Capitulo 6

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Narrador

Un día antes de la prueba, la mesa de Slytherin rebosaba de su sofisticación y agradabilidad habitual. Todo era paz y armonía, la mayoría estaba en sus mejores condiciones y de muy buen humor considerando que mañana sería la primer prueba.

Todos estaban felices a excepción del dúo de amigas, Astoria Greengrass y Eileen Weasley.

Ambas habían agarrado la manía de beber por las noches hasta perder la inconsciencia. Astoria por querer olvidar el amor que sentía por Blaise y Eileen por el maltrato que recibía diario en los pasillos de parte de su melliza y su hermano mayor Ron, quienes la insultaban o en el caso más reciente, mataban a su pobre lechuza.

Se habían enfrascado tanto entre ellas que ya no convivían con nadie más, Astoria llego al grado de acompañar a Eileen a la Sala de Menesteres con tal de no estar sola, puesto que no quería tener que hablar con Blaise.

Por otro lado, Eileen analizaba bien la situación, mañana era la primera prueba y aún le faltaban algunos toques a su hechizo. Bostezo cubriéndose la boca con una mano mientras que miraba con sueño su comida.

Maldita cruda.

Maldito Blaise que ponía mal a Astoria.

Maldito Dumbledore y su estúpido torneo.

(...)

Desde otro punto de la mesa de Slytherin, Draco observaba preocupado el estado de su pelirroja. Llevaba días que la veía más cansada, con ojeras y si se podía, más pálida. Eso sin contar que casi no ingería sus alimentos. Suspiro mirando ahora a Astoria en el mismo estado que Eileen.

–¿Si sabes que es todo tu culpa, verdad?

–¿De que hablas?–Lo miro confundido.

–Astoria te esta evitando desde la discusión que tuvieron respecto a tus sentimientos y lo que sea que ella este haciendo, esta llevando a mi chica dentro, así que arregla las cosas ya.–Lo miro molesto.

Blaise suspiro pesadamente pasándose una mano por el rostro. El entendía a su amigo, claro que sí, pero no sabía precisamente que hacer con Astoria.

–No se porque esta así, lo juro. Le confesé mis sentimientos e incluso la vi conmovida. No entiendo porque esta así.–Admitió.

–No quiero sonar frio, pero Astoria no va a querer aceptarte nunca, Blaise.

–¿Ah si? ¿Y como porque?–Cuestiono molesto.

–Por que ella sabe del desliz que tuviste con Daphne, ya que ella fue quien consoló a Theo.

En ese momento la sangre abandono el rostro de Blaise y empalideció. Hace dos años, Theodore recién se le había confesado a Daphne y ambos estaban en una etapa de cortejo en donde Daphne le fue infiel con Blaise. Claramente Theodore se enteró al encontrarlos una vez en un salón, perdonó a ambos y ellos terminaron su "relación", sin embargo Theodore nunca fue el mismo con Blaise ni con Daphne, pero sobrellevaban la relación. Blaise porque era uno de sus mejores amigos y Daphne porque se había enamorado de el.

Lo que el no sabía es que en ese lapso Astoria se había enterado de esa aventura, el había sido muy cuidadoso en dicho desliz, todo con tal de que su amada no se enterara. En ese momento el no quería confesarse a Astoria, ella tenía solo trece años, y a Daphne siempre la vio como un agradable y sensual pasatiempo.

–¿Theo fue quien le dijo?–Pregunto fríamente.

–Daphne.–Corrigió tomando de su café.

Blaise dio un fuerte golpe en la mesa que llamo la atención de la mayoría, mascullo una maldición y se levanto de la mesa al mismo tiempo que Draco y ambos emprendieron camino a su primera clase.

–Maldita sea.

–Es tu culpa por meterte con una zorra como Daphne, sabes que le tiene mucha envidia a Astoria.

–¡No pensé con la cabeza, carajo!

–No, si pensaste con ella.–Dijo.– pero con la de abajo–Añadió.

Draco contemplo como su mejor amigo maldecía en todos los idiomas que conocía. Rodo los ojos y suspiro.

El tambien había tenido encuentros con algunas chicas, pero eran cosas de una sola noche y no era una especie de gigolo gratuito como Blaise. Sin embargo, siempre dejo muy en claro a ellas y a todo el mundo que el no buscaba nada serio, simplemente deseaba sexo.

Era mejor ser sincero que ilusionarlas.

Lastima que Blaise era demasiado estúpido. Si de por si ellas no les hablaban, ahora menos, justo cuando pensaba que estaba haciendo un progreso con su pelirroja, por culpa de Blaise retrocedía miles de pasos.

Pero no se rendiría.

Le demostraría a Eileen Weasley que el valía la pena.

Que la merecía.

(...)

Era de noche cuando Draco abrió los ojos con sorpresa y una pequeña mano cubrió su boca. En un movimiento rápido inmovilizo al extraño bajo su cuerpo y distinguió sorprendido unos conocidos ojos azules.

–¿Eileen?–Susurro confundido.–¿Estoy soñando?–Pregunto con una sonrisa de lado mirando embelesado a la pelirroja.–Ah...que hermosos sueños tengo.

–Tonto...–Murmuro sonrojada desviando la mirada.

Draco rio bajito y ante la sorpresa de la chica, dejo un suave beso sobre la frente de la chica quien no pudo evitar sonreír tímidamente. Enmarco el rostro de Eileen con sus antebrazos y acarició sus rojizos rizos.

–¿Qué haces aquí, eh?–Cuestiono suavemente sin dejar de observarla ni de acariciar sus rizos.–No es que me moleste pero no me has hablado desde lo de Blaise.

–Perdón...yo...–Bajo la mirada.

–Esta bien, rojita.–La corto al verla incomoda–¿Querías algo?

–Cierto.–Se levanto y la miró confundido.–Toma tu ropa de mañana y ven conmigo.–Pidió en voz baja intentando no despertar a Theodore y Blaise.

Draco obedeció a pesar de no entender nada. Tomo su uniforme de la competencia de mañana y con su varita en mano salió sigilosamente con Eileen. Una vez en los pasillos, se sorprendió cuando vio que Eileen lo había llevado a la famosa pero misteriosa y difícil de encontrar, Sala de Menesteres.

–¿Qué hacemos aquí?

–Tengo el hechizo perfecto para que desmayes al Nundu, quizá sea difícil aprenderlo de la noche a la mañana, o mejor dicho en unas horas, pero te juro que es perfecto.–Aseguro con una firmeza que Draco pocas veces le había visto.

Carajo, cada día se enamoraba más de esa pelirroja.

–Confió en ti.–Afirmo de inmediato.–¿Cuál es el hechizo?

Desmai Exumai–Recito

–¿Desmai Exumai? –Frunció el ceño–¿De quién es?–Cuestiono al no reconocer el hechizo.

–Pues...mío. Lo cree para tu competencia.–Jugo con los dedos de sus manos con la mirada baja.

Draco camino hacía ella con una sonrisa, tomo una de sus manos entre las suyas y beso sus nudillos con delicadeza. Ella lo miro sonrojada y el sonrió con amor. No podía evitar ser atento y amoroso con ella.

–Eres la mujer más asombrosa del mundo, Eileen.–Admitió– y aunque me gustaría seguir adulante y observándote.–Soltó su mano.– es hora de entrenar. Así que...Eileen Weasley, soy tu más fiel alumno a partir de este momento. Hazme ganar la competencia.

Eileen sonrió. Quizá era cierto lo que Astoria decía y Draco si gustaba de ella, aunque no quería hacerse ilusiones.

Pero sea como fuera, Draco Malfoy era todo un caballero.

–Manos a la obra.–Dijo ella.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro