49. Una lady como tú.

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"Sé que hubo otro que
no supo valorar
lo que tenías para dar"

Diego

Me bajé del bus y Laura ya se había ido con Emma. Tenía que creerme que esas fotos con Nicol eran falsas.

—Tiene problemas, ¿cómo no te diste cuenta antes? —murmuró Elías, mientras revisaba su celular—. Estuviste dos años con ella.

Negué con la cabeza, igual de sorprendido que él. No tenía dudas de que las fotos publicadas donde aparecía con Nicol, eran parte de su plan. Y tampoco entendía cómo fui su novio y conocerla tan poco. Al menos ahora lo veía...más tarde de lo que debiese haber sido.

Mejor más tarde que nunca, ¿o no?

—No tengo idea —respondí, arrugando la frente al ver las fotos de nuevo—. Al menos ya debe sospechar que es Laura a quien quiero. La risita de Abril me distrajo—. ¿Qué?

—No te había oído decir que quieres a Laura —dijo, sonriente—. Soy totalmente fan de ustedes dos, aunque ella aún no lo sabe.

Sonreí, al menos una de sus amigas votaba por mí. Obviamente Emma le daba su voto a Oliver.

—Tu amiga me tiene loco, y no sé qué hacer —confesé.

—Yo creo que está claro lo que debes hacer —dijo rodando los ojos. Exhaló como si no me entendiese.

—¿Habrá ido a su casa? —pregunté, dando un suspiro. Abril me miró con cara de lástima.

Negó con la cabeza.

—Fue donde Oliver —respondió, luciendo un poco culpable de decirme ese nombre—. Y creo firmemente que es tu culpa que ella se haya bajado de ese bus y corrido hacia allá.

Se me revolvió el estómago.

—¿No crees que fue porque está perdidamente enamorada de él? —pregunté, esperando que me dijera que no.

Elías se rio a carcajadas.

—¿Siempre has sido así? —preguntó, sacándose una lágrima—. ¡Anda a decirle que la quieres!

—¡Ella ya sabe! —exclamé, llevándome los dedos al puente de la nariz. Exhalé desesperado—. Sabe todo. —Entorné los ojos, recordando el momento exacto en que le había dicho. Los miré enfadado—. Y gracias a ustedes dos, ella no me respondió nada.

Ellos habían interrumpido nuestro momento en la azotea del edificio.

—¿Es nuestra culpa que hayas sido tan idiota como para dejarte engañar por Nicol? —preguntó Abril.

—¡Hey! Me equivoqué, ya lo sé. Iré a tratar de arreglar esto.

—¿Vas ahora? —quiso saber Elías.

—No puede porque está con Oliver —gruñó Abril. Parecía molesta.

—¿No te gusta Oliver para ella? —preguntó Elías, reclinándose sobre el capó de su auto.

Abril entrecerró los ojos.

—Prefiero a Diego.

—¿Por qué? —Me dio curiosidad.

—Te encuentro un poco parecido a ella —murmuró bajito, como si alguien la fuese a escuchar—. Cuando habla de ti, un brillito aparece en sus ojos, aunque no le he dicho eso. —Elías enarcó una ceja, y ella rodó los ojos—. Es un brillito que no aparece cuando se refiere a otra persona. ¿Contento? —preguntó, mirando a Elías. Él sonrió, satisfecho.

—Yo ya sabía pero quería que ella te lo dijera —explicó, moviendo sus cejas.

—Pero está con ese inútil —dije, imaginándome que en ese mismo instante se estaba besando con otro. Me sentía como un niño a punto de tener una rabieta.

—Vas más tarde entonces. Y salgamos de la escuela, que no puedo creer que llevo más tiempo de lo necesario un domingo aquí —dijo Abril, llevando su mano a la cara de Elías.

Elías levantó su mano y encendió su coche.

—Vamos preciosa.

—Te tienen dominado —reí. Abril me sacó la lengua.

Se fueron y caminé hacia mi coche, decidido a no dejar pasar ese día para hablar con Laura. Tenía que explicarle. Había dejado mi coche en uno de los lugares más apartados del estacionamiento, y me detuve en seco ante la imagen que tenía ante mis ojos: Justin y Nicol se besaban, apoyados en un árbol.

Al principio eso me descolocó; e incluso el primer impulso fue ir a encararlos, como si yo mereciese algún tipo de explicación, sin embargo, rápido me di cuenta que ver eso no me producía nada más que la satisfacción de que las ideas que había tenido antes no eran producto de mi imaginación. Nicol estaba con Justin, ¿pero por qué ella insistía en estar conmigo?

No me costó mucho encontrar la respuesta: nuestros padres. Para la familia de Nicol, que ella estuviese conmigo era lo mejor en términos de negocios. La verdad es que desde que entré a esa escuela, parecía que el destino era que estuviésemos juntos. Aunque el destino no eran más que nuestros padres presentándonos el primer día. Para mí no fue difícil enamorarme de ella, era una de las chicas más hermosas que había visto, y ella pareció encantarse conmigo de inmediato también.

¿Fue todo una mentira? ¿O lo de Justin comenzó hace poco?

Lamentablemente para llegar a mi coche debía pasar junto a ellos, así que cuando estaba cerca, carraspee. Solo quería hacerles saber que ya sabía, y con eso terminar el juego absurdo que tenía Nicol conmigo.

Nicol lanzó a Justin lejos, como si fuese una araña que de repente se encontró sobre ella. Me miró con cara de pánico.

—Diego, yo...

—Nicol, basta —dije, esbozando una sonrisa. De repente se sintió liberador que por fin me iba a deshacer de ella y de su falsedad—. Sean felices. Los apoyo completamente.

—Diego yo quiero estar contigo —dijo, acercándose con los ojos llenos de lágrimas. ¿cómo podía seguir mintiendo así? Cada día estaba más loca, y Justin parecía que se había encogido en el lugar.

—Nicol, te voy a decir algo y quiero que te lo grabes en tu mente. Estoy completa y absolutamente enamorado de Laura Miranda. —No pude evitar esbozar una enorme sonrisa.

—Ella no te quiere Diego, está con otro —siseó, como si eso me hiciese cambiar de opinión de un momento a otro. Se quedó con una ceja enarcada, esperando mi reacción.

—Y ese es mi problema. No tuyo. Y en estos momentos daría todo por ella. —Deslicé mi mirada a Justin—, ¿por qué no están juntos? Tengo muy claro que son iguales, el uno para el otro. Y que no se merecen a nadie más que ustedes mismos.

Vanessa entró a la escena. Llegó con una bolsa llena de donuts, y la imagen de Laura se intensificó en mi cabeza.

Tengo muchas ganas de verla.

—¿Qué pasa? —preguntó Vanessa. Deslizó su mirada por cada uno de nosotros.

Justin se limpió la boca con el borde de su jersey, y enarqué una ceja esperando que le dijera a su novia que en verdad estaba con su amiga.

—Nada —respondió Nicol. Se acercó a Vanessa a paso rápido. Y de repente me sentí otra vez dentro de sus juegos. Quizás la cagaba aún más, pero me tenían cansado. Ya no quería ser parte de más mentiras.

—Ellos dos están juntos —comenté, mientras caminaba hacia mi coche, y de espaldas dije—: Vanessa, creo que fuiste otra Laura u otro Diego dentro de sus mentiras.

Escuché sus pasos acelerados.

—¡Vanessa! ¡Espera! —gritó Nicol.

—¡Diego! —Escuché a Justin corriendo hacia mí, sin embargo, me mantuve en mi camino. Mi coche estaba cerca, y no tenía ganas de pelear. Me cortó el paso, y me sorprendí de verlo sin esa expresión de arrogancia típica, sino más bien...se veía incluso culpable.

—¿Qué quieres?

—Quiero explicarte —murmuró.

—¿A mí? ¿por qué?

Meneó la cabeza.

—Laura es increíble —agregó cabizbajo—. Lo supe todo el tiempo que estuve con ella. Mi idea... mi idea sobre ella cambió a la semana de conocerla. O incluso menos.

Esbocé una sonrisa, eso mismo me había sucedido a mí.

—¿Entonces te gustaba Laura? —Yo eso lo sospeché al principio, la actitud de Justin con Laura cuando estaban juntos se veía demasiado real como para que fuese todo cien por ciento mentira.

—Sí, pero fui demasiado cobarde. Mi madre me hubiese matado si se enteraba que yo salía con alguien sin...sin dinero —agregó, golpeando una piedra con el pie—. Estoy avergonzando. Y la única forma de deshacerme de ella, fue...

—Rompiéndole el corazón.

—Y hacer que me odiara. Porque las cosas se estaban poniendo muy intensas, y yo...yo la quería.

—La hiciste sufrir solo porque a ti te dieron miedo tus propios sentimientos.

—Lo admito y estoy arrepentido. Tú eres bueno, y ella se merece a alguien como tú.

—Así como tú y Nicol se merecen.

—Pensé muchas veces en decirle a Laura lo que de verdad sentía, y Nicol se dio cuenta y se puso celosa. Eso me confundió —agregó, tomando aire profundamente—. Y descubrí que la chica inalcanzable estaba enamorada de mí, pero aun así no dispuesta a estar conmigo. —Se rio mientras meneaba la cabeza—. Yo no estuve con Laura por temas de mis padres, y es la misma razón de porqué Nicol no está conmigo.

Le palmee el hombro.

—No me interesa saber más. Solo no hagas sufrir a ninguna otra chica. —Lo rodee para seguir mi camino. Cuando me subí miré de reojo a Justin. Estaba sentado en el borde de la vereda con la cabeza entre las manos.

Manejé a la casa de Laura.

¿Tengo permiso para retirarme lentamente?

¿Opiniones?

Me pidieron conejito, yo obedezco y aquí les entrego mucho Dieguito.

Beibis, como siempre les pido que voten si les gustó y que me agreguen a Instagram (vale_watt)

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