Capítulo 23

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Pasaron algunos días luego de ese pequeño incidente, en el cual Megan le había dicho esas cosas a Lana y que Lincoln la defendiera. Desde ese momento la mente de Lana no dejaba de pensar en las palabras de Lincoln, que para él es bonita a su manera y eso es algo único en ella.

La rubia ha tenido ese recuerdo de ese día, ya que es la primera vez que alguien le ha dicho que es linda, ya que en muchas ocasiones ha recibido comentarios hacia su persona, eso debido a su forma de ser. Anteriormente simplemente ignoraba a esas personas, pero ahora esos mismos comentarios empiezan a hacer efecto en su consciencia.

Por ahora vayamos a ver que hará para este día la rubia mecánica. Vemos a Lana, quien se encuentra en casa, debido a que en su trabajo le dieron el día libre. No tenía mucho que hacer, sus tareas ya las había terminado, por lo que no hay problema con ello.

_ Que aburrido, no tengo nada que hacer. Podría hacer algo en estos momentos, no importa lo que sea, con tal que me quite el aburrimiento.- comentó la rubia.

Justo en ese momento el teléfono de la casa suena, a lo que contesta y saber quien llamaba.

_ ¿Hola?- respondía Lana.

_ Hola hija, que bueno que hayas respondido el teléfono. Creí que no estabas en casa.- era la madre de Lana.

_ Oh, hola mamá. La verdad no tengo nada que hacer, me dieron el día libre y estoy en casa sin nada mas que hacer.- contaba Lana a su madre.

_ Ya veo, llamaba para así preguntarte si quisieras venir a ayudarme en la tienda de mascotas. Mi compañera no vino a trabajar ya que se siente mal de salud, y estoy sola aquí.- decía la señora Winchester.

_ Si necesitas ayuda entonces yo te ayudo. Iré enseguida para que no tengas que trabajar mucho.— dijo Lana a su madre.

_ Muchas gracias cariño. Procura cerrar todo antes de venir.— dijo la ama de casa.

Así la llamada terminó y Lana se preparó para ir al trabajo de su madre y ayudarle. Al menos no estará aburrida, hubiera hecho otra cosa, como ir con sus hermanos Lincoln y Loren, pero ellos ya tienen planes para este día.

Antes de irse cerró todo y con ellos fue de camino a la tienda de mascotas, tomó su bici y partió al lugar. En el camino Lana vio una pareja de enamorados, al verlos Lana se preguntaba como se sentiría tener una pareja, alguien que esté contigo y darte amor incondicional.

Más adelante vio otra pareja, solo que que eran unos señores ya mayores. Lana se preguntaba como hay parejas que suelen estar juntos durante muchos años, ya que es consciente de que no todo es perfecto en la vida, y en el amor no es la excepción, pero sabe que hay un secreto en ello para que parejas pasen mucho tiempo juntos, incluso después de fallecer.

Llegó al trabajo de su madre y dejó su bicicleta afuera, entró a la tienda en donde vio a su madre quien le estaba dándole de comer a una guacamaya.

_ Ya llegué mamá, ¿Que puedo hacer para ayudarte?— preguntaba Lana a su madre.

_ Que bueno que llegas, puedes ayudarme dándole un baño a los dalmata de ahí.— dijo la señora Winchester.

Sin más Lana acató lo que su madre le ordenara que hiciera, fue con los dalmata y les dio un baño a cada uno. Para Lana el tener que mojarse no le molestaba como antes, como ya saben ella al crecer cambió su forma de pensar y sus hábitos que hacía antes lo dejó y otros todavía lo sigue haciendo.

Luego de bañar a los cachorros fue a hacer otras labores, como limpiar las cajas de arena de los gatos, o limpiar las jaulas de las aves, entre otras mas. Mientras ayudaba a su madre nuevamente a la mente de Lana volvía las palabras de Lincoln. No sabía por qué, pero no dejaba de pensar en ello.

Vio a su madre quien había terminado de hacer lo suyo. Quería hablar de cierto tema que hasta ahora quisiera saber la opinión de alguien que sabe mucho. Se acercó a su madre y de ahí le dice lo siguiente.

_ Mamá, ¿Puedo hablar contigo de algo? Me gustaría saber tu opinión al respecto.— dijo la rubia.

_ Por supuesto cariño, sabes que para lo que sea puedes confiar en mí. Dime, ¿De qué quieres hablar?— preguntó la señora Winchester.

_ ¿Que fue lo que sentiste al conocer a papá?— soltó la pregunta.

_ Bueno.... como sabes tu padre y yo nos conocimos de pura casualidad. En ese entonces yo era una niña exploradora, ese día estaba con mis compañeras en el bosque, y me encontré con tu padre cuando era perseguido por un oso.

_ En ese momento no sabía quién era, pero luego descubrí que iba a la misma escuela que yo, solo que en otro salón. Un día Paul, es decir tu padre, coincidimos en un test de personalidad, ya que compartíamos cosas en común. Nos la pasábamos hablando en el recreo, incluso me apoyó cuando yo dudaba en entrar al club de porristas.

_ Pasó un tiempo y comencé a sentir un sentimiento hacia él, en su momento no sabía que era, pero luego supe que se trataba. Unos años después cuando estábamos por graduarnos de la secundaria y apunto de entrar a la preparatoria pasó algo del cual nunca olvidaré.

_ ¿Que fue lo que pasó?— preguntó Lana.

_ Yo fui a la fiesta de graduación, no tenía pareja con quien ir, Paul había ido con otra chica. Un compañero mío me invitó a bailar, yo accedí, pero luego me llevó a otro lugar, según dijo que se le olvidó algo, y me pidió que fuera con él. Fuimos y de un momento a otro el tipo me arrastró a lugar apartado de todos.

_ No sabía que pasaba, pero intuí que me haría algo horrible, y no me equivoqué. Ese miserable me quería violar, confesó que yo era su más grande amor, y que yo sería de él luego de hacerme lo que estaba por hacer. Yo estaba indefensa, y más aún que ese idiota formaba parte del equipo de fútbol americano y por ende estaba en forma.

_ Que horrible, ¿Y que ocurrió? ¿Ese tipo te hizo algo?— volvió a preguntar Lana.

_ Cuando creía que ese tipo me quitaría mi inocencia fui salvada por un verdadero ángel. Tu padre apareció y me salvó, él vio como ese infeliz me arrastró y me quiso violar, le dio su merecido y luego de eso lo llevaron a la cárcel. Paul me invitó a bailar, mientras estuvimos bailando le confesé mis sentimientos y le pedí que fuera mi novio, a lo que él también me reveló que yo le gustaba, y no me lo dijo ya que sentía pena en contármelo.

_ Desde ese entonces él y yo hemos estado juntos y miranos, casados y con tres hijos, 4 contigo cariño.— terminaba de contar la señora Winchester.

_ Vaya, tu historia de como tú y papá se volvieron pareja es asombrosa. Ni las mejores películas tienen una historia así de impresionante.— dijo asombrada Lana.

_ Gracias cariño, ahora es mi turno de preguntarte algo a ti. ¿Por qué me hiciste esa pregunta? Del cómo conocí a tu padre y de cómo nos hicimos pareja.— dijo la ama de casa.

_ Bueno..... la verdad es que yo..... desde hace unos días he estado pensando en que quizás yo no le guste a alguien. Quiero decir, he pensado que no le gusto a nadie debido a mis gustos, nadie le gustaría tener de novia a una chica que le guste cosas de hombres.— contaba Lana a su madre.

_ Ay cariño, no debes de pensar en eso. Estoy segura que debe de haber un chico que si le debes de gustarle.— dijo la mujer a Lana.

_ Mamá no lo entiendes. Si fuera así ya un chico me hubiera pedido que sea su novia. Tal como te conté hace unos años, cuando vivía con mi antigua familia, mi hermana gemela se llevaba las miradas de los niños, y algunos de ellos solo me buscaban para acercarse a Lola.

_ Incluso la misma Lola me decía una y otra vez que nunca conseguiré un novio por mi forma de ser. He llegado a pensar que si dejara todo lo que hago y se hiciera un cambio estético quizás, solo quizás así logre conseguir que un chico se fije en mí.

_ No quisiera llegar a ser adulta y aun no consiga pareja, no quisiera quedarme sola toda mi vida. Es lo único que yo quiero, tener a alguien que sea mi pareja y ser feliz, y en un futuro tener mi propia familia.

Por su lado la señora Winchester veía a su hija y le dolía verla así, triste y con ese pensamiento de que por sus gustos y su forma de ser no podrá conseguir un novio que la quiera. Es consciente que los chicos de hoy en día prefieren a las chicas lindas, con cuerpos formados y de rostro bellos.

Mientras su hija si cumple con todos esos requisitos, pero eso queda opacado debido a su forma de vestir, ya que sus prendas en su mayoría son pantalones largos y camisas tipo polo o manga larga, a comparación de otras chicas que usan vestidos o faldas cortas.

Pese a ello, ella sabe que su hija encontrará al chico indicado que la amará tal como es, con sus virtudes y defectos, y que sin importar lo que suceda, el amor que sentirá por ella jamás morirá. Se acercó a su hija y le dio un abrazo que la misma Lana correspondió.

_ Tranquila hija, sé que es difícil lo que pasa, pero no tienes porque tirar la toalla. No tienes que pensar en esas cosas, estoy segura que la vida te pondrá en tu camino al chico indicado solo para ti.— dijo la señora Winchester.

_ Lo sé, pero aún siento que no pasará eso y seguiré estando sola. Mis hermanos ya tienen parejas, y soy la única que no he conseguido nada.— dijo Lana.

_ El amor es impredecible, solo mira como pasó todo entre tu padre y yo. Puede que también te pase lo mismo, si el chico indicado aparece y hace algo por ti, no importa que sea, pero si está dispuesto incluso de sacrificar su vida solo por ti es un indicio que le gusta y que si le importas demasiado.

Solo deja que el tiempo mismo haga su trabajo, cuando menos te lo esperes un chico llegará hacia ti y te pedirá que seas su novia.— dijo la mujer rubia.

Lana por su lado pensó en las palabras de su madre, que para el amor las cosas pueden ser muy confusas y a la vez de impredecibles. Quizás hoy esté triste por no tener pareja, y quizás mañana estará acompañada de un chico que la amará con toda sus virtudes.

_ Tienes razón mamá, no pienso rendirme así de fácil. Que importa si me gusta la mecánica y ensuciarme de grasa, es lo que mas amo y no pienso dejarlo nunca. Tampoco pienso dejar todo lo que me gusta para convertirme en esas chicas falsas y sin personalidad.— dijo Lana motivada.

_ Así se habla hija, no dejes que esos pensamientos dominen tu mente, tú ya eres hermosa, y si los chicos no ven tu belleza es porque son unos ciegos. Solo piensa que allá afuera está el chico de tus sueños y yo estaré orgullosa de que mi hija tenga a su pareja.— dijo la madre de Lana.

Fue así que Lana abrazó a su madre en agradecimiento por la platica que tuvieron. Por su lado la señora Winchester estaba contenta de haber ayudado a Lana, aunque no sea su madre biológica la ama con mucho amor, como si en verdad la tuvo en su vientre durante 9 meses.

Se separaron y siguieron con el trabajo, la mecánica estaba más decidida que nunca. No dejaría que los comentarios de Megan la sigan torturando, que importa si le gusta ensuciarse y le guste la mecánica y demás labores en las cuales hay que reparar. Eso es lo que la caracteriza, y con todo ello sabe que cuando menos se lo espere algún chico sea su pareja.

Dos días después.

Un par de días pasaron y vemos a Lana en su escuela, la rubia se le veía más calmada y contenta como siempre ha sido. Esa charla con su madre le subió su motivación, aunque no dejaría que eso la afecte, dejaría que el tiempo se encargue de poner al hombre de sus sueños.

Mientras esperaba a que las clases empiecen Lana vio como llegó al salón Megan y sus compañeras. La chica por su lado vio a la mecánica y, como toda chica testaruda que no aprende nada, se acercó a Lana para así molestarla un poco.

_ Vaya, creí que esta era la escuela pero tal parece que se volvió un basurero, porque tenemos aquí a una vagabunda en el salón.— dijo Megan a Lana.

_ Hola Megan, tan de mañana y se nota que no recibiste la atención de tus padres. ¿Acaso tuvieron que irse temprano o simplemente no les importas?— respondió calmadamente Lana.

_ P-pues.... pero al menos yo tengo algo que tú nunca vas a tener. Y eso es belleza.— dijo Megan molesta.

_ ¿Lo dices por la cirugía en el rostro que te hiciste? Si es así no vale hacer trampa.— volvió a decir Lana.

_ Así.... pues yo..... pues yo..... ¡Yo tengo a todos los chicos a mis pies y mientras tú ni te hablan!— exclamó ya molesta Megan.

_ Y quien no lo haría, con esa falda corta deja evidenciado que harías lo que fuera con tal de recibir la atención que nunca tendrás en tu casa.— comentó Lana con calma.

Todos en el salón se quedaron asombrados al oír lo que Lana le dijo a Megan. La chica por su lado puso una mirada molesta, iba a decirle algo pero no sabía que decir. Por lo que la ignoró y se fue a su asiento, se sentía humillada de que una chica inferior a ella en tema de belleza la haya dejado en ridículo.

Lana por su lado se sentía muy bien luego de encarar a Megan y ponerla en su lugar. Ahora ya sabía lo que siente ser alguien importante, pero no dejaría que eso se le suba a la cabeza y abuse de ello. Denisse presenció todo y le sorprendió el como Lana se dejó intimidar de la chica más popular.

Más tarde en el recreo la chica de cabello negro fue con la ex Loud para hablar, más que nada lo que ocurrió unas horas atrás.

_ Liliana si que eres una mujer con muchas agallas. Nunca creí que serías capaz de encararle así a Megan.— dijo Denisse asombrada.

_ Ya me cansé de escuchar sus comentarios sobre mi apariencia y mi forma de ser. Alguien tenía que ponerla en su lugar, para que así sepa cómo se siente uno ante esos comentarios.— respondía la rubia.

_ También me llama la atención ese cambio de humor tuyo, hace días estabas muy callada y pensativa. ¿Acaso ya estás en tus días?— preguntaba Denisse.

_ No es eso, aunque gracias por recordarme que ya entraré en esos días. Pero sobre lo que dijiste, es algo del cual como ya dijiste, estuve muy pensativa, para que entiendas mejor te lo explico rápido.— contaba Lana.

Así la rubia le cuenta a su mejor amiga sobre su vida amorosa, donde ella no ha encontrado a ese chico ideal, o por lo menos no sabe si le gusta a alguien. En donde le cuenta todo a su madre y esta última como una buena madre la consuela y le dice que todo llegará a su debido tiempo.

_ Ya veo, entonces eso era lo que te tenía muy pensativa, es entendible lo que pasó.— dijo Denisse.

_ Si, antes no le prestaba atención a ese tipo de cosas, ya que me parecía cursi. Pero eso fue cuando yo era más pequeña, ahora he cambiado no solo físicamente, sino mi mentalidad y de ver las cosas también. Incluso me sentí un poco celosa hacia ti, ya que tienes un novio que te quiere mucho y tú lo amas tanto.— explicaba la rubia.

_ Te entiendo, yo también estaría en tu posición si fueras tú quien tiene novio y yo no. Pero como dijo tu mamá no tienes porque preocuparte mucho por ello, ella sabe mucho sobre estos temas, y sé que la vida te pondrá al galán que hará que tus días sean los mejores de tu vida.— decía Denisse a su amiga.

Lana solo veía a Denisse y como esta última le sonreía, aun sentía algo de envidia hacia ella, ya que Denisse está en una relación que comenzó hace dos años, y desde entonces ha estado junto a su novio, el cual conoce y es un chico muy amigable y que no sería capaz de hacerle algo a su mejor amiga.

Más tarde al terminar la escuela Lana tomó su bicicleta y fue de camino a su trabajo. En el camino recordaba el como puso en su lugar a Megan, antes en este tipo de situaciones hubiera usado la fuerza bruta para hacer que Megan la deje de molestar. Pero mejor usó la forma en que Lincoln resuelve sus problemas, con el diálogo pacífico y también devolverle todas las palabras ofensivas que recibió.

Llegando a su trabajo Lana se cambió y siguió con lo suyo. Mientras trabajaba veía a sus compañeros de trabajo, quienes algunos están lejos de su rango, ya que algunos son mayores que ella, y otros ya tienen parejas, eso lo sabe ya que ellos mismos se lo contaron.

Más tarde al salir de su trabajo tomó su bici y prendió viaje a su hogar. Llegó a un semáforo y esperó a que la luz cambie, mientras esperaba pensó que quizás podría ir a comprar algo para comer, una hamburguesa o un sandwich de Subway, había mucho para escoger para cenar.

Mientras pensaba en ello sin darse cuenta alguien apareció detrás de Lana, un tipo un poco mayor que ella y alto. Vio a Lana y sin mediar palabra la tomó de la mochila y la tiró al suelo. La rubia no sabía que había pasado, pero vio cómo alguien se robaba su bicicleta.

