𝐯𝐢𝐢. 𝐟𝐢𝐫𝐬𝐭 𝐭𝐚𝐬𝐤

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━━━━━CAPÍTULO 7━━━━━
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          CHARLIE WEASLEY SE DEFINE A SÍ MISMO COMO UNA persona poco romántica. Probablemente esto se deba a que nunca ha experimentado las llamadas "mariposas en el estómago" o el sentimiento de que podrías darlo todo por esa persona amas y, siendo sinceros, a pesar de que ha tenido algún par de parejas sentimentales, nunca le ha dado esa obsesión con alguien que no puede sacar de la cabeza (en el buen sentido).

Entonces, para él, esos extraños sentimientos que estaba teniendo eran totalmente desconocidos y nuevos. No sabía cómo definirlos porque nunca había experimentado nada más allá de los sentimientos fraternales. ¿Amor?, no, eso era demasiado para una persona que apenas conoces, entonces, ¿amistad?, no era posible, él no se sentía de esa forma por Bastian, Tonks o Eleanor. Era algo más fuerte, aunque trataba de convencerse a sí mismo que eso solo era era una especie de efecto producto del aura misteriosa y sensual que aquella chica poseía, era una probabilidad (una muy buena). Como también era una probabilidad el que ella sea mitad veela y eso explicaría el porqué tenía ese efecto en él, porque, para Charlie no era nada normal él como su propio cuerpo reaccionaba a la sola presencia de la chica o, el simple hecho de no poder sacarla de su cabeza.

Después de su cita en Hogsmeade el sábado, la había vuelto a ver el domingo merodeando cerca del campamento (lo cual era realmente peligroso pero parecía no importarle), notó como esta vez llevaba ropa relativamente más abrigada y un pequeño cuaderno en sus manos, tiempo después la perdió de vista y, como estaba ocupándose de los dragones, no pudo ni siquiera acercarse a saludarla. No fue hasta que Bastian llegó a sustituirlo (para que pudiera descansar) que básicamente corrió a darse una ducha y curar la quemadura reciente hecha por el colacuerno, para luego, procurando no ser visto (aunque fallando), salir del campamento con prisa deseando de que aquella bonita chica aún no hubiera abandonado el bosque.

La encontró no muy lejos del campamento, sentada sobre un tronco ligeramente encorvada, concentrada en su cuaderno mientras movía sus dedos con agilidad y delicadeza, realizando trazos y detalles en lo que parecía ser un dibujo (pero Charlie no alcanzaba a ver que dibujaba desde esa distancia). Estaba tan concentrada que no notó su presencia hasta que estaba ya a su lado, para ese momento el pelirrojo ya había podido apreciar (aunque fuera solo una pequeña mirada) el dibujo, era el Gales verde que había en el campamento. Él debía admitir que, aunque no lo había podido detallar bien, ella realmente tenía un don para el dibujo.

La chica, a pesar de haberse enfadado porque el chico había visto su cuaderno y la había asustado, se sintió animada de verlo a pesar de la desafortunada visita de sus padres esa mañana, tal vez por eso encontró cierto alivio y distracción en el comportamiento coqueto y divertido del Weasley pasando toda la tarde junto a él, mientras soltaba comentarios sarcásticos y se reía de los intentos del pelirrojo por saber su nombre. Ambos se despidieron (sin realmente ninguno de los dos desearlo) al ver que la noche empezaba a caer, él tenía que regresar a su trabajo y ella tenía que ir con madame Maxime, probablemente luego tendría que soportar los regaños de su hermano y sus infinitas formas de decirle cómo, según él, debía evitar los castigos de su madre.

Charlie realmente lamentó el tener que irse, pues el día siguiente el trabajo con los dragones fue muy malo por lo que no pudo verla más, eso no le gustaba nada, pues hoy era el día de la prueba y probablemente después del espectáculo tendrían que irse y, lo mas seguro, es que nunca volviera a ver a la chica de la que aun no sabia el nombre. Estaba muy pensativo sobre ese tema, lo que provocó que recibiera un buen regaño de su propio amigo respecto a su falta de concentración y claro descuido al casi ser rasguñado por el Hocicorto mientras les trasladaba para la primera prueba.

Neferet, por su parte, obviamente también pensaba lo mismo, tenía claro que Charlie debe cumplir su trabajo y, lo más probable, es que luego de hoy ya no le volviera a ver. No es como si se hubiera encariñado, pero pensar en que el muchacho tenía que irse le causaba cierta molestia y sentimientos que claramente no podía explicar.

—Creí que con tu aversión por el torneo no llegarias a aparecerte—la voz de Adriel la sacó de sus pensamientos, mirando a su alrededor y dándose cuenta que Olympia la había guiado hasta el campo donde sería la primera prueba sin que ella se enterara por ir tan metida en sus pensamientos.

Si es sincera, ella no iba a aparecerse por ahí, pero el pensar que Charlie estaba ahí y esa, probablemente, seria la ultima vez que lo vería le hizo decidir que el ser espectadora de ese torneo sin sentido no era mala idea si podía, aunque sea, verlo una última vez de lejos. Era estupido, sí, y probablemente debió aprovechar el día de su cita y pasar directamente a la acción, tal vez así esa pequeña obsesión que estaba teniendo con el sexy pelirrojo habría desaparecido pero, obviamente se centró más en coquetear sin tomar en cuenta que el muchacho pronto tendría que regresar a Rumania.

—Mis padres me han obligado a pasar tiempo con mi querido prometido—. Aquello no era mentira, el domingo que la habían visitado se lo habían ordenado y si se enteraban que no cumplía tendría malas consecuencias—. Además, ver como los dragones se comeran a Krum parece interesante.

—Bueno, si me permites opinar...—comenzó el chico—Nathaniel es, considerablemente, decente.

La Avery bufó.

—Lo que tú digas—le restó importancia aún estando de acuerdo con él.

Olympia, que ya estaba acostumbrada a sus amigos, rodó los ojos y se giró a Neferet:—. ¿Quieres que te hagamos compañía?

—Así me evitarían el tener que compartir palabras con él—se encogió de hombros mostrando desinterés, aunque sus ojos casi brillaban en súplica y para su alivio, la castaña asintió mientras comenzaba a subir las escaleras directo a las gradas donde se lograba ver a los Slytherin de último año junto a los Búlgaros—. ¿Alguno sabe en donde se ha metido Aquila?

—Dijo que estaría haciéndole porras a Fleur junto a las demás—Adriel, quien había comenzado a subir detrás de ellas, fue quien respondió—. Aunque eso probablemente fue una excusa para no tener que aguantar tus malas miradas cada vez que se acerca a tu querido hermano.

Si, probablemente estos últimos días no había tenido el mejor comportamiento con su amiga y la verdad es que no tenía ninguna excusa a eso (solo el hecho de que la visita de sus padres la había puesto de los nervios), solo estaba siendo completamente obsesiva con su hermano y las chicas con las que estaba. No es como si la Black fuera una mala chica, de hecho, era la mejor de todas y era como otra hermana para ella, pero había algo que le impide aceptarla alrededor de Kilian. Tal vez se deba a que sabe que si ese acercamiento llegaba a más, Aquila terminaria en un matrimonio desafortunado y sabía que su amiga seria infeliz teniendo que vivir en una familia tan desgraciada como la suya, o, tal vez era porque sabía que si eso pasaba perdería completamente a su hermano. Lo más seguro es que eran ambas cosas.

Así que no le extrañaba para nada que su amiga estuviera evitandola.

—¡Miren quien decidió aparecer!—exclamó Corvus, que fue el primero en verlos llegar, sonriéndole de forma burlona a Neferet—. Extrañaba ver tu cara de sufrida, pequeña Avery.

—Yo no extrañaba nada tu voz irritante—contestó regresandole la sonrisa, sarcástica.

Olympia le dio una mirada antes de sentarse junto al Malfoy y ella dirigió su mirada a los demás. Ahí estaba su hermano, serio y con una mirada demandante que ella conocía perfectamente, a su lado (como mejor amigo de toda la vida) se encontraba Nathaniel Nott y, al otro lado, Greta Pucey. No pasó por alto que al lado de Nott había un asiento libre el cual, obviamente, tenía que ocupar ella y de no ser por la mirada que recibía de su hermano, se había sentado junto a su amiga.

—Se que no puedes vivir sin mi—dijo el Malfoy de forma egocéntrica, logrando que Neferet solo rodara los ojos.

—Es bueno verte, Neferet—saludó Greta desde su asiento sonriéndole ligeramente, a lo que ella solo respondió con un sutil movimiento de cabeza.

No tenía nada en contra de la chica, simplemente su humor no estaba para compartir palabras o tiempo con tantas personas, de hecho, comenzaba a agobiarle la multitud que se estaba formando tan rápido a su alrededor. Respirando profundamente tomó asiento junto a Nott. Se sentía tensa y el ambiente formado por los demás al observarlos no le estaba ayudando.

—Nathaniel—le saludó sin realmente quererlo, girando a verle e intentando formar una sonrisa que salió más como una mueca.

—Hola, Neferet—el chico le dedicó una sonrisa ladeada, sabiendo lo incómodo que era para ella todo eso.

Ninguno supo qué más decir y la Avery pronto sintió que su tensión se convertía en agitación, intentó disimular su acelerada respiración mientras acomodaba su cabello sobre sus hombros y contaba mentalemnte.

—Me alegro que vinieras, hermana—la voz de Kilian (a pesar de que estaba enojada con él) aportó cierta calma en ella y se permitió respirar con un poco más de tranquilidad.

—No es como si tuviera más opción, hermano—se encogió de hombros antes de mirarle de reojo—. Pero, ciertamente, será agradable ver si Krum logra superar la prueba.

Y si logra ver a Charlie su día definitivamente mejoraría.

—Tu obsesión por Krum es insana—se burló Corvus, haciendo del ambiente algo más liviano y logrando la risa de ambos amigos de la chica.

—Quiero saber si es más que una cara bonita—le restó importancia—. Aunque si el dragón se lo come tampoco me molestaría.

El rubio se rió.

Pronto todo el mundo ahogó una exclamación, logrando llamar la atención del grupo, quienes dirigieron su mirada hacia enfrente viendo a la gran bestia entrando a través del cercado. Ella no se asustó, como la mayoría, pues ya lo había visto días atrás en el campamento, pero si llegó a sorprenderle lo feroz y peligroso que se veía.

Los ojos de Neferet no tardaron en buscar esa peculiar cabellera pelirroja el ver cómo los cuidadores iban muy cerca del dragón, alertas a cualquier desvío que pudiera tener, no logró verlo, lo que realmente le decepcionó y toda su atención se desvió a sus pensamientos. Desconectando de su alrededor.




***



Los campeones habían superado la prueba, para sorpresa de Neferet, Krum fue una de la mejor puntuación junto al niño Potter, quien realmente había hecho un trabajo bastante aceptable burlando al Colacuerno (que a ojos de chica era el más feroz). Todos festejaban yendo en dirección al castillo mientras comentaban las estrategias de cada campeón para burlar a su respectivo dragón y, al parecer, la mayoría coincide en que Potter se había lucido en su escoba, incluso su hermano pareció sorprendido por las habilidades que este había mostrado.

Sus amigos caminaban junto a los de su hermano charlando entre ellos, la verdad es que todos se llevaban bien y se conocían desde pequeños porque sus padres eran del mismo círculo de amigos, por lo que nunca habían tenido problemas de convivencia. En ese momento estaba muy agradecida por ello, pues su hermano estaba bastante entretenido teniendo una charla con Nathaniel y Adriel como para decirle algo sobre el haber ignorado a su prometido durante todo ese tiempo.

Corvus y Aquila caminaban a su lado, bastante callados (algo muy fuera de lo común en el rubio) y compartiendo miradas entre si para luego observarla a ella.

—¿Qué demonios les ocurre? —preguntó a ambos al notar como la miraban. Era sospechoso.

—Tienes una boca muy sucia— se rió el Malfoy, parecía estarse divirtiendo por alguna extraña razón—. ¿Con esa boca besas a ese chico misterioso que tanto tratas de esconder?

Neferet giró bruscamente hacia ambos, su rostro no reflejaba nada (por muy sorprendida que estuviese) y sus ojos rápidamente se dirigieron a su amiga, quien desvió la mirada al verse atrapada. A pesar de que logró esconder cualquier emoción que pudiera reflejarse en su rostro, su reacción fue muy obvia ante Corvus.

—¿De qué chico misterioso hablas? —se hizo la desentendida, volviendo su vista al frente y respirando pesadamente.

—Debo decir que eres muy buena—comenzó a decir él—, siempre lo has sido, y, a pesar de que tu rostro no mostraba ninguna expresión, tu reacción fue muy obvia, Neferet—declaró mientras se acercaba a ella.

—No se de que hablas.

Aquila, que hasta ahora se había quedado callada, habló.

—Lo sabe—pareció avergonzada ante la mala mirada que le dio Avery—. El sábado te estaba buscando en Hogsmeade y te vió con él.

—No has sido nada discreta esta vez—bufó el chico—. Y Aquila tampoco pudo mantener su lengua quieta por mucho tiempo.

Su amiga le dio una mirada de disculpa, sabiendo claramente que probablemente se había ganado la furia de Neferet, sin embargo, al menos por ahora estaba a salvo, pues si hay alguien que llegaba a controlar la furia Avery ese era Corvus Malfoy.

—Lo que yo haga con mi vida no les concierne a ninguno—dijo ella de forma brusca, provocando la risa del chico.

—Realmente no lo hace—le dio la razón—. Pero sabes que puedo ayudarte si en algún momento lo necesitas y te vi muy distraída durante la prueba, así que supongo que se debe a eso.

—Simplemente no me encontraba cómoda ahí—eso era cierto y como claramente no podía mentirle a Corvus, nunca pudo, por lo que estaba evitando el tema.

—Entonces buscabas a este chico, ¿no?

Quiso negarlo, pero era Corvus de quien hablamos y él sabría que le estaba mintiendo. Se conocían desde los 5 años y, aunque era más amigo de Kilian que de ella, la relación que ellos tenían era incomparable por lo que estaba claro que se conocían mejor que nadie y se comprenden incluso mejor que ella con su hermano.

Así que, solo suspiró y apartó la mirada de él, dirigiéndola hacia donde se encontraban las tiendas, ocultando donde se encontraban los dragones.

—Quizás —admitió.

—¿Y porqué no vas a buscarlo?—preguntó el muchacho—. Nosotros te cubrimos, ¿verdad, Aquila?

La de ojos verdes asintió rápidamente ante aquello.

Se lo pensó. Pero rápidamente se apartó de ellos sin decir ni una palabra, ganándose una sonrisa divertida por parte de Malfoy y una de ánimo por parte de su amiga.

Sin ser vista por su hermano, que estaba demasiado ocupado con su futuro cuñado, caminó a paso rápido en dirección a donde estaban los dragones esquivando estudiantes que alegremente se dirigían al castillo. Se metió entre los árboles y a lo lejos pudo ver la cerca que protegía el perímetro del campamento, notó el ajetreado movimiento de algunos cuidadores que luchaban contra el Colacuerno para aturdirlo y así poder encadenarlo.

Querría haber pasado al otro lado de la cerca, sin embargo, sabía que era peligroso y no quería ser la comida de un dragón, así que se apoyó contra las gruesas tablas de madera y esperó pacientemente a ver al pelirrojo entre todas las personas. No lo encontró, pero pronto apareció una cara conocida cerca de una de las tiendas, notó la mirada oscura del chico puesta en ella y como parecía muy enfadado de verla ahí, sin embargo, no se acercó a ella, solo se dio la vuelta y volvió a meterse en la tienda de la que había salido.

Lo que estaba haciendo era algo inusual en ella, ¿era eso un error?, es decir, estaba haciendo algo que iba totalmente en contra de sus propios principios. Sentía como todas las barreras que había construido con tanto empeño se hubieran derribado y sabía que todo era culpa de él, estaba haciendo que ella mostrara una versión de sí misma que desconocía, una más débil y eso le asustaba.

Pero le gustaba la manera en que la trataba, la forma en que le hablaba y cómo sus ojos parecían adquirir un brillo especial cada vez que la miraba. Se sentía bien pasar tiempo con el pelirrojo porque, de alguna manera, podía sentir el aprecio en cada sonrisa que le daba y creía, por primera vez, que se merecía recibir ese sentimiento.

—Cuando Bastian dijo que me buscaban pensé que se trataban de mis odiosos hermanos—ahí estaba él, con su estúpida y preciosa sonrisa—. Debo admitir que prefiero tu visita.

Cuando el muchacho estuvo lo suficientemente cerca, ella dejó de apoyarse en el cercado adoptando su posición habitual y cruzándose de brazos mientras miraba como él mantenía una expresión divertida en el rostro.

—Creí que antes de regresar querrías llevarte un buen recuerdo—el pelirrojo vio como los ojos de ella brillaron con picardía mientras daba un paso dejándola a solo centímetros de su cara, siendo separados solo por aquella cerca y robándole el aliento al chico.

—¿Vienes a despedirte? —preguntó, tragó en seco y observó el perfecto rostro de la muchacha que no podía sacarse de la cabeza, tardando demasiado tiempo en sus labios para luego volver a sus preciosos ojos grises.

—Pensé que tal vez tú querrías escribirme en algún momento...—la voz de ella era aterciopelada y Charlie tuvo que hacer un esfuerzo terrible por no besarla. Le estaba haciendo sufrir y lo sabía—y la correspondencia no llega a menos que sepas el nombre de a quién te diriges, entonces, ahí tenemos un problema, ¿no crees, Charlie?

—Bueno, hay cierta señorita que se ha mostrado reacia de hacerme saber a quién debo enviarle la correspondencia—se encogió de hombros y ella sonrió de lado—. Ese si es un verdadero problema.

—Entonces, tal vez debería preguntarle una última vez.

Él sonrió, cuestionandose internamente que era lo que aquella chica habia hecho con él, porque si era sincero, en ese momento lo tenía comiendo de su mano.

—Hermosa señorita, ¿sería tan amable de hacerme saber su nombre?

Ella se rió verdaderamente ante el dramatismo que había utilizado, pero aquel sonido deleitó los oídos del muchacho logrando que su sonrisa creciera.

—Neferet Avery, a su servicio, señor Weasley.


























hola, sí, soy yo por fin
De verdad lamento haber tenido esta historia tan abandonada, pero me ha costado seguir adelante después a un gran bloqueo que tuve y hasta ahora me he sentido cómoda volviendo a mi zona de confort
Realmente no les prometo que no vuelva a desaparecer, pero si prometo hacer el intento de seguir con esta historia uwu

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