Juego sucio

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El estrés lo consumía. Quería deshacerse del maldito examen de una vez. Era la primera vez que no estudiaba una mierda. Se la había pasado ensimismado en su campaña. Y es que, al ser de último momento, Jimin tenía que aprenderse un millón de cosas.

Había pensado en rendirse pero no, ahora más que nunca estaba decidido a vencer a YeonJun en la contienda. Tenía el apoyo de mucha gente. Podía ganar fácilmente. Sólo le faltaba cumplir un requisito: formar parte del comité.

En cuanto terminó el examen de mierda, salió en dirección al comité. Estaba en el segundo piso, del lado donde las cámaras funcionaban mal.

Al llegar encontró ya a un montón de gente. Alumnos que se veían increíblemente cuidados en apariencia. Como NamJoon, como YeonJun, como BaekHyun.

Lo miraron mal. YeonJun tenía la corbata chueca, su camisa desfajada, el pantalón tenía manchas de lodo abajo.

— Ehhh, ¿hola? - Al saludar, los alumnos que estaban ahí se dieron vuelta y siguieron hablando entre ellos.

Esto era por TaeHyung.

— Quiero unirme al comité.

— ¿Jimin? - Escuchó la voz de SooBin sonriendole desde la entrada. - ¡Hombre! ¿Qué haces acá?

YeonJun veía el anillo. ¿Por qué TaeHyung usaba ese anillo? YoonGi lo había arrojado lejos ¿había ido hasta aquél lugar para recuperarlo? Eso solo podía significar que aún lo quería.

— ¿YeonJun? - TaeHyung lo sacó de sus pensamientos. - ¿Ibas a decir que puedo contar contigo?

YeonJun asintió, dejando de mirar el anillo.

— TaeHyung, sé que volveremos - dijo. Tae se quedó en silencio -. Cuando estés listo puedes buscarme donde quieras, ahí estaré.

YeonJun se puso de pie y se alejó. TaeHyung lo siguió con la mirada hasta que se fue y entonces se dio cuenta de que BamBam y JungKook lo estaban observando.

— Esta es la sala principal - dijo SooBin, quien era seguido por Jimin-, es donde hacemos las reuniones, aunque normalmente se usa para almorzar también.

La sala era enorme, del tamaño de dos aulas juntas. Entraron a una oficina más pequeña.

— Aquí es donde tiene reuniones el director y el presidente del comité.

— No entiendo como el presidente tiene tanto poder, ¿no son alumnos normales?

— Bueno, sí, pero en Bangtan la primera opinión que se toma en cuenta es la de los alumnos.

— ¿Y si el presidente es un loco de mierda? - Como YeonJun.

SooBin sintió el mensaje directo.

— No creo que votásemos por alguien loco.

— ¿Qué hay de...?

— ¡Sé lo que vas a decir! ¡Ahórratelo! No conoces la vida de nadie, no eres nadie para juzgarlo - SooBin dijo ofendido.

— Vale... no volveré a repetirlo.

Si Jimin quería sus votos, tenía que cuidar lo que les dijera.

TaeHyung salió de la cafetería ignorando a los dos amigos de YoonGi. No quería verse sospechoso, pero tampoco quería seguir ahí.

YeonJun caminaba con una sonrisa pequeña entre los pasillos. Entró a un baño, revisó los cubículos y cuando estuvo seguro de que no había nadie más que él, gritó. Su grito se transformó en una risa.

Todavía le quería.

Todavía le quería y era lo único que necesitaba. No iba a darse por vencido. Sabía perfectamente qué hacer. En cinco minutos logró descifrar la solución.

Si la solución era sacar a YoonGi de la escuela, tenía que tener una prueba de que era un cabrón. Eso o que el comité lo decidiera. Tenía que hacer que el comité odiase a YoonGi. ¿Cómo lo haría? Demostrando que eran los alumnos del comité contra los alumnos en detención.

Iba a comenzar una guerra interna.

Pero TaeHyung lo valía, no iban a quitárselo tan fácilmente. Si tenía que quitarse a NamJoon de encima lo haría, si tenía que usar a SooBin lo haría. Usaría todo lo que necesitara para llegar a TaeHyung. A su TaeHyung.

Alguien intentó abrir la puerta del lugar. Se quedó en silencio. Al no haber respuesta, quien sea que estuviera del otro lado se marchó.

YeonJun se reincorporó y salió de nuevo con una sonrisa. Estaba listo para ejecutar el primer paso de su plan maestro.

Caminó hasta la sala de maestros, entró con su llave, después de todo, aún era parte del comité y jefe de su grupo. Podía ir ahí cuantas veces quisiera sin que nadie lo cuestionase.

Para su suerte no había nadie en el lugar, todos estarían ocupados con los exámenes. Fue directamente a la oficina a de archivos de los alumnos. Tomó de un cajón una carpeta vacía. En un estante con una etiqueta en cada cajón, abrió el que iba marcado como "1-3". Navegó con los dedos entre las carpetas mientras reía para sí mismo.

¿Cómo herir directamente a YoonGi y al mismo tiempo darle una mala imagen a los alumnos comunes? Iba a matar dos pájaros de un sólo tiro. Tomó una carpeta y vació todos los papeles dentro.

Fue a la sala de maestros y en la impresora pasó cada papel para copiarlos mientras los ponía en su carpeta vacía. Tarareaba durante el proceso. Estaba contento. Era el puto amo.

Cuando terminó regresó la carpeta original a su lugar original. Salió con la carpeta y se dirigió a de nuevo a la sala. Puso la carpeta en una mesita y se preparó una taza de café en lo que parecía ser la taza del profe YoungWoon. O eso dedujo, ya que tenía escrito "Eres un chingón" en ella.

Cuando estaba listo, se sentó en un sillón y abrió la carpeta. Era una selección de documentos interesante.

Expulsión de una secundaria, peleas de pandillas, problemas psicológicos, autolesiones... se rió de nuevo. Joder, era perfecto.

Terminó de leer el expediente y tomó lo último que quedaba de su bebida. Con un marcador escribió encima de la carpeta.

Era un golpe indirecto, no podía agredir directamente a YoonGi sin que TaeHyung se diera cuenta. Pero podría tirar sus fuentes de balance.

Salió de la oficina, con la carpeta en sus brazos, estaba radiante. En su camino se encontró a Jimin y SooBin juntos, les sonrió.

— ¡Jimin! ¿Cómo vas en tu campaña?

Jimin tenía que ser amable delante de todos así que se abstuvo de lanzarle mierda.

— Pues voy genial... ¿qué tal tú?

— Mejor que nunca - dijo YeonJun con una amplia sonrisa -, en todo caso, tengo que ir a preparar algunas cosas, nos vemos.

YeonJun regresó a su aula y tomó asiento. Dejó en su mochila la carpeta y regresó a estudiar.

Iba a caer. Con aquél expediente en mano, solo era cuestión de tiempo. Si no podía destrozarle la vida a YoonGi, comenzaría con su adorado hermano.

Miró por última vez el expediente. En letras negras decía "JungKook".

No iba a perder de nuevo.

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