Capítulo 2.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—Si que es alto.

—Lo sé. —El estúpido edificio parece no tener fin—. Vamos, Kate, acabemos con esto.

Ambas pasamos las puertas de cristal grabadas con el nombre Grey Enterprise Holdings que dan paso al vestíbulo de color blanco. Limpio y blanco. Un ascensor a la izquierda, dos a la derecha y un mostrador amplio al centro.

—¿Crees que nos dejen verlo? —Susurra Kate bajando un poco los lentes oscuros para mirarme.

—¿Al hombre más rico de Seattle? No sin un escaneo de cuerpo completo.

Mi amiga reacomoda sus lentes y hago lo mismo con los míos, las dos llevando sombreros de ala oscuros y las expresiones congeladas de nuestras madres.

—¿Entonces cuál es el plan?

—Cállate y sígueme.

Cruzamos el piso blanco de mármol hasta el mostrador, y las mujeres rubias levantan la cabeza para mirarnos por el ruido de nuestros tacones.

—Bienvenidas a Grey Enterprise Holdings, ¿En qué puedo ayudarlas?

—Queremos ver al señor Grey.

La mujer ladea la cabeza.

—¿Tienen cita?

Kate casi brinca de los nervios, así que tomo la palabra.

—Ella es Katherine Kavanagh, el señor Grey estuvo en la gala de su familia la semana pasada, la conoce.

—Pero... —la rubia insiste—. ¿Tiene una cita con el señor Grey?

—Solo quiere hacerle unas preguntas rápidas sobre la gala.

La mujer no luce convencida pero tiene la amabilidad de sonreír y tomar el teléfono sobre su escritorio. Presiona un botón y saluda a alguien del otro lado de la línea.

—Andrea, la señorita Katherine Kavanagh solicita una reunión con el señor Grey.

Mientras escuchamos sus palabras, Kate golpea mi brazo.

—Dijiste que no íbamos a usar nuestros nombres. —Chilla.

—Mi nombre, Kate. Soy yo la que va a casarse con Paul y nadie debe saber que estoy aquí.

La recepcionista sigue con el teléfono pegado a la oreja, finalmente responde a lo que le dicen.

—¿No tiene espacio en su agenda? Entiendo, si, yo le comento a la señorita Kavanagh.

Y cuelga.

Carajo.

—Lo siento mucho, señoritas, el señor Grey tiene un día muy ocupado. ¿Puedo agendarla para... El próximo mes?

¿Qué?

—¡No! —chillo—. Quiero decir, no es posible, ¡Necesita hablar con el señor Grey ahora!

—Como le he dicho, no es posible en este momento. —La mujer dice pero está mirando a otro lado—. Déjeme su número de contacto y le haré saber cuándo el señor Grey esté disponible.

Por el rabillo del ojo veo al guardia de seguridad parado detrás de nosotras, esperando para escoltarnos hasta la salida. ¡Maldita chismosa!

—Si, muy bien. —Kate toma mi brazo y tira de él.

—Volveremos después, —amenazo—. Este asunto es de vida o muerte.

Ambas mujeres abren los ojos por la sorpresa, obligando al guardia a actuar cuando señala la puerta. Se asegura que no intentamos entrar de nuevo antes de desaparecer en el interior.

—Ana, ¿Ahora qué hacemos?

—Lo esperamos aquí.

—¿Aquí?

—Si. Tiene que ir a casa, ¿No?

—¿Pero cuánto tiempo esperaremos?

—El que sea necesario, Kate.

Me molesta que mi amiga no apoye mi plan, sobre todo porque implica quedarse aquí hasta que el dichoso y arrogante señor Grey salga. ¿Cómo es que se atreve a negarse a nosotras? Idiota.

—¡Idiota! —Gruño en voz alta.

¿Cuánto tiempo más le tomará salir de ahí? Miro el reloj Cartier en mi muñeca y suspiro porque son más de las 5 el tipo no sale de su lujoso edificio.

—Creo que deberíamos irnos...

Kate deja caer la cabeza con fastidio y estoy a punto de decir que si, cuando veo a un grupo de empleados hacerse a un lado. El hombre del traje oscuro lidera el camino, su guardaspaldas detrás de él.

—¡Kate! ¡Es él! ¡Levántate!

Sacudimos la tierra de la jardinera que se pega a nuestros vestidos antes de correr hacia él. Discreta, Anastasia.

—¿Señor Grey? ¡Señor Grey!

El hombre rubio que lo sigue se interpone en nuestro camino.

—Alto ahí, señoritas.

—¡Quítate, idiota! —Chillo, tratando de esquivarlo—. ¡Señor Grey!

El imbécil arrogante sigue como si no nos hubiera escuchado y sube dentro de su costoso Audi negro.

—Señoritas... —Gruñe el monigote.

—Quítame las manos de encima, ¡Quiero hablar con tu jefe!

—No puedo hacer eso.

Sus lentes oscuros no ocultan su molestia, ni la mía cuando su enorme cuerpo me impide avanzar. Mi buena amiga Kate permanece aterrorizada unos pasos más atrás.

—¡Solo quiero hablar con él!

—No.

—¿No sabes quién soy? ¡Soy Anastasia Steele!

El hombre ni se inmuta.

—¡De los Steele!

La misma expresión fría.

—¡Quítate de mi camino! ¡Y no te atrevas a tocarme porque le diré a mi padre que...!

Unas manos grandes se posan en mis hombros y giro solo un poco para ver al guardia del edificio empujándome lejos, el estúpido rubio sonríe.

—¡Kate! —¿Dónde rayos está ella?

Mientras me alejan, la veo siendo escoltada hasta el otro extremo de la acera con un guardia llamando por radio.

Carajo.

Se aseguran que su estúpido jefe se haya ido en el auto con el rubio grosero antes de dejarnos ir, como si fuéramos un par de locos acosadoras.

—¡Estúpido Grey! ¡Y su estúpido guardaespaldas! ¡En su estúpido auto y su...!

—¿Estúpido edificio? —Kate de ríe.

—¡No te rías! ¡Tengo que recuperar el anillo de Paul!

—¿Pero cómo? Ni siquiera pudimos acercarnos, ¿Cómo piensas preguntar sobre tu anillo?

—Tal vez deba robarlo.

—Si, claro. —Se ríe otra vez.

—¿Sabes dónde vive?

—Todos saben dónde vive, Ana. En Escala. El edificio más seguro de Seattle.

—Carajo.

—Aunque creo que acaba de comprar una mansión en Broadview que mamá dice que cuesta una fortuna.

—¿Entonces se está mudando?

—Si... ¿Por qué?

Tengo una idea.

~ • ~

Aquí sigo 👀.

Capítulo nuevo y meme.

🤭

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro