Prólogo

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Pov. Lance.

Siempre pensé que tenia una especie de maldición o algo así, pues podía ver y sentir todo lo malo de una persona al tocarla. Mi madre dice que cuando nací, nunca deje de llorar, solo si me dejaban en la cuna dejaba de hacerlo, pero al cagarme y tocar mi piel, lloraba muerte; fue horrible ver todo lo malo que pasaron mis padres, lo bueno era que si algún hermano mío la pasaba mal, yo lo sabia, y también podía "intercambiar", al menos así lo veo yo, sus sentimientos negativos por positivos míos, aunque eso me acumulaba y causaba una depresión horrible. Mi familia aprendió y entendió rápido lo que tenia, y nos adaptamos rápido a que viviera así, una de las razones para adorarlo tantos.

Pero nada más horrible que una vez en la escuela, yo tenía unos siete u ocho años, estaba tranquilo jugando con otros niños, no los tocaba obvio, pero de repente choque con una niña, esa típica niña que casi siempre estaba sola dibujando en un cuaderno, la ayude a levantarse por educación y al tocarla...vi todo, sus padres la maltrataban, su padre había abusado sexualmente de ella. Fue lo mas horrible y asqueroso que pude ver y sentir, ella se sentía tan bacía, como si no fuera nada. Me asuste tanto que me desmaye, al despertar estaba en casa, mis padres sabían que había tocado a alguien, obviamente les conté todo lo que vi de esa pobre niña, rápido mis padres tan buenos actuaron y denunciaron a esas personas. 

Yo me encerré en mi habitación, no quería salir, no quería ver ni hablar con nadie, si salía era para correr al baño a vomitar. No recuerdo bien cuantos días pase encerrado, solo recuerdo el ultimo, que fue cuando mi hermana Verónica toco mi puerta; aun recuerdo lo que paso ese día con ella, y como lo que hizo cambio mucho para mi.

"Lance, ¿me dejas entrar? te he traído algo que quizás te ayude." se escuchaba confiada.

Yo me levante de mi cama y me acerque a la puerta, abriéndola y asomándome. En sus manos estaba una caja roja con una cinta azul.

"toma, es para ti. Ábrelo." decía con una sonrisa.

Tome la caja, y al abrirla vi un par de guantes azules.

"Pense, que tal vez si usas esto, no tocaras a nadie, por lo que no veras ni sentirás nada malo. Pontelos." hice lo que me pidió, me puse los guantes aunque no pensaba que servirían."Bien, ahora, ¿que tal si vamos a la tienda de la Señora Rosa"

Yo no estaba seguro, pero aun así tome la mano de Verónica y me fui con  ella. Obvio no sentí nada, pero pensé que era porque ella en ese momento no tenia ningún sentimiento negativo. Al salir de casa, en el camino a la tienda evitaba cualquier toque accidental con las personas que pasaban a mi lado, pero no pude evitar  ningún toque en la tienda. Me asuste al volver a tocar por accidente a una señora mayor, pero no vi ni sentí nada.

Y así, desde ese día usaba diferentes guantes gruesos, así no sentía nada malo al tocar a las personas. Obvio que me tuve que justificar para poder usar los guantes en todo momento, incluso en piscinas publicas y de la escuela, dije que tenia verminofobia y misofobia, osea miedo a los germenes, bacterias y todo eso. 

Así he vivido, aunque también me genero un odio por las mentiras, y un miedo a ser tocado. 

No quiero que nadie me toque, no quiero sentir ni ver lo peor de alguien. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro