Capítulo 10.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—Adios, Señor Grey. —Gail agita su mano hasta que el auto desaparece por las rejas de la entrada.

Genial.

Con Grey y su perro viejo fuera del camino, puedo curiosear libremente por la casa hasta encontrar mi anillo. Gail entra a la casa y me hace una seña para que la siga.

—¿Te gustaría un poco de té y galletas, o tienes qué irte ya?

—Te y galletas están bien, aunque escuché que eres una excelente pastelera.

—Oh, —sus cejas se arquean—. ¿Quién dijo eso? ¿Jason?

Como si lo escuchara...

—Si, —miento—. Me encanta el pastel y hace mucho no pruebo uno, ¿Te importaría...?

Ella sonríe como si le hubiera hecho el mejor de los cumplidos y asiente, yendo directo a la cocina de Grey.

—¿Vas a prepararlo aquí? —señalo, sin parecer ansiosa—. Creí que estarías más cómoda en nuestra cocina.

Allá, en el área de empleados. Lejos de la caja fuerte de Grey o cualquier otro lugar donde guarde mi costoso anillo.

—Puedo hacerlo aquí, al señor Grey no le importa y nuestro horno no calienta como debería.

Mierda.

—Bien. Yo... ¿Necesitas algo? ¿Puedo traer algo para ti?

—Estoy bien, Andrew. ¿Por qué no te sientas ahí y me cuentas un poco de ti?

Tengo qué forzar una gran sonrisa en mi cara para que mi incomodidad no la detenga de cocinar ese postre dulce. Me siento en el banquillo de la barra y espero.

—Y dime, ¿Qué piensan tus papás de que trabajes para el señor Grey? —comienza el interrogatorio.

—Hmm, ellos están de acuerdo en que gane mi propio dinero. —me limito a decir porque no quiero dejar pistas de mi identidad.

De hecho, mientras menos sepan de mi, mejor será.

—Claro, eres joven y aprenderás a administrar tu dinero. —sonríe vertiendo leche en una taza medidora—. ¿Tienes novia?

¿Qué?

—Tengo un... Una... Hmm...

—¿Pareja?

—Si, tengo una pareja.

Y vamos a casarnos pronto, si tu tonto jefe no se ha deshecho de la reliquia familiar de los Clayton.

—¿Y tus padres están de acuerdo con tu pareja? —insiste.

¿Cómo hago para que ella deje de curiosear en mi vida y se concentre en ese pastel?

—Están de acuerdo, si. Lo aprueban.

—Entonces debe ser una buena persona, Andrew. Me alegro por ti. Estoy segura que lo único que quieren tus padres es que seas feliz.

—Lo seré, —balbuceo—. Lo soy, quiero decir. Mi... Pareja es una buena persona y puede cuidar de mi.

—Me alegro.

Antes de que pueda preguntar otra cosa, me levanto del banquillo y señalo el pasillo.

—Tengo que ir al baño, ¿Te importa si me ausento dos minutos?

Gail toma la batidora y me hace una seña indicando que está bien, luego gira para tomar otra bolsa con harina.

Y como tengo qué aprovechar los pocos minutos, me dirijo primero al estudio de Grey en el fondo del pasillo. La puerta no tiene seguro porque es un idiota demasiado confiado.

La habitación está perfectamente limpia y organizada, incluso sus estúpidos libros llevan un orden igual a los de su oficina en GEH.

—Bien, si yo fuera Grey y tuviera algo valioso en mis manos, ¿Dónde lo guardaría? —reviso detrás del librero en caso de que exista una puerta falsa.

Solo que no la hay, ni ahí ni en el cuadro detrás de su silla ejecutiva. ¡Esto es imposible! Debería tener al menos una...

—...caja fuerte. —miro el otro cuadro a un lado de la puerta.

Esa pintura parece simple, apenas una copia de algo más valioso tal vez pensado para pasar desapercibido.

—¡Bingo! —chillo cuando tiro del marco y se mueve—. La caja fuerte de Grey no es tan discreta como él piensa.

Tomo la palanca lateral y la giro, pero no cede al movimiento. Obviamente la estúpida cosa tiene combinación y Grey no es tan confiado como creí que era.

La primera combinación que intento es el cumpleaños de su mamá, luego voy a través del buscador en mi móvil para buscar su fecha de cumpleaños. Tampoco abre.

—Con mi maldita suerte, el número es la fecha de cumpleaños del perro viejo... —gruño.

Supongo que tardé más de dos minutos porque escucho la voz de Gail y sus pasos en el corredor.

—¿Andrew?

—¡Mierda! —empujo la cosa y corro de vuelta, topando de frente con ella—. Lo siento, creí que había un baño en este pasillo.

Señalo, pero Gail frunce las cejas ligeramente antes de sonreír.

—Oh, no. El baño de visitas está en nuestro pasillo. ¿Por qué no vas mientras sirvo el té para nosotras?

—Claro.

Me escabullo rápidamente para que crea que estoy avergonzado del error y espero un poco antes de volver a la cocina.

—El pastel estará listo en media hora, ¿Tomamos un té mientras esperamos?

—Si.

Gail sirve ambas tazas y se sienta a mi lado en la barra, dando pequeños sorbos mientras me mira por el rabillo del ojo.

—¿Solo tú y Taylor viven con el señor Grey? —pregunto antes de que ella lo haga.

—Si, podría decirse que somos su personal de confianza. Y ahora tú también.

—Por supuesto. —yo también sorbo mi té.

—Él confía en ti, Andrew.

Carajo.

Apenas puedo esperar a que el pastel esté listo, antes de salir corriendo de esa casa. Con suerte para Gail, Grey y Taylor volverán de la dichosa cena pronto y ella no tendrá que estar sola.

Cuando llego a mi casa, es tan tarde que dejo el auto detrás del de mi papá, me cambio el estúpido uniforme y me arrastro hasta la sala.

—¿Apenas llegas, Pastelito? —papá me mira por encima de su bebida—. Voy a tener que hablar con ese chico Clayton sobre las salidas nocturnas.

—¡Papá! —chillo, sentandome a su lado—. Estaba en el trabajo, mi jefe es un tipo abusivo y explotador.

—¿Ah, si? ¿Y lo conozco? —sus ojos se entrecierran.

—No, no lo conoces, es un tipo viejo y muy, muy... —mis dedos forman garras mientras trato de desviar la atención—. ¿Dónde está mamá?

—En la habitación, hablando con sus amigas del club o con alguna de esas mujeres frívolas —bebe otro trago—. Están todas locas por ese baile de máscaras.

—¿Baile de máscaras?

—Si, ese baile, el que organizan los Grey cada año. Tu madre por fin consiguió ser invitada y está alardeando con todo Seattle.

Ay, Dios. ¿Los Grey? ¿Como en... Christian Grey?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro