Epílogo

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—¿Preparada, princesita?

Axel me sonríe con cariño, dándome ánimos con la mirada. Una sonrisa nerviosa revolotea en mis labios al mirarle y pensar en lo que está a punto de pasar, por lo que necesito una pausa para asimilarlo.

Nos encontramos en la parte trasera de una limusina, vestidos con nuestras mejores galas. Axel ha optado por un exclusivo traje negro de Saint Laurent con pequeñas piedras que lo hacen brillar como estrellas. Yo he optado por un elegante vestido rosa pálido de Elie Saab de suave gasa, pegado al cuerpo que llega hasta el suelo. Estoy maquillada de forma muy natural y tengo el pelo recogido en una coleta alta que me llega hasta la parte baja de mi espalda. Me siento una princesa, pero la ocasión lo merece.

Al fin y al cabo, hoy se estrena nuestra película.

Tras mostrarle mi novela a Axel hace casi dos años y recibir la adoración más absoluta por su parte, decidí enviarle el manuscrito a todas las editoriales que pude. No quería que me publicasen por ser quien soy ni por estar saliendo con Axel, por lo que hice bajo un pseudónimo. Tras varios rechazos, muchas correcciones, modificaciones e incontables momentos de inseguridad, una editorial decidió publicar mi novela y, para mi sorpresa, resultó ser un best seller al cabo de los meses. Fue entonces, cuando me ofrecieron empezar a hacer firmas y asistir a eventos, que decidí revelar mi identidad.

Lo que no me esperaba era que Axel me propusiera convertir nuestra historia en una película, producida y protagonizada por él mismo. Me dio pavor solo de escucharlo, dejando que mis inseguridades hicieran mella en mí para convencerme de que esto hundiría la carrera de Axel, pero su nuevo manager, el equipo que había reunido y Tyler y Olivia nos aseguraron que era un proyecto con mucho futuro. Terminé aceptando, sin saber que la próxima sorpresa llegaría muy pronto.

Axel y yo acordamos trabajar codo con codo para encontrar el mejor casting posible, un director que comprendiese y respetase mi novela, y un guionista que no cambiase radicalmente la trama. Tras decenas de pruebas y miles de horas pensando desesperados al ver que no encontrábamos lo que queríamos, se me ocurrió una idea loca: ¿por qué no hacía yo mi propio papel, dirigía la película con Axel y escribía el guion junto con un guionista profesional? Sí, al principio me aterraba la posibilidad de arruinar la carrera de Axel con mi ausencia de talento para la actuación, pero cuando hicimos una escena para probar, me di cuenta de que apenas tenía que pensar o fingir. Solo tenía que recordar lo que había ocurrido, poner en práctica las clases que me dio Axel cuando estaba en su cuerpo y olvidarme de mis miedos. Además, Tyler y Olivia también quisieron hacer de ellos mismos, lo cual facilitó mucho mi inmersión en el papel.

Y aquí estamos, meses después, a punto de poner un pie en la alfombra roja del estreno de mi primera y última película.

—Sí, siempre que no me sueltes la mano en ningún momento.

—Ni en un millón de años —promete antes de inclinarse y besarme con todo el cariño del mundo.

El chófer le abre la puerta y Axel camina rápidamente hasta llegar a la mía, abriéndola para mí en su lugar. Con cuidado, tomo su mano y salgo de la limusina, siendo recibida al instante por los flashes de las cámaras, los gritos de los paparazis y el furor generalizado de todo el mundo que ha asistido a la alfombra roja.

Ante mí veo el photocall con el título de la película y los detalles que la caracterizan. Todo está lleno de pósteres con nuestras caras y decoraciones increíbles, como figuritas del premio Oscar de dos metros o fotos nuestras en el rodaje. Ver tantas cosas bonitas dedicadas a mi novela y a la película que he protagonizado junto a mi novio me emocionan más que nada, y no puedo evitar caminar junto a Axel con lágrimas en los ojos.

—¿Estás bien, princesita? —pregunta Axel cuando llegamos al photocall, asegurándose de taparme con su cuerpo para que las cámaras no me capten llorando.

—¡Sí, sí! Es que... Ver todas estas cosas bonitas por algo que he creado y a tanta gente emocionada me ilusiona mucho. Son lágrimas de alegría, ¡de muchísima alegría!

Mi novio sonríe y me besa con pasión, sin importarle que las cámaras se vuelvan locas para captar cada milisegundo del momento. Al separarse, mantiene su frente pegada a la mía y recoge mis lágrimas con los pulgares.

—Este año espero que te lleves el Oscar a mejor directora, actriz, guionista... Bueno, ¡a mejor todo! Si no te los dan todos, dejo de asistir a sus galas.

—¿Es que se te ha olvidado que el Oscar te lo tienes que llevar tú, Rapunzel? Porque esa fue la razón por la que cogiste la figurita y lanzaste tu deseo al aire —le recuerdo entre risas.

—Bueno, eso lo veremos en dos semanas, que será la gala. Ahora me da igual lo que gane yo, solo quiero que tú tengas lo que mereces y eso es absolutamente todo.

—¡Pues como no te den el Oscar a ti, les prendo fuego allí mismo!

Axel rompe a reír y me besa de nuevo, haciéndome olvidar que estamos rodeados por la prensa en lugar de en la intimidad de nuestro salón. Me pierdo en sus labios, en su abrazo, en su tacto..., hasta que escucho una voz familiar.

—¡Oye, vosotros dos, que esta peli es para todos los públicos! ¡Nada de guarradas en público, pensad en los niños!

Tyler se acerca de la mano de Olivia, que parece la estrella de cine más despampanante del planeta. Desde que se liaron en mi cumpleaños han sido inseparables y por eso ahora nos hemos convertido en una de esas parejas de parejas tan ñoñas que cansan, pero nos encanta. Es inevitable, ninguno de los cuatro podemos vivir separados.

—¡Tía, estás espectacular, joder! —exclama Olivia, dándome un abrazo tan fuerte que casi se me sale el aire—. ¡Y yo que pensaba que no podías superar lo bien que te veías en nuestra graduación!

—¡¿Y lo dices tú?! ¡¿Es que no te has parado a mirarte en ningún espejo?!

—A ver, canija, estás guapísima, pero mi novia es la mujer más preciosa del planeta, lo siento mucho. Es algo que no podemos cambiar —bromea Tyler, abrazándome entre risas.

—Perdona, hermano, pero mi princesita es la mujer más espectacular del universo —bufa Axel antes de abrazar a mi mejor amiga—. Lo siento mucho, Liv, pero te quiero, ¿eh?

Antes de que puedan seguir discutiendo, Olivia y yo les damos manotazos a nuestros respectivos novios en sus torsos para acallarles.

—¡Venga, no empecéis como el verano pasado en nuestra graduación!

—¡Eso! No pienso estar otros veinte minutos escuchando cómo os peleáis por esta chorrada —concuerda mi mejor amiga—. ¡Así que cerrad la boca y posad, que necesitamos más fotos juntos!

Como todavía no me he acostumbrado a las alfombras rojas, dejo que Axel me abrace y me guíe a la hora de posar, relajándome al instante al sentir su mano alrededor de mi cintura. Es el efecto que tiene sobre mí; cada vez que me toca, me calmo en un segundo.

—¡Pero mi niño, qué guapo estás! ¡¿Es que quieres quitarle el título de "Hombre más sexy del planeta" por la revista People a mi Nate?! —La dulce y animada voz de Esmeralda Knitghley, la mejor actriz del momento y mentora de Axel, resuena a nuestra izquierda y veo a la preciosa mujer acercarse del brazo de Nathaniel Scott, su marido y actor de increíble éxito.

—¡Esme, Nate, estáis aquí! —exclama Axel, feliz como un niño, lanzándose a abrazarles—. Estáis guapísimos, ¡muchísimas gracias por venir!

—¿Cómo no íbamos a venir a ver la primera película de Grace? Además, ya os dije que el libro me encantó, estoy esperando al siguiente con ansia. Ya sabes lo mucho que me gusta un buen romance —me dice Nate, saludándonos con una sonrisa encantadora.

—Tranquilo, que estoy a punto de terminarlo y te prometí que lo leerías antes que cualquier editor. ¡Me encanta leer tus reacciones en cada escena!

Nate ríe conmigo y en ese momento, la prensa nos reclama para responder a las preguntas sobre la película, por lo que miramos a la pareja con la disculpa en los ojos.

—Si nos disculpáis, el deber nos llama —suspira Axel con una sonrisa—. Nos vemos dentro, ¿vale? ¡Que nos sentamos juntos!

Axel me guía hacia la prensa y las preguntas empiezan a llover sin ton ni son hasta que una de las responsables empieza a dar turnos de palabra para formular cuestiones cortas y rápidas.

—¡Grace, ¿cómo ha sido tu experiencia grabando tu primera película?!

—¡Me lo he pasado genial! Aunque no tengo pensado actuar en nada más, ha sido maravilloso poder protagonizar la adaptación cinematográfica de mi propia novela junto a las personas más importantes de mi vida.

—¡Axel, Axel! ¿Crees que ¡Devuélveme mi cuerpo! también te colocará como favorito para los Oscar del año que viene? —pregunta el siguiente periodista.

—La verdad es que no lo sé, pero no me preocupa. Para mí ha sido mi mejor trabajo porque he estado junto a la mujer de mi vida y eso me ha hecho dar lo mejor de mí más que nunca.

Axel me besa la mejilla y las cámaras se vuelven locas de nuevo, capturando cada muestra de amor que manifestamos en público.

—¡Grace, disculpa! —me reclama una mujer a mi derecha—. ¿En qué te inspiraste para escribir una historia tan increíble? ¿Hay alguna escena basada en hecho reales?

La pregunta me hace sonreír al instante y recuerdo con cariño el parque, la tienda de souvenirs y la estatuilla que lo inició todo. Ese sigue siendo un secreto entre Tyler, Olivia, Axel y yo, por lo que decido dar una respuesta ambigua y misteriosa.

—¿Quién sabe? Me gustaría que los lectores y espectadores pensaran lo que quisieran. Al fin y al cabo, así se mantiene la magia..., ¿y qué es la vida sin un poquito de magia?

Los periodistas vuelven a gritar como locos, reclamando nuestra atención, pero algo reclama mi atención a lo lejos, tras las decenas de cabezas de periodistas: una entrañable anciana con el pelo recogido en un moño y una misteriosa expresión en el rostro. La reconozco al instante como la abuelita de la tienda de souvenirs a pesar de haberla visto apenas tres veces, dos de ellas en sueños.

Esbozo una sonrisa en su dirección, agradeciéndole de alguna forma todo lo que ha hecho por mí estos últimos dos años, pero especialmente por haberme cruzado con Axel, el amor de mi vida. Sus labios se curvan hacia arriba como respuesta y veo cómo asiente ligeramente, como si aceptase mi silencioso agradecimiento. Un periodista se interpone entre nosotras durante un milisegundo y cuando se aparta, veo que ya no queda rastro de la vieja dueña de la tienda de souvenirs. Me pregunto si la anciana realmente estaba ahí o me lo he imaginado, cómo pudo hacer que nos cambiásemos los cuerpos, cómo pudo aparecer en nuestros sueños y pensamientos..., pero, sorprendentemente, las respuestas a esos misterios ya no me preocupan lo más mínimo.

Al fin y al cabo, así se mantiene la magia..., ¿y qué es la vida sin un poquito de magia?

¡HOLITAAAAAA!

Y........ FIIIIIIIN ✨

Con todo el amor y el entusiasmo del mundo, le pongo punto final a esta historia que tanto me ha divertido escribir y espero os haya divertido igualmente leer 🥰❤️.

No puedo expresaros lo agradecida que estoy por haber llegado hasta aquí conmigo, especialmente a esas personas que me habéis leído al día 💗✨. Sois lo mejor y soy increíblemente afortunada de tener gente a la que le gusta lo que escribo.

Y aquí llega mi última pregunta en esta novela: ¿os ha gustado la historia de Axel y Grace?

¡Nos vemos en próximas aventuras!

Os leo! ❤️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro