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—Salí a dar un paseo y cuando llegué a Deachs Point escuché gritos —me relataba Topper mientras yo ponía el zumo de naranja recién hecho en un vaso y él partía los trozos de fruta y los colocaba en un plato—. Era la voz de Sarah, así que empecé a correr hacia los gritos. Tardé en encontrarlos porque entonces dejó de gritar pero escuchaba cosas.

Yo coloqué el vaso en la bandeja que llevaríamos a la casa del muelle. Intenté no mirar a Topper conforme me contaba aquello.

Me dirigí al armario donde teníamos la comida dulce y saqué una bolsa con cruasanes en ella. Saqué uno y lo puse en el plato junto a la fruta mientras mi hermano seguía hablando.

—Cuando llegué a donde estaban, Rafe estaba ahogando a Sarah. No... no llego a estar allí para pararle los pies... y Sarah estaría muerta.

No pude evitar soltar un pequeño sollozo al escuchar aquello. Tapé mi boca con una mano y cerré los ojos con fuerza sin poder evitar crear esa escena en mi mente. Era horrible.

—Rafe está desquiciado —musitó Topper—. Ahora me lo creo. Me creo que fuese él el que le hizo eso a Peterkin.

Lo miré a los ojos y enarqué una ceja.

—A buenas horas.

—Era difícil de creer, Charlie. Entiéndeme.

—Siempre me admitió que le tenia resquemor a Sarah. Pero nunca me imaginé que hasta este punto. ¡Es su hermana!

Me quedé apoyada en la encimera de la cocina mientras pasaba la mano por mi cabello intentando calmar mis pensamientos.

—Vamos a llevarle esto —Me dijo Top con expresión lastimera, dándome una palmada en el hombro.

Vi que agarraba un teléfono móvil y lo guardaba en su bolsillo. Hundí las cejas mientras levantaba la bandeja de la encimera con cuidado.

—¿Y ese móvil?

—Para Sarah —se encogió de hombros—. No debe tener uno, así que quiero que pueda comunicarse.

Lo miré formando una mueca. Estaba claro que Topper no había olvidado a Sarah, y ahora que la había salvado y la había vuelto a ver, quizá ese enamoramiento había vuelto más fuerte. Me preocupé por él. No quería que sus sentimientos salieran afectados por todo aquello.

Iba a responder algo, pero entonces él negó con la cabeza, sonriendo levemente y me quitó la bandeja.

—Yo la llevo, a ti se te caerán las cosas.

Lo miré ofendida.

—¿Y eso por qué?

—Porque eres la pequeña —respondió divertido, y después me sacó la lengua mientras caminábamos hacia la salida de nuestra casa.

—Por cinco minutos, idiota —le dije entornando los ojos, él rió.

—Esos cinco minutos se notan.

Yo también le saqué la lengua en respuesta.

Caminamos por el muelle de nuestra casa hasta llegar a la casita del mar. Entramos con sigilo intentando no hacer ruido y miré a Sarah durmiendo en una de las camas que había junto a la ventana. Torcí la boca en una mueca y mi hermano dejó la bandeja en una mesa. Cuando destapó la bandeja, Sarah abrió los ojos repentinamente y se despertó sobresaltada.

Se incorporó un poco y nos miró sorprendida, intentando ubicarse. Al ver que éramos nosotros y que estaba a salvo, pude ver el alivio en sus ojos.

Topper caminó hasta ella con la bandeja en sus manos.

—Hola —le dijo sentándose a los pies de la cama, dejándole la bandeja en su regazo—. ¿Cómo te encuentras?

Sarah lo miró sin saber qué decir, sin palabras al ver que estaba allí y con nosotros. Debía estar en shock. Top le hablaba con dulzura y calma, y se movía con gentileza. Probablemente tratándose e ser lo más caballeroso con ella.

—¿Qué hora es? —Preguntó Sarah mirando a todos lados.

—No lo sé. ¿Por qué?—Respondió Topper.

Sarah intentó destaparse y levantarse de la cama con preocupación.

—Tengo que irme.

—No —Dije seria, andando hasta ella. Mi hermano puso una mano frente a ella para pararla—. Tienes que comer algo y recuperarte.

—No vas a salir ahí —Coincidió Top conmigo—. Tu hermano casi te mata. ¿De acuerdo? Aquí estás a salvo. Come.

Sarah nos miró a los dos y después a la bandeja.

—Vale.

—Aquí tienes un móvil —Topper le enseñó el móvil que había cogido especialmente para ella—. Para que podamos... que puedas llamarnos. Quiero asegurarme de que estás a salvo.

Sarah miró al móvil y la comida soltando un suspiro.

—Gracias. Llevo sin móvil desde la tormenta. —me miró—. El tuyo está en casa de John B.

Asentí.

Topper miraba a Sarah apenas sin parpadear, y entonces vi que tragaba saliva mientras sus ojos se enrojecían por las ganas de llorar. No lo miré con muchísima sorpresa porque estaba Sarah delante, pero podía imaginarme lo que se le pasaba por la cabeza en ese momento a mi hermano.

—Sarah, temía que habías... —negaba con la cabeza, sin poder terminar la frase—. Charlie y yo estuvimos tan destrozados... pensaba que no volvería a verte.

Sarah lo miró con la boca entreabierta ante esas palabras. Topper lucía dolido de verdad. Él parpadeó para espantar las lágrimas y sonrió levemente.

—Me alegro de que estés aquí. Y de que estás bien.

Sarah estaba impactada, pero después alargó el brazo y puso su mano en el brazo de Topper con dulzura para hacerle saber que apreciaba sus palabras.

Topper se levantó saliendo de un trance en el que parecía que había entrado.

—Bueno, come. Voy a preparar el Malibú. —me miró antes de salir—. Cuida de ella, Char. Avísame si necesitáis cualquier cosa. ¿Vale?

Asentí sonriendo levemente para transmitirle tranquilidad y salió de allí. Sarah se quedó mirando por donde mi hermano había salido aún muy incrédula ante todo.

Suspiré y me senté donde antes había estado mi hermano. Sarah bajó la cabeza. Puse mi mano en la suya y le sonreí levemente.

—Todo saldrá bien, ¿vale? Nos aseguraremos de que no vuelva a pasarte algo así.

Ella asintió con tristeza. Yo no pude evitar formar una mueca similar, pero enseguida me reprendí mentalmente y me obligué a no parecer igual de negativa. Necesitaba verme bien a mi para sentirse ella así. No podía derrumbarla.

—¿Qué pasaría ayer con los demás? —Pregunté en voz alta.

—No lo sé. Probablemente JJ hizo alguna locura para sacar a John B.

Reí un poco pero paré en cuanto recordé cómo me había hablado el día anterior. JJ era demasiado impulsivo y cuando estaba furioso decía lo primero que se le pasaba por la cabeza sin considerar si dañaría a los demás. Tenía que aprender a controlar sus palabras.

Cuando Sarah terminó su desayuno y Topper hubo preparado el Malibu, los tres nos montamos en este camino a casa de John B. Sarah parecía un poco más animada después de comer comida buena y Topper la miraba sin parar con una sonrisa. Tenía ganas de darle una colleja.

—Tuviste que ver la paliza que le dio Top a Rafe —Me contaba Sarah cuando quedaba poco para llegar—. Se quedó totalmente noqueado en el suelo.

—¿En serio? —Miré a mi hermano con asombro—. Bueno, no me sorprende. Cuando peleó con John B en la playa también salió victorioso, casi. Si no fuese por la pistola de JJ.

—¿Qué puedo decir? —Respondió Topper con la cabeza alta y sonrisa arrogante, aunque lo hiciera en broma—. Me tomo en serio el gimnasio.

—Oh, vamos —puse los ojos en blanco mientras le daba un pequeño empujón.

Sarah rió y Topper sonrió. Entonces vi que a lo lejos se podía ver ya el muelle de John B. Había gente allí sentada, debían ser los Pogues. Así que esperamos las dos sentadas mientras Topper seguía conduciendo la lancha.

Pero entonces uno de ellos se giró para mirarnos, pues hubo un momento en el que Kiara nos señaló y todos posaron sus ojos en nosotros. El que se había girado era nada más y nada menos que John B.

John B estaba libre.

¿Había sido JJ? ¿El plan loco que hubiese planeado había funcionado?

Me levanté de la sorpresa y Sarah hizo lo mismo.

—¿John B? —Dijo sin poder creérselo. Sonrió al ver que, efectivamente, era él—. ¡John B!

En cuanto vi la expresión que ponía al ver a mi hermano allí supe que John B no estaba tan contento de vernos. Miró a otro lado y yo miré a mi hermano mordiendo mi labio.

—Qué fuerte, has salido —decía Sarah corriendo hacía el extremo de la lancha que daba al muelle.

Topper suspiró.

—Ahí está.

Entonces sonrió falsamente y les asintió a los Pogues fingiendo que se alegraba. Yo reí y tapé mi boca con la mano.

Sarah espero a llegar hasta el muelle con la cuerda para aparcar la lancha en sus manos y nada más poder llegar a John B, saltó al Pogue y se lanzó a los brazos de John B.

—Hola —le dijo ella riendo de la felicidad.

John B la estrechó en sus brazos con alivio.

—Menos mal que estás bien —John B cerró los ojos mientras la apretaba con fuerza en aquel abrazo caluroso.

—Creí que no volvería a verte. —entonces se separó de él y lo miró con miedo—. ¿Qué ha pasado?

—¿Has tenido algo que ver?— Le pregunté a JJ frunciendo el ceño, aún en el Malibu.

JJ me miró y después negó con la cabeza. Fruncí aún más el ceño al ver que no me hablaba.

—Han retirado los cargos —Explicó John B.

Yo sonreí al mismo tiempo que Sarah y bajé del Malibu para abrazar a John B. El sonrió mientras me abrazaba de vuelta.

—¡Eso es genial! —Comenté contenta mientras nos separábamos—. Es increíble.

—¿Qué? —Preguntó Sarah sin dejar de sonreír.

—Sí, soy un hombre libre —John B se encogió de hombros sin ocultar su entusiasmo.

Sarah soltó un grito ahogado y volvió a reír de alegría para después abrazar otra vez a su pareja.

—¡Es fantástico!

—Sí, es genial.

Me giré instintivamente para mirar a Topper, que ahora apartaba la mirada de la escena con una expresión de tristeza y de molestia. Me sentí mal por él.

—Escuchad, chicas —nos dijo John B—. Van a trincar a Rafe.

—Mejor. —respondió Sarah ahora más seria—. Está súper desquiciado.

—Anoche intentó matarla —Dije yo.

Todos me miraron con sorpresa.

—¿Qué? —emitió Kiara.

—Sí. Por eso anoche no volví.

—Sí, a Rafe se le fue la olla —habló Topper por primera vez—. El colega casi ahoga a su hermana. Por suerte llegué... Justo a tiempo.

Lo dijo con el típico tono de voz que solía poner él cuando sabía perfectamente lo que estaba haciendo al hablar. E intenté no reír al darme cuenta que sabía que enfadaría a John B.

—Sí, menos mal —Asintió Sarah.

John B miró a otro lado mientras probablemente intentaba calmar sus pensamientos.

—Bueno, supongo que te debo una, Topper —miró a mi hermano con un intento de sonrisa—. ¿No?

Mi hermano rió por lo bajo.

—No pasa nada. Alguien tenía que rescatar a tu novia.

JJ, que estaba sentado con sus antebrazos apoyados en sus rodillas, sonrió y rió por lo bajo dejando de mirar a Topper.

—Tiene gracia que lo digas, porque en realidad no es... mi novia —Dijo John B mirando a Sarah—. ¿Verdad?

Sarah sonrió y pasó su mano por el cabello con nerviosismo.

—Ah... ¿y entonces qué es? —Replicó Topper riendo.

—Díselo —Le dijo John B a Sarah.

Sonrió mirándola esperando a que respondiera que, sorprendentemente, estaban casados. Pero en cuanto vi la cara de Sarah supe que no iba a decir eso delante de mi hermano.

—E... estoy con él.

Puse una mueca al escuchar eso y aparté mi mirada sintiendo vergüenza. Los demás también pusieron esa cara.

Topper rió burlonamente.

—Lo entiendo. Estás con él. Es que... necesitaba aclararlo —miró a los Pogues—. ¿Se os ha quedado claro?

JJ rascó su sien.

—Lo que está claro es que deberías irte.

—Ya es hora de irme, sí.—dijo Topper.

—Sí —seguía insistiendo JJ.

Sarah se giró hacia mi hermano y caminó hacia él.

—Topper, gracias.

Llegó hasta él y le abrazó con sentimiento de manera que ella nos daba la espalda y Topper la cara.

—De nada —respondió con ese tono de voz y empezó a acariciar su espalda mirando a John B con suficiencia—. Me alegro de que estés bien.

Qué cabrón.

Me acerqué a él también y lo abracé después de que se separara de Sarah. Cuando nosotros nos separamos le dije en voz baja, aunque todos me escucharon:

—Dile a papá y a mamá y a los abuelos que estoy aquí, ¿vale?

—Mamá se enfadará.

—No me importa.

Topper asintió y me revolvió el cabello para después alejarse en el Malibu y arrancar el motor. Se alejó lentamente mientras los demás nos quedábamos en silencio. Los Pogues no parecían muy contentos de que Topper hubiese hecho acto de presencia.

—Vale, es hora de que nos contéis que pasó anoche —dije girándome para mirarles.

Pope metió su mano en un bolsillo y de él, sin apartar su mirada de la mía, sacó una llave. Sonrió un poco y la movió delante de mi con satisfacción. Fruncí el ceño.

—¿Qué es eso? —Pregunté sin saber qué pasaba con esa llave.

—Es la llave de Denmark Tanny —sonrió abiertamente.

Sarah y yo abrimos la boca con sorpresa, totalmente estupefactas. Rápidamente me agaché a la altura de Pope para mirarla más de cerca, y él me dejó verla. Yo estaba flipando.

—O sea que al final sí estaba relacionada contigo.

Pope asintió.

—Y ayer JJ sacó de la cárcel a un hombre que no era John B —Añadió Kiara con reproche mirando al rubio.

JJ reajustó su gorra sin mirarme. Hundí las cejas.

—¿No funcionó ese gran plan que querías que hiciéramos? —Dije con ironía—. Nunca me lo habría esperado. Era un plan súper bueno.

JJ entornó los ojos en mi dirección y rió con amargura.

—Muy graciosa. Al menos yo intenté hacer algo.

—Sí, claro. Intentaste hacer algo y acabaste sacando a un delincuente. Muy sutil.

—No me quedé de brazos cruzados. —siguió replicando con enfado.

Lo miré de la misma manera, sintiéndome furiosa porque aún estuviese enfadado conmigo. No tenía sentido: John B ya estaba libre. ¿Por qué no simplemente admitía que su idea había sido estúpida?

—Y ayer un delincuente casi me mata —Dijo John B completando las noticias de la noche.

—¿Qué? —Sarah lo miró con preocupación—. ¿Cómo?

—Está claro que Ward lo envió a mi celda de alguna manera. Intento ahogarme pero no lo consiguió. Creo que sabía que de alguna manera acabarían descubriendo todas sus mentiras y no quería que eso ocurriese.

Sarah suspiró y lo abrazó con pesar. John B la abrazo de vuelta, algo afectado.

—¿Soy la única a la que no le pasó absolutamente nada ayer? —Pregunté sentándome en el Pogue.

—Eso parece —Respondió Kie riendo sin gracia—. Aunque casi mejor. A mi, mi madre me echó de casa y ahora soy una Pogue más.

—Joder —musité.

Agradecí mentalmente que no me hubiera pasado nada, porque todos parecían estar totalmente agotados después todo lo que les había ocurrido. Miré a JJ, que me estaba mirando, pero apartó la mirada en cuanto se dio cuenta de que le había pillado.

¿Y ahora qué le pasaba?



❀∘❀∘❀


Sarah y John B estaban tumbados en la tumbona y por lo que decían en ese momento y la manera en la que hablaban parecía que estaban discutiendo. Escuché entre medias la palabra "Topper" y enseguida supe de qué trataba.

Suspiré y cerré los ojos, tumbada en el césped, dejando que el sol de media tarde me diera en la cara. Habían pasado unas horas desde que habíamos llegado y yo me sentía muy alejada de JJ.

Se escuchaba la música reggae que había puesto Kie y pensé que quizá era mejor quedarme dormida ahí.

No quería pensar en Rafe y en lo que había hecho. Lo cierto era que se merecía estar en la cárcel. Pero... ¿que lo condenaran a muerte? De solo pensarlo se me ponía de la gallina. ¿Por qué? Había matado a una mujer y había intentado matar a su propia hermana. ¡A Sarah! ¿Por qué demonios no deseaba su muerte?

Rafe era peligroso y aunque dijera que nunca me haría daño... ¿por qué le creería? Era una psicópata. Los psicópatas no se enamoran, se obsesionan. ¿Estaba Rafe obsesionado conmigo? Eso podría explicar por qué me espiaba.

—No es para tanto, Sarah —escuché que decía John B.

Abrí los ojos y miré detrás de mi para ver que John B se alejaba de la tumbona mientras Sarah lo miraba de hito en hito para después levantarse y alejarse enfadada. Suspiré.

JJ salió de la casa con dos cervezas en sus manos.

—¡John B! ¿Una cerveza en nombre de la libertad?

Pero John B pasó por su lado sin contestar y entró en la casa con furia. JJ se giró para mirarlo sin comprender esa actitud, pero después miró a Sarah, que estaba a bastantes metros andando lejos de allí.

—¡Sarah! ¿quieres...?

—¡No!

JJ abrió una de las cervezas para sí mismo y esta le salpicó toda la cara. Fue tan cómico para mi que me salió una carcajada. Él miró en mi dirección, percatándose por primera vez de que estaba allí tumbada. Me dio vergüenza que me hubiera visto riéndome de él sabiendo que estaba enfadado, así que rápidamente me callé y miré al frente.

Conociendo a JJ me habría esperado que pasara de mi y se fuera solo a otro sitio, pero realmente no me esperé que se acercara y se sentara en el césped a mi lado. Me miró y me tendió la otra cerveza que tenía en su mano.

—Gracias —musité.

Abrí la cerveza y entonces esta también me salpicó toda la cara. Tosí y JJ comenzó a reír con ganas. Me señaló sin poder parar de reír y yo sonreí con vergüenza.

—¡Tendrías que haberte visto la carca!

—Idiota...

JJ siguió soltando risotadas mientras yo miraba a otro lado con las mejillas sonrojadas y los labios hechos una fina línea.

—El karma —seguía diciendo él, aunque la risa se iba apagando.

—Como te tire la cerveza entera a la cara ya no te vas a reír tanto.

—Qué violenta, princesa.

Me di cuenta de que estaba más calmado y que ahora no parecía hablarme con enfado. Tenía un cambio de humor algo inesperado, así que lo miré extrañada.

—¿Ahora no estás enfadado conmigo?

Él suspiró.

—Lottie, yo... estoy muy confundido. ¿Vale? Es solo que me haces estar todo el día pensando en ti y preguntarme qué es lo que de verdad piensas de mi sabiendo que en el fondo no has olvidado a Rafe.

—¿Cómo voy a olvidar a Rafe? Está loco. Es imposible no pensar en las barbaridades que hace.

—Sabes a lo que me refiero.

Le di un sorbo a mi cerveza y miré a otro lado sin saber qué decir. Así que fue él el que habló.

—Es patético, la verdad, lo mucho que aún sigo esperando que seamos tú y yo al final.

Lo miré con sorpresa y tristeza al escuchar esa frase. Él me miraba con pesar. Se me puso la piel de gallina y tuve más ganas de besarlo que nunca.

—JJ...

Pero entonces su teléfono móvil comenzó a sonar. Chasqueé la lengua y vi cómo el sacaba su móvil para después descolgar y ponerlo en su oreja.

—¿Sí, Guffy?

Entonces JJ, al escuchar lo que le decía aquel hombre al otro lado de la línea, se quedó paralizado y la cerveza se le cayó al suelo. Lo miré con sorpresa y entonces supe que algo malo había pasado.

—Vamos, enseguida. No se preocupe. Quédese allí quiero, no tardaremos.

Colgó rápidamente y me ayudó a levantarme del suelo con mucha prisa y preocupación.

—¿Qué ocurre, JJ?

Me miró con seriedad.

—Le ha pasado algo al padre de Pope.


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