Capítulo Trigésimo Sexto

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Helery

19 de marzo.

El día tan inesperado y a la vez tan caótico, había llegado, la celebración del cumpleaños de Lance estaba sobre mis manos. Lance se encontraba en la oficina arreglando unos papeles, mientras que yo me encontraba en la casa organizando todo, ya que no había ido a la oficina, con la excusa de que me sentía mal, para mi suerte Lance no preguntó nada más, ni siquiera me recordó que era su cumpleaños, probablemente haya pensado que lo había olvidado, pero realmente no era así, tenía todo planeado y todo debía salir bien.

En mis manos tenía la prueba de embarazo positiva, tenía unos zapatitos blancos, ya que no sabía aún el sexo del bebé y una cajita pequeña donde iría todo, con una nota que decía "Vas a ser papá" realmente todo era muy cursi y tonto, pero quería que todo saliera perfecto, aunque por dentro me estuviera muriendo del miedo, al pensar que tal vez, solo tal vez, aquel bebé que esperaba, no era de él.

—Helery. —una voz masculina me saco de mis pensamientos.

—Kurt, creí que no vendrías. —dije con una sonrisa.

—Todo lo bueno se hace esperar. —respondió con voz alardeante.

—Tú nunca cambias. —susurré con una risa burlona.

—¿Por qué habría de hacerlo? La locura nos hace únicos, ser cuerdos es algo del montón, no seas del montón. —pronunció con superioridad.

Abrí mis ojos ante sus palabras, sorprendida por lo dicho, pero de cierto modo, tenía razón. Ser alguien del montón nos obliga a permanecer bajo la sombra de alguien más. Ser diferente, nos hace sobre salir ante los demás, llamando la atención de aquellos que buscan algo fuera de lo común. Después de aquella motivadora escena, Kurt me ayudó a organizar los últimos detalles de la fiesta, como globos, serpentinas, la música y los invitados, los cuales serían los familiares de Lance, ya que yo no tenía amigos o familiares y aunque de cierto modo me ponía triste, me sentía orgullosa de tener a Lance a mi lado, aunque viviera con el temor de perderlo así como perdí a Lecuim, mi hermoso gato dulce.

Todo estaba listo, los invitados habían llegado, la fiesta ya estaba lista, la comida estaba perfecta y solo faltaba algo, la llegada de Lance. Pasaron algunas horas y al fin pudimos sentir la llave en la puerta, dando la señal de que Lance había llegado, rápidamente apagué las luces y nos escondimos, Lance entró sorprendido por la oscuridad, pero todas sus dudas fueron desapareciendo cuando al encender la energía, todos salimos de nuestro escondite. 

—¡Sorpresa! —gritamos al unísono logrando una sonrisa en Lance.

—¿Qué significa todo esto? —cuestionó aún sin entender.

—Estamos celebrando tu cumpleaños. —recordó Kurt— ¿No te alegra?

—La verdad estaba pensando en pasar una noche romántica con mi novia. —informó, haciendo que todos en el lugar se sintieran incómodos— ¡Estaba bromeando! Claro que me alegra tenerlos aquí.

—¡Eres un imbécil! —exclamó Kurt con felicidad.

La fiesta había empezado, el señor Worthington estaba feliz de estar con nosotros, pues según él, su hijo había encontrado a una buena mujer para su vida, al escuchar eso, no pude evitar sonrojarme, ya que aún no me creía todo lo que estaba pasando. Las horas fueron pasando una detrás de otra, los invitados estaban un poco tomados, Kurt había desaparecido junto a una de las invitadas, así que al final decidí que la sorpresa se la daría solamente a Lance.

Llevé a Lance al balcón, donde se podía observar una hermosa luna llena, haciéndome recordar las fiestas de la luna llena, a las que había dejado de asistir hace mucho tiempo. Después de conversar por unos minutos, saqué la pequeña caja y se la entregué a Lance sin decir nada, él me miró con curiosidad, así que rápidamente abrió la caja y al observar el interior, abrió los ojos grandemente y luego me miró.

—Feliz cumpleaños Lance. —susurré sintiendo las lágrimas bajar por mi rostro.

—¿Es enserio? —dudó aún sorprendido.

—Sí. —confirmé. Rápidamente me envolvió en sus brazos dándome un fuerte abrazo.

—Me haces el hombre más feliz del mundo. —comentó, haciendo que rompiera en llanto— ¿Por qué lloras? —preguntó mirándome fijamente.

—Temo que el bebé que estoy esperando sea causa de aquella trágica noche. —respondí recordando la noche en la que me violaron.

—Escúchame Helery. —mustitó— no importa si el bebé es de esa noche, sea como sea, lo voy a criar como mi hijo y lo voy a amar tanto como te amo a ti. 

—Gracias. —agradecí en un murmullo.

—Te amo Helery y me haces el hombre más feliz del mundo. —confesó.

—Yo también te amo Lance. —informé, luego nuestros labios se unieron en un beso lleno de amor y felicidad, después de todo ¿Que podría salir mal?

Gracias por leer.

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