22; Pt 1.

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El pequeño y adorable TaeHyung acababa de llegar de la escuela, entrando a su pequeño hogar, sus fosas nasales se inundaron con el dulce aroma de las deliciosas galletas que su madre preparada de vez en cuando.

—Tae, ¿eres tú?  —su madre pregunto desde la cocina.

—¡Si mami!  —respondió emocionado, dejando su mochila en la sala y dirigiéndose directamente a la cocina

Su madre, al percatarse de la presencia de su hijo, lo alzó brindándole muchos besitos por todo su pequeño rostro.

A TaeHyung le encantaba ir a estudiar, aprender cosas nuevas cada día, compartir con sus amigos; La escuela nunca le aburría, pero su parte favorita era cuando llegaba a casa y su preciosa madre lo recibía con muchos besos y mucho cariño. Su madre era tan perfecta, estar con ella lo hacía sentir seguro... sentía su verdadero amor.

¿Cómo te fue hoy, cariño mío?  interpelo amablemente mientras servía el almuerzo.

—Bien, mami.  —decía disfrutando de su delicioso almuerzo.— Hoy tuvimos que hablar de nuestras familias y dije que eras la mejor mamá del mundo.  —una gran sonrisa apareció en su delicado rostro.

—Oh cariño, no soy perfecta pero... trato de ser lo mejor para ti.  —aludió sentándose frente al castañito.

—Si lo eres mami... ¿Puedo preguntarte algo?  —la castaña asintió.— ¿Hay algo malo en que dos hombres se amen? ¿Así cómo tú y papá se aman?  —pregunto inocentemente.

—Oh, bueno Tata...  —su madre tenía ese adorable apodo para él, ya que decía que los labios del castaño se parecían a los de la caricatura Tata, a Tae no le importaba para nada, era algo que le había dado su madre. Todo lo que viniera de ella lo aceptaría sin problema.— En mi opinión, no tiene nada de malo, es solo que las personas ignorantes ven como una tragedia que dos personas del mismo sexo se amen, recuerda hijo, amor es amor sin importa el género o los gustos.  —TaeHyung asintió repetidas veces.— ¿Por qué lo preguntas, hijo?

—Lisa dijo que tiene dos padres, mis compañeros la miraron feo y le dijeron que sus padres eran maricones, lo cual es muy, muy malo para la sociedad.

—Bueno, primero, no quiero que digas marica, ese termino es un poco vulgar.  —TaeHyung asintió.— Y segundo, tus compañeritos no tienen la culpa, la educación va desde casa, algunos ya enseñan a sus hijos a ser ignorantes desde una edad tan pequeña.  —se levantó y recogió el plato vacío de Tae y el suyo.— Pero sabes hijo, me alegra que tú no seas como ellos, eres un buen niño.  —dicho eso, dio un corto beso en la frente de su pequeño.

...

TaeHyung nació en un hogar humilde, nunca faltó la comida y mucho menos el amor de madre. Su familia era un poco complicada ya que sus padres eran totalmente opuestos.

Luego del almuerzo, un poco de platica y juegos, madre e hijo se encontraban entretenidos viendo la televisión. TaeHyung amaba ver el programa de las 6.00 p.m., aunque a su madre le aburriera, ella lo veía junto a él, nada era más hermoso que verlo sonreír ante las payasadas de los personajes, el ambiente era divertido, pero de repente un fuerte portazo hizo que TaeHyung y su madre se sobresaltaran algo asustados.

—Es papá.  —mascullo Han.— Recuerda lo que practicamos, saluda educadamente y no le vayas a rechistar nada.  —ella se levantó y se organizó bien su vestido color rosa, esperando a su esposo con una sonrisa forzada.

Cuando él llegaba la paz en aquella casa terminaba.

—Hola cariño, me alegro de que hayas llegado.  —la castaña se acercó y le dio un beso en la mejilla.

—Buenas noches, papá.  —hizo una breve reverencia sin expresión.

—Vaya, finalmente aprendes a ser educado, así es como me gusta, hijo.  —se acercó a TaeHyung y le dio unas palmaditas no muy suaves en la  mejilla.— Ahora mujer, sírveme comida que no ando de humor.

TaeHyung vio como su mamá corría hacia la cocina mientras su padre se sentaba a la mesa.

—Ya TaeHyung, siéntate.  —ordenó Hyun Bin.

TaeHyung obedeció, el castaño tiene desde hace algún tiempo prohibido sentarse o hacer tal cosa sin la orden de su padre; Era un hombre muy estricto y si lo desobedecía, lo que le esperaba era una paliza dolorosa.

Pero su padre no siempre fue así, su madre solía decirle que era un hombre cariñoso, amable y para nada tosco. Se amaban tanto que, Hyun Bin a sus 30 años y Han Chae a sus 26 años, decidieron comprometerse para toda la vida; sus vidas fueron la típica historia de amor verdadero, hasta unos meses después.

Han Chae, dio la noticia de que estaba esperando un hijo, para ella y para toda su familia fue una gran bendición, pero para Hyun Bin, no lo fue, detestaba a los niños y un hijo suyo no sería la excepción.

Pero si el Sr. Kim iba a tener un hijo, le enseñaría a ser un hombre y a ser un gran empresario, no quería un hijo mediocre.

Cuando nació Tae, Hyun Bin se dedicó más al trabajo y menos al hogar, abandonando a su esposa e hijo pequeño, el amor que alguna vez sintió por ella desapareció gradualmente y ese amor fue reemplazado por el odio y la molestia.

¿Qué te pasó hoy cariño?  pregunto Han, dejando el plato de comida frente a su esposo.

—No te imaginas la escena más repugnante que vi hoy.  —rechisto llevándose un poco de Ramen a la boca.— Venía en el metro y de repente se subieron un par de maricones, la sangre me hervía al verlos besar, fue completamente asco.

—Bueno, después de todo, es amor, ¿verdad?  —mencionó con una sonrisa hermosa, pero está desapareció cuando sintió un fuerte golpe sobre la mesa.

—Sabes que no estoy de acuerdo con eso, esos son unos maricas a los cuales les faltó educación.  —manifestó con rudeza, aún con la mano sobre la mesa, este había dado un golpe fuerte ante la "ignorancia de su mujer".— Pero eso es algo que tú no puedes entender, eres muy estúpida como para hacerlo.

TaeHyung quería decirle a su papá que la palabra "marica" no era buena, pero si se quejaba de algo les saldría mal a él y a su mamá. Simplemente decidió callarse y ver a su padre comer mientras su madre bajaba la cabeza con cierta tristeza.



[...]

Una tarde lluviosa, Tae llegó a casa llorando, su madre que estaba en la cocina corrió directo hacia su hijo, asustada por el llanto lastimero del castañito.

—¿Qué pasa, Tata? ¿Te hicieron algo?  —cuestionó desesperada, buscando en el castaño señales de un golpe o algo similar.

—M-mis compañeros de clase me enseñaron algo feo.  —dijo, todavía sollozando.

—¿Qué te mostraron?¿Qué carajos te hicieron TaeHyung?  —se estaba empezando a molestar, quien diablos se atrevió a hacer llorar a su pequeño Tata.— Ven cariño.  —cogió a su pequeño de la mano y lo llevó hasta el sofá.— Iré por unas galletas y hablaremos, espérame aquí, cielo.

Su madre se perdió en el largo pasillo que conducía a la cocina, TaeHyung estaba estático en el sofá todavía hipando, no sabía por qué ver eso le causaba tanto asco y miedo, era algo completamente nuevo para él.

—Listo, cariño.  —su madre le traía un plato con muchas galletas y un vaso de leche.—  Ahora si, dime que sucedió, Tata.

—Y-yo.  —tartamudeó nervioso, una sensación agridulce se implantó en su pecho, honestamente no le agradaba en lo absoluto. Se llevó una galleta a su boquita, Han observó como su hijo comía la galleta y sus lágrimas bajan por sus regordetas mejillas.— Daniel colo-coloco un video en su ce-celular, me ob-obligaron a ver-verlo.

—¿Qué tipo de video te obligaron a ver?  —preguntó, frunciendo el ceño.

—Era de una mu-mujer y un hombr-hombre, el título decía porn-porno.  —afirmo con inocencia, la verdad es que TaeHyung se había asustado cuando vio a la chica del video quejarse de "dolor", estaban lastimándola y a nadie parecía importarle.— Mami, ¿qué es eso?

Han sintió que su alma abandonaba su cuerpo, no esperaba tener este tipo de conversaciones con Tae o bueno, al menos no ahora, es decir, TaeHyung solo tenía 6 años.

—Cariño, en cuanto al tema del video, es cosa de adultos, lo sabrás cuando seas mayor, un niño de tu edad no debería de saber eso todavía.

—Pero la ch-chica lloraba...  —Han miró a su alrededor buscando algún tipo de ayuda, tenía poco tiempo para pensar en varias mentiras que no afectaran a su pequeño.

 —No es-estaba llorando de dolor, cariño.  —TaeHyung se quedo mirándola con ojitos de bambie, dándole entender que prosiguiera.— Hmm... es un tipo de felicidad que solo los adultos entienden, cuando lo seas, sabrás de que te hablo pero por el momento, trata de olvidarlo, todo estará bien.  

En algo más en lo que se parecía TaeHyung a su madre, era cuando se sonrojaba por cualquier cosa, se veían tan sumisos y puros que nadie resistía a sus encantos.

 —Iré inmediatamente a tu escuela.  —asevero levantándose del sillón y poniéndose un abrigo, ciertamente estaba furiosa, cómo se atrevieron a herir la inocencia de su pequeño, hijos de puta.— Hablaré con el director y haré que expulsen a esos mocosos, ¿cómo se atreven a hacerte llorar, Tae?  —expresó dolida abrazando al castaño quien todavía no dejaba de sollozar.

Sin duda su madre era el lugar más cálido que podía encontrar...

—Te amo demasiado, TaeHyung, no dudaría en hacer cualquier cosa por ti. —sintió como el pequeño dejaba de sollozar bajo sus brazos.— Bien, ahora vam-

—¿A dónde crees que vas, mujer?  —Hyun Bin apareció de la nada, por el tono de su voz parecía molesto.

—Amor, voy a la escuela de nuestro hijo, al parecer sus compañeros lo obligaron a ver videos para adultos. ¿Cómo se atreven a dañar así la inocencia de nuestro hijo? Es indignante, Bin.  —añadió Han, acercándose a su marido y cruzándose de brazos.

El señor Kim solo miró a su esposa con seriedad, no parecía importarle lo que acababa de decir, tanto alboroto solo por una «tontería». Observo a su hijo detrás de su madre con las mejillas rojas al igual que sus ojos.

—¿Es por eso que lloras, TaeHyung?  —sigilosamente, acerco su rostro de modo amenazante hacia al menor.— Y tú, deja de hacer un escándalo, Han, es lo más normal que un hombre vea porno.  —bufo con indiferencia.

—No puedo creer lo que estás diciendo Hyun.  —sentía que le salía humo por las orejas.— TaeHyung tan solo tiene 6 años, ¡lo hicieron llorar con ese tipo de cosas porque es tan solo un niño, Hyun!  —lo que Han nunca creyó fue que su esposo la golpeara de nuevo.

En ese preciso momento, fue cuando por primera vez, TaeHyung sintió como su cuerpo se paralizaba, como su corazón se detenía y como el miedo lo consumía.

«Es mi culpa... le pegaron a mamá por mi culpa»

—¡A mí no me levantes la voz, Han Chae!  —grito enfadoso.— En cuanto a ti, TaeHyung.  —tomo toscamente el brazo del menor y lo jaloneo de un lado a otro.— Vas hacerte un hombre desde pequeño, no quiero un hijo marica en mi vida.  —no le importo cuanto TaeHyung le llorara o le suplicara porque lo soltara, se lo llevo a rastras hacia un cuarto, el cual era conocido como el cuarto oscuro o simplemente como el cuarto de los castigos.

Han Chae, empujo, insulto y lastimó al señor Kim de un golpe, pero nada bastó para que le devolviera al castaño. Hyun Bin estaba consumido por la ira, tanto que golpeó con tanta fuerza que la dejó inconsciente en el piso de la sala.

Ahora nadie ayudaría a TaeHyung.

...

Unas horas después, Hyun Bin salió de la habitación y se dirigió a la sala sentándose como si nada hubiera pasado, por el rabillo del ojo, vio a su esposa correr rápidamente hacia adonde estaba TaeHyung.

—¿Tae-TaeHyung?  —su sollozo se hizo presente por toda la habitación, le dolía tanto no poder ayudar a su hijo, no esta vez.

Visualizó un pequeño bulto que sollozaba debajo de las mantas, Han corrió hacia él y cuando le quitó la manta sintió que su mundo se caía en miles de pedazos.

TaeHyung estaba en posición de bolita, llorando sin cesar; tenía el labio roto, y moretones por el resto de su cuerpo.

Su madre se acostó cerca de él y lo atrajo hacia ella para darle un gran abrazo y empezar a llorar junto a él.

Lo si-siento tan-tano, TaeHyung.  se lamentó aferrándose más al castaño.

El sentimiento de querer huir incluso hasta de su propio hogar es muy agobiante y cada vez se hace más constante.



[...]

3 años después...

TaeHyung estaba felizmente vistiendo su traje de paño, hoy era su cumpleaños y lo iba a celebrar en la casa de los Park, donde su querido primo Jimin.

—Cariño, ¿estás listo?  —escucho la voz de su madre entrando en la habitación.— Debes darte prisa, papá nos está esperando.

—Ya estoy listo, mamá.  —decía sonriendo.— Por cierto, mamá, estás muy bonita.

Y era cierto, Han llevaba puesto un vestido hermoso de cóctel violeta que combinaba perfectamente con el color de su piel y se ajustaba muy bien a su cintura, junto con pequeños tacones del mismo color que resaltaban sus largas y hermosas piernas y por último, tenía un juego de collar negro, el toque perfecto.

—Gracias Tata, también te ves muy guapo.  —dio un corto beso en la frente de Tae.— Ahora, vamos.  —tomo la mano del castaño y salieron de la habitación.

...

En la casa de los Park todo el mundo se estaba divirtiendo, Han charlaba a gusto con su hermana Park Shin y otros parientes, entre tanto, el señor Bin se encontraba con el Sr. Park bebiendo alcohol y jugando al billar.

Los niños estaban jugando con los globos o juguetes que les había traído el payaso de recreación. Todo era perfecto, parecían una familia perfecta.

«Pero no siempre todo lo que brilla es oro»

—¡Hyung!  —grito Jimin abrazando al castaño.— Vámonos a mi habitación, tengo un regalo para ti.  —el pequeño rubio era tan adorable, y ni hablar de sus mejillas, parecían dos bolas de algodón rosa.

Al llegar a la habitación del  pequeño rubio, TaeHyung corrió a abrazar al gato de Jimin.

—Pelusa se está poniendo más bonita, Jimin.  —canturreo, acariciando animadamente al gato.

—Tae...  —llamo Jimin sintiéndose apenado, era la primera vez que hacía un regalo para su primo mayor.

TaeHyung se giró para darle a su primo toda su atención. Jimin se acercó y le entregó una carta.

Esta era como una especie de colash, tenía muchas fotos de Jimin y del castaño, había frases escritas como "eres el mejor primo" y "te amo" entre otras, lo más tierno era que en una en una había un dibujo de TaeHyung siendo grande y sosteniendo a Jimin de la mano, TaeHyung sentía que su pequeño corazón no aguantaría tanta ternura.

Era el mejor regalo hecho a mano que podría recibir en su vida.

—¡Muchas gracias, Jimin!  —TaeHyung se quedó corto de palabras al lado de lo que sentía su corazón, era una alegría de niño, tan pura y sincera.— Es el mejor regalo.  —manifestó dando cortos besos por todo el redondo rostro de su primo.

De repente, la puerta fue abierta por alguien que le hizo temblar las piernas a TaeHyung.

Oh Dios...

...

Dos horas mas tarde...

¡Ya déjalo de una maldita vez, Hyun Bin!  gritó Han desesperada, su esposo estaba lastimando a Tae tirándolo de la oreja.

Han se quitó un tacón e iba a golpear a Bin con este, pero el hombre fue más rápido y le dio un gran puño haciéndola gemir de dolor y que cayera al suelo.

—¡Mamá!  —vocifero en medio del llanto, se angustio demasiado al ver a su madre sangrar por la nariz.

Horas antes, su padre, al verlo en una situación tan "gay con su primo", empujó bruscamente a Jimin haciendo que este chocara contra el suelo y se lastimara las rodillas, tomo al castaño del brazo y lo sacó de allí, Han se disculpó ante su familia debido a la actitud repentina de su marido, pero en realidad tenía miedo de llegar a casa.

—¡Deja de llorar, maldito mocoso!  —chillo molesto.— ¿Quieres decirme por qué mierda le estabas dando besos a Park por todo su rostro? Creí ser muy claro al decirte que no quería un hijo homosexual.

—Y-yo solo le estaba agra-agradeciendo por el regalo que me había dado.  —su llanto cada vez era más deplorable.

Hyun era un hombre que no podía contener su enojo por mucho tiempo, por lo que siempre se desquitaba con su familia.

Bin no soporto más su rabia y estampo un puño sobre la cara del castaño.

—¡Ya!  —Han sintió que sus cuerdas vocales se desgarraban poco a poco.— De-déjalo, haz lo que qui-quieras conmigo, pero ¡déjalo a él, por favor!  —sugirió, levantándose del suelo lo mejor que pudo.

Han intentó de nuevo golpear a Bi pero nuevamente falló, la agarró por el cuello y la ahorcó hasta dejarla inconsciente pero no lo suficiente como para matarla.

TaeHyung cayo de rodillas sobre el suelo, miro aquella escena con horror ¿acaso su madre estaba muerta?

—Ahora la pagaras, TaeHyung.  —sin más preámbulos, tomo al castaño como un bulto de papas y lo llevó hasta el cuarto oscuro.

TaeHyung simplemente lloró en silencio, se rindió, sabía que no podía luchar contra su padre; pero en ese momento no podía pensar en su desgracia, en lo único que podía razonar, era en su madre...

Esa noche fue la peor para TaeHyung, pueden pasar años pero nada borrará esos tratos e imágenes de su cabeza. 

Su padre volvió a golpearlo, lo insultó y lo obligó a ver pornografía, sí que odiaba eso.


 ***

Bien, vamos a retomar un poco la infancia de TaeHyung, por lo tanto este y el siguiente capitulo se tratara de ese tema, espero y no les aburra :c

También quería disculparme por no haberme actualizado en un tiempo pero no fueron buenos días para mí, pero aquí estoy otra vez, los extrañé, gracias por estar aquí apoyándome, el tqm ❤ 

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