CAPÍTULO 15 - Secuestro

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—Es que no puedo creer que me ocultaras todo este tiempo algo tan grave —decía Rachel paseándose de arriba y abajo por la sala de estar. Yo estaba mirando al techo con los brazos cruzados, mientras me recargaba sobre el respaldo del sofá, la verdad estaba muy aburrida, ella llevaba como media hora soltando fuego por la boca hacia todo, bueno solo a mí.
Le había contado sobre Martina, la carta de mamá, sobre Alec diciéndome que mañana llegaría El Círculo por la Piedra de la Noche, algo que me había llevado otro buen rato explicarle lo que era ya que no sabía que existía ese objeto y mucho menos que lo tenía yo, según.
Pero no le había contado nada sobre los Wellyntong, ni de Radrick, eso sí la sacaría de sus casillas. Aunque tal vez si le dijera que eran "cazadores"...

De pronto Rachel se detuvo mirándome fijamente con el ceño fruncido, yo le devolví la mirada mientras le alzaba una ceja.
—¿Ya terminaste? —pregunté irritada. Sí, tal vez no era el mejor momento para comportarme así, pero tampoco estaba para aguantar una reprimenda y sermón de su parte.
—No puede ser que te comportes tan insensible Scarlette —dijo con enojo y yo solo me encogí de hombros.
—No te lo había dicho porque mamá me pidió en la carta que no lo hiciese —le recordé y suspiró.
—Quiero ver esa tal carta —ordenó y solté una risotada amarga.
—Ya te dije que la quemé —repetí por octava vez.
Tal vez decirle todo a Rachel no fue tan buena idea como creí.
—Es que no te creo...
—Ese... —pausé—, ya es tu problema.
—Vete a tu habitación —ordenó, estaba muy furiosa, jamas me había me había hablado de aquella manera.

Yo sin inmutarme ni decir nada para no empeorar las cosas me fui, aunque eso no me impidió que diera un portazo cuando llegué.
Me tumbé en la cama molesta y sin saber qué hacer, cuando de pronto escuché que rasguñaban el vidrio de mi ventana, me levanté rápidamente y abrí los ojos sorprendida al ver a Dwight del otro lado haciéndome señas de que la abriera, yo dudé pero terminé por ceder.

—Existe una puerta, ¿sabes? —dije molesta cuando estuvo adentro y sonrió de lado.
—No quería molestar a tu hermana, oí su discusión a calles de distancia —confesó y rodé los ojos, típicas habilidades vampíricas—. ¿De qué iba? —quiso saber con interés.
Abrí la boca para contestar pero la cerré de golpe al recordar que él no sabía nada sobre la carta de mi madre o de Martina.
—El Círculo llegará mañana por la piedra, bueno, más bien a buscarla —anuncié y ya que él no sabía nada de eso por lo que me miró sorprendido como era de esperarse.
—Entonces tal vez no sea bueno que estén aquí —opinó y lo miré confundida.
—¿A qué te refieres? —pregunté e iba a responderme pero la voz de mi hermana al otro lado de la puerta lo interrumpió
—Scarlette —me llamó ésta, yo vi a Dwight que se había ido al armario a esconderse, a lo que yo puse los ojos en blanco, parecía un crío.
—¿Sí? —dije cuando él se ocultó y Rachel entró.
—Empaca tus cosas, nos vamos —ordenó y ahora la sorprendida fui yo.

—¿Qué coño? —exigí atónita pero ella ya estaba sacando mi ropa de los cajones y lanzándolos a la cama—. ¿Por qué?
—No confío en El Círculo, y a lo que me dijiste nuestros padres tampoco, así que no dudo en que te encierren en los calabozos que tienen solo para que les digas en dónde está esa piedra que tanto buscan... por lo tanto, es mejor huir —explicó y negué.
—¿Que hay de Honor? No la puedo dejar aquí —solté enojada.
—Sí puedes, no sabe nada y además no creo que den con ella, así que estará bien no te preocupes —dijo aún sacando ropa.
Yo me mordí el labio con nerviosismo, Rachel no lo sabía y no podía decirle que un vampiro poderoso que también quería la piedra me estaba amenazando con que mataría a todos los que me importaban si no la conseguía, y entre ellos estaba Honor.
—No me iré —dije con firmeza, ella se detuvo y me miró fijamente.

—No te estoy preguntando, yo te lo estoy ordenando, estoy a cargo de ti.

—No —solté y ella caminó hacia la puerta suspirando rendida.
—Volveré en diez minutos, y más vale que dejes de decir tonterías y te pongas a hacer lo que te dije —advirtió antes de cerrar y dejarme sola.

Dwight salió de su escondite y caminó hasta mí.
—Ella tiene razón, lo mejor sería que escaparan —habló sin mostrar emoción.
—Y lo haré, pero sin Rachel —dije mientras guardaba un poco de ropa, y sacaba algo de dinero que tenía escondido en uno de mis libros, fue entonces que él por fin entendió a que me refería.
—Pero tu sola... Scarlette te matarán —amenazó con desaprobación.

Solo sonreí amargamente antes de tomar algunos cuchillos y estacas que tenía en mi habitación, no me importó que él los viera, de todos modos ya sabía lo que yo hacía.
Caminé hacía la ventana para saltar pero él me detuvo por el brazo.
—Estás cometiendo una gran equivocación.
Yo me sacudí de su agarre.
—Hago lo correcto —aseguré y lo hacía. Sí, los cazadores iban a encontrarla pero al ver que yo me había escapado me buscarían a mí y la dejarían en paz—. Puedes venir o quédate, tú lo decides —añadí.

Dwight apretó los labios pero al final no dijo nada, sabía que era tozuda y cuando se me metía algo en la cabeza no había nada ni nadie que me hiciera pensar lo contrario.
Yo sin decir nada salí con cuidado de la ventana y salté.
No eran tantos metros de altura por lo que salí ilesa. Tuve tentación de llevarme mi coche pero conociendo a Rachel, podría rastrearme.
Corrí por la acera hasta que un BMW se me acercó, yo no lo dudé y me subí.
Dwight condujo por un rato entre las calles oscuras, yo no tenía ganas de hablar por lo que dejé que me llevara a dónde quisiera.
—¿Vamos a tu casa? —pregunté al ver que estaba saliendo de Washington.
—Mi casa no es el mejor lugar para llevarte en estos momentos —soltó sin quitar la mirada de la carretera, él no estaba de acuerdo con nada de esto, pero de igual manera me ayudaba.

— Gracias —musité sincera a lo que él me miró de reojo pero no sonrió.
—Aunque no esté de acuerdo con tus métodos de solución, lo hago por ti Scarlette.

Después de eso no dije nada y observé como condujo otra hora más hasta pararse frente a un motel.

Se veía tan descuidado por fuera que no quise imaginarme en como estaría por dentro, pero era lo único que había cerca para descansar, ya que si queríamos algo con más calidad tendríamos que regresar.
—Necesitas descansar, ya es tarde, así que partiremos mañana —anunció y lo miré sorprendida.
—No es necesario, gracias por traerme hasta aquí, pero continuaré sola —dije firme y negó.
—No voy dejarte sola en esto.
—Ya no necesito tu ayuda, no te busques más problemas lidiando conmigo así que vete —bufé con rudeza y sonrió burlón.

—No puedes obligarme —dijo y rodé los ojos fastidiada.
—Bien, haz lo que quieras —hablé saliendo del auto y caminando hacia la recepción.
Al entrar un olor a cigarrillos y cerveza me envolvió haciendo que arrugara la nariz, detrás del mostrador había un hombre gordo que estaba viendo una pequeña televisión mientras reía como desquiciado.
Yo me aclaré la garganta para que notara mi presencia y cuando por fin me vio una mirada lasciva pasó por su rostro. Que asco.
—¿Qué deseas lindura? —preguntó.
—Habitación para dos —escuché la voz molesta de Dwight a mis espaldas y con solo una mirada, el señor gordo no volvió ni a mirarme.

—Son dos habitaciones por separado —corregí molesta y el señor nos miró confundido.
—No voy a arriesgarme a que te escapes —me dijo él en una voz tan baja que solo yo pude oír, me conocía bien.
—Entrégueme lo que le pedí —soltó Dwight con voz amenazante a lo que  el hombre no dudó y le dio una llave con el número de una habitación.
Dwight le pagó y lo seguí; subimos dos pisos y recorrimos un largo pasillo hasta que nos detuvimos en la puerta del fondo, él abrió con la llave y entramos.
El dormitorio no era tan grande pero al menos estaba limpio a lo que yo me alegré interiormente.
Había un televisión vieja en una esquina, un pequeño perchero, el baño por supuesto, un sofá café y una cama matrimonial.
—Tú te quedas en el sofá—anuncié caminando hacia la cama y tumbándome en ella.
—No pensé que fuera de otra forma.

—Es tu culpa, la hubieras pedido con dos camas, además los vampiros no duermen —recordé y asintió.
—Es cierto, pero yo soy mitad recuérdalo...
—¿Tú puedes dormir? —inquirí incrédula y asintió.
Nos miramos por unos segundos sin decir nada a lo que yo rompí el contacto visual primero y sin saber qué hacer saqué mi teléfono, el cual había apagado porque sabía que Rachel estaría llamándome como loca.

Cuando este prendió había como decenas de llamadas de ella, así como mensajes de amenazas, yo solo suspiré e iba a apagarlo de nuevo pero vi que también había llamadas de Honor y de Alec.
Fruncí el ceño, había olvidado por completo a Alec, pero después le hablaría; de Honor lo más seguro es que mi hermana ya le hubiera llamado así que tendría que esconderme también.
Lancé mi teléfono al piso antes de acostarme y cerrar los ojos, este había sido un día agotador.
—¿A dónde planeas irte?—preguntó Dwight haciendo que abriera los ojos.
—Me quedaré aquí, solo para vigilar a Honor pero de lejos, tal vez después me valla a otro país —dije lo que en otras palabras sería: "tengo que matar a Radrick para poder irme tranquila", porque no estaba segura de querer regresar con Rachel, El Círculo me buscaba a mí, no quería involucrarla.
—Bueno pues, iré contigo a dónde sea.

—No hace falta que hagas eso, además ¿y tu tío y tus hermanos? No puedes huir de ellos —observé y sonrió.
—Estarán bien sin mí por un tiempo, creeme —aseguró, pero no me quedé tranquila, tenerlo cerca siempre me ponía nerviosa y me hacia sentir extraña.

—¿Vas a seguirme a dónde vaya? ¿Por qué? Apenas y somos amigos.

—Pues por eso y porque... siento que estando cerca de ti, estoy completo —admitió y tragué saliva con dificultad—, y aunque no estoy de acuerdo con lo que haces, siempre estaré a tu lado —agregó y me cubrí con rapidez con la manta que cubría la cama, no podía seguir viéndolo.
—No sabes lo que dices —susurré y de repente sentí que él se sentaba a mi lado y la manta que tapaba mi rostro desapareció.
Abrí los ojos para verlo frente a mí, sus ojos negros resplandecían y me miraban inquietantes, yo no pude moverme.
—¿Así que este era tu plan? —pregunté burlona y frunció el ceño confundido—, decir que no eligiera otra habitación para que no me escapara pero en realidad querías seducirme —lo acusé y soltó una carcajada.
—Claro Scarlette, lo que quería hacer en realidad era abusar de ti —dijo con sarcasmo.
—Lo sabía —murmuré algo divertida—. Gracias por no dejarme sola Dwight.

—Nunca lo haría.

—Bueno, ahora quisiera dormir —hablé haciéndole entender de que me dejara pero no se movió, si no que se acostó con los brazos cruzados detrás de su cabeza cerrando los ojos.
—Oh no, muévete, no dormirás aquí —me quejé tratando de empujarlo pero no logré moverlo ni un centímetro, lo que ocasionó que sonriera—. Borra la sonrisita, a mí no me da gracia —dije malhumorada.
—No te queda de otra, tendrás que aguantarme, ese sofá es todo menos cómodo —protestó él acomodándose más, a lo que yo bufé pero no me moví, no le daría ese gusto, así que sin decir nada me volví a cubrir alejándome lo más que pude de él y me dormí en seguida.

El sol entraba por la ventana porque habíamos olvidado cerrar las cortinas. Me giré hacia el otro lado, ya que la luz era molesta, pero no pude porque tardé en darme cuenta de que unas manos aprisionaban mi cintura, al igual que en mis piernas porque las mías estaban enredadas con otras.

Traté de de zafarme pero todos los intentos fueron en vano, ya que no logré quitármelo de encima.

Maldito Dwight acosador.

—Detente Scar, trato de dormir —murmuró en mi cabello al ver que me retorcía.
—Sí, pero no sobre mí, me aplastas.

—Yo estoy muy cómodo —replicó ahora más despierto.
—No me importa, yo no —solté.
—Aguafiestas —dijo liberándome por fin y me di la vuelta para encararlo.
—Eres un acosador —lo acusé envenenándolo con la mirada .Él abrió los ojos antes de pasarse una mano por su despeinado cabello castaño dorado, haciendo que varios rizos cayeran en su frente.
—No tuve la culpa. —Sonrió.
—Sí claro —dije sarcástica y levantó las palmas.
—Bien, bien, la tentación fue mucha —susurró y puse los ojos en blanco e ignorándolo me senté mientras me estiraba y bostezaba—. Y así te ves más tentadora —añadió.

Yo hubiera creído que estaba bromeando pero el tono que usó al decirlo fue todo lo contrario, por lo que me giré confundida para verlo intentar atraparme, sin embargo yo salté fuera de su alcance dándole una sonrisa presumida.
—Mantente quieto —advertí antes de encerrarme en el baño con ropa limpia.
Me di una ducha lenta dejando que el agua caliente corriera por mi espalda, después me puse unos vaqueros y una blusa limpia antes de salir sacudiéndome el cabello.
Pero no encontré a Dwight por ningún lado así que salí fuera solo para comprobar que su auto tampoco estaba. Entré por mi teléfono el cual no prendió por la falta de batería, busqué el cargador hasta que recordé que lo había dejado en su coche.

Diablos...

Iba a irme hasta que vi un pedazo de papel doblado sobre la almohada, lo desdoble y leí:
"Salí buscar algo de co mida, no te vayas, volveré pronto".
D.
Claro, él va a buscar comida y me deja aquí, aunque el pensar en comida hizo que el estomago me gruñera.
Prendí la televisión para distraerme pero no funcionaba, creo que iba a estar más aburrida de lo que creí...

Al menos no tardó y quince minutos después escuché que el auto llegaba.

Me paré de un salto y corrí hacia la puerta justo en el momento en el que Dwight entraba por lo que le arrebate la bolsa que llevaba, saqué la hamburguesa y le di una gran mordida.
—Alguien tenía hambre —comentó divertido pero no contesté porque ahora toda mi atención estaba en la cosa grasosa y llena de sabor que saboreaba en mi boca—. Te traje esto —dijo tendiendome el cargador a lo que yo paré de comer.
—Gracias —murmuré tomándolo antes de ir conectarlo para luego regresar a mi hamburguesa—, ¿tú no comes? —pregunté cuando pasé un bocado.
—Solo bebo —dijo sin mirarme mientras se encogía de hombros y supe a lo que se refería.
Sangre.
—¿Y aún no... ? —pregunté curiosa achicando los ojos.
—Acabo de ir a cazar —contó despreocupado y lo miré abriendo más los ojos... había matado a una persona.
—Mataste a alguien —afirmé tratando de ocultar mi enojo pero él levantó las palmas para calmarme.
—No cuenta si es un animal —aseguró y me quedé más tranquila, no conviviría con un asesino.
—¿Te fuiste en la noche? —dije luego dándome cuenta por primera vez que llevaba otra ropa.
—No, siempre traigo cambios en el auto por si se ofrece —contestó guiñándome un ojo a lo que yo resoplé antes de ir al baño para cepillarme los dientes de nuevo.
Cuando salí él estaba mirando mi celular.
—No seas fisgón —lo regañe quitándoselo pero solo me miró serio.
—¿De dónde conoces a Alec?

Asuntos familiares. Su tía fue amiga de mi madre.

—¿Conoció a tus padres? ¿Sabrán algo de la piedra?

No —dije sin ganas.

—De todas formas Scar, no quiero sonar hipócrita pero no te fies mucho de Alec, no me da confianza.

—Sí sonó algo hipócrita viniendo del vampiro cazador espía —me burlé y rodó los ojos.

De pronto mi teléfono comenzó a sonar, Alec. A este chico le gustaba molestarme seguido.
—¿Qué pasa? —pregunté cuando descolgué.
—El Círculo acaba de irse de tu casa —informó—. ¿Donde estás? —exigió saber.
—Escondida, ¿qué pasó? ¿Rachel está bien?
—Por eso te llamo Scarlette, los cazadores se la llevaron. El Círculo secuestró a tu hermana —anunció por fin haciendo que el celular se me cayera de las manos.

¿Pero qué carajos...?

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