🌸Capítulo 75

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Sentados en las mesas colocadas estratégicamente fuera del local para sus clientes, Jimin y Jungkook disfrutaban de una malteada mientras el mayor hablaba.

El pelirrojo omega ciertamente no estaba escuchando lo que decía su hermano, o más bien no podía concentrarse en las palabras del alfa por completo.

Su mente vagaba de ida y vuelta en cierto tema que no había podido olvidar, y aquello le frustraba.

—¿Jimin? ¿Me estás escuchando? —pregunto Jungkook moviendo su mano frente al rostro del menor estatura cuando por fin se percató de ello.

Jimin pestañeó lentamente y sacudió su cabeza—. Lo siento, no —respondió junto con un audible suspiro.

El alfa bebió un sorbo de su malteada contemplando al menor.

Desde que se encontró con Jimin que este se había mostrado distraído y pensativo.

No solo con él por lo que pudo apreciar, ya que también pareció distraído mientras Taehyung les acompañaba antes de ir a su última clase.

—Uhm... ¿Dónde está Taehyungie? —preguntó al no verlo, confirmando el pensamiento del alfa.

—Se fue hace casi una hora —respondió arqueando una ceja.

—Lo siento —murmuró ahora sintiéndose culpable—. ¿Podrías repetirme lo que me estabas diciendo? —pidió el omega al percatarse de la mirada del contrario sobre él—. Juro que esta vez escucharé.

Jungkook relamió sus labios y le contempló inseguro.

—Lo prometo —insistió Jimin y finalmente el contrario asintió.

—Taehyung decidió que le dirá a sus padres que es un omega y que está saliendo conmigo —sonrió el mayor.

—¿Y te dijo por qué? —preguntó con cuidado.

—Oh, sí —sonríe—. Fui un poco tonto, ni siquiera había pensado en que nosotros también podríamos unirnos de aquella forma, solo pensé que éramos especiales.

—Con el tiempo te hubieras dado cuenta, al igual que Yoongi hyung —Jimin dijo sonriente—. ¿Y cuándo le dirá?

—Mañana sus padres estarán en casa y ahí les diremos juntos, ya que no pienso dejarle solo —anunció con firmeza.

—Cualquier cosa, yo estoy con ustedes —pronunció el pelirrojo con cariño, volviendo a distraerse contemplando su malteada.

—Lo sé —sonrió suavemente antes de cambiar su expresión a una seria—. Sé que no soy la mejor persona para hablar pero puedo escuchar —anuncio logrando que el menor le observara sorprendido—. Así que por qué no me dices qué es lo que te molesta.

—Nada me molesta, Kookie —se apresuró a contestar, bajando la mirada hacia su malteada intacta, ni siquiera un sorbo había probado en todo es tiempo.

—Jimin-sshi, creí que ya habíamos quedado en que no eres bueno mintiendo —indicó sin burla el alfa.

Jimin arrugó su nariz e hizo una mueca, contempló a su alrededor y finalmente volvió a contemplar sus manos rodeando su malteada.

—Yo... Ugh... Me siento algo culpable —murmuró—. En la fiesta Ji-eun se me acercó y me dijo cosas con las cuales me hicieron dudar por un momento de cómo estoy viviendo hoy en día —explicó sin dar mucha información a la vez.

Jungkook bufó imaginándose que se trataba de un nuevo intento por parte de la omega para estar con su hermano mayor.

Y pensar que en su infancia tuvo un amor platónico hacia ella... Al menos solo duró un verano.

—Conozco a Noona prácticamente de toda mi vida, cada uno de nosotros conoce las tácticas de Ji-eun para conseguir lo que quiere, por lo que no confiaría en su palabra, Minnie —dijo con honestidad el alfa.

—¿Cierto? —pronuncio el menor.

—Pero pensé que ella ya estaba con alguien —recordó.

—Sí pero... No sé, ella es extraña —bufó Jimin—. Mejor dejo de pensar en ella y Hyuna.

El cuerpo de Jungkook se tensó ante dicho nombre.

—¿Qué tiene que ver Hyuna en todo esto? —pregunto confundido el joven alfa, pero también... Alerta.

—Nada, solo olvídalo Hyung —pidió antes de beber un sorbo de su malteada—. Uhm, ¿no tienes que ir a tu última clase? —pronunció al contemplar la hora.

—Sí —asintió pero tenía una extraña sensación en su cuerpo—. Vamos, te pasaré a dejar al departamento o al trabajo de Yoongi hyung.

—No es necesario —negó—. Le prometí a Sana que le compraría algo si le iba bien en su prueba oral de las tablas de multiplicaciones.

—Ahh por eso estaba cantando las tablas cada vez que me encontraba con ella —recordó con una pequeña sonrisa—. Bueno, si no recuerdas las malteadas ya están pagadas. Nos vemos en casa y si no, espero que llegues bien al departamento —se despidió retirándose algo apresurado, tenía que llamar a Yoongi.

Tomando su batido Jimin se levantó y comenzó a recorrer el centro comercial en busca de un regalo para la infante.

Sana ya tenía muchas princesas y peluches, por lo que no quería comprarle otro. La ropa de la menor también era muy bonita y según Jin, tenía demasiada, ya que su madre había llevado a la menor de compras.

—¿Qué le puedo dar entonces? —se preguntó frunciendo sus labios.

Entonces, lo vio. Frente a él había una tienda entera de ese peluche que tanto le gustaba a la pequeña, Ryan.

Sin esperar, Jimin entró y recorrió contemplando desde peluches, figurillas de colección, ropa, gorras, etc.

—Disculpe, ¿puedo ver ese collar? —pregunto al trabajador, apreciando la pequeña cabeza de Ryan unido a la fina cadena de plata.

Después de conversar un poco, donde el hombre mayor trataba de convencer al pelirrojo de comprarlo, finalmente Jimin salió de la tienda con un pequeño sobre rosado donde estaba el collar.

Y ahora que su mente no volvía a estar ocupada en algo, de forma cansadora volvía a rememorar su conversación con Ji-eun.

Si lo pensaba, desde un principio sentía que había algo, no mal, pero si extraño con todo el asunto de la familia Min.

Luego estaban las palabras de sus abuelos y aquella mirada conocedora y burlona. Sin contar como le trataron sus hermanos la primera vez que le vieron.

"Yoongi me dijo lo bien que se sentía en cierta forma haber recuperado a Hyuna"

La frase golpeó con fuerza en su mente junto con otra.

Reemplazo.

—No —murmuro agitando su cabeza de forma negativa.

Cómo era posible que dudara de sus padres después de todo lo que habían hecho por él.

—¡Hey! ¡Mochi! —Jimin se dio media vuelta, encontrándose con su amigo.

Había olvidado que Jae bum trabajaba en aquel centro comercial.

—Hola Jaebum, ¿cómo estás?—saludo e inmediatamente hizo una mueca ante su tono tembloroso.

El alfa le contempló arqueado una ceja y colocó una mano sobre el hombro del omega.

—Muy bien Jiminnie, vamos a hablar.

—Estoy bien —refunfuño mientras comenzaba a caminar a su lado—. Además, ¿no estás trabajado? —pregunto al contemplar el uniforme del alfa.

—No te preocupes, tengo descanso —resopló—. Y Mochi, cuando algo te preocupa te olvidas de los honoríficos... Al igual que cuando estás enojado, así que ya suelta.

—Eso... Eso... —balbuceo sin poder contradecirlo, y de todas formas aunque intentara mentir no serviría porque él era pésimo en ello.

—Muy bien —pronunció y le obligó a sentarse en una banca—. Dile que es lo que te preocupa a tu Hyung.

—Yo... No... —balbuceo.

—Jimin —dijo con simpleza y el menor dejó sus balbuceos mientras lo observaba intensamente.

Y como en los viejos tiempos, Jimin simplemente no pudo aguantar y guardar más, le contó todo lo que le preocupaba y molestaba. Sus sentimientos de culpa, miedo y duda, absolutamente todo.

El silencio reinó entre ellos varios minutos luego de ello, desesperado al pelirrojo.

—¿Y? Hyung, por favor di algo —pidió.

El alfa frotó su mentón y se recargó en el respaldar de la banca.

—Obviamente esta mujer, sigue enamorada de Yoongi y está utilizando todo lo que tiene entre sus manos para separarlos —Jimin suspiró en alivio y asintió repetidas veces con su cabeza.

—Sí, de cierta forma yo sabía que me estaba mintiendo otra vez.

—Yo no dije que estaba mintiendo —indicó el contrario.

—Pero, hyung —frunció el ceño—. Dijiste...

—Dije que estaba utilizando todo lo que tenía a su disposición, en ningún momento dije que eso era una mentira —aclaró—. Pero esto en verdad me dice mucho a mí.

—Se supone que me tienes que ayudar —le recordó—, no a instarme a desconfiar más de mi familia y pareja.

—¿Recuerdas lo que dije cuando conocí a tu familia? —preguntó sentándose recto.

—¿Donde le dijiste a mi alfa libremente que estás interesado en mí? —recordó.

—Sí... Estaba mintiendo, no puedo verte más que mi hermanito pequeño al cual debo proteger —confesó.

—No entiendo qué tiene que ver todo esto con lo que te dije —pronunció confundido el omega.

Pero el saber que en verdad Jaebum no sentía nada por él más que una amistad le aliviaba, aunque también confundía porque no podía entender el sentido de mentir al decir aquello.

—Siempre he visto y buscado lo mejor para ti, Mochi —dijo con cariño—. Y ese día, mientras compartía con todos, me di cuenta de algo importante a la relación de tu familia, algo que no me gustó —aclaró.

—¿Es por Yoongi hyung y mis padres? —adivino—. Sé que madre actúa como si estuviera bien con que estemos juntos pero algo me dice que no es así y por eso actúa así de... Extraño.

—Podría haber pensado así —asintió Jaebum y tomó la mano del menor—. Pero sentí que había algo más en esa familia, y con lo que me acabas de contar encaj-...

—No. —interrumpió Jimin apretando sus manos en puños.

—No lo sabes y es por eso que el tema sigue atormentando tu cabeza.

—¿Por qué me dices esto? —exclamó con una creciente angustia.

—Mochi, tú sabes que yo solo busco lo mejor para ti —dijo con cariño—. Si todo estuviera bien y no sospechara nada, ¿en verdad crees que estaría haciendo lo de ahora? —preguntó.

Lentamente, Jimin negó y observó sus manos de pronto sintiendo... Miedo.

—¿Has preguntado a alguien por Hyuna a caso? —preguntó con tono preocupado el alfa.

—... A mamá una vez, solo me dijo que era la esposa de nuestro vecino —recordó—. Hoy la mencioné frente a Kookie pero no me dijo nada al respecto. ¿Pero sabes? Ahí es donde hay otro problema porque si madre dijo que era la esposa del vecino y Ji-eun que era la... Pareja de Yoongi... ¿Quién me dijo la verdad entonces?

—Bien podría ser que fue la esposa del vecino y se separaron para que ella pudiera estar con Yoongi —pensó—... ¿Y si preguntas directamente... Crees que tus padres te digan algo? —preguntó—. ¿O tal vez a tu misma pareja?

Luego de pensarlo unos segundos, Jimin se encogió de hombros.

Sinceramente no lo sabía, nunca había sido mencionado el nombre de ella en la casa por lo que no sabría cómo reaccionarían sus padres o el propio Yoongi, si preguntaba directamente.

—Y si en verdad fue la esposa de tu vecino... Tal vez podrías preguntarle a él si no quieres preguntarle a tu familia —propuso—. Y siendo alguien que vive cerca, sí o sí tiene que saber de ella.

—Podría... —susurró, pero tenía miedo de intentarlo.

—Jimin, sé que no te gusta esto...

—Obvio que no me gusta, Jaebum. Sospechar de mi propia familia luego de todo este tiempo, de cómo me han ayudado y cuidado de mí... Siento como si los estuviera defraudando por tan solo sospechar algo malo de ellos —pronunció sin verlo.

—Pero necesitas saberlo, necesitas saber quién es Hyuna y qué relación tiene contigo en todo esto.

—Pero tengo miedo... —pronunció ahogadamente.

—Siempre estaré aquí contigo Jimin, no debes de tener miedo —prometió agarrando su rostro con suavidad.

—¿En verdad no lo haces porque te gusto? —preguntó sin poder evitarlo.

—Me gustaría poder mentirte si eso te hace feliz —sonrió—. Pero si así fuera, nunca hubiera permitido que estuvieras con alguien más —señalo.

—Tenía que intentarlo —sonrió tembloroso.

—¿Qué vas a hacer?

—Iré a hablar con Gi-kwang hyung —respondió tomando las manos que apresaban su rostro—. Si todo es solo cosa de mi mente y Ji-eun, no quiero que mi familia se entere de que dudé de ellos, menos mi alfa.

Jaebum asintió—¿Quieres que vaya contigo?

—No, quiero ir solo.

—Bien, ya tienes mi número cualquier cosa.

—Solo espero no necesitarlo —movió sus manos inquieto.

—Yo igual, Mochi —susurró contemplando al omega alejarse.

Observando su teléfono celular, Jimin torció sus labios y rechazó la llamada de su alfa, sabiendo que si contestaba... Se iba a arrepentir.

Inspirando profundamente, golpeó suavemente con sus nudillos la puerta y esperó.

—¿Jiminnie? —musito Gi-kwang al contemplar al omega del otro lado de la puerta.

—Hola hyung —saludo algo nervioso.

—¿En qué te puedo ayudar, pequeño? —pregunto amable.

—Necesito hablar con usted —metió sus manos en los bolsillos de su chaqueta.

—Claro, por supuesto —asintió—. ¿Gustas pasar? —invitó corriéndose a un lado.

Con los nervios a flor de piel, Jimin entró y se sacó sus zapatillas colocándose las pantuflas. Siguió al mayor al interior notando lo vacía que estaba la casa.

No había ningún cuadro colgado en la pared, la decoración parecía algo fría y casi... De revista, sin vida y perfecta.

—¿Te ofrezco algo de beber? —preguntó entrando en la sala de estar.

—No, gracias —respondió tomando asiento en uno de los sofás color gris.

Negro, blanco y gris, esos eran los colores que predominaban en la casa, en cada maldito rincón en que se miraba.

Los ojos del alfa siguieron las cajas en el suelo que contemplaba el menor.

—Por estas fechas ya comienzo a ordenar mis cosas para irme de nuevo —explicó.

—¿Se va a ir? —preguntó.

—Sigo pensando en ello —respondió y tomó asiento frente al omega—. Y bien Jiminnie, ¿Qué era lo que me ibas a consultar?

—Ah... Si... Yo... —rasco su nuca con nerviosismo—. Quería preguntarle sobre ¿Hyuna?

—¿Qué te gustaría saber? —pregunto suavemente.

—¿Todo?

—¿Todo? —repitió el alfa arqueando una ceja.

—Sí, por favor. Pregunté en casa pero no estuvieron muy dispuestos a hablar mucho de ella... A pesar de lo importante que fue en la vida de todos... —Jimin observó al alfa y su corazón dolió cuando el mayor asintió con su cabeza, confirmando sus sospechas.

—Fue muy dolorosos para todos la pérdida de Hyuna —asintió Gi-kwang—. El accidente donde la perdí fue trágico, y el dolor no me dejó ver que no era el único que sufría... Pero aún sí es difícil para mí, sabes... El perder a mi esposa y cachorro.

"¿Esposa? ¿Cachorro?" se preguntó confundido.

¿Acaso Yoongi y Hyuna eran amantes secretos? ¿Por eso Ji-eun mencionó que lucharon para estar juntos?

—M-me lo imagino —balbuceo con tristeza, un nudo de angustia estaba enterrado en su garganta quemándole lentamente.

—Inclusive hubo un tiempo donde culpé a Yoongi por ello, después de todo él manejaba cuando ocurrió el accidente —confesó culpable.

Jimin ahogo un jadeo sorpresivo, tapando su boca.

—Fui egoísta y no quise ver que Yoongi también había sufrido mucho por ello. Mientras yo perdí a mi esposa e hijo, Yoongi perdió a una hermana y sobrino —reveló logrando que la cabeza de Jimin doliera.

¿Hermana? ¿Sobrino?

"¿Yoongi tuvo un accidente de auto con su hermana?" repitió confundido.

Pero y entonces... ¿Lo que le había dicho Ji-eun qué?

¿Quién le estaba diciendo la verdad?

¿Quién le estaba mintiendo?

Si Hyuna en verdad fue importante en la vida de todos ya sea como una hermana, esposa u amante...

¿Por qué su familia no le había dicho algo tan importante?

¿Por qué su pareja no le había dicho aquello cuando le preguntó sobre sus viejas cicatrices?

El dulce aroma del omega fue fundiéndose en la tristeza a medida que las dudas seguían atormentando su cabeza.

Cuando Gi-kwang terminó de hablarle de Hyuna, Jimin se sintió mareado y desorientado.

Dos versiones luchaban en su cabeza y Jimin no sabía cuál era la verdad, pero lo que sí sabía... Era que toda su familia le había ocultado algo muy grande.

—Por favor, no pienses mal de ellos —pidió Gi-kwang.

—¿Por qué no me lo dijeron? —preguntó con dolor.

—Nunca es fácil de hablar de Hyuna pequeño, ella era muy querida por todos —respondió levantándose del sofá, hincándose frente al menor tomó sus manos.

Podría ser cierto... Pero aun así dolía.

Jimin hubiese comprendido de igual forma, siendo Hyuna una amante o una hermana, si se lo hubieran dicho desde un principio.

Pero prefirieron ocultarlo.

¿Por qué?

Se sentía... Sus emociones estaban divididas entre la traición y la rabia.

Traición de cierta forma, porque ni siquiera su pareja fue capaz de hablarle de Hyuna cuando tuvo tantas oportunidades para hacerlo y rabia, porque todos prefirieron ocultarlo.

¿Por qué? ¿Por qué no le hablaron de Hyuna?

—Jimin... Pequeño, mírame —pidió preocupado el mayor.

—Hyung... —murmuró—. ¿Tienes una foto de ella? —pidió queriendo conocer a aquella omega tan importante en la vida de todos.

—No, todas se las di a tus padres —respondió—. Me era difícil verla.

—Tengo que irme —susurró perdido en sus abrumadoras emociones.

Su lobo se removía con inquietud, el dolor gobernándolo. No podía creer que nadie fuera capaz de hablarle sobre Hyuna.

Todos le habían ocultado a alguien tan importante por una razón, y cualquiera que sea esta, comenzaba a lastimar intensamente a Jimin.

Porque no habían confiado en él.

Salió de la casa del alfa apenas escuchando sus palabras, realmente no podía pensar en nada más que en lo que había escuchado mientras volvía a su casa.

Su vecino había dicho que le dio todas sus fotos a los Min, pero Jimin no había visto ninguna imagen o retrato más que de los presentes.

Entró en la casa en silencio y sus ojos vagaron en la entrada, no había ninguna foto de Hyuna.

En silencio, subió cuando escuchó ruidos en la cocina. Frente a su habitación se detuvo y contempló el cuarto de sus padres.

Mordiendo su labio inferior, fue hacia la habitación y se internó.

Muebles, clóset, baño, y bajo de la cama. No había ninguna foto más que de los chicos y ahora, una de él.

Saliendo, cerró con cuidado la puerta y recargó su frente en ella. Al escuchar a su padre en la entrada, Jimin se apresuró hacia su habitación pero al escucharle hablar con su madre tan cerca, el omega entró en la primera puerta que se le cruzó.

De pronto, se sintió algo tonto. Él perfectamente podía encarar a sus padres ahora, pero... Si le ocultaron alguien tan importante como Hyuna... Podrían seguir haciéndolo y en ese punto el menor ya solo quería saber la verdad.

Sea cual sea, una amante o una hermana.

Dando media vuelta, se congeló.

Todas aquellas fotos que no había encontrado, estaban ahí, frente a sus ojos junto con todas las pertenencias de Hyuna.

Tapó con ambas manos su boca mientras lentamente caminaba para apreciar un cuadro de una brillante chica pelirroja con una gran sonrisa donde sus ojos casi parecían desaparecer.

Un sollozo escapó de sus labios al leer una pequeña descripción en la parte inferior.

"Mi querida cerecita"

Esa era la letra de su madre.

Con su corazón lastimado, Jimin siguió revisando cada foto en aquella cuidada habitación. Había unas desde la infancia, hasta la adolescencia y adultez. Todas en diferentes momentos de su vida.

Incluso había una donde ella estaba con un tutú, Yoongi tocando el piano y Hoseok al lado de Hyuna.

Hoseok también la conocía.

Retrocediendo, chocó contra otra caja y la dio vuelta. Asustado se agachó y contempló el traje de ballet junto... A varios audífonos para sordos y libros con el lenguaje de señas.

Reemplazo.

Él era un reemplazo.

Ahora todo tenía sentido.

El cómo reaccionaron sus hermanos al verle, las palabras de sus abuelos, que todos supieran el lenguaje de señas. Las miradas que recibía de todos cuando iba a la empresa donde trabajaba su padre y pareja. Como le trataba su madre y parecía confundirle con alguien más a momentos.

Y lo más importante, por qué nadie quiso hablarle de Hyuna.

Él, era un reemplazo.

Esa era la razón por la que nadie le había hablado de Hyuna, eran tan parecidos. Desde su cabello, sonrisa, y problema.

Toda su nueva vida, familia... Era una gran mentira. No lo querían a él, lo querían porque les recordaba a Hyuna.

Él era el reemplazo de Hyuna.

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