El teléfono de negocios comenzaba a sonar a altas horas de la noche, cosa que el movimiento causó un efecto dominó, el cual terminó por rociar agua en el rostro de Luan, o más bien le reventó un globo con agua. Inmediatamente corrió por su teléfono, y respondió.

- Negocios graciosos, su diversión es nuestro negocio.

La persona quien respondió al otro lado de la llamada dijo algo que sin duda la dejó sorprendida, pero a su vez bastante feliz. Tras revisar que no hubiera ninguna hermana despierta, decidió hablar tranquilamente, aunque debía ser cuidadosa con las cámaras de seguridad que cierta niña genio puso en la casa.

- Entonces....... ¿No puedes dormir? -dijo de forma graciosa-

- No es lo que piensas ¿ok? La verdad quería pedirte un consejo-dijo su compañera de cuarto desde el otro lado-

Luan podía reconocer que era algo serio, pues se notaba preocupada de una forma que solo ella podía reconocer.

- Te escucho fuerte y claro, Luns

- Bueno ............ Estaba pensando en llevar las cosas al siguiente en una relación, pero no quiero arruinarlo. Tengo miedo de que algo pase y nos vayamos a separar -decía empezando a hiperventilarse-

- Vaya, no creí que quisieras ir más lejos con Sam, aunque no recuerdo haber oído que te le hayas declarado

Luna sabía que debía ser cuidadosa, pues su hermana podía ser muy chismosa de vez en cuando.

- Yo ...... ammmm....Bueno, no quería decirlo para no causar chismes. Tú sabes.

- Oh, tienes razón. Bueno, si quieres sorprender a esa persona especial ¿por qué no llevarla lejos de la cuidad? -Dijo Luan, toda calmada, aunque intrigada por el suspenso que Luna provocaba-

- Hah, puedo asegurar que luego de Miami, dudo que otro lugar pueda ser mágico. DIGO, no sé en qué pensar, hermana.

Luan sonrió al otro lado de la línea, la tenía en sus garras, y no se quedaría con las manos vacías.

- Solté la sopa ¿verdad? -luego de eso, suspiró con todo su ser-

- Sep, así que más vale que me cuentes todo, y no sueltes ni un detalle jugoso. Además, no te preocupes, la verdad sentí que algo así podría pasar

Luna se sorprendió de escuchar que su hermana no la veía como una enferma. Aquello causó una sonrisa en su rostro, y en lo que comenzaba a contarle todo, se preparaba para pedirle el consejo que comenzó la llamada.