Escrito por Veattrix — 346 palabras

No, claro que no, él no estaba obsesionado con las chicas de cabello castaño, eso sería muy superficial.

—Oye, estúpido mapache drogado, te quiero presentar a Linda—no, qué estupidez, tampoco estaba obsesionado con las chicas de ojos miel. O las de pecho pequeño y cintura tan estrecha que podría levantarla con una mano.

—Un gusto, Lisa Lindal, Alex me ha contado mucho de ti—tampoco estaba obsesionado con la piel suave y lechosa que olía a fresas, a dulces fresas que se volverían mermelada consumida por él.

—Beyond Birthday, mi postre a tus pies— ¡tampoco por las chicas que entendían viejas referencias de la infancia! ¡le daba igual si se ríen o no con un sonido de caja musical!

—Cállate, B, no opines sino conoces nuestra relación—tampoco estaba obsesionado de hablar y meter las narices en la relación de su mejor amigo, claro que no. ¿A él que le puede interesar si Alex tenía un pequeño problema con el alcohol y estaba tomando muy rápido la decisión de vivir con Linda?

—Muchas gracias por traerlo Beyond—no, no estaba obsesionado con Linda, no estaba obsesionado con esos momentos de abandono en que su mejor amigo la sometía y él aprovechaba para colarse e imponer sus besos, sus mordidas, sus lamidas buscando ese sabor a fresas.

—Be-Beyond…!ah! ¡Alex! —no estaba obsesionado con la idea de hacerlo con Linda a la primera oportunidad, en la cama de su amigo, sobre la barra de la cocina, no se obsesionaba con sus gemidos, su nombre entre suspiros, sus uñas arañando su espalda y él llegando a lo más profundo que podía perdiéndose entre sus piernas, aunque ella pronunciara otro nombre estando unidos.

A él le obsesionaba el dolor, culpa y adrenalina de ser amante de Linda. Porque cuando Alexander los descubrió gracias a un mensaje de Beyond y terminó con Linda en el acto…todo se acabó para él. Ya no le interesaba ella, no le obsesionaba Linda y su hermoso ser, le obsesionaba el ser amante y con ella libre…eso ya no podía ser.