Mi crianza siempre se basó en ser admirable, un príncipe honorable que nunca podía equivocarse. Lo que se esperaba de mí debía ser cumplido a la perfección.

Cuando mis ojos se encuentran con los suyos en un rápido vistazo, sé que iré en contra de todo lo que se me enseñó antes, y lo siento en el fondo de mi alma.

Una advertencia:

Jungkook me destrozará hasta los huesos.

Él va más allá de lo brutal y retorcido, más allá de redimirse.

El cuerpo marcado con las cicatrices más atroces vistas, abarca casi por completo el umbral de la habitación.

Un atractivo cruel se asoma en su rostro; es un Alfa que se harta con ponerme a temblar con su basta -pero dominante- presencia.

El deseo crece turbulento en su oscura mirada mientras avanza en mi dirección.

Debo sentirme disgustado por eso, pero la verdad es que no lo estoy... no del todo.

Su naturaleza me envuelve con feromonas fuertes, llegando al punto de casi hacerme caer. Aterrado y débil, trato de alejarme. Está aquí por una razón. Eso que quiere me pone a temblar.

Los pasos se acercan y ya lo tengo pegado a escasos centímetros, como para que su aliento impacte en mi cara.

Debería haber intuido lo que sucedería después.

No lo hago.

Sonríe, y de repente una mano grande y fuerte envuelve mi garganta en un agarre apretado. Su cuerpo empuja al mío y los dos caemos encima de la cama. El repentino acercamiento me aterroriza más que cualquier otra cosa.

Un dedo calloso se desliza por mi clavícula, aventurándose por mi pecho y al final se detiene en mi estómago plano, haciendo un recorrido lento ahí donde danzan los nervios.

-Es hora de llenarte el vientre.

Mi corazón late a un ritmo errático.

Este es el deseo de un Alfa.

Y yo seré el Omega que lo lleve a cabo.

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¡Esto se viene POTENTE!

No olviden darle mucho amor a la historia, ya que eso me motiva a subir capítulos con mayor frecuencia.

-taeryenn