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Jeon Jungkook estaba encerrado en su habitación ansioso por la llegada de su lindo omega, sus molestias provocadas por el celo no eran en nada comparadas con la desesperación por tener a su chico ahí con él. Después de unos desesperantes minutos que a Jungkook le parecían horas por fin la puerta se abrió y dio paso al omega, de inmediato toda la habitación se llenó de feromonas cargadas del aroma intenso del alfa, las cuales hicieron jadear al omega.

Los ojos de Jungkook estaban de un color púrpura electrizante, característico del Alfa cuando se encuentra en estado de celo, contrario al omega que es de color azul eléctrico. De inmediato las manos grandes del alfa se posaron con posesividad en la cintura de Jimin para apretarlo con algo de fuerza sin llegar a lastimarlo y así dar inicio al ritual entre ambos cuando sus labios chocaron al encuentro de aquel ansiado beso.

Jungkook separó los labios del menor para irrumpir con hambre en la boca contraria, llevando su lengua hasta todos los rincones de la boquita que gustosa aceptaba aquel desbordante beso.

Cuando el aire les hizo falta, cargó a su Omega para llevarlo hasta la cama, en donde lo recostó para después despojarlo de toda su ropa hasta dejarlo totalmente desnudo. Él aún llevaba la ropa puesta así que se quitó la corbata y, contrario a lo que habría hecho el otro Alfa, la uso para llevarla a las muñecas del omega, quien sabía la clase de juegos que le gustaban a su Alfa Koo.

Jungkook le ató las manos ante la atenta mirada de Jimin, quien tenía su pecho agitado subiendo y bajando con la respiración dificultosa.

—Que bebé tan obediente, así me gusta.

La voz gruesa de Jungkook hizo temblar al omega, quien pasó saliva.

—Minnie siempre obedece, Alfa.

Aquella afirmación hizo que el lobo de Jungkook gruñera ansioso por tomar a su Omega, solo se apresuró a besarlo con más brusquedad mientras se quitaba la camisa y el pantalón.

Cuando estuvo totalmente desnudo, se inclinó en la cama y sus labios comenzaron a recorrer con pasión toda la piel de su cuello, dejando mordidas por doquier, succionado la piel, dejando marcas rojas que de seguro mañana amanecerían moradas, pero solo dejarían en claro que ese omega es, fue y será suyo siempre.

Sus dos manos que habían estado entretenidas en la cintura del omega bajaron hasta el abultado trasero de Jimin, donde apretó y masajeó con impetu, con deseo desmesurado.

No aguantó más y le dio vuelta a Jimin, colocándolo en su posición favorita, de bruces sobre la cama, comenzó un recorrido tortuoso de besos desde el cuello, los hombros, la nuca y la espalda del menor.

Jimin jadeaba ante la brutalidad de los besos que le eran proporcionados, cuando llegó hasta el final de las caderas del omega, separó sus piernas para así seguir besándolo hasta llegar con su humeda lengua a la rosada entrada de Jimin, quien escurría lubricante. El Alfa pasó la lengua, saboreando el líquido de su omega, sabía a cerezas.

—¡Alfa! —Chilló Jimin cuando sintió como Jungkook repasaba su entrada con la lengua, haciendole millones de cosquillas exquisitas. La lengua húmeda y peligrosa se fue abriendo paso en la entrada apretada, su miembro ya palpitaba por enterrarse ahí, por hundirse en la rica, caliente y estrecha abertura de su omega.

—¿Qué pasa, bebé? ¿Qué quieres, omega travieso? —Preguntó, separándose mientras una de sus manos se cerraba al rededor de su miembro duro.

Su lengua volvió a su lugar para seguir con lo suyo mientras Jimin gemía de placer.

—Mghh, Minnie te quiere a ti, Alfa, ¡p-por favor!

Jungkook sostenía con una mano las manos atadas de Jimin sobre su cabeza y entonces con la otra lo hizo levantar el trasero y se puso en posición justo detrás, se abrió pasó con más brusquedad, provocándole jadeos intensos.

—Ah... Demonios, Minnie, eres tan estrecho, me pones más caliente.

Comenzó a embestir al omega sin nada de piedad, ocasionando que sus pieles chocasen incesantemente, Jimin mordia su labio inferior, ahogando sus gemidos sobre la almohada. Le encantaba la manera en que su Alfa salía y entraba en él, le provocaba ver muchas estrellitas.

Jungkook dejó de sostener las manos atadas de Jimin para levantarse un poco más y sujetarse mejor de las caderas del menor para así poder arremeter con más fuerza, sintiendo como el interior de su omega se apretaba más y más con cada vez que le daba duro en el punto delirante.

—Alfa... sí, más... más.

A Jungkook le encantaba que Jimin pidiera por más, lo volvía más dependiente de los gemidos y jadeos desesperados que soltaba aquella boquita apetitosa.

—¿Más? Mi adorable bebé quiere más ¿Eh? —Ágilmente y de manera rápida salió del interior del omega, le desató las manos y se sentó en la cama, atrayendo a Jimin con él, lo sentó sobre su duro miembro enterrándose de nuevo hasta el fondo.

Gimió.

—Vamos, bebé, móntame como ya sabes hacerlo.

Jimin asintió, sosteniéndose de los hombros de su Alfa y comenzó a moverse sobre él de manera rápida y descontrolada. Una mano de Jungkook volvió a colocarse en su trasero para apretarlo y después dejó una palmada algo fuerte que hizo a Jimin gemir más agudo.

El omega no dejaba de moverse sobre él, Jungkook cerraba sus ojos deleitándose con la exquisita danza mortal que se libraba sobre él y su miembro duro mojado por los líquidos de su omega.

—Ah... sí, mi amor, sigue así, bebé —La habitación ahora estaba llena de los gemidos de ambos, más el rechinar de la cama que daba duro contra la pared.

Jimin echaba su cabeza para atrás con sus ojos cerrados, disfrutando de su Alfa y de sus autopenetraciones las cuales sabía el punto exacto donde darse. Sentía el calor de su Alfa, la fiebre que este tenía en su cuerpo por el celo, él se sentía igual.

Jungkook, por su parte, podía disfrutar de la vista estupenda, una obra de arte bien hecha e intocable, un Jimin sudado, con sus mejillas rojas y sus ojos bien cerrados, brincando sobre él, estiró una de sus manos para apoderarse de esa boca que estaba entreabierta y balbuceaba sin parar, lo beso con pasión y desenfreno, hurgando hasta el último rincón.

De a poco sintió como el interior de su chico se apretaba más y más con cada embestida, Jungkook apretaba sus labios contra sus dientes para no jadear tan alto, pero era casi imposible, pues estaba en la cima del éxtasis. Gruñó sin control, enterrando sus dedos en la piel de la cintura del omega mientras también se ayudaba con movimientos que iban al encuentro de Jimin.

—¡Mgghh A-alfa!

—Ahgg, Minnie, sí...

Jimin enterró su cabeza en el cuello del Alfa, haciéndole el espacio respectivo para que abriera de nuevo aquella marca mientras ambosbse corrían con violencia, los filosos colmillos se adentraron en la piel, dejando de nuevo su marca en su lugar.

—Alfa, te amo.

El cuerpo de Jimin temblaba, ambos no podían controlar sus espasmos.

Agitado aún, Jungkook se dejó caer en la cama, llevándose consigo el cuerpo de Jimin, quien seguía aprisionado por el nudo con su Alfa.

—Y yo te amo tanto, Minnie, mi omega... te amo muchísimo.

Los ojos del Alfa se aguaron un poco al recordar como por ser tan necio casi se pierde de la cosa más bella que la Diosa luna le tenía preparado y era el poder sentir el amor intenso que le tenía a Jimin.

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