CAPÍTULO 1

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TAEHYUNG:

Oléas es el lugar perfecto para vivir.

Existe armonía y unidad entre todas las personas y no hay diferencias. Igualmente, los paisajes son hermosos: ríos de aguas cristalinas, extensos y muy caudalosos; en los extremos los niños pasan el tiempo correteando y atrapando mariposas. Las praderas llenas de verdor han servido como inspiración para los pintores y escritores más famosos. Y atrás no pueden quedar las montañas, infinitas y ocultas.

Me paso las horas contemplándolas por la ventana de mi habitación. A veces me pregunto qué hay allá, lejos de territorio conocido... o seguro.

Sí, así como lo lees. No conozco lo que se oculta tras el muro de piedra que bordea todo el perímetro, tan alto que casi roza las nubes. Desde el momento que nacemos nos lo prohíben; ya pertenezcas a la población o a la realeza, nunca, jamás, debes atravesar dicha fortaleza. Esta traza un límite, el cual le está permitido cruzar únicamente a los guardias reales y cazadores.

¿Qué esconden? Es un misterio.

Y como príncipe, no ahondo en buscar una respuesta, solo lo dejo estar. Si mi madre y antepasados lo dictaron así, pues así seguirá siendo.

Muchos mercaderes se aprovechan de la incertidumbre de algunos para vender —de manera ilícita— libros que relatan historias de bestias salvajes, portadores de cuerpos sin forma alguna, capaces de doblegar a cualquier Omega con algo llamado feromonas; también he escuchado que las usan para hechizar a su presa y después devorarlas.

Pero son historias nada fiables; es lo que dice mi madre y le creo.

—Todavía no puedo creer que tu Elección sea en apenas dos días. —La voz de Aria, mi hermana mayor, me saca de las profundas cavilaciones que llevaba.

—Sí —concuerdo—. Yo tampoco logro asimilarlo.

—Oh sí, nuestro Taehyung se ha covertido en todo un jovencito apuesto y coqueto.

—¡Evelyn! —Mis mejillas enrojecen como respuesta a las palabras de mi otra hermana. De los tres soy el menor y no dejan de aprovecharse de ello para incomodarme—. ¿Qué tonterías dices?

Nos encontramos en el jardín trasero del castillo, con los pies descubiertos y enterrados en la hierba fresca. Si nos ve madre, ya estaríamos recibiendo un buen regaño de su parte.

—¿Qué? —Se adelanta, pellizcando mi nariz—. Todos los Betas se te quedan viendo. ¡Argh! Hasta me siento un poco celosa de eso.

—¡Duele! —La palmeo para que se aleje y sobo el lugar—. ¡Lo que dices no es cierto!

—Sí que lo es, sino... —comenta Aria, mirándome con obviedad— ¿cómo explicas que lograste capturar la atención de Lord Min?

—¡Eso! Todos saben que él es difícil de cautivar.

—En efecto, un Beta muy serio.

—Guapo.

—Apuesto.

—Y adinerado.

Claro, para Evelyn el dinero no puede faltar.

—El más adinerado de Oléas, querrás decir...

—¡Ya entendí! —les respondo. Ambas pasan a verme muy sorprendidas gracias a mi exaltación, y escondo la cara entre mis manos, demasiado avergonzado.

—Ay Tae, nuestro pequeño tigrito, no te sientas avergonzado de presumir a tu futuro marido.

—Él no es...

—Ya quisiera yo tener un hombre como ese a mi lado. —La queja de Aria me interrumpe—; no es que me disguste Jin, pero no me presume con sus amigos, ¡es mucho peor, ¿saben?!

—¿Qué es?

—Se la pasa mirándose en el espejo, repitiendo que su rostro es hermoso. ¡Una y otra vez!

Evelyn y yo compartimos miradas, y terminamos rompiendo en sonoras carcajadas para nada acordes con dos personas de la realeza. Aria se muestra indignada al principio, pero la contagiamos y acaba por unírsenos.

—Admiren este rostro. —Evelyn se alza sobre la silla y hace referencia al esposo de Aria—. Hermoso, ¿cierto? Les cuento que fue esculpido por dioses místicos...

—P-para —murmuro entre risas, agarrándome la barriga.

—...y tallado por las manos delicadas de ninfas.

—Evelyn, detente...

—¿Soy guapo? Lo sé.

—¿Quién es guapo? —El tono severo que viene de atrás detiene las carcajadas, hasta el aire parece perder el rumbo.

Tres pares de ojos se abren con horror.

—¡Madre! —Evelyn se pasma al verla y las piernas le comienzan a temblar.

Casi cae de la impresión, pero me muevo rápido y logro amortiguar la caída con mis brazos.

—Uf, gracias, tigrito —agradece, apartándose—. Creo que me hice encima.

—Ve adentro, chico guapo. Aria, acompáñala.

—Madre. —Ambas hacen una reverencia antes de alejarse al interior de nuestro hogar.

Las veo irse y dejarme solo con madre: la reina, una mujer intimidante y de mano dura. Rápidamente, adopto una pose de espalda recta y pongo las manos detrás de mi espalda, tal como se me enseñó.

—Kim Taehyung, para ser el príncipe, no te ves exactamente como uno.

Trae las manos unidas frente a su estómago y, erguida elegantemente, analiza mi vestimenta.

—Siento decepcionarle, madre.

Su escrutinio se detiene en mis pies descalsos. Carraspea.

—Veo que debo advertirte acerca de tu condición.

—¿A qué se refiere, madre?

—Ven, antes tomemos asiento.

Extrañado, hago lo que pide. ¿Por qué su semblante se muestra tan serio?

—Bien —comenta relajada—. ¿Realmente conoces lo que eres?

—Eh, madre... no entiendo su pregunta.

—Tras tu transformación de hace unos meses, ¿no te quedó claro a qué rango perteneces?

—Oh, habla de eso —le respondo mientras a mi mente viene aquel trance doloroso, de calor y espesa humedad por el que pasé—. Sé que soy un Omega.

—No.

—¿No? —mis cejas se arrugan en confusión.

Niega.

—Eres el primer Omega hombre de nuestra nación, Taehyung.

—¿No hay más como yo? —inquiero asombrado.

—No, eres el único.

Rasco mi frente. Supongo que es importante.

—Ah.

—Hace muchos siglos atrás, cuando los lobos gobernaban Oléas, hubo un Omega así como tú —explica, me acerco con interés de saber más—. Portaba una belleza inigualable y delicada, por lo que todos caían rendidos a sus pies. Sin embargo, él solo tenía ojos para uno solo.

—¿Quién?

—Una aberración. —El desagrado en su voz es tan puro que retrocedo, temeroso—. El Omega poseía el poder de concebir y esa cosa no dudó en aprovecharse de ello para invadir su útero.

—¿Qué es un útero, madre?

—Nada importante por ahora —dice, fría—. La Elección será efectuada en pocos días, he decidido que tu edad ya es la ideal como para ir buscando el candidato que se convertirá más adelante en tu marido.

Me exalto ante lo que dice. ¿Marido? ¿Casarme? ¿Yo?

—Pero madre...

—No me lleves la contraria, Taehyung. Está decidido.

—Lo entiendo. —Mi cabeza baja.

—Estaré cerciorando que todo esté quedando a la perfección. No te tardes en entrar.

—Sí, madre. —Asiento, aceptando mi destino inevitable, ya que no me atrevo a desobedecer.

Espero a que se marche para poner mis pensamientos en orden porque son un caos absoluto. Suponía que me casaría, pero no mediante un acuerdo, sino solo con alguien que amara. ¿No trata todo sobre el amor verdadero? Así como Aria y Jin. ¡Es injusto! ¿Por qué ella sí pudo elegir y yo no? ¿Se debe a qué soy hombre?

¡Entonces no quiero ser hombre!

La brisa primaveral mueve los rizos castaños de mi pelo y mi mirada se desvía al frente, me pierdo en la infinidad de las montañas. Es instantáneo e inevitable. De nuevo me hallo preguntándome qué hay después de un muro de piedra y de Oléas, cómo es ese mundo prohibido, sus alrededores y habitantes, ¿siquiera viven personas ahí?

Si tan solo no fuese un príncipe, tal vez podría ir y verlo con mis propios ojos.

Si tan solo no fuese un príncipe, mi vida sería menos complicada.

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N/A: ¡Hola! Espero que les haya gustado este primer cap, lo traje rápido porque ando muy animada con la historia y su trama. Ya tengo listo el capítulo dos, ¡así que nos leemos pronto!

No se olviden de votar y comentar ^^

-taeryenn

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