〰️CAP. 13 "Avezado"〰️

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Su pequeña y fría mano entrelazada a la mía, parece tan natural. Es como si hubiese sido creada específicamente para el molde de mi piel.

Su respiración acompasada me confiesa que está tranquilo con toda ésta situación, dejando atrás sus rabietas o su necesidad de provocarme continuamente malestar.

Sí... Todo tranquilo hasta que de camino observamos una disputa entre unos hombres un poco más allá de nosotros, que más que combate asemeja a una masacre.

—Espera aquí bonito, no dejaré que se maten —dictamino determinado direccionando mi cuerpo hacia el tumulto, pero a los dos pasos, percibo un fuerte agarre de mi brazo.

—¿Y eso, que tiene de malo? —cuestiona ante mis palabras, erizando en un instante, cada fragmento de mi cuerpo.

Viro sorprendido creyendo encontrar un pseudo pavor o quizás, un deje de arrepentimiento. Pero me pasmo de verlo sonreír como un vesano, sin ningún remordimiento o inquietud ante su pregunta.

Realmente, no puedo creer su falta de empatía... Su escasa humanidad ante este acto de barbarie. Y completamente furibundo le cuestiono soltando vigoroso el agarre de mi brazo —. ¿Acaso, me estás cargando? ¿Cómo qué tiene de malo?

Sus orbes, me enfocan por un momento sin nada más que su vacío color. Y elevando sus cejas, alza sus brazos enunciando que solo preguntaba, nada más. Y que no es necesaria mi intervención.

Lo observo detallando mis movimientos y sacudiendo mis pensamientos, giro para tratar de finalizar con la redada haciéndome conocedor de que la supuesta masacre se extinguió de la nada.

Al frente mío, un par de cuerpos que se abrazan entre sí como requiriéndose perdón y alguna que otra queja ante el dolor por parte de alguno de ellos.

—Yo, ¿qué te dije? —escucho su voz con un deje de sorna por detrás —¿Podemos seguir nuestro destino ahora, no?

Girando para enfrentarlo, lo guardo mirándome con sus ojitos en dos finas líneas mientras extiende su brazo como una insana dualidad que poco le interesa el bienestar de otros, para luego ser la cosita más tierna y bella del maldito planeta.

Y como un perfecto dominado, me entrego a sus brazos sin reticencia alguna de averiguar la empañada realidad que mantiene a mis ojos vendados.

Sé que algo no está nada bien, es más... Creo que de bien no tiene nada.

Perdido entre mis pensamientos, sobre que abro el acceso de mi pequeña habitación, su cuerpo arrasa con mi débil estabilidad haciéndome chocar de -manera repentina- contra la fría pared y cercando su cuerpo contra el mío como un animal en continuo celo; se aboca a callar la glosa repentina de mis labios. 

Humedecido en sus fluidos que brotan desde mis morros en un pecaminoso sonido, recorro cada porción a mi alcance de su piel. Y solo deseo regenerar mi placer muriendo y resurgiendo entre sus brazos.

〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️

¡Maldito calor ensordecedor de mis sentidos! Su cuerpo es como un hechicero de mi ser. Me reduzco a cenizas convalecientes por morar en el calor de su piel. Y nada me gusta menos que percibirme a su merced, pero no puedo controlar esto que siento y encima quiere todo el tiempo dominar...

—¡Maldita sea morocho! —le reclamo entre enervados roces en calor cuando siento sus largos dedos profanar en la sombra de la unión de mis nalgas —Esta vez, te someto yo —articulo decidido y convencido que saldré airoso con mi cometido hasta que de un rápido jalón, cambia posiciones y dictamina...

—A lo sumo, puedes tocar o degustarme con tu habilidosa lengua bonito ¿Pero someterme? Acá el único que somete, soy yo...

Sus malditas palabras me queman como lava ardiente... Y palpito ante la posible sensación de estar a su merced. Lo sé, estoy loco y maniático, pero loco por su concernir sobre cada fibra de mi ser.

Un fuerte agarre me subyuga a inclinar mi cuello en una maldita ofrenda que deriva entre mordiscos y chupones que logran tensar mi dureza a grados inimaginados.

Sus grandes manos tiranizan cada centímetro a su don y entre nada sutiles caricias y pellizcos, extrae gemidos de mis labios como un maldito poseso a su favor.

—¡Date la vuelta! —exige con su gruesa voz y actúo en consecuencia, tensando mi cuerpo ante la primera nalgada que aterriza sobre el recubrimiento de mi piel.

—¡Pero qué demon..! —cuestiono visiblemente irritado y se me paga con otra nalgada más potente que finaliza con un severo cosquilleo en mi bajo vientre.

Entonces, inspiro profundamente tratando de contener mi maldito y gelatinoso cuerpo de pie y no rogar porque me folle ahora mismo; bien duro y sin preparar...

—Eso, te mereces por tu falta de humanidad —murmura grueso y apegado a mí oído. Y me derrito ante su potestad.

—Lo que menos tengo es humanidad, morocho —jadeo entrecortado —. Al contrario de los tuyos, que claman por salvar cada maldito iluso en el camino... —dictamino consciente de mi provocación.

Porque si él no es un humano bonachón de esos que pocos quedan, es un condenado ser disfrazado y teñido de la toda la humanidad que me escasea.

—¿Entonces, qué debería hacer contigo? —jadea arrimando su prominente bulto sobre mi necesitado canal, mientras su aliento enloquece cada vello de mi piel, en tanto entierro mis uñas desgarrando lentamente la deteriorada pared.

—Por lo pronto, follarme hasta decir basta, duro y sin compasión —comento  aferrándome a sus cabellos y jalando  de un tirón entre tanto refriego mi trasero contra su inquieta erección.

—Eres una cosita hermosa y atrevida... Y me transformas, pequeño endemoniado, te haré suplicar para que me detenga...

Retira a toda velocidad mi camisa y situando mis brazos por detrás, me ata las manos juntas en el ínterin que apoyo mi mejilla contra la gélida pared.

Su lengua... Su maldita lengua comienza una tortuosa ceremonia de deidad sobre mi dermis. Atrapando cada gemido con el ingreso de su sucia mano a mi cavidad bucal.

—Chupa... —ordena con una firmeza en su voz que desata mi locura. Y consolidando mis ribetes alrededor de sus dedos, me labro como un menesteroso por chuparlo solo a él. 

Y solo retira sus dedos para arrancarse las prendas como llama por arder para luego acometer arremetiendo en cada recóndito lugar a su favor.

Mis pantalones que queman, son arrastrados por mis temblorosas piernas mientras me aferro a degustar sus largos dedos pavoneando mi lengua simuladora.

—Estás tan caliente que quema mi piel al rozarte —confiesa entre lamidas a mi oreja y a la expuesta dermis de mi cuello.

Un profundo chupón me extrae un jadeo exclamando por su toma. Es inminente mi ardor y moriré de placer, si no me goza arremetiendo en lo profundo de mi maldito interior.

—¡Entra de una puta vez! —reclamo desaforado y asiendo mis brazos en un jalón posterior ante su toma para luego arquear mi espalda ante la caliente intromisión de su dureza sin una mínima pizca de compasión.







































DIABLOS CON ESTE PAR😏

SE NOS VIENE JUERTE LOS ENCUENTROS HASTA QUE ALGUNO REVIENTE, MEPA😈🙈

GRACIAS POR LEER, VOTAR Y COMENTAR🥰

LOS AMITO MUCHO❤

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro