Helery

El sudor caía por mi frente hasta perderse en mi cuello, mi cabeza dolía con mucha intensidad, haciendo que cerrara mis ojos con fuerza, mis manos se aferraban fuertemente a cada lado de mi cabeza, tratando de aliviar un poco el dolor, pero era inútil, sentía como si muchos elefantes hubieran pasado por mi cuerpo, quebrando cada uno de mis huesos sin piedad o descaro. Hacia algunos minutos había despertado, pero mi despertar no había sido algo normal, me había levando con un dolor intenso en mi ser, después de haber tenido una pesadilla algo escalofriante, donde había una guerra sin final aparente.

Decidí levantarme de la cama para ir a la cocina y tomar alguna pastilla, era fin de semana y agradecía el hecho de que no tuviera que ir a trabajar, ya que no sabría cómo lo haría sin llorar del dolor. Mientras bajaba hacia la cocina, escuché mi celular sonar en la habitación, pero sencillamente lo ignoré y seguí con mi camino, al llegar, tomé un vaso con agua y una pastilla, la cual me ayudaría con el dolor de cabeza y el dolor que sentía en mi cuerpo, una vez que terminé, subí nuevamente a mi habitación y el celular sonó de nuevo, así que esta vez contesté.

—¿Qué ocurre Lance? —pregunté frustrada.

—Vaya, parece que no te alegra escucharme. —respondió fungiendo dolor.

—No es eso, es solo que desperté con dolor de cabeza y estoy un poco estresada. —informé mientras frotaba mi frente.

—¿Tuviste una pesadilla? —preguntó después de un momento.

—¿Cómo sabes eso? —cuestioné sintiendo un escalofrío por mi cuerpo.

—Necesito hablar contigo, ven a mi casa, Mónica no está. —dijo para luego colgar.

Quité el celular de mi oído y lo miré, realmente era la voz de Lance la que me había invitado a su casa, pero por alguna extraña razón, no se escuchaba como él y nuevamente sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, como si algo me avisara que estaba a punto de pasar algo muy malo, pero aun así, decidí ir a la casa de Lance y averiguar lo que estaba pasando. Salí de mi casa después de organizarme, tomé las llaves del auto y me dispuse a conducir a su casa.

Las calles estaban vacías y no había nadie al rededor, como si estuviéramos en pandemia o en un toque de queda, lo cual me pareció bastante raro, pues era fin de semana y era muy normal que las calles estuvieran infestadas de personas por doquier. Al final decidí ignorar todo eso y empecé a manejar guiada por el GPS, debido a las calles vacías y la falta de tránsito, pude llegar rápidamente. Salí del auto, me recosté en él y llamé a Lance, pero no contestaba, a cambio de eso recibí un mensaje de texto "Entra, te tengo una sorpresa" me pareció extraño, pero aún así entré.

—¡¿Lance?! —llamé al entrar a la casa y cerrar la puerta tras de mí.

—Estoy en la cocina, ven. —respondió.

Suspiré aliviada y empecé a caminar hacia la cocina, pero al llegar, tuve que impedir gritar al ver lo que había en la cocina; el suelo estaba lleno de tierra y hojas secas, el lavaplatos tenía platos sucios los cuales estaban rodeados de moscas y en la mesa del comedor, había un cerdo podrido, el cual desprendía un olor asqueroso, su piel estaba lleno de gusanos y hongos, pero por alguna extraña razón, el cerdo aún respiraba, como si estuviera vivo y sufriendo.

Rápidamente di media vuelta y me dispuse a salir, pero me llevé una gran sorpresa al ver la sala por la que había entrado, pues el lugar lindo y aseado, ahora se había convertido en una casa vieja y sucia, la cual tenía unos muebles sucios y manchados por fluidos extraños, en la mesa había un cenicero lleno de cigarrillos y habían moscas por todas partes. Nuevamente corrí hacía la puerta, pero ésta estaba cerrada, así que miré por la ventana y me di cuenta que no estaba en la casa de Lance, pues afuera no estaban las calles de la ciudad, si no un bosque oscuro y tenebroso.

—¿Cómo llegué aquí? —me pregunté a mi misma para luego recibir un golpe en la cabeza y caer inconsciente.

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Mi cabeza dolía nuevamente, traté de tocarla con mis manos, pero estas estaban atadas atrás de mí, traté de levantarme, pero mis pies también estaban atados, mi boca tenía un pedazo de tela la cual me impedía hablar o gritar y mis ojos estaban tapados por una venda. Rápidamente empecé a alterarme, pues al parecer había caído en una trampa ¿Pero de quién y por qué? Nada tenía sentido, estaba segura que esa era la voz de Lance, pero también estaba segura que ese no era él ¿Acaso era un cambia formas? Pero se suponía que la bruja y su hija eran las únicas que tenían esos poderes ¿Qué estaba ocurriendo?

—Tranquila querida hermana, yo responderé todas esas preguntas.

😱😱😱😱😱
¡Pero qué mierd@!

Si desean una dedicación, digan YO aquí.