—Ayer nuestros padres pelearon.

...

—Y Golden me ama.

...

—Realmente no sé qué hacer.

...

—¡E-Esto es estúpido!

...

—¡Hablar contigo es estúpido!—río—¡Ni siquiera sé por qué lo estoy haciendo! ¡Tú en cualquier momento te vas a ir!

...

Tomó sus frías manos.

—No lo hagas Fred, no lo hagas por favor.

Pasó los minutos así, tomando sus manos frías mientras ahogaba sus llantos.

Después de tantos sollozos, Freddy había decidido ser feliz.

Había decidió continuar con su plan...y el amor que Golden siente por el, podría incluso servir más.

Estaba preparado.

Lo rechazaría.

¿Razón? Simplemente no podía mentirle al chico. Todo este tiempo Golden ha sido bueno con él y este simplemente lo paga con mentiras...sucias mentiras.

Le diría la verdad, le pediría disculpas.

No quería agrandar la bola. No quería que Golden se enamorara más de él.

...¿en serio Golden estaba enamorado de él?

Era estúpido. Vieses por donde lo vieses es estúpido.

Freddy suspiró.

Ya había pasado un día desde que visitó a su hermano y le contó sobre lo sucedido.
Estaba sentado en la banca del parque en donde siempre venía con el cantante. Lo esperaba para al fin decirle la verdad. Esta vez llego más temprano de lo usual, para poder pensar y ordenar sus ideas correctamente.

Si le decía la verdad...¿ya no serían amigos? Es probable que lo odie por mentir, es probable que se aleje de él. Algo que desde un principio debía hacerlo.

Si seguía mintiendo...todo irá bien, nadie sabe la verdad más que Freddy, nadie puede delatarlo. Pero seguramente algún día sabría la verdad y eso sería muy malo, realmente malo; no sólo para él mismo, también para el rubio.

Con todo esto en mente ya sabría lo que le iba a decir. Era obvio...

Le diría la verdad.
Algo que debió haber hecho desde un principio.

—Hola Freddy.—el mencionado dio un saltito del susto. No se había percatado de que el chico de ojos grisáceos estuviese aquí. ¿Desde cuándo? Tan sumergido estaba en sus pensamientos que ignoro su presencia. Y al parecer, el cantante traía algo en sus manos escondido en su espalda. Freddy esperaba a que no sea nada romántico, pero como el destino y el mundo lo odia...—Te traje flores...—mostró aquellas con una sonrisa en su rostro. No dejo hablar al contrario ya que continuó.—Se que te parece extraño, o incluso raro. Pero es que...como ya sabes...me gustas.—lo dijo con cierta timidez. Extraño, ya que el día anterior lo dijo como si nada.—y quería darte un lindo detalle especialmente para ti.

Alguien se estaba preocupando por Freddy.

Golden se estaba preocupando por él.

Pocas personas logran identificar el problema que les sucede. Muy pocas intentan buscar una solución o simplemente se quedan estancadas.
Freddy siempre ha visto casos con personas qué sólo se encierran en su mundo y no quieren solucionar su problema. Pero él no es así, no lo es.

Él es mucho peor.

Y hay un problema muy grave, siempre hay un problema. Y realmente no sabe si es a causa de los demás o de él mismo.

Siempre pensaba que nadie se preocupaba por él.
Si el desapareciera nadie lo notaría.

No tenía ningún motivo para seguir...pero Golden...él estaba haciendo ahora mismo lo mucho que esperaba Freddy

—Gracias Golden...—agradeció tomando el ramo con una sonrisa en sus labios de agradecimiento. Golden al notarlo sonrío más y se sonrojó de forma leve.

—Gracias a ti...—le dijo tomando sus manos entrelazándolas causando un poco de incomodidad al de ojos azules.—Por estar en mi vida.

Oh.

Diablos, ardía. Ahora su cara ardía, sobre todo sus mejillas. Jamás le habían dicho una cosa tan linda como esa.

Era como una canción de cuna, la canción de cuna que siempre quiso escuchar.

Y su decisión de rechazarlo se marchó.
Ahora seguiría con su plan.

Golden estaba muy enamorado de Freddy.

No podía decirle la verdad

Lo rompería.

—Yo...—hablo el castaño, con timidez. Golden puso toda su atención incitándolo a que siga hablando.—También te amo.

Jamás había visto una sonrisa sean amplia y sincera. Las sonrisas de Golden te hacían sentir en el cielo.

Ahora que lo veía de cerca...Golden no está tan mal.

"Soy yo el que está mal."

Todo de él es perfecto, sus ojos, el color de piel y su brillante cabello, su sonrisa...sus...sus labios.

Sí, sus labios.
Los estaba probando.

Después de la respuesta de Freddy, Golden se inclinó y tomo los hombros ajenos sin su permiso para acercarlo, y por la emoción de haber sido correspondido posó sus labios en los del castaño. Tibios.

Freddy no sabía qué hacer, estaba congelado, ¿qué está pasando? ¿A caso lo está besando? De inmediato empujo levemente al contrario separándose de él completamente sonrojado.

Esta vez no se mentiría.
Le había gustado.

—¡P-perdón!—el rubio se disculpó, el también estaba sonrojado pero ningún sonrojo se comparaba al de ojos azules.

—Eso...no me lo esperaba...—cubrió su cara con sus manos para que el de ojos grisáceos no viera aquel fuerte sonrojo que le había provocado. No podía mostrarse indefenso.

De un momento a otro ambos empezaron a reírse juntos.
Ahora como pareja.

...

Freddy, al volver a su casa encontró a su madre de brazos cruzados en el comedor, lo estaba esperando. ¿A caso en el fondo de todo se preocupaba por él?
Para poder salir le había mentido diciendo que iba a ir al hospital, pero creo que ya todos sabemos que hizo en vez de eso.

La señora no es tonta, se dio cuenta de las flores que el castaño intentaba esconder en su espalda.

—¿Freddy? ¿Y esas flores?

No le quedaba de otra, tenía que seguir mintiendo.

—Oh. S-son para ti mamá, te las compré.

...

Nuevamente visitó a su hermano, era el único a quien le podía ser realmente sincero.
¿También se estaba aprovechando de él? ¿Se estaba aprovechando de su hermano quien estaba en coma sólo para desahogarse?

Sí.

Era muy egoísta.

—¿Golden me gusta...?—se preguntó el mismo castaño, como si su acompañante en coma le hubiese preguntado, pero no podía decir ni una sola palabra y Freddy lo sabía muy bien. Suspiró por su propia pregunta.—No, claro que no...—sonrío mientras llevaba una mano a la mejilla contraria acariciándola.—Todo esto lo estoy haciendo por ti, recuérdalo.

Su sonrisa solo era una mueca, no estaba feliz.

Estaba claro, se sentía mal por hacerle eso a su mejor amigo. Pero no diría nada.

—Si estuvieses despierto...¿qué me dirías?—sus palabras eran arrastradas, se oían muy lentas, de lejos podría decirse que solamente abrió su boca y ya, sin formular ni una palabra.—Tal vez nada de esto hubiese pasado, tal vez hubiera sido más feliz, tal vez nadie estaría sufriendo como ahora, tal vez nuestra familia sería más unida...tal vez...

¿Tal vez...?

Cerró sus ojos...

...

Cerró sus ojos e imagino a su hermano en todos los momentos de su vida, apoyándolo en sus decisiones, defendiéndolo de burlas o incluso de sus padres, abrazándolo cuando se sentía triste y queriéndolo como nunca nadie lo había hecho, aún más que Golden. Freddy lo que quería era a su hermano, sólo a él, pero no estaba...y no lo estaría, ¿no? Freddy se aferraba a que algún día él iba a despertar y todo mejoraría.

Él y su hermano saldrían juntos adelante.

Eso esperaba.