_ ¡Oye tú detente ahora mismo!— gritó Lana al sujeto.

El tipo lejos de hacer lo que Lana le dijo siguió su camino, Lana no dejaría que ese tipo se salga con la suya, así que persiguió al individuo y recuperar su bici.

_ No debí distraerme, no pienso dejar que ese idiota me robe mi bicicleta.— dijo la rubia.

Para algunos sería algo arriesgado el ir detrás de un ladrón, debido a que podría estar armado, pero Lana poco le importaba eso. Ya que esa bicicleta tiene un valor sentimental, ya que la compró con su primer pago del taller donde trabaja.

Mientras corría trataba de visualizar si veía a un policía, ya sea uno que esté patrullando a pie o en una patrulla, tristemente no había ninguno en donde estaba. Pasaron varios minutos de persecución en donde Lana tropezó y cae al suelo, levantó su cabeza y vio como el tipo se alejaba junto a su bicicleta.

_ Por favor..... no te la lleves... te lo ruego.— dijo Lana adolorida por la caída.

Lana pensó que su bicicleta, su medio de transporte y que la consiguió gracias a su arduo trabajo se iría para nunca más verla. Pero ocurriría algo que no se esperó.

Vio como una persona bajó al tipo que se llevaba su bicicleta, una vez que lo bajó procedió a golpear al sujeto repetidas veces. Lana estaba sorprendida de lo que veía, estaba agradecida de que alguien le haya ayudado a recuperar su bici, pero estaría más sorprendida al ver mejor quien le ayudó.

_ ¿L-Lincoln?

Si, fue ni más ni menos que Lincoln. El albino le propinó al tipo ese la paliza de su vida. Lincoln estaba enfadado al ver que ese ladrón se quería robar la bicicleta de su hermana menor. Luego de esa paliza el albino se acercó a la rubia.

_ Lana, ¿Te encuentras bien, ese tipo te hizo algo?— preguntaba Lincoln preocupado.

_ Estoy bien, solo que ese tipo me tiró al sueño tomándome de la mochila. Lo perseguí por varias cuadras hasta que terminé tropezando.—  respondía la rubia.

_ Menos mal, cuando vi que este infeliz se estaba llevando tu bicicleta no dudé en detenerlo. Ya que esta bicicleta es la imagen de tu trabajo arduo, ya que la compraste con tu primer sueldo.— decía el albino.

_ Realmente te agradezco mucho Lincoln, eres el mejor.— agradecía la rubia.

Acto seguido Lana le dio un abrazo a su hermano, al separarse para verlo fue que Lana notó algo en Lincoln. Al verlo más de cerca podía notar el cambio que ha tenido, ya no era aquel chico que solía leer cómics en ropa interior, ahora era todo un adulto, un gran y apuesto adulto.

Los ojos de Lana se iluminaron, ya que hasta ahora se da cuenta de que su hermano ha cambiado, aunque sigue siendo ese adorable chico con corazón de oro. El albino por su lado vio a su hermana y le dice.

_ ¿Te acompaño hasta tu casa? Solo para asegurarme que no te pase nada malo.— preguntaba el albino.

_ C-Claro.... pero antes vayamos por unas hamburguesas. Ya que antes que ese tipo me robara la bici pensaba que podría cenar.— respondía la mecánica.

_ Porque no, vamos también me dio ganas de una hamburguesa. Pero antes llamaré a la policía y que se lleven a este tipo.— dijo Lincoln a su hermana.

Fue así que Lincoln llamó a la policía y les explicó lo que sucedió, luego de eso fueron por unas hamburguesas. Lincoln compró dos hamburguesas con papas fritas, ya que una se la dará a Loren. Lana por su lado recordaba lo que había sucedido momentos atrás, de cómo Lincoln le dio su merecido a ese tipo y recuperó su bicicleta.

Aunque, de lo que no dejaba de pensar en el rostro de su hermano, nunca se detuvo al verlo. Con su apariencia, más su forma de ser y que es muy atento a los detalles más pequeño, sería el chico ideal que toda chica sueña con tener, incluso ella misma.

Eso último que pensó la dejó con muchos pensamientos en su mente, ella y Lincoln. Ambos como si fueran pareja, trató de borrar esas imágenes de su cabeza, pero entre más lo hacía más imágenes aparecían, de las cuales se veía a ella misma, siendo abrazada por su hermano, quien la veía con esos ojos azules como el mar, acercando su rostro hacia el de ella, para así unir sus labios en un apasionado beso.

_ Aquí están las hamburguesas Lana, ya es hora de irnos.— dijo Lincoln a Lana.

La rubia regresó a la realidad al escuchar la voz de su hermano, tenía su cara toda roja al imaginarse a ella y a Lincoln besándose. Lincoln notó eso, a lo que se dirige a Lana para saber si se sentía bien.

_ ¿Te sientes bien? Tienes la cara toda roja.— preguntaba Lincoln.

_ ¿Eh?..... N-n-no es nada.... no me pasa nada.— mentía la rubia.

_ Okey, vayamos a nuestros hogares, ya quiero comer esta hamburguesa.— comentó Lincoln.

Salieron del restaurante y fueron a sus respectivos hogares. Lana iba caminando mientras llevaba empujando su bici. Lana no sabía que le pasaba, nunca antes le había pasado algo así, no sabe el porqué ahora ve de esa forma a su hermano, si antes lo veía normalmente.

Mientras caminaban fue que empezó a llover, Lincoln y Lana debían de buscar un lugar para resguardarse de la lluvia.

_ Rayos empezó a llover, vayamos al apartamento donde vivo, estamos cerca de llegar.— le dijo Lincoln a Lana.

_Está bien, así podré esperar a que pase la lluvia.— respondía Lana.

Ambos jóvenes fueron rápido al edificio de apartamentos en donde vive Lincoln y Loren. Llegaron y fueron a la habitación donde vive Lincoln. Lana dejó su bicicleta afuera con llave y bajo techo para evitar que se moje y agarre óxido.

_ Te traeré una toalla para que te seques. Quizás también deberías de darte una ducha, le pediré a Loren que te preste algo de ropa.— dijo Lincoln a Lana.

_ Está bien, aparte se ve que esta lluvia no va a parar en estos momentos. Será mejor que le llame a mis padres que pasaré la noche aquí.— decía Lana a Lincoln.

Así Lincoln fue a la habitación en donde vive Loren, fue a pedirle algo de ropa para que Lana pueda ponerse. Por su lado Lana estaba en el baño dándose una ducha. Mientras se bañaba recordó el momento en que Lincoln le dio su merecido a ese ladrón y recuperó su bicicleta.

Luego de bañarse sale del baño y se cambia con la ropa que Lincoln le trajo. Loren fue para hacerles compañía y también para comer los tres juntos. Mientras cenaban Lincoln y Lana le cuentan a Loren lo que había pasado.

_ Ese canalla, me alegra que hayas atrapado a ese ladrón y le recuperaras la bicicleta a Lana.— dijo Loren a Lincoln.

_ Minutos antes había salido del trabajo, vi a lo lejos a Lana persiguiendo al tipo ese y vi que le estaba robando su bici. Por lo que me escondí y cuando estaba cerca lo ataqué por sorpresa.— contaba Lincoln como se enteró.

_ ¿Y no te hizo nada malo? ¿No estás lastimada?— le preguntaba ahora a Lana.

_ Descuida, no me hizo nada, solo sentí como me tiró de mi mochila y lo siguiente que pasó fue que estaba en el suelo. No me quedé ahí y lo perseguí.— respondía la rubia.

_ Lo bueno es que la policía se lo haya llevado. No me imagino que ya no tengas tu bici, recuerdo cuando apareciste con ella luego de recibir tu primer pago de tu trabajo.— decía la rubia mayor.

_ Bueno, creo que ya es hora de irnos a dormir. Te traeré una almohada y una sábana para que duermas en el sofá, Lana.— le dijo Lincoln a su hermana.

_ Le llamaré a mis padres para avisarles que me quedaré a dormir aquí y mañana iré a casa.— acató Lana.

Antes de ir a dormir los chicos hablaron de otro temas, en donde Loren le cuenta a Lana que la llevaron a una sección de fotos, en la cual le avisarían para que trabaje como modelo para algunas revistas. Esto claro que impresionó a Lana, además le sorprendía el como Loren poco a poco se hacía notar, si sigue así llegará a ser famosa.

Cuando llegó la hora de dormir Loren fue a su habitación a dormir, Lincoln hizo lo mismo y se preparó para dormir. Lana por su lado se acomodó en el sofá para así dormir. Las luces estaban apagadas, todo estaba oscuro, solo se escuchaba el ruido de la lluvia caer.

Pasaba los minutos y Lana por alguna razón no podía conciliar el sueño, y por si fuera poco a su mente aparecía el rostro de Lincoln. Ver su rostro sonriente, con esos ojos azules, su cabello blanco como la nieve, y también se le notaba su barba en su barbilla. Lo veía acercase a ella nuevamente, con sus manos la toma de ambas mejillas, ambos se quedan mirando fijamente hasta que sus rostros se acercaron y se besaron.

_ "¿Que me está pasando? ¿Por qué hasta ahora siento esto hacia Lincoln? Él es mi hermano y no debería de pensar eso hacia él"— pensó la rubia.

Fue ahí que Lana recordó que ella y Lincoln nunca fueron hermanos, y más ahora que tienen familias distintas. Pese a ello seguía viendo a Lincoln como su hermano mayor, aquel que la cuidó desde el día que ella nació, con quien jugó con ella y luego lo ayudó a escapar del lugar que solían llamar hogar.

Su mente estaba hecha un alboroto en estos momentos, pero en medio de ese alboroto mental recordó lo que dijo su madre días atrás cuando le preguntó más detalles sobre su relación con su padre.

"Puede que también te pase lo mismo, si el chico indicado aparece y hace algo por ti, no importa que sea, pero si está dispuesto incluso de sacrificar su vida solo por ti es un indicio que le gusta y que si le importas demasiado"

_ "Si Lincoln hizo eso por mí, ¿Significa que le gustó? No lo creo, lo hizo ya que aún me ve como su hermana menor, aunque.... me gustaría que no sólo me viera como su hermana.... sino como una chica, una chica con quien pueda salir en citas y..... tener un noviazgo"

Al pensar en eso Lana se dio cuenta de lo que es bastante obvio, se estaba enamorando de Lincoln. Puede que parezca confuso, tal como su madre le dijo, así como también que el amor es impredecible y que uno nunca sabe de quien puede enamorarse uno.

Se levantó del sofá y fue hacia la habitación en donde duerme Lincoln. Abrió la puerta lentamente y pese a la oscuridad lo vio en su cama. Verlo dormir le parecía adorable, aún le sorprende el como Lincoln ha crecido, con su estatura podría fácilmente seguir siendo jugador de basquet, pero él dijo que ser jugador no era lo suyo y que sólo era un pasatiempo para él.

Sin más Lana se dirige a la cama de Lincoln y se acuesta junto con su hermano. Estando en la cama junto a Lincoln le transmitía una sensación de nostalgia, ya que cuando era pequeña solía ir a la habitación de su hermano cuando tenía una pesadilla, también le recuerda de cuando estaban en esa casa abandonada cuando escaparon de la casa Loud.

Lo vio nuevamente a su rostro, verlo hacía que su corazón empezara a latir con fuerza. Aunque no sea su hermano legalmente y que no comparta la misma sangre, siempre lo verá como el hermano que la vio crecer, pero ahora, lo ve como un chico común y corriente, y del cual ella desea que se fije en ella y que sienta lo mismo que está sintiendo.

_ Buenas noches Lincoln. Te quiero.— dijo Lana en voz baja.

Así Lana cerró sus ojos y con eso pudo conciliar el sueño, sintió como los brazos de Lincoln la rodeaba, transmitiendo su calor. Ambos hermanos quedaron así, dormidos y con el sonido de la lluvia caer en esa cálida noche, en donde ahí mismo nacería un amor puro y genuino.

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Hola amigos míos. ¿Cómo están? Espero que bien.

Bueno, vimos con en este capítulo en donde Lana seguía pensando en las palabras que Lincoln había dicho para defenderla de Megan y su séquito. En donde la rubia entraba nuevamente en su debate mental sobre sí algún día tendrá pareja o no, a lo que tiene una charla con su madre y le levanta el ánimo.

Y cómo les dije de aquí empieza el romance entre Lincoln y Lana, en donde es Lana quien siente algo por Lincoln, pero este último no, aunque no por mucho. Solo les aviso que las cosas se pondrán buenas, ya que habrá algunos momentos que le darán emoción al asunto.

Ya sin nada más que agregar los dejo con mis angelitos para despedir este capítulo.

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