14. Ella quiere beber

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

[Aquí debería haber un GIF o video. Actualiza la aplicación ahora para visualizarlo.]

"Tan callaíta que era la nena

Ahora es candela"

Laura

Tengo ganas de tocarte.

Esas palabras de Oliver retumbaban en mi cerebro, provocando que me estremeciera cada ciertos momentos. Desde ese mismo instante mi temperatura había aumentado algunos grados y así se mantuvo. Y es que durante la noche, me las había repetido en un sueño.

Una frase tan pequeña causó destrucción en todas las barreras que tenían mis hormonas controladas. Una estampida, un huracán que amenazó con destruirme con su calor, a niveles impactantes para alguien que no había sentido eso antes. Su recuerdo hacía que la entre pierna me vibrara, exigiéndome que actuara para calmar ese calor de alguna forma.

Era demasiado para mí.

¿Qué pasó con la inocente Laura?

Ya nada de inocente.

Admito que pensé en él más de lo normal, analizando en lo que significaría para mí estar con alguien tan...tan jodidamente sexy. Tan experto, y yo... tan sin saber nada.

Si me toca...

Dios mío Laura, estás al borde de tener un orgasmo a puros pensamientos.

Negué con la cabeza, y me di cuenta que mis amigas me miraban extrañadas. Íbamos caminando en la mitad del pasillo de la escuela. Se darán cuenta a qué me refiero cuando mi mente se encontraba perturbada por la existencia de él.

—Estás un poco rojita —dijo Abril, a la vez que entrábamos al salón.

—Es por Alex —mentí.

No amiga, es por el chico que te gusta a ti.

Tragué saliva.

¿Este calor es normal? ¿O estoy padeciendo de alguna enfermedad?

La verdad es que si llevaba bastante hablando con Alex. Me pasé toda la mañana y la noche anterior con un ojo pegado a la pantalla viendo si respondía. Me sentía como una niña pequeña, emocionada esperando sus respuestas. No es que necesitara a alguien para subirme el ánimo, pero...un chico guapo mandándome mensajitos, ¿por qué me iba a resistir? Además hacía que me olvidara de todo el otro drama.

Del drama de su mejor amigo caliente y perfecto; y de mi ex novio basura.

Me ayudó mucho para no pensar en Justin, más bien no pensé nada en él. Incluso cuando lo vi en la escuela con Vanessa me dolió menos.

Ay, ¿alguien me puede culpar?

Sí, me destrozó el corazón.

Pero diosito me envió a otros dioses para que no la pasara tan mal.

De repente, un poco antes de que terminara la última clase del día, me envío otro mensaje:

Alex: Nena, ¿qué harás hoy?

Me dolió el estómago de nervios, y me quedé congelada con el celular en la mano. Abrí los ojos enormes. En ese momento me podría haber parado en la silla y hacer una reverencia a mí misma.

Tipo: Bien Laurita, muy bien. Tienes a un chico muy guapo queriendo saber de tus planes.

Sí, y también tienes al hermano de tu mejor amiga que quiere tener sexo contigo.

Desplacé eso último a un cuarto oscuro y recóndito de mi cerebro. Así como si me estuviese diciendo cuándo le dicen a los niños: no, no, eso no se hace, eso no se come, caca, caca.

Pero el remordimiento me atacó de inmediato.

¿Estará bien que salga tan rápido con otro chico?

—¿Qué te pasa? ¿te escribió algo cochino? —susurró Emma, sus ojos se le iluminaron. La profesora se encontraba revisando una tarea con un compañero. Emma estiró la mano para que le entregara el celular, pero antes de que yo pudiese moverme, Abril habló:

Nena, ¿qué harás hoy? —repitió. Estaba leyendo arrimada desde su asiento. Me giré y la miré con los ojos entrecerrados.

—¿Has estado leyendo todo? —pregunté, algo avergonzada. Un poco más atrás en la conversación le había confesado que tenía ganas de ir a bailar, solo para que me invitara. Y ese acto de revelación planeaba omitirlo a mis amigas.

—No, solo me dio curiosidad la cara de Emma. Pensé que a estas alturas de la conversación ya habría algo más caliente. Así como "Alex, quiero ser tuya" o algo así —respondió susurrando. Se tapó la boca para reprimir una risa—. Entonces, nena... ¿qué harás hoy? —dijo, imitando la voz de un hombre.

¿Algo más caliente? Llevábamos muy poco hablando.

Las tres nos pusimos a reír con las manos tapando nuestras bocas para que no nos retaran.

—Respóndele que esta noche se darán unos besitos —sugirió Emma.

—No, no, respóndele que esta noche...

Me giré para taparle la boca porque ya conocía perfectamente la mente de Abril, había botado su filtro cuando nació. En eso mi mirada cruzó con la de Justin, que se sentaba unos puestos más atrás, y al parecer llevaba observando la situación desde hace un rato. Se veía desconcertado. Se me fue la risa repentinamente, aunque aun así, traté de ocultarlo.

—No digas nada, ya sé que saldrá de esa boca cochina.

Abril puso los ojos blancos, y suspiró. Levantó las manos en ademán de paz, y le saqué la mano de la boca.

Sin hablar, y solo moviendo la boca, pude entender perfectamente que me dijo "sexo" de una forma muy lenta para que pudiese comprenderlo claramente, después se lamió los labios de forma sugerente.

Me sonrojé. Mis hormonas estaban demasiado revolucionadas como para dejarme inmune a la palabra sexo.

—Dios, cuando pienso que has alcanzado tu limite de locura sales con esto. —Emma le pellizcó el cachete a Abril—. Por eso te amo.

Abril le cerró el ojo. Sentí que alguien nos miraba, Benito el nerd del curso había visto toda la escena de Abril. Estaba rojo con un tomate, y con una gota de sudor asomándose por la frente.

—Benito, ¿estás bien? —le preguntó la profesora—. Te ves como si tuvieras fiebre.

Me oculté detrás del libro para reír tranquilamente.

—Al menos tienes a Benito conquistado —murmuré.

—No me dará lo que quiero —susurró—. Laura, deberías decirle a Alex que vaya esta noche. Jose me ha dicho que va muchísima gente, su hermano invitó a sus amigos de universidad —sugirió Abril.

—Pero no lo conozco —dije, entre dientes. La profesora ya estaba hablando frente al salón.

—Yo sí lo conozco, es suficiente —murmuró Emma, y me lanzó una mirada sonriente.

Tomé aire, y le escribí un mensaje:

Laura: Esta noche iré a una fiesta con Emma, ¿quieres ir? Parece que Oliver irá a dejarnos.

Estaba tan nerviosa que lo dejé en una esquina de la mesa, boca abajo. No quería leer su respuesta. Menos de un minuto después, el teléfono vibró. Emma hizo un sonido de emoción contenida, y lo leí:

Alex: Nos vemos entonces :). Ya quiero que sea noche :P

Ahogué un grito de desesperación y nervios. Le pasé el celular a Emma, pero antes de que pudiese leer el mensaje, Abril estiró el brazo y se lo quitó. Me giré para recuperarlo, aguantando la risa. En un segundo la profesora llegó al lado de nosotras. Las tres teníamos el celular agarrado en el aire, estábamos dando un espectáculo.

—¿Qué es tan gracioso que las tiene a las tres alborotadas?

Tragué saliva, nerviosa. La profesora tomó el celular y miró la pantalla. Levantó una ceja y lo dejó encima. Al llegar a su escritorio, se quedó mirándome.

—Así que usted señorita Laura tiene una cita hoy. Para la próxima le dirá a ese niño que le hable en otro horario —gruñó, sin expresión en su cara—. Chicos, terminamos la clase. Nos vemos el próximo martes.

Quedé con los ojos abiertos, y miré con esa misma expresión a Emma, quien se largó a reír. No pude evitar reírme también. Ahora toda la clase sabía que iba a tener una cita. Tan solo unos días después de que me hubiesen pateado.

Admito que sentí un cosquilleo de satisfacción al saber que Justin se había enterado de mi cita, así ese idiota no iba a pensar que estaba sufriendo por él, ni que andaba llorando por los rincones. Seguía triste, pero al menos así él creía que ya lo había superado.

—Me encanta —dijo Emma a la salida. Miró hacia todas partes para cerciorarse de que no hubiese nadie cerca—. Ahora Justin se debe estar retorciendo. Es todo lo que he soñado desde que te hizo sufrir ese insecto.

Pateo fuerte el piso y movió el pie como si estuviese matando una cucaracha.

—Para mí es suficiente con que piense que ya lo superé —dije satisfecha.

—¿Irá Oliver a dejarnos? —quiso saber Abril, pestañeó rápidamente, y se quedó mirando a Emma.

Hilos de corriente recorrieron mi cuerpo.

Tengo ganas de tocarte.

—Sí, ya les dije que me lo debía...no puede decirme que no. A mi madre no le gustará saber que estuvo en la entrada de la casa en pelotas...por no decir nada sobre lo otro —Emma hizo una mueca de asco—. No sé que dirá cuando Alex le cuente que irá con nosotras.

—Al menos a mi no me importa lo que diga. No sé si le dirá algo a Alex —dije, tratando de ser natural. La verdad es que me preocupaba un poco que arruinara mi cita. Oliver estaba prohibido así que me encontraba dispuesta a pasarla bien con Alex.

Emma se encogió de hombros.

—Creo que Alex es bastante parecido a mi hermano.

—¿En qué? —preguntó Abril.

—Con las mujeres. Él es el acompañante de Oliver en todas o la mayoría de las fiestas.

—¿Significa eso que Laura tendrá algo más que besos esta noche? —preguntó Abril, imitando una cara de emoción máxima.

—¡Ay! No lo conozco —me apresuré a decir. Mis mejillas se colorearon un poco, porque por mi mente pasó una imagen bastante intensa. No entendía por qué mis hormonas tenían que estar tan alborotadas poco tiempo después de que me patearan. No paré de decirme que era una señal divina, quizás Justin no hubiese terminado conmigo, y aún estaría con ese idiota.

—Serás la ama, Laura. Hoy harás lo que tú quieras —susurró Emma.

—Hoy haré lo que yo quiera —repetí.

Y una imagen se deslizó a mi cerebro. No era de Alex, si no de Oliver.

Laura, detente.

Saldrás con Alex, el amigo de Oliver.

Tragué saliva.

Un hormigueo me recorrió. Ese día lo vería de nuevo y mi pequeño ser estaba demasiado débil tanto de pensar en lo sexy que era y que me quería tocar.

***

—¿Qué usarás hoy? —Abril, me sacó de mis pensamientos. Ya íbamos caminando hacia la parada de autobús.

Me detuve de golpe.

—No tengo nada que ponerme —dije con un hilo de voz.

—No te preocupes, tengo algo perfecto para ti —dijo Emma, emocionada.

—Que me tape el trasero por favor.

—Pero no las tetas —rio Abril.

—Que me tape todo, no quiero dar el mensaje equivocado —reí, mientras movía las cejas rápidamente.

—¡Ay, por favor! Mensaje equivocado ni que nada. Anda bien perra. Que no te quiera sacar las manos de encima.

¿Quién?

¿Alex?

¿Oliver?

¿Justin?

Mi mente...un remolino de pensamientos que no se ponían de acuerdo.

—Ven a mi casa y te pruebas algunos vestidos que tengo, después Oliver nos va a dejar.

Oliver, beso, ropa interior, foto, Oliver, beso...

—Laura, ¿dónde anda tu mente hoy? —preguntó Abril, agitando su mano frente a mí.

—Tengo un poco de nervios —confesé—. No sé si es buena idea ir con Alex a un lugar donde estará Justin, la última vez...

—Se volvió loco porque te vio. —Emma se quedó pensando—. Cualquier cosa lo alejaremos de ti...

—Aunque yo creo que Vanessa lo tendrá controlado. Después de lo que pasó en la fiesta de Nicol.

Cuando llegué a la casa, revisé mi correo. Aún no había llegado nada de Diego, al parecer la pregunta se le hizo más difícil que a mí. Me fui a duchar, y aproveché de depilarme también, porque uno nunca sabe qué depara el destino en una fiesta.

Al salir de la ducha, por fin tenía un nuevo correo. La respuesta de Diego.

"Hola Laura, no sé si tú ya has respondido...lo siento me he demorado un poco, es que he estado con mil cosas, sobre todo practicando para el partido de la próxima semana. Trataré de ser más rápido la próxima vez. Sobre la pregunta... cuando me siento triste me refugio en el deporte. Es liberador. Lo último triste que me sucedió fue cuando murió garbanzo, el perro que estuvo con mi familia desde que tengo memoria (sí, se llamaba garbanzo). Creo que nunca jugué tanto fútbol o tenis como esos días. Colegio, deportes, y dormir. Esa fue mi rutina. Eso, te respondo un poco rápido igual porque parece que Nicol algo sospecha ya que que no se me ha despegado (igual te mandaré un mensaje)".

Amigo, no se despega de ti porque ninguna chica lo haría.

Así que el chico rico también sufría y lo había hecho por algo tan adorable como la muerte de un perro. A mi me había sucedido exactamente lo mismo, y no todos me habían entendido. Diego tenía un gran corazón.

Al final del correo, Michelle nos había dejado la siguiente pregunta.

Pregunta número 4: ¿Qué sientes cuando estás enamorado? ¿y qué haces?

—¿Michelle nos quiere matar? ¿cómo le responderé eso a Diego? —pregunté, en voz alta.

—¿Quién es Diego? —preguntó mi mamá, que justo iba entrando con ropa limpia. Me observó con los ojos entrecerrados, y tratando de ocultar una sonrisa.

—Es un compañero, estamos haciendo una tarea.

Mi mamá levantó una ceja sospechosa y se fue. Aún tenía un par de horas antes de tener que ir a la casa de Emma.

—Manos a la obra —murmuré.

Me llegó un mensaje de Diego.

Diego: Tengo que admitir que me da un poco de curiosidad tu cita.

¿Por qué estas cosas me pasan a mí?

Laura: No puedo creer que Violeta leyó el mensaje frente a toda la clase.

Diego: Supongo que es con alguien mejor que Justin.

Laura: Yo pensé que él era tu amigo. Y sí, cualquier bacteria es mejor que Justin.

Diego: Es amigo de Nicol, así que por alguna extraña razón tiene que ser mi amigo...¿es así o no?

Laura: Supongo que si no te cae bien no tiene por qué ser tu amigo, ¿acaso tienes amigos por obligación?

Diego: Entonces digamos que es mi compañero de clases... o una bacteria.

Laura: Que bueno, porque yo desconfiaría de cualquier amigo de Justin.

Diego: No te queda otra opción que confiar, porque al parecer las preguntas están subiendo en intensidad. No sé qué pretende Michelle.

Laura: Uffff. Me iré a preparar para esta noche. Me pondré guapa para mi cita.

Diego: Yo mantendré alejado a Justin...me enteré de lo que pasó la otra vez. ¡Nos vemos!

Laura: ¡Gracias! Nos vemos...y no nos saludemos. No quiero preguntas...

Diego: Yo tampoco, Nicol me mataría.

Justo en ese momento me llegó otro mensaje de Alex:

Alex: ¡Hola guapa! Hablé con Oliver, él también irá a la fiesta, nos vamos todos juntos. Nos vemos esta noche. Besos :)

¿Oliver se queda en la fiesta? Pensé que solo iría a dejarnos.

Suspiré derrotada. No podía hacer nada. Él era el hermano de mi mejor amiga, el mejor amigo de mi cita, y probablemente lo iba a seguir viendo toda mi vida, mientras siguiera siendo amiga de Emma. Y de nuevo, no pude evitar la sensación en mi vientre.

¿Por qué tenía que ser tan jodidamente sexy?

Calma esas hormonas.

Pero con Oliver no había nada que calmar, la verdad es que su presencia era una estampida de sensaciones. De calor, de fuego.

Comencé a responder el correo de Michelle, sin embargo, una pregunta me asaltó: ¿había yo estado enamorada de Justin? Lo quería, lo extrañaba, y sufría su ausencia. Sin embargo, por más que me dolía lo sucedido, no iba a decir que luego de cuatro meses estaba enamorada. Teclee lo que se me vino a la mente, o mejor dicho, al corazón.

Diego,

No sé muy bien como responder esta pregunta porque creo que nunca he estado enamorada. Te voy a responder según lo que sentí recientemente con tú ya sabes quien, el diablo, el innombrable, la bacteria, etc.

Cuando "estoy enamorada" me siento muy feliz, capaz de poder hacer cualquier cosa si esa persona está junto a mí (aunque hoy, una semana después...me doy cuenta de que puedo hacer cualquier cosa estando yo sola, y que no necesito a nadie, menos un idiota) Diego, te mato si le dices estas cosas a alguien porque ya estoy confiando en ti...y no sé por qué. También siento unas ganas de estar con esa persona el mayor tiempo posible. Me gusta mucho salir a comer, ver películas, y regalar chocolates de vez en cuando. Aún no descubro mi lado más romántico, ¿quien sabe? Quizás soy una romántica de películas o el grinch del amor. Tendré que descubrirlo.

Lo envié, y me mentalicé para ir a la casa de Emma.

Esta noche será mi noche.

--

OMG... ¿será su noche o no?

¿Qué quieren que pase? :P

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro