〰️CAP. 29 "Nueva vida"〰️

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Dicen que todo sacrificio obtendrá su resultado...

En los vastos cielos mi determinación me llevaba adelante, siempre viendo lo inaudito, una luz donde lo renegrido persistía, un camino donde no quedaban vidas... Y afección en donde no existía.

Siempre sané, recuperé y promoví bajo la influencia de lo divino que dictaminó mis formas, mis pasos a seguir y la empatía que reinaba en cada acto de bondad desinteresada en lo que me rodeaba.

Hasta que te conocí, un egocéntrico, altanero y engreído que se creyó superior desde el principio. Y con justa razón, aunque yo no sabía de razones en ese tiempo.

Más que rogar por captar tu atención en algún momento y que me dejes morar en cada fragmento de tu cuerpo en excitante adoración.

Me enseñaste, sin quererlo, que amar requiere SACRIFICIOS. Que todo propósito dará sus frutos y que a veces, hay que darlo todo... Hasta la misma vida para obtener viveza a tu lado... Que irónico ¿no?

.....

Y ahora estás ahí ¿O eres obra de mi retorcida mente? Cerebro qué de tanto sufrir te imagina en cuerpo y alma (Aunque no la tengas) Parado y posando para mí.

Entonces, regreso mi visión hacia mis manos y asiendo mis mejillas, inclino mi cabeza de lado en negación "Definitivamente, quedaste loco Jung kook..." Me digo infringiendo algo de dolor mediante pellizcos a la reseca piel de mi rostro, como a modo de comprobar si no es un sueño el percibir que estas ahí.

—¡No! No hagas eso, te haces daño y tardas más en sanar siendo completamente humano —comunica una conocida voz a mi costado. Y dos latidos después, el tiempo se detiene ante mi conmocionado cuerpo.

Comenzando a temblar, aún sin percatarme de ello, y con mi corazón bombeando más sangre de lo normal me giro despacio para enfrentar la realidad. La realidad de que estás aquí o la de que me estoy volviendo completamente loco.

Pero contra todo cuerdo pronóstico, me encuentro con tu visión direccionada hacia mí...

Y tus orbes, que alguna vez fueron vacías, me observan con cuantiosas lágrimas de conmoción amontonadas en la naciente de tus ojos.

Mirada enamorada y sin temor...

¿E-es... tás... a-aquí? —mi temblorosa voz sale en un hilo suplicante por tu sombra.

Estoy aquí, para ti y por ti —me regresas acunando mis mejillas a medida que realizas una limpieza con las yemas de tus dedos, de las dolorosas muestras de mi desgarro y conmoción.

Me aferro a tus manos mientras realizo una inspección velozmente por todo tu cuerpo. Tu dermis posee calor, sinónimo de que estás entero pero tus ojos... Tus ojos parecen los de otro ser mi hermoso Demonio, no hay más frío ni oscuridad.

En vez de tenebrosos parecen... anhelar.

Te envuelvo en un confortable abrazo connotado de todas mis florecientes emociones, de mi amor descomunal, de la entrega que implicó llegar a esto, de la angustia que tuve que pasar de verte yacer sin vida y que te alejen de mi cuerpo luego.

Entonces, como una luz encendida se ilumina mi pensar y elevando mi rostro, me separo lo suficiente para observarlo directo a los ojos.

—Pero... yo te vi morir, cariño.

Con la interrogante en mi rostro formulo la oración, que no sé si fue pregunta o una mera afirmación.

—Pero volví, eso te lo aseguro —contesta mi endemoniado amor ante mi total asombro.

Y acariciando mi mentón, arrastra su mano por mi cuello enredando sus dedos entre mis oscuras hebras para luego jalarme de un tirón y unirnos en una bendita compenetración de su sabor junto a mi boca.

En automático, reemplazo mis pesares por la calidez de tus toques... Toques que me restituyen a medida que me rozas.

Tu roce de labios comienza con exigencia pero -poco a poco- lo abocas a pasión, al ardor de sentirnos juntos, a la afección que me transfieres en tu roce, y al amor que profesan nuestros cuerpos en unión.

Me dejo llevar... Por la impronta de tus labios que me recorre danzante con tu provocadora lengua por cada rincón de mi boca.

Y percibo la quemazón de cada zona que me tocas en completa desesperación, cuando furtivos pasamos de la aflicción a la codicia absoluta.

Codicia talante por las pinceladas partes de tu soma...

Alejo repentinamente mi cuerpo de tu ser, porque necesito respuestas ante todo, me las merezco.

—¿Qué pasa mi amor? —murmuras entre jadeos tratando de recobrar el aire que no quiere descender hasta tus pulmones.

—Solo... —lo miro igual de afectado —Es... que no lo entiendo cariño —sacudo mi cabeza en conmoción —, tus súbditos, luego de tu parti...

—No son más súbditos míos amor —afirmas como si nada mientras me regalas -nuevamente- caricias con un toque de pasión.

—¿Cómo? ¿En...tonces? —cuestiono a medida que me doy cuenta del asunto.

—Empecemos de cero y como debe ser —me dices con una bella sonrisa enmarcando tu rostro —Me presento: soy Park Jimin, un ex endemoniado perdido en el amor que nos profesamos con un ex guerrero del Señor.

〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️

Sostengo tu fornido cuerpo a medida que te veo procesar mis palabras, la razón del por qué me tienes a tu lado.

Dijo el de arriba "Ni diez mil años bastará para perdonar tu aborrecimiento". Pero en cuanto lo percaté descifrar mi pensar junto a mi sensación aliviada, deduje que había una pizca de fe de que lo imposible se me fuera concedido.

"Debo admitir, que recibir tu ofrenda ante mí me puso gozoso pero a la vez intranquilo, porque me diste lo único que no te podía arrebatar... Y lo diste por otro..."

Y heme aquí, en un pequeño y delicado cuerpo humano dispuesto a vivir lo que deba vivir, así deba morir por estar a tu lado. Porque ya nada me importa más que forjar juntos lo que tengamos y seguir conservando esta maldita sensación que me deja todo alelado...

El sentirme pleno de amor a tu lado.

—Cuando regrese al lugar del encuentro, te localicé en migajas de tu cuerpo, todo sucio y desaliñado, hecho una bolita en la tierra —comento ante tu cara de asombro y llantos renovados.

Tal pareces, que serás un humano de esos bien cursis y enamorados que lloran por doquier. Y solo puedo idear en mi cabeza, que de otro modo no desearía que fuera. Porque estoy dispuesto a aguantar cada uno de tus morritos.

—¡Por eso lo de las banditas en los nudillos! —comentas al darte cuenta.

—¡Y también! Te encontré rodeado de carmín y no fue de mi total agrado, porque primero enloquecí pensando que habías cometido una locura y...

—Y... no serías el único —me dices con toda la intención de hacerme receptor de tus palabras.

—Bueno, pero yo no tenía opción... Tú dime ¿cómo pensabas estar a mí lado si no eras divino? Aguantando forjar la maldad sobre el mundo y soportar que siga su curso cuando tú, sufres si un pájaro no puede volar o si se muere una mosca.

Me observas con tus renegridas orbes transformando tu rostro a iluminado en emociones.

—Entonces... —cuestionas con una socarrona sonrisa —¿Se podría decir que el Señor de todo lo puedo, se dejó  poder por mí?

—No tientes a tu suerte, sexi morocho —le objeto atrapando su cuerpo entre mis brazos. Porque, aunque sea más fuerte y grande que mi ser, el placer de encajar como una tuerca a su tornillo sobre su cuerpo, no lo cambio por nada.

Entonces, recorres con tu mano cada curva de mi piel ofrendando a la vez, efímeros besos sobre mis cabellos hasta que escucho: —A todo esto ¿cómo pudiste traerme hasta aquí?

Me avergüenzo por primera vez en mi condenada y humana vida, ya que la odisea de traerlo hasta aquí fue sin precedentes.

—Trate de levantarte sin ningún resultado, porque en vez de migajas, eras un pedazo de miga gigante —escucho tus risillas a medida que acaricias mi piel.

—¿Y entonces?

—Me comuniqué despertando a Tae y obligándolo a acudir en mi ayuda. Y por suerte, me envió un conocido de él. Y entre ambos te introducimos al vehículo, pero la cuestión fue al llegar...

—¿Qué pasó?

—No tenía efectivo para pagar. Y lo traté de intimidar diciendo que si sabe quién soy yo —bufo largando el aire ante el recuerdo.

—¿Y? —cuestionas completamente interesado más en la piel expuesta de mi cuello que en mis vocablos.

—¿Un tierno pollito? —dijo el idiota ¿puedes creer?

Estalla en risas abrazándome completamente. Y nunca me percaté de mi rostro hasta que te escucho: —¿Y qué quieres que te diga? Si te miras con esa trompita, como la cosita más tierna y hermosa de este bendito mundo... Y lo lamento "ex Demonio" pero de ahora en más, eres mi tierno pollito.

—Pollito mi culo —refuto pseudo ofendido, cruzado de brazos y mirando hacia otro lado.

—Entonces, debo darle maíz para que trague —susurras profundamente sobre el lóbulo de mi oreja, que debido a tus incipientes lamidas, eriza cada terminación nerviosa mía.













































HAW YA ESTAN JUNTOS EN TIERRA😍. Y NUESTRO JIMIN CREE QUE PUEDE INTIMIDAR😑🤣

GRACIAS POR LEER, VOTAR Y COMENTAR🥰

LOS AMITO MUCHO❤

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro