorita.

Le sonreí con mi mejor sonrisa y cuando Thomas me vio, se apartó de todos para dedicarme una mirada de admiración.

—Qué bueno que has venido.

Sonreí.

—Creí que estarías enojado...

Dije con sarcasmo, lo cual enseguida reacciono y me tomo del brazo.

—No digas nada.

Lo mire a los ojos y aparte mi brazo. Habían personas, no quería que se enteren de la basura que era, pero yo debía seguirle el juego porque si no me quedaría sin empleo.

—Continúen en lo que estaban...

Dije para no llamar la atención, pero eso era imposible, yo a donde iba llamaba la atención, todos terminaban fijándose en mí, aunque a muchas personas les molestan cuando una persona llama la atención, la llama, no hay nada que hacer.

Acomode un poco mi pelo, puse el rostro serio y me hice el que me importaba porque todos estaban reunidos.

Un hombre con un traje y calvo se acercó y se aclaró la garganta.

—El desfile de modas se llevara a cabo este sábado...

— ¿Ya este sábado?

Pregunto Summer.

—Sí, querida.

—Que estresante.

Comento y se acomodó un poco su pelo con su mano, actitud de diva que nunca le faltaba.

Habían personas que no eran de aquí, se ve que solo vinieron a lo reunión para informar que había uno de esos importantes desfiles de moda, en la que todos teníamos que participar.

Y más la agencia Y & Y que es una de las más importantes de todo el mundo. Siempre pienso que Thomas tuvo tanto éxito con esta agencia, por el tipo de moda y de fotos que emplea.

El me irrita, pero tiene su originalidad. No todos podemos lograr una foto tan llamativa por donde la mires, como el ocasiona a todo el mundo.

Y&Y es reconocida por la curiosidad de las personas.

Todos quedan impactados de cómo somos vestidos para una foto y el tipo de fotografía que salen en esas revistas tan exóticas y nuevas para todo el mundo que incluso puedes quedártela mirando durante minutos.

—No se preocupe, Edward... Tendremos todo organizado este sábado, para que el desfile que ustedes quieren se lleve a cabo...

El siempre quedaba bien con los demás.

Con sus modelos, nunca.

Sonrió falsamente, y muchos de nosotros intercambiamos miradas, como dando a entender que esto acabaría de esta forma todo.

Summer se acercó a mí y me miro de arriba abajo.

— ¿Qué te pasa a ti hoy?

—No sé porque dices esto, estoy de mil maravillas... querida Summer.

—Luces como la mierda...

—Uy siempre siendo tan dulce...

—Claro.

—Luzco muy bien y eso te da celos a ti...

— ¿Celos?

Pregunta irónicamente y luego sonreí para mostrarme que hoy ha ido al dentista y se ha blanqueado todos los dientes.

—Si, como la otra vez en la sección de fotos que hicimos...

—Eso no fueron celos... Yo no tengo celos porque todos me tienen celos a mí...

—Ya...

—Tú no sabes la envidia por la que atravieso todos los días.

Está bien que hay que quererse a uno mismo, que hay que querer tu cuerpo, tu aspecto, pero la verdad que esta mujer se pasa queriéndose... a un límite que creo que las personas no lo soportamos.

Las personas que estaban al lado nuestro se fueron dispersando, porque creo que se terminó la reunión.

Yo ya había entendido que teníamos un modelaje importante en unos días de estos, con gente de otros países y todas esas cosas. No era la primera vez que pasaba aquí, pero Thomas se tomaba las cosas muy en serio... en cambio yo no, creo que a veces hay que tomarte las cosas de en serio y prestarles un poco de la atención. Pero algo en mi cuerpo me estaba molestando y no sé qué era, no podía descubrirlo... realmente, lo cual no me dejaba concentrarme en que tenía que brillar en ese evento próximo.

Mi madre no me envió mensajes...

No me llamo...

Ya no se preguntó por mi... ¿Fui tan malo con ella que le lastime el corazón e hice que borrara todo lo único que quedaba entre nosotros dos?

Ella nunca me quiso como un verdadero hijo, entonces a mi ahora no se me da la gana quererla como madre.

—Bien por ti, Summer.

—Es que tú no entiendes...

— ¡Exacto! Tienes razón, no entiendo y no me interesa hacerlo...

Vi aproximarse a Thomas y no tenía ganas de discutir con él, así que me volví a la modelo creída que tenía ante mí...

—Así que adiós...

—Como quieras...

Me aleje a toda prisa sin mirar hacia atrás, pero mucho no pude caminar hacia adelante porque sentí su mano jalar mi brazo, rápido y fuerte.

—Thomas...

— ¿A dónde mierda te fuiste ayer anoche?

—Me fui de tu casa...

—Sabes que no puedes salir en esas condiciones...

— ¿Qué, condiciones?

—En la que estabas...

—Estaba bien...

—Bien drogado...

Me miro con los ojos abiertos y luego de una mesa, cogió el diario y me lo estampo en medio de mi cara.

— ¿Qué?

Solo veía el diario en blanco y negro... y muchas, muchas letras.

—Lee...

—Sabes que me cuesta leer...

—Stanley.

Dijo con un tono serio que lo implementaba cada vez que se enojaba conmigo demasiado.

Suspire y le saque el diario en las manos.

¡Oh por dios! En el diario estaba Lili... la chica encantadora que había conocido ayer por la noche...

Y al lado estaba yo.

Con un aspecto terrible que cuando vi esa imagen, casi me desmayo del disgusto...

—Pero que mierda...

Me habían encontrado paparazzi ayer por la noche y me habían tomado fotos con Lili creyendo que era mi nueva novia.

La verdad que apenas la había conocido en el momento y... y... nada más. Aunque haya sentido algo especial por ella, ese no era el punto, nosotros no éramos nada más que dos perfectos, desconocidos.

— ¿Quién es ella?

—Nadie.

— ¿Cómo que nadie?

—No recuerdo...

— ¡Eso es porque te drogaste y saliste de mi casa!

Paso al lado mío, Rubí, la asistente de la agencia de modelajes y creo que escucho todo porque la cara que tenía era realmente impresionante.

—Thomas no grites...

—Stanley me haces enojar...

—Tranquilo.

— ¿Qué vas a decirle a tu puta novia?

Oh...

Creo que la había olvidado.

Me consideraba un ser tan frio, aislado, helado, solitario, que ni siquiera me había acordado del rostro de mi novia...

Podía haber pensado todo acerca de que le diré a la prensa, que le diré a mis fans por instragram, que le diré a todos... menos a ella.

Realmente esa novia que tenía, solo era un objeto que usaba... si eso era, para dar una buena imagen.

"Stanley tiene una hermosa novia y bueno como lógica creemos que le será fiel..." toda la gente pensara.

Y pensaba.

Cada vez que publicaba una foto con ella en Instagram para seguir actuando y fingiendo que estaba todo bien, veía los comentarios de las personas...

Me encontré con un comentario de una pequeña chica que decía lo siguiente:

"¡Que hermosa pareja que hacen...! Cada vez que los veo se me llenan los ojos de lágrimas, y me hacen pensar que ustedes dos realmente son felices juntos, no hay nada en el mundo que pueda decir que esta relación no significa nada para ustedes, se aman mucho y no lo dudo un minuto de mi vida. Vivo por su amor..."

Que apenado que estaba después de leerlo.

Yo no soy feliz con ella.

Esta relación no significa nada para mí.

No la amo.

Y no hay amor aquí.

—No sé qué le diré...pero te apuesto que ella no se enoja.

—Ahora todos estarán diciendo que la engañas...

—Bueno, sí.

Se cruzó de brazos, molesto.

—Nadie tiene la culpa...

—Sí, tu por irte...

—Tú también por no trabar las puertas...

—Yo que sabía...

Lo interrumpo.

—Estaba drogado...

Me miro unos segundos y luego asintió con la cabeza porque tenía la razón, los dos no supimos que hacer con una situación de esa forma.

Siempre de todas formas lo terminaba convenciendo para que nuestras discusiones terminen.

Luego me acaricio la mano un poco y disimulaste, aunque no tenemos nada que ocultar, yo no tengo nada con Thomas...

—Hablare y diré que es una amiga...

—Es que creo que quedamos como amigos...

— ¿No era que no recordabas?

—Solo recuerdo que me llevo a mi casa...y nada más, no hemos hecho nada de nada...

Hizo una pausa con el rostro serio.

—Habla con tu novia...

Asentí.

Y luego se fue dejándome completamente solo en medio de la agencia de modelaje, donde todos se movían porque estaban trabajando...

Miraba en mi celular, el número de teléfono de Lili...

¿La llamo o no?

Me sobresalto el sonido de la puerta abrirse y me entero que en ella estaba mi novia con su típica cara seria.

Llevaba el pelo castaño y lacio, suelto y unos tacos con un pantalón ancho y hasta la cintura.

Moje mis labios y ni siquiera la mire lo suficiente para que no se dé cuenta que realmente no tenía ganas de hablarle, ni verla, hoy.

Hace un año que no la toco... que no me acuesto con ella y no estoy arrepentido de que sea de esa manera.

—Hola Stanley.

—Hola...

—He visto la noticia en el diario...

Levante una ceja y negué con la cabeza. Se me formo un nudo en la garganta del solo hecho que ya la fotografía estaba siendo vista por varias personas... y de seguro en las noticias de los famosos, en las revistas, en todas esas cosas mediáticas que buscan la atención de pobres adolescentes de seguro salieron...

—Ella solo me ayudo porque estaba alcoholizado...

—Si.

—Nada más.

—Ok.

— ¿No estas enojada?

—No.

Dejo su pequeña cartera de un rojo fuerte en la silla de mi apartamento. Ella casi nunca se enojaba por noticias como esas.

Tomo un mechón de pelo y lo enredo con uno de sus dedos, llenos de anillos. Su boca estaba mojada con su propia saliva... y puedo decir que hoy su boca está más hinchada de lo habitual.

No es por ser malo, pero la operación para darle más forma a sus labios, le había quedado fatal, sería más bonita sin esa operación.

—Nunca me enfado.

—No...

—Por esas cosas torpes...

Largo una carcajada y yo sonreí.

En realidad ella no se enoja, no porque me quiere mucho si no porque no le conviene, perder su trabajo tan fácil y tan tranquilo no es nada lindo. Más si no tienes que hacer nada... solo fingir que amas a una persona, que ni siquiera te acuestas.

— ¿Quieres un cigarrillo?

Me pregunto cambiando de tema.

—Claro, princesa.

Los saco y me di cuenta que cuando me lo dio no era un cigarrillo común, si no que era de marihuana... mis favoritos.

Lana sabía satisfacerme bien y no hablo del sexo. 

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