Capítulo 2

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Renjun restriega su rostro suavemente en el pecho del mayor, ronroneando de gusto ante la calidez. Aspira el aroma y es entonces que se percata de que algo en el olor del contrario no es como lo recuerda, pues Jaemin huele más sutil y Jeno más almizclado. Abre los ojos, alejándose del cuerpo musculoso.

Ah, era Lucas. Con razón se movía tanto durante la noche.

Se talla los ojos, irguiéndose en la cama. Se le había olvidado que Lucas y él dormían juntos mientras se quedaban en su vieja casa. De hecho, el mayor en cuestión seguía durmiendo, roncando suavemente con la boca un poco abierta. Renjun sonríe con diversión e intenta cerrársela con cuidado, pero el mayor frunce el ceño y se da la vuelta entre quejas, abrazándose a su almohada.

Renjun niega, aunque lo deja estar, bajando los pies de la cama para levantarse. Jaemin duerme con ambos brazos tras su cabeza, como si se hubiera quedado de aquella forma mientras pensaba. Jeno, por su parte, ya está despierto, y le mira con ojos somnolientos y expectantes. Renjun le sonríe y camina en silencio hasta acostarse con cuidado entre ambos.

Acaricia el estómago de Jaemin mientras toma la mejilla de Jeno y le planta un suave beso en los labios. ―Buenos días, dormilón ―murmura, recostándose en él y pasándole una pierna encima.

Jeno se ve complacido con sus acciones, acariciando posesivamente su pierna. Sin embargo, les da la vuelta, haciendo que Renjun quede bajo su peso. ―Hueles mucho a Lucas ―menciona, besando a Renjun en la boca, sin preocuparse por nada más.

Renjun rueda los ojos, pero acepta el beso, abrazándose al cuello del mayor. No puede reclamarle cuando sabe que a Jeno y a Jaemin les picaba en la nariz oler el aroma de otra persona en él con tanta fuerza; sobre todo, porque al despertar sus sentidos estaban más sensibles y agudizados. Se besan hasta que Jeno luce más satisfecho, oliéndose a sí mismo en el menor. Asiente conforme. ―¿Ya estás más tranquilo? ―pregunta Renjun y Jeno vuelve a asentir.

Jeno se recuesta en su pecho, queriendo escuchar los latidos de su corazón, justo cuando Jaemin se estira a su lado, despertándose. Bosteza, para después parpadear y saborear su aliento matutino. Se acomoda a un costado, posando mientras observa a Renjun, quien le mira devuelta. ―Hey, bebé ―dice seductoramente, acariciando los cabellos del menor.

Renjun suelta una risilla. ―Buenos días ―susurra, mirándolo con adoración.

Jaemin se inclina a besarlo como forma de devolverle el saludo, sentándose en el suelo momentos después. Le da varios golpes suaves a Jeno en la cabeza, dándole a Renjun una mirada pensativa. ―¿Qué crees que descubras allá? ―pregunta, refiriéndose a su encuentro con el Celestial del día anterior.

Renjun se muerde el labio inferior, tomando la mano de Jaemin para detenerlo y al mismo tiempo entrelazar los dedos. Jeno no parece molesto de cualquier modo, acostumbrado a las bromas de Jaemin. ―No lo sé ―admite, besando la coronilla de Jeno―. Me emociona, pero... ―medita su siguiente respuesta―. ¿Y si no es lo que espero? ―murmura, algo cohibido.

―¿Y qué es lo que esperas? ―inquiere Jeno, levantándose para verlo mejor.

Renjun hace mueca, sentándose para estar a la par de ellos. Juguetea con sus manos, dándole vueltas a su anillo de matrimonio. ―Supongo que estoy idealizando la situación un poco ―dice, sonriendo con timidez.

Jeno niega, besando su frente. ―Es de esperar que estés emocionado ―menciona, justo antes de que Jaemin asienta de acuerdo.

Le acaricia los cabellos, deseando encerrar a Renjun en una burbuja cada que hace aquella expresión. ―Así es ―afirma él―. Se suponía que no existían más Celestiales y de repente hay toda una academia con seres de todo el mundo ―le pasa un brazo sobre los hombros―. Mi amor, sería extraño que no te emocionaras ―alega, besando su mejilla.

Renjun les sonríe agradecido, besando a ambos en los labios. ―Sí, tienen razón ―acepta, y mira entonces a Lucas, acurrucado y dándole la espalda―. No sé cómo será el día, pero sería bueno dejarlo dormir un poco más. No tenemos que ir sino hasta más tarde ―espeta, dejando la habitación junto a Jaemin y Jeno. Jungwoo se despierta antes de verlos partir y se sube a la cama, abrazando a Lucas por detrás.

Al salir son interceptados por la madre de Renjun, quién les sonríe. ―¡Oh! Estaba por ir a despertarlos. Tienen que desayunar temprano para no retrasarse ―anuncia, mirando a Renjun al decir aquello. Sabe que se refiere a él, Lucas y Shotaro.

Renjun asiente y bajan hacia la sala, en dónde varios ya están esparcidos por el lugar. Johnny, Yuta, Sicheng y Kun no están a la vista. ―¿Dónde están los demás? ―pregunta Renjun, intuyendo que Shotaro y Sungchan seguían durmiendo. Su padre le sonríe y le da los buenos días a los tres, continuando con su desayuno.

―John tuvo que regresar con el mismo cliente ―anuncia Mark, sonando algo molesto. Johnny había viajado a ver un cliente antes de poder viajar con ellos a Seúl, y al parecer no había logrado resolver del todo la situación cuando estuvo de vuelta.

Haechan, que acuesta su cabeza sobre el regazo de Taeil en el sofá y posa sus piernas en Mark, continúa respondiendo. ―Yuta y Sicheng se fueron en la noche y no han regresado. Kun no sé ―termina, acurrucándose más en Taeil. Hacía un par de años ya no les llamaba Hyung a los mayores, exceptuando ciertos momentos.

―Kun me dijo que llamó a Yuta y Sicheng, así que están trayendo nuestra comida ―dice Ten, por fin respondiendo la pregunta.

Renjun asiente satisfecho, sirviéndose el desayuno de la olla mientras su madre trae a Lucas y Shotaro. Ambos se ven adormilados y con los ojos hinchados en cuanto bajan, con Jungwoo y Sungchan tras de sí. ―Vamos, vamos. Coman o se les hará tarde ―murmura Taeyong, yendo por los platillos de Lucas y Shotaro. Jaehyun sonríe divertido, acariciando la barbilla de Shotaro con cariño. La madre de Renjun hace lo mismo con Lucas al acariciarle el brazo.

Desayunan sin prisa, sabiendo que podían volar si era necesario para llegar a tiempo. Antes de terminar llegan con la comida de los oscuros, por lo que se disponen a desayunar mientras los tres Celestiales de la casa suben a prepararse. Se duchan, se ponen ropa más acorde a la ocasión y bajan ya listos, viendo a la familia mirar una película que alguno escogió tras una corta pero ruidosa discusión (nada fuera de lo común) que se escuchó hasta la planta de arriba. Le ponen pausa en cuanto los ven ya preparados.

La primera en decir algo es la mamá de Renjun, quién se levanta de su asiento y se acerca a abrazarlos. ―Que les vaya muy bien ―murmura, apretujándolos―. Ojalá todo resulte de maravilla y se diviertan mucho ―dice al separarse, sonriéndole a los tres. Las arrugas en su rostro no hacen nada por opacar su rostro, pues Renjun sigue creyendo que es la mujer más hermosa del mundo.

Asiente, besando su mejilla. ―Estaremos bien, mamá. Ya no somos niños ―le recuerda, yendo donde los demás para despedirse. Jaemin y Jeno lo besan cuando es turno de ellos, tomándose su tiempo.

―Nos va a ir bien ―afirma Lucas, susurrándole algo a Jungwoo cuando se acerca a despedirse de él.

Cuando Renjun se separa de Jeno, Jaemin lo toma de la mano. ―Llámanos si algo pasa ―menciona, recibiendo un asentimiento de Renjun. Lucas y él esperan cerca de la puerta a qué Shotaro termine de despedirse, siendo abrazado por Taeyong con fuerza.

Después, es Yuta quien apretuja a Shotaro, para luego hacerle espacio a Jaehyun que hace lo mismo, antes de alejarse y quedarse frente a Sungchan. Todos guardan un silencio expectante, preguntándose quién será el primero en moverse. Shotaro se aclara la garganta, incómodo, y se despide con un vago movimiento de su mano. ―Adiós ―anuncia, siendo detenido por Sungchan al arrastrarlo en un abrazo.

Sungchan lo toma con fuerza, aspirando su aroma. ―Adiós ―responde en un murmullo, causando que Shotaro suspire con temblor en la voz y le corresponda, aferrándose al tacto. Nadie los interrumpe, aliviados de que aún haya alguna cercanía entre ellos.

No tardan mucho al tener que irse, pero Shotaro le sonríe con felicidad, yendo hacia la puerta mientras le dice adiós a los demás. Los tres salen de la casa y finalmente se encaminan hacia el lugar en cuestión. Una brisa les despeina los cabellos, por lo que se miran entre sí. Renjun comparte una sonrisa con ellos, curioso por lo nuevo que les depara la vida.

«Me pregunto qué tipo de mundo nos espera.»

《✢》

El aire aquel día sopla con cierta fuerza, probablemente influenciado por los sentimientos de los tres Celestiales que caminan alegres por el bosque.

Renjun no puede evitar la sonrisa de emoción en su rostro, sintiéndose como un niño de nuevo. No sabe qué les espera en aquel lugar, pero siente que nuevas oportunidades se van formando con cada paso que dan. Desde hacía mucho tiempo había deseado conocer más sobre su especie, algo más allá de lo que Lucas le ha contado, y el ser consciente de que probablemente había gente que tenían anécdotas sobre sus familiares Celestiales le causaba una sensación refrescante.

Puede ver por la expresión de Lucas que él se siente igual y Shotaro, el más joven de los tres, se ve algo curioso y ansioso por un lugar nuevo para él. Le recuerda a una versión joven de sí mismo, tan soñador e inocente a pesar de su entorno «fúnebre o no» que parece nada puede romper esa ilusión. Le toma de la mano, dándole un corto apretón, por lo que ambos se sonríen.

Tras un largo recorrido a pie en el bello paisaje del bosque, logran llegar al lugar de encuentro indicado. Jisung aún no ha llegado, así que el viento soplando y el canto de las aves y bichos es lo único ambientando el lugar.

Renjun se está preguntando si esperarlo sentado cuando Shotaro decide hablar. ―Me da algo de miedo ―menciona, ganándose la atención de los dos―, que no sea lo que estemos esperando o... Que sea como un culto ―murmura lo último con algo de vergüenza.

Lucas se ríe, aunque Renjun sólo le sonríe con diversión. Estaba seguro que Yuta o Doyoung le habían dicho eso. ―Probablemente sean como nosotros, pero más conocedores de nuestros poderes y habilidades ―dice Renjun, acercando a Shotaro para darle un abrazo de costado.

Lucas le revuelve los cabellos. ―No dejes que Yuta te llene de ideas. Sabes que no le tiene respeto ni al Diablo ―dice el mayor, negando para sí. Shotaro suelta una risita, divertido y más relajado. Renjun los admira con cariño antes de sentir la presencia de otra persona.

Jisung se aparece de pronto, trotando para llegar más rápido hacia ellos. Les saluda con una sonrisa brillante, aparentemente feliz de conocer a más Celestiales. ―¡Hola! ―exclama con alegría―. Me alegra que pudieran llegar. Soy Jisung, por cierto ―se presenta hacia Lucas y Shotaro.

Renjun le pone una mano en el hombro a cada uno. ―Ellos son mi primo; Lucas, y mi hermano; Shotaro ―los tres hacen una reverencia.

Jisung da una palmada, frotándose las manos después. ―¡Bien! Vamos a ello entonces ―indica, comenzando a caminar hacia otro rumbo. Los otros lo siguen de cerca, escuchando cuando Jisung comienza a relatar―. Cuando la cacería de Celestiales sucedió... Si la conocen, ¿verdad? ―hace una pausa, recibiendo asentimientos―. Cuando sucedió, los Celestiales de aquella época buscaron lugares donde esconderse o refugiarse en caso de salir heridos ―continúa diciendo―. Al principio fueron casas en lugares remotos o locaciones debajo del suelo, pero finalmente se creó la Academia ―Jisung gesticula con sus manos mientras narra los sucesos―. Cuando la cacería estaba terminando, un Celestial encontró un espacio con mucha energía en su tierra, por lo que junto a otros Celestiales crearon una barrera que protegiera ese espacio y así poder construir un lugar sagrado que pudieran usar como punto de reunión ―termina, siendo interrumpido por Lucas.

―¿Fueron muchos Celestiales? ―pregunta, recibiendo una sonrisa de Jisung.

―Eran muchos ―acepta―. El lugar en cuestión sólo sería una locación secreta para que pudieran encontrarse o refugiarse de ser necesario, pero al terminar por fin la cacería decidieron cambiar sus planes y se volvió una Academia con el fin de enseñar la historia y protección a futuros descendientes ―Jisung se veía orgulloso hablando de la historia de su especie―. Y ahora, gracias al esfuerzo de nuestros antepasados, nosotros existimos y podemos estudiar y aprender de ellos ―finaliza, sonriendo a los otros tres.

Renjun se emociona cada vez más, deseando poder llegar ya a la Academia.

Caminan un tramo largo, tomando rutas diferentes y alejándose cada vez más de los caminos frecuentados por turistas. Suben la montaña, pasando kilómetros y kilómetros de árboles. Por suerte no pueden cansarse del esfuerzo, ya que llegan tras un par de horas. Se terminan encontrando frente a una enorme roca sobresaliente, pareciendo parte de la montaña. Renjun está seguro que mide lo mismo que algún edificio.

Jisung señala la roca con un ademán. ―Y llegamos ―exhala.

Los tres fruncen el ceño, pero es Shotaro quien habla. ―¿Está arriba de la roca? ―inquiere, mirando de Jisung a la roca.

―La Academia es la roca ―responde Jisung, negando las palabras de Shotaro. Cuando nota que los tres lo miran con escepticismo, se ríe entre dientes―. Pongan sus manos en la roca ―incita, haciendo lo indicado.

Lucas le da una mirada de extrañeza a Renjun, pero obedece, seguido por los otros dos. Al ser el turno de Renjun, siente una textura diferente a la esperada. Una enorme barrera transparente se ilumina y de pronto la roca desaparece, mostrando un enorme edificio en medio de un claro rodeado de gente que va y viene. Los tres miran con sorpresa la reciente aparición, admirando el inmenso edificio color blanco marfil.

Jisung alza ambos bravos en una expresión de bienvenida. ―Bienvenidos a la Academia ―pasa a través de la barrera y los espera del otro lado―. Al poner sus manos la barrera se aparece ante ustedes y les permite ver la Academia. La roca es una ilusión para turistas, pero no pueden pasar si la barrera no los reconoce y también ayuda a avisarnos cuando alguna criatura desconocida intenta entrar.

Los tres se miran entre ellos, aunque es Lucas quien da el primer paso. Nota que la barrera desaparece de su vista cuando la atraviesa. Renjun y Shotaro lo imitan, sintiéndose curiosos por el entorno lleno de paz. Jisung les sonríe y continúa caminando hacia la Academia, por lo que le siguen mientras observan lo que les rodea.

La Academia tiene un par de torres puntiagudas y varias ventanas de cristales que recubren las paredes del edificio, dejando ver todo hacia adentro. Los árboles a su alrededor parecen emanar una energía muy fuerte, probablemente albergando algunas Dríadas que ayudaban a proteger el lugar. Toda la tierra se sentía muy cargada, como el terreno de su casa en Jeolcheon, sólo que más expandido gracias a los seres que habitaban el entorno.

Ninguno de los Celestiales que entraban y salían usaban uniforme, por lo que parecían personas comunes y corrientes. De hecho, varios se veían cerca de su edad o no mucho mayores, dándole una sensación real de alguna especie de escuela. Jisung los guía hacia las puertas principales, siempre abiertas a cualquier nuevo visitante.

Por dentro se ve todavía más espacioso, lleno de una combinación de colores pastel entre azul, grisáceo y blanco. Había varias decoraciones de arte clásico, cómo estatuas de mármol de la antigüedad, pinturas de época grabadas en el techo o ciertas partes de las paredes, e incluso retratos de «probablemente» ancestros Celestiales colgados en lugares estratégicos. Todo se veía magnífico y elegante, de un modo semejante a la realeza. Hay, además, una gran variedad de personas a su alrededor, provenientes de diferentes naciones y culturas; no obstante, no es eso lo que llama la atención de Renjun.

Sino el hecho de que varios se han detenido a mirarlo y susurrar sobre él.

Todos les miran con curiosidad, probablemente preguntándose por los nuevos Celestiales; sin embargo, hay unas cuantas personas que parecen reconocerlo de algún lado y cuchichean descaradamente entre sí. Era algo incómodo de presenciar, por lo que Jisung, Lucas y Shotaro se veían claramente confundidos.

De pronto, una mujer se acerca a donde ellos decididamente, reconociendo a Renjun al darse cuenta de su rostro. ―¡No puede ser! Huang Xiaoling, han pasado décadas ―y se apresura a estrujarlo en un abrazo.

Lucas y Shotaro comprenden su reacción, aunque Jisung abre mucho los ojos, como si acabara de aparecer un muerto frente a sus ojos. ―¿¡Qué!? ―exclama, incrédulo.

Renjun espera a que la mujer se separe para comunicarle su error. ―Disculpa, creo que me confundiste con mi abuelo ―anuncia, ganándose una mirada de sorpresa―. Soy Huang Renjun, uno de los nietos de HuangLin, y éste es Wong Yukhei, su otro nieto ―Lucas le sonríe sin mostrar los dientes.

La mujer se disculpa por la confusión, dándoles la bienvenida. ―Oh, me disculpo. Eres su viva imagen ―Renjun sonríe con algo de timidez, acostumbrado a la comparación―. Mucho gusto y bienvenidos. Debo suponer que Jisung los ha traído aquí ―intuye, colocando una mano en la espalda del mencionado.

Los tres asienten, sacando a Jisung de su estupor. ―No lo sabía, nunca conocí a HuangLin ―dice de pronto―. Todos los Celestiales conocen su nombre, pero muy pocos cómo lucía ―niega para sí―. Ella es Tiffany Young, la sub directora de la Academia ―la presenta, y ella les da la mano en un apretón.

Tiffany no es muy alta, aunque tiene un aura madura y pacífica que la hace sobresalir de manera positiva. Sus labios son rellenos y sus ojos pequeños, pero tiene una sonrisa cálida que les calienta el corazón. Es esbelta y muy hermosa, con un cabello rubio que le acentúa su rostro. Parece genuinamente feliz por conocerlos, dándoles una sensación de paz instantánea.

Renjun, Lucas y Shotaro le regresan el apretón, acostumbrados al saludo por sus viajes en otros países. Shotaro le da su nombre y Tiffany le da la bienvenida también. ―Bueno, espero la Academia y sus estudiantes sean de su agrado. Nos complace mucho tener a nuevos reclutas siempre ―anuncia, sonriéndoles con alegría y recibiendo sonrisas de vuelta. A lo lejos parece ver a alguien, porque hace un rápido ademán con su mano.

Los cuatro restantes miran tras de sí, notando que un hombre alto y de atractiva figura se acerca. Cuando está junto a ellos, Tiffany posa una mano sobre uno de sus hombros. ―Chicos, éste es el director de la Academia, Choi Siwon ―Renjun, Lucas y Shotaro hacen una reverencia inmediata, en señal de respeto. Jisung, por su parte, le da los buenos días con educación―. Siwon, llegas justo a tiempo. Jisung ha traído a nuevos chicos para estudiar, y no cualquier chicos, sino los nietos de HuangLin ―explica, causando una mueca de sorpresa en el hombre.

Siwon se veía estoico y elegante, exudando poder y sabiduría de su porte. Dos hoyuelos se asoman en sus mejillas en cuanto les sonríe. ―Bienvenidos, es un honor tener a los descendientes de HuangLin con nosotros ―hace una corta reverencia con su cabeza. Renjun y Lucas le sonríen de vuelta―. Siempre es una alegría para nosotros recibir a Celestiales cada día. Por favor, disfruten su estancia aquí y espero sean de su agrado las instalaciones ―se despide con una suave sonrisa, no sin antes agregar―. Debo retirarme para ocuparme de varios asuntos, me disculpo. Tiffany, llévalos a conocer la Academia y después a realizar el examen ―da una corta sonrisa a los presentes y finalmente se retira.

Tiffany asiente a sus palabras y luego se dirige a ellos. ―Bien, entonces los guiaré por el lugar. Jisung ―le llama, recibiendo su atención―, puedes retirarte si ya no tienes más clases. Yo los llevaré a partir de aquí ―Jisung asiente y se despide con una promesa de encontrarse al terminar. Entonces, Tiffany les da el tan esperado recorrido.

Los guía a través de pasillos llenos de cuadros, pinturas y plantas en macetas. Les habla de los salones llenos de Celestiales, una corta explicación de las materias que se enseñan, las arenas para entrenar, las zonas recreativas para practicar, estudiar o pasar el rato e incluso la cafetería. Celestiales se hallaban por doquier, todos saludando a Tiffany o acercándose para ver de cerca a Renjun. El propio Renjun se sentía extraño y algo halagado, por primera vez experimentando lo que era ser tan requerido en una escuela.

De camino a realizar el examen, tras terminar el recorrido, Tiffany pregunta sobre su encuentro con Jisung, por lo que Renjun es quien responde. ―Yo me había alejado de mi familia cuando sentí una presencia extraña, así que fui a buscarla y me topé con él. Me dijo que se encontró con unos Oscuros y al intentar cazarlos se cruzó conmigo ―explica, tratando de sonar genuino.

Tiffany no parece dudar de él, haciéndolo notar que los Celestiales no usaban el detector en otros Celestiales. ―Oh, espero se hayan ido de aquí. Muchas personas vienen a esta montaña a hacer turismo ―espeta, viéndose preocupada. Lucas, Shotaro y Renjun se dan una mirada.

Shotaro es quien continúa la plática. ―Y para qué es el examen ―termina preguntando, deseando desviar la conversación.

Tiffany sonríe, dejando el tema anterior. ―El examen es una prueba que todos los Celestiales nuevos deben hacer al llegar aquí. Nos ayuda a identificar su grado de conocimientos y así colocarlos en una clase que esté a su nivel. Sus compañeros sabrán lo mismo que ustedes o poco más poco menos, así que no teman sentirse atrasados ―les da una sonrisa de consuelo que ayuda más de lo que parece.

Bajan las escaleras, al haber subido los pisos de arriba, cuando Lucas tiene una pequeña duda. ―¿Hay algún modo de llegar aquí más rápido? ―cuestiona, recordando el enorme tramo que escalaron para llegar allí.

―¿Por qué? ―pregunta a su vez Tiffany, arrugando su bello entrecejo.

Terminan al final de las escaleras, por lo que Tiffany les mira con interés. Lucas se aclara la garganta antes de responder. ―Bueno, está muy lejos de nuestra casa ―se rasca el brazo con cierta incomodidad―. Nosotros estamos de visita para ver a nuestro abuelo, eh... ―comparte una mirada con Renjun y Shotaro―. Él murió hace varios años y lo enterramos en el santuario ―explica, ganándose una mirada llena de sorpresa. Tiffany se cubre la boca, aparentemente incrédula―. Nos quedamos en la casa donde él y Renjun vivían mientras estamos aquí en Seúl, pero realmente nuestro hogar es Jeolcheon ―aclara, mirando con disculpa a la mujer. Parecía que la noticia de la muerte de HuangLin era un gran golpe entre los Celestiales.

Tiffany se recupera con rapidez, aunque eso no evita que acerque su anillo heredado a la boca y susurre un corto rezo. ―Es una enorme pena ―se lamenta, viéndose claramente decaída. Por lo que Renjun había entendido, ella y su abuelo habían sido buenos amigos en el pasado―. Esperemos los Dioses lo estén cuidando en el más allá ―agrega, sonriéndoles a los más jóvenes. Después parece recordar algo―. ¡Oh! Es cierto. No es necesario que viajen tanto ―instruye, comenzando a caminar de nuevo.

Los tres la siguen sin comprender. ―¿A qué se refiere? ―pregunta Shotaro, notando que van hacia las puertas de entrada otra vez.

Tiffany va con paso decidido y una mirada concentrada. ―Seguramente Jisung los ha traído a pie para que conozcan el camino ―intuye, y sin esperar respuesta, continúa hablando―. Eso está bien para los nuevos, pero ya qué saben dónde se encuentra la Academia, no necesitan caminar para llegar ―logran salir del edificio, dirigiéndose hacia el bosque. Cuando están frente a los árboles, Tiffany se posa delante de los tres―. Verán, los Celestiales tienen una conexión con la tierra que les permite sentirla y entenderla ―comienza explicando―. No obstante, la propia tierra está conectada a todo. Cada bosque, cada árbol, cada ser vivo sobre la tierra y el suelo está conectado entre sí como una enorme red ―los tres asienten, sabiendo aquello―. Es gracias a esa conexión que nosotros podemos transportarnos de un lugar a otro ―Lucas frunce el entrecejo, aunque Renjun y Shotaro se ven más bien asombrados.

―¿Cómo que transportarnos? ―inquiere Renjun.

Tiffany señala la tierra bajo sus pies. ―Este bosque está conectado a cualquier otro bosque de un modo físico y espiritual. Ahora, cierren los ojos ―pide, por lo que los tres la obedecen―. Imaginen un lugar lleno de naturaleza en el que hayan estado antes ―en automático piensan en el bosque de su hogar―. Cómo todo está conectado con todo, eso les permite abrir un pequeño portal a cualquier lugar lleno de naturaleza ―explica al ellos abrir los ojos, señalando el interior de éste―. Necesito que corran hacia el bosque. Visualicen al correr que son llevados hacia el otro lado, que en este caso sería el lugar en el que pensaron. Imaginen que al terminar de correr ya están allí ―se aleja un poco―. Pueden tomarse el tiempo que quieran ―ofrece, sonriéndoles.

Los tres se miran entre sí, emocionados. El primero en querer intentarlo es Lucas, quién toma una fuerte respiración y cierra los ojos de nuevo. Piensa en una visión de túnel y luego en el bosque de Jeolcheon. Espera hasta que el latido bajo sus pies comienza a fortalecerse y entonces abre los ojos de nuevo, corriendo hacia el interior del bosque. Sus ojos se iluminan del característico color blanquecino y una bruma negra lo consume antes de desaparecer. Da varios pasos rápidos, notando que los árboles a sus costados empiezan a verse diferente y toman una forma familiar. Se detiene poco a poco al vislumbrar el árbol de Rhiannon frente a él.

Renjun es el segundo en intentarlo, imaginando al cerrar los ojos a Xiaojun aparecer y desaparecer. Piensa en su casa, sintiendo el reconocido latido de la tierra y comienza a correr. Abre los ojos, iluminados del mismo color blanquecino, y rayos se disparan a su alrededor en cuanto desaparece de allí y reaparece a unos metros de su casa, un poco más lejos que Lucas.

El último en tratar es Shotaro, que cierra los ojos y recuerda la sensación que tiene en sus visiones. Deja que los latidos de la tierra lo bañen y abre los ojos ya iluminados, corriendo por el mismo camino que Lucas y Renjun. La tierra bajo sus pies se llena de escarcha conforme avanza y Shotaro es transportado, dejando copos de nieve flotando en el aire. Llega hasta los límites del bosque, en dónde Lucas y Renjun se acercan a él. ―Ir a la Academia fue la mejor idea que tuvimos ―espeta Lucas, encantado como un niño ante un nuevo aprendizaje.

Los otros dos asienten y vuelven a la Academia, viendo la sonrisa orgullosa de Tiffany al recibirlos. ―Dejan un rastro detrás, pero con el tiempo van a pulir esa habilidad, así que no se preocupen. Vayamos a qué hagan el examen ―dice, guiándolos de nuevo adentro.

Pasan entre el montón de alumnos, que todavía se ven curiosos por ellos. ―¿Todos saben coreano? ―pregunta Shotaro, inocente ante el hecho de que haya Celestiales extranjeros.

Tiffany no asiente ni niega. ―Hay áreas para aprender coreano si ellos lo desean, pero la mayoría habla en inglés al ser un idioma fácil de aprender. O al menos más fácil que el coreano ―añade, sonriendo con cierta diversión. Renjun, Lucas y Shotaro sonríen de vuelta, sabiendo que a los Celestiales se les daba fácil aprender. Finalmente llegan a un salón con la puerta abierta, en dónde un hombre vigila a los alumnos de adentro―. Bien, llegamos. Ahora voy a tener que dejarlos en la tutela del encargado ―les explica, tocando la puerta con un suave golpeteo.

El hombre y los estudiantes miran en su dirección, aunque el hombre alza ambos brazos en un gesto que denota autoridad. Los estudiantes prosiguen en su tarea, volviendo su atención a las hojas en sus pupitres. El hombre sale a recibirlos, viéndose curioso por las caras nuevas. ―Hola, ¿nuevos reclutas? ―pregunta, sonriéndole a los chicos.

Tiffany asiente, gesticulando con sus manos. ―Sí, te los he traído para que los ayudes con el examen ―el hombre asiente―. Chicos, él es Donghae. Es quien se encarga de realizar los exámenes ―Donghae hace una corta reverencia que ellos imitan―. Ellos son Renjun, Lucas y Shotaro ―los presenta, señalando sutilmente a cada uno. Donghae no parece reconocer a Renjun, por lo que era probable que nunca hubiera visto a HuangLin en persona.

―Bienvenidos ―dice Donghae, despidiéndose de Tiffany en cuanto ella se retira con la petición de que se haga cargo de ellos―. Bueno, me imagino que ya les han dado un tour por las instalaciones y explicado para qué son los exámenes ―los tres asienten, entrando al salón en cuanto Donghae lo hace―. Los exámenes de verificación siempre están preparados por si viene algún Celestial ―explica―, y de hecho, hoy hemos tenido varios nuevos reclutas ―menciona, señalando a los jóvenes que escribían en las hojas frente a ellos.

Llegan al escritorio de Donghae, en dónde hay una pila de papeles y lápices a un costado. Les da una prueba a cada uno, un lápiz y abre un cajón en dónde se muestran borradores y más lápices. ―Tengan. El lápiz está encantado así que no se le acaba la punta, pero si lo rompen pueden venir a buscar otro. Lo mismo con los borradores ―continúa diciendo Donghae―. Se hace a lápiz porque a nuestro director no le gustan las cosas muy modernas ―se burla, refiriéndose a las computadoras, tablets y teléfonos―. Además, así pueden borrar su respuesta si se equivocaron de inciso o línea. Recuerden que no necesitan una respuesta correcta, sólo es para evaluar conocimiento. Si no saben algo, tachen las casillas correspondientes o dejen en blanco la pregunta ―instruye, señalando hacia los pupitres.

Los tres se dan miradas cargadas de diferentes emociones y se encaminan en busca de algún asiento vacío. Por suerte la sala no está repleta y encuentran asientos rápido, acomodándose en el pupitre para comenzar la prueba. Renjun deja el lápiz sobre la rendilla que tiene la tabla de madera «que compone el pupitre» y analiza las hojas en sus manos: son varias, llenas de lado a lado. Al hojearlas nota que son de incisos y también abiertas, por lo que en algunas tendrá que escribir una respuesta larga.

Con el pensamiento de que no hay presión en equivocarse, comienza.

Observa que la primer hoja pide cosas como la fecha vigente y datos personales, así que tras escribir la fecha del día, continúa completando lo demás. Su nombre y demás es fácil de rellenar, pero al llegar a cierta casilla, siente sudor frío escurriendo por su espalda.

“Estado civil (en caso de tener pareja, especificar el nombre y especie).”

Mira al encargado, quién se encuentra leyendo un libro y mirando cada tanto a los demás Celestiales, vigilando en caso de que alguno necesite de su ayuda. Traga saliva, mirando su prueba otra vez. A Renjun nunca le había gustado mentir y, si era sincero, tampoco pensó que tendría que responder ese tipo de pregunta en la prueba, aunque asume debe ser una forma de recolectar información de ellos al ingresar. Toma una respiración y escribe rápidamente, sabiendo que nadie sabría que era mentira a través de un pedazo de papel. Al final, su información queda de la siguiente manera:

Nombre completo: Huang Ren Jun
Género: Masculino
Edad: 31 años
Fecha de nacimiento: 23 de marzo de 2001
Nacionalidad: Chino
Catalizador: Rayos
Familia cercana para contactar (que sepan sobre su especie):
Primo, Wong Yuk Hei
Padre, Huang Jian Xen
Madre, Ming Tian Yu
Estado civil (en caso de tener pareja, especificar el nombre y especie): Casado.
Esposos: Na Jaemin y Lee Jeno (Humanos)

Suspira para sí, lamentándose por la descarada mentira. En su interior se dice que Lucas estaría haciendo lo mismo, por lo que compartir la culpa con el mayor le hace sonreír de alivio. Al menos eso le quitaba algo de peso sobre los hombros.

Renjun termina después que Lucas, al haberse tomado su tiempo en responder. Se dirige donde Donghae para entregarle la prueba, recibiendo una sonrisa del mencionado. ―Nadie mencionó sobre... ―Renjun se siente algo apenado de preguntar cuando Donghae le presta toda su atención, pero prosigue en ello―. Bueno, es que nadie nos ha dicho si debemos pagar algo o no ―termina de decir, alegre de que ya no se sonroja tan fácilmente como antes.

Donghae se ve algo perplejo por su interrogante, pero se apresura a responder sus dudas. ―Oh, no. No cobramos a los estudiantes ―comenta con alegría―. Es gratuito, y nos mantenemos a flote gracias a las donaciones de los Celestiales que estudian o han estudiado aquí ―admite, murmurando lo último como si fuera un secreto.

Renjun comprende y se marcha, no sin antes preguntar. ―¿Los resultados...?

―Estarán mañana, así que pueden empezar desde el momento en que se les entreguen ―explica Donghae, despidiéndose de Renjun cuando éste le agradece y sale.

Lucas lo está esperando en una banca cerca del salón. ―¿Qué tal te fue? ―cuestiona, pasándole un brazo por los hombros cuando se sienta a su lado.

Renjun exhala, aunque se ve más relajado. ―Me sabía varias, pero también dejé algunas en blanco ―confiesa, recostándose en el mayor―. Me siento mal por mentir en esa pregunta ―menciona en voz baja.

Lucas entiende de cuál habla y asiente, mirando a los Celestiales ir y venir. ―No hay de otra, no podemos decir la verdad ―masculla, haciendo una mueca.

Renjun le da la razón internamente, esperando en silencio a qué Shotaro termine. Por suerte, sólo pasan un par de minutos antes de que salga. Shotaro se sienta al otro lado de Renjun en cuanto los ve. ―¿No sienten como si... ―comienza diciendo, mirando a los estudiantes pasear cerca de ellos―, estuviéramos cruzando una puerta hacia lo desconocido? ―dice para terminar, viéndose eufórico a pesar de todo.

Lucas y Renjun sonríen al oírlo, mirándose entre sí afirmativamente. Renjun es quien le responde al más joven. ―A veces hace falta saltar al vacío ―insta, poniendo una mano en su hombro―. Así inician todas las aventuras ―los tres comparten una sonrisa, antes de que Renjun busque su teléfono y haga un ademán con él―. Hay que contarle a los demás ―anuncia, recibiendo cabeceos afirmativos.

Renjun le hace una videollamada a Jeno, el más cercano en su lista de llamadas recientes. Contesta después de un par de tonos. ―Hola, mi amor ―dice Jaemin con voz cantarina, asomándose a un lado del dueño del teléfono.

Jeno sostiene el teléfono con su misma expresión neutral, aunque su mirada se ablanda en cuanto el rostro de Renjun se enfoca en su visión. ―Ren ―menciona, sonando suave y anhelante. Yangyang, Haechan y Mark se hacen un espacio junto a ellos para poder ver también.

Renjun les sonríe y separa un poco su teléfono de sí para dejar ver a Lucas y Shotaro. ―Hola, hemos terminado el recorrido ―les explica, justo cuando Haechan empuja a Mark y éste lo hace de vuelta. Más miembros de la manada intentan aparecer y otros tantos gritan para dar instrucciones.

Jeno parece mirar algo a su lado, fuera del enfoque de la cámara justo como Jaemin, aunque él se ríe en silencio mientras lo hace. Se escuchan las risas de Chenle, Yuta, Yangyang y Hendery durante un sonido de forcejeo y finalmente un golpe sordo. Johnny dice algo parecido a "Suficiente, Mark, Haechan" y entonces Jaemin toma el teléfono de las manos de Jeno y lo coloca sobre una superficie. Toda la manada junto a sus padres se dejan ver; Mark siendo regañado en voz baja por Jaehyun y Taeyong, y Haechan por Johnny.

El resto hacen saludos con sus manos, tan curiosos como el propio Renjun. ―¿Cómo les fue? ―pregunta Jungwoo, ignorando el suceso anterior.

Renjun lo imita y suelta un suspiro que expresa más que cualquier palabra. ―El lugar es enorme y hermoso. Todos son muy amigables aquí e incluso nos hicieron una prueba para conocer qué tanto sabemos de los Celestiales ―explica, sin poder contener su emoción.

―Muchos vieron a Renjun y lo confundieron con mi abuelo. Ahora es una celebridad ―dice Lucas con burla, ganándose una sonrisa apenada de su primo.

―No me sorprende con esa cara ―menciona Jaemin, viéndose satisfecho y guiñándole un ojo.

Renjun niega, pero es Shotaro quien prosigue. ―Nos enseñaron cómo transportarnos. ¡Fue genial! ―exclama con una mirada brillante.

Los demás sueltan más exclamaciones de emoción; no obstante, es la mamá de Renjun quien logra hacerse oír a través del ruido. ―¿Qué tal si regresan y nos cuentan todo con más detalles? ―ofrece, causando el silencio.

Chenle y Yangyang asienten con rapidez, ganándose sonrisas divertidas de algunos. ―Buena idea, tía ―dice Lucas―. Además hay cosas que no podemos mencionar bien aquí ―murmura, refiriéndose a la naturaleza particular de la manada.

Se escuchan exclamaciones de acuerdo, por lo que Renjun toma esa como la señal y se despide con un movimiento de manos que Lucas y Shotaro reflejan. ―Seremos más específicos en casa ―señala, viendo a varios acercarse a la cámara y dar besos cursis frente a la lente.

Jeno se encamina tranquilamente y toma el aparato, agitando su mano como forma de despedida y siendo seguido por Jaemin, que posa su barbilla sobre el hombro de Jeno y le guiña el ojo al menor con un susurro que suena mucho a un "Bye" muy seductor antes de que la llamada se corte. Renjun deja salir una sonrisa cariñosa, pensando en que a pesar del tiempo Jaemin no deja de competir por su amor incluso en forma de una broma.

Renjun guarda su teléfono. ―Bueno, es hora de regresar ―anuncia, mirando al par a su lado.

Shotaro se levanta con una sonrisa desbordante, seguido por los otros dos. Caminan hacia la salida, preguntándose si deberían despedirse directamente de Tiffany o Jisung cuando el segundo se aparece frente a ellos. ―¡Hey! ¿Ya se van? ―intuye, mirando a cada uno.

Los tres dan cabeceos afirmativos aunque es Lucas quien responde. ―Sí. Nuestra familia nos espera en casa para escuchar detalles de todo ―responde―. Planeábamos buscarte para agradecerte, fuiste muy amable ―agrega, sonriéndole al contrario.

Jisung niega cordialmente. ―Era lo justo. Cualquier Celestial merece un cupo aquí; además, lo hago con todo el gusto del mundo ―ensancha su propia sonrisa―. Supongo que los veré mañana, espero compartamos alguna clase ―menciona, despidiéndose del trío.

Renjun y los otros se alejan con la promesa de volver, deseando que ya sea mañana para poder regresar cuanto antes.

《✢》

Renjun se deja caer en la cama con un suspiro, gustoso de la suave tela. Agradecía que Jaemin siempre comprara de seda, pues las sábanas se sentían como mantequilla entre los dedos y dejaban a Renjun satisfecho por el tacto.

Escucha movimiento a su alrededor, por lo que abre los ojos y observa a Jeno reordenar su librero. Parece que ahora se decidirá a hacerlo por colores, agrupando los libros en varios montones. Renjun sonríe con cariño, acostumbrado a los días de reordenar que Jeno religiosamente llevaba a cabo cada cierto tiempo. Incluso tendía a ordenar las cosas de Jaemin o las del propio Renjun, quienes no se negaban; principalmente porque a Jaemin le tenía sin cuidado y a Renjun le gustaba complacerlo.

Jaemin entra en ese momento, comiéndose un plato lleno de una sustancia no identificable color roja. Renjun asume que eso se hallaba dentro de un animal hace unos minutos atrás, pero está tan acostumbrado a ver el relleno de los pobres animales que ha este punto le parece de lo más natural. Jaemin cierra la puerta de una patada y se dirige a la cama, sentándose a un lado de Renjun.

El menor de los tres no se mueve un ápice, recibiendo un corto beso en la coronilla. ―Cuando termines acomoda mis figuras ―le ordena Jaemin a Jeno, masticando el pedazo que tiene en la boca.

Renjun le da una mirada, pero no dice nada; sin embargo, Jeno sólo asiente y comienza a acomodar los libros en la estantería. Cuando Jaemin traga lo que tiene en la boca, se dirige a Renjun a continuación. ―Così amore mio (Entonces, mi amor) ―dice en italiano―, ¿estás feliz de haber ido? ―pregunta, causando que Jeno le dirija parte de su atención a ellos, queriendo escuchar la respuesta.

El más joven asiente, sonriendo un poco. ―Nunca imaginé que conocería a tantos Celestiales ―admite, recostándose en las piernas de Jaemin. Jeno se acerca en busca de un bocadillo, así que Jaemin le acerca un pedazo a la boca que Jeno toma gustoso―. Y saber que voy a aprender más de lo que soy me causa mucha alegría ―dice después, recibiendo caricias en sus cabellos plateados de la mano «aún» limpia de Jaemin.

Jaemin le sonríe de medio lado, tomando otro pedazo de su plato. Se relame los labios antes de hablar. ―Me alegro ―dice sinceramente. Jeno prosigue en arreglar sus libros―. Oye ―continúa Jaemin―, ¿Crees que la visión de Lucas se refería a ellos? ―suelta de pronto.

Jeno se detiene para mirarlos, justo cuando Renjun se muerde el labio inferior, pensando en las palabras de Jaemin.

No había podido dejar de pensar en ello tras regresar con la manada. Les habían dado todos los detalles posibles del lugar y las personas, respondiendo las preguntas de los demás lo mejor que pudieron al no tener toda la información y enfatizaron lo popular que era el legado de HuangLin entre los Celestiales.

La sala se llenó de exclamaciones y gritos sobre los conocimientos que obtendrán a futuro, la variedad de Celestiales que había, las pocas demostraciones de poder que lograron presenciar y los posibles temas que verían en las clases. Algunos como Yangyang, Johnny y Yuta aseguraron que tener métodos de pelea de Celestiales y oscuros combinados les sería de gran ayuda para volverse imparables.

No obstante, Taeil les había dicho que tuvieran cuidado pues tener a oscuros tan regularmente en sus vidas podría ponerlos en peligro, ya que de ser descubiertos provocarían resultados indeseados. El ambiente se había puesto un tanto tenso ante la implicación, pero el mayor tenía razón; debían ser cuidadosos si querían evitar malentendidos o una segunda cacería a manos de terceros.

Renjun recuerda ver a Lucas hablar con Jungwoo de algo entre susurros, pensando de inmediato en su visión. No le gustaba la idea de las posibilidades que eso conllevaba, ni el hecho de que podría terminar en algún desastre irreparable. Renjun odiaba ser negativo, pero era un hábito que no podía dejar cuando temas delicados como ese salían a la luz.

Había enmudecido mientras se perdía en su mente, sin responder las incógnitas de Jaemin sobre qué le pasaba. Era obvio que el mayor no lo olvidaría y su interrogatorio de ahora era la prueba de ello.

Presiona sus labios en una mueca de ligera incomodidad, deseando poder borrar los hechos. ―Quiero creer que no, pero... ―guarda silencio, no muy seguro de qué decir―. No me gusta sacar conclusiones apresuradas ―dice al final.

Jaemin no responde enseguida, pensando su contestación. ―Babe, sabes que tengo plena confianza en tu criterio ―anuncia, viéndose vagamente escéptico―. Pero seamos honestos, ninguno había tenido una visión tan alarmante en mucho tiempo ―espeta, dejando el plato sobre la mesita de noche y poder acercarse a Renjun―. Yo no creo en cuentos de hadas ―le recuerda, acariciando sus cabellos.

Renjun le mira con ojos preocupados y tristes, aunque no puede negarlo. Trata de refutar al mayor, siendo Jeno quien habla por los dos. ―Tener un poco de esperanza no es de cuento de hadas ―menciona, admirando los libros ya acomodados. Seguramente había terminado rápido para concentrarse en la conversación―. Quién tiene fe está dispuesto a darlo todo por ganar ―se da la vuelta, yendo hacia la cama para recostarse junto a Renjun. Lo abraza en cuanto lo hace―. Renjun siempre ha tenido fe en nosotros por una razón ―lo mira con mucho sentimiento―, y sería descortés no aceptar sus esperanzas incluso cuando parecen imposibles, porque alguna vez también perdiste la fe en ti ―le recuerda, mirando a Jaemin después.

Jaemin sonríe con burla, aunque parece más relajado. ―Odio que digas las mierdas más poéticas por estupideces ―dice con cierta molestia; no obstante, se agacha y recuesta su frente contra la de Renjun―. Lo lamento, yo no le tengo fe a las cosas ―acepta, separándose para besar su frente―. Pero confío en ti y sé que, independientemente del resultado, sabrás encontrar la forma de lograrlo ―murmura lo último, dándole una mirada sincera al menor.

Renjun le sonríe con cariño, acariciando su mejilla y besando sus labios. ―Te disculpo ―bromea, levantándose para darle un beso a Jeno también―. ¿Qué dice de ti que Jeno te sermonee, Nana? ―dice Renjun, mirando a Jeno con una sonrisa y después a Jaemin.

Jaemin le da una mirada acusatoria, entrecerrando los ojos cuando de pronto toma a Renjun y le da la vuelta, bajándole los pantalones para darle nalgadas como castigo. ―Sujeta sus muñecas ―le ordena a Jeno quien obedece, divertido y emocionado a partes iguales. Renjun forcejea y les grita, en una mezcla de risas y quejidos por los azotes.

La habitación se llena de alaridos que confunden a Jeno, tanto por el sonido doloroso como por el olor excitado de Renjun y Jaemin. Renjun por su parte se rinde, tomando una nota mental de no molestar a Jaemin en los próximos días o su trasero pagaría las consecuencias.

Más de 10 años juntos y todavía es arrastrado por la presa de emociones que el par desbordaba.

|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|

Hola otra vez :D, ¿Cómo les va? Espero tengan un lindo día en general. Lamento traer la actualización tan tarde, pero fui al doctor y tardé un chingo ksjsks, en fin, aquí está. Ya saben que lo prometido es deuda uwu.

¿Qué opinan del capítulo de hoy? Creo que lo plasmé lo más parecido a mi imaginación. Me gustó mucho, a pesar de todo el dolor de cabeza que me causó el principio, lo cual es gracioso porque el principio no era complicado xD.

Quiero preguntarles, ¿por qué creen ustedes que varios reconocieron a Renjun? No es relevante en la historia, pero me gustaría saber sus pensamientos al respecto 👀.

Sin nada más que agregar, sería todo. Recuerden que valen millones de galaxias, alimentense bien y tomen mucha agua. Les ama, Jordan. 💜

Nos leemos el próximo lunes. 💚

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro