__ ¡vamos!. ¡vamos damas y caballeros, el día de hoy, La Tarántula está con todo! - la amplificada voz transmitida a través de un potente megáfono metálico era fácilmente opacada por los eufóricos gritos, silbidos y cánticos de la audiencia general -.

En el ring, una joven y un muchacho lanzaban golpes consecutivamente.
Las secuencias y movimientos de sus cuerpos y la sincronía con la que se movían hacía que ambos parecieran danzar; bailar una cómplice pieza que ambos conocían y disfrutaban al compás de una música muda.

La sudorosa joven, esta vez traicionando a su pareja, se coloco en una guardia horizontal rápidamente, para luego moverse ágilmente a la derecha esquivando un golpe de su contrincante y dándole directamente en las costillas con un poderoso gancho perfecto.

El chico, confundido por el repentino cambio de estrategia, no previó el golpe que lo obligó a caer penosamente al suelo y quedar completamente fuera de combate.

10... 9... 8... - contaba el réferi - 4... 3... 2... - ya no tenía ninguna esperanza de continuar -

__ ¡y  La Tarántula es la ganadora, señoras y señores

La muchacha de cabellos café levantó el puño orgullosamente, sonriendo con suficiencia a la alborotada multitud de emocionados admiradores, que coreaban su nombre enérgicamente desde las gradas.

.   .   .

Había ganado nuevamente. Si seguía así, ya competiría en las mundiales muy pronto.

En su lujoso camerino, sin poder quitar la sonrisa de su rostro, la adolescente se lavaba la cara con brío; amaba pelear, pero siempre acostumbraba a jugar un poco con sus oponentes antes de acabarlos, lo que la dejaba exausta al final de la pelea. "un mal hábito", según su entrenador.

__ Mañana debes ir a la escuela - dijo una voz de reproche a su espalda -.

La castaña suspiró sonoramente.

Al girarse, aún con la toalla en la mano, miró ceñuda a su padre antes de responder.

__ Sabes muy bien lo que pienso del sistema educativo, Pa - le respondió con desgana mientras acababa de secar suavemente su rostro -.

__ Sí, lo sé. - contestó el mayor, impasible -  pero tenemos un trato y...

__ Y mis notas son buenas - lo cortó elevando un poco la voz  -, yo cumplo.

El canoso hombre miró imperturbable como su hija lanzaba la toalla descuidadamente hacia uno de los lavamanos antes de responder.

__ Ya me han citado varias veces por la cantidad de faltas que llevas, Casey - habló con firmeza - no puedes faltar más, al menos no por este Trimestre, ¿lo entirndes?.

Otro vago suspiro de exasperación abanfonó los labios de la castaña, quien comenzó a merodear en círculos por la habitación con impaciencia.

__ Bien, está bien - dijo tratando de calmarse - iré mañana.

__ ¿ah sí? - el hombre levantó una seja con ironía - ¿y cuándo se supone que dormirás?. Digo... entre pelea, fiesta, y baile...

__ Dormiré por la tarde - volvió a interrumpirlo la chica - mientras cumpla con el trato, no hay ningún problema. De mis horarios, me encargo yo - finalizó parándose delante de su progenitor -, ¿bien?.

El mayor suspiró, derrotado.

__ Eres demasiado activa. deberías parar un poco, te hará mal - comentó viendo como su hija volvía a caminar por la habitación, ahora a un paso más acelerado -.

__ hmp, estoy bien, no soy taaan activa. además, ¿qué podría pasarme? hago esto hace mucho...

__ Sí, pero acostumbras a faltar o a llegar tarde a clases, y ahora ya no tienes esas opciones. No podrás con todo, Casey. Debes descansar más, y relajarte; es simplemente imposible hacerlo todo y continuar como si nada.

Antes de que la adolescente pudiera responder, su padre continuó.

《 y respondiendo a tu pregunta, el otro día ví por televisión que las personas que están muy agotadas tienen muchas más probabilidades de sufrir un paro cardíaco.

La adolescente lo miró incrédula antes de suspirar, girar los ojos y apoyar sus dedos índice y corazón en su frente en un claro gesto de "que idiotez acabas de decir...".

__ Pa -- dijo parándose y hablando lentamente con el tono utilizado para explicar las cosas a alguien que no entiende -- eso... no pasará. ¿bien?. Y respondiendo a tu razonamiento... no existen cosas indudablemente imposibles. Al menos no para quienes están dispuestos a lograrlas. - aseguró con determinación -.

__ Que filosófico... ¿de dónde sacaste esa frase?

__ De mi razonamiento. Y es la verdad, así que no discutas y déjame ocuparme de mis cosas. Mientras respete el trato, estamos bien. 

Ambos se miraron fijamente por unos cuantos segundos; Casey parecía muy firme, y el mayor sabía que con lo terca que era su hija, no ganaría nada al continuar con el debate.

__ Bueno, muy bien - se rindió - supongo que mientras cumplas con el trato, tú te organizas.

La adolescente asintió de manera distraída mientras prendía su teléfono celular, el cual acababa de sonar notificando un mensaje.

__ Damian está afuera - comentó mientras se dirigía hacia sus cosas - bueno, yo ya me voy.

Sin despedidas ni más palabras, la joven tomó su pequeña mochila de lentejuelas y su chaqueta de cuero roja de un manotazo y salió rápidamente de la habitación mientras escribía en su aparato electrónico.

__ Adolescentes... -- murmuró el mayor para sí --.