Se cumplía la primera semana en Miami, nuestro par de hermanos disfrutaban de todo lo que el lugar ofrecía para ellos, desde manjares, surf, buceo, moda, etc. Claro, las fiestas nocturnas era algo que no se podía negar, y la verdad era que anoche estuvieron en una fiesta que los dejó hasta la madre. Tanto Luna como Lincoln llevaban lentes oscuros, habían tomado un vaso de agua con una pasta contra el dolor de cabeza, y unas orejeras por si escuchaban ruidos fuertes en la calle.

- Maldición, creo que no debimos salir del hotel -Dijo Lincoln, maldiciéndose así mismo por creer que caminar por la ciudad ayudaría a calmar su malestar de anoche. -

- Te acostumbrarás, Copito de nieve, aunque la verdad ni yo pude con esa fiesta de anoche, Siento que estos sujetos llevan la diversión al siguiente nivel -Reía Luna, pero hasta ella misma le causaba dolor su propia risa, o hasta su propia voz-

Luego de un adolorido viaje por la ciudad hasta encontrar un buen restaurante para almorzar, ambos decidieron pasar el resto de la tarde en el apartamento, y de ser necesario hasta dormirían temprano. Lincoln dormía profundo, mientras que Luna solo durmió un par de horas, y se encontraba viendo la caída del sol, y la llegada de la noche. Estaba segura de confiar en las palabras de su hermana Luan, pero más que todo era confiar en sí misma.
Lincoln despertó al sentir cosquillas por todo su cuerpo.

- Qué de... ha ha ha. Basta, por favor -No podía parar de retorcerse por las cosquillas-

- Vamos, dormilón, no creas que te dejaré dormir sin cenar. Ven, ya pedí a domicilio -dijo Luna, tratando de tomar autoridad para que Lincoln no se vuelva a dormir-

- Ok zzzzz ....Mami..... solo deja me baño ...zzzz

Lincoln se despertó del trance luego de lo que dijo, cosa que Luna no evitó las ganas de reír a carcajadas mientras nuestro pobre conejo estaba rojo de la vergüenza.
La comida a domicilio llegó, y tras darse todo un banquete entre los dos, y tener una videollamada con la familia como hacían cada noche, ambos estaban listos para dormir.

A menos ..........

- Oye, Linky ¿podrías venir un momento? Creo que todavía me duele la cabeza.

Lincoln tomó unas pastillas que tenían en un cajón en su mesita de noche, pero en cuanto se acercó, ella lo tomó en sus brazos para besarlo con deseos.

- ¡!Lu- L- Luna ¡! -Decía todo tartamudo, y rojo como un tomate-

- Shhhhhhhhhh... Divirtámonos esta noche ¿quieres? A fin de cuentas, estamos totalmente solos por todo un mes

Los besos de Luna comenzaban a bajar el miedo en Lincoln, pero a fin de cuentas recordó que ya eran una pareja, por lo cual esto tarde o temprano iba a suceder. Poco a poco comenzaban a ceder ante sus impulsos, por lo cual comenzaron a quitarse la ropa, y prepararse para el siguiente paso en su relación.

A la mañana siguiente, Ambos estaban abrazados uno al otro, totalmente desnudos, exhaustos, pero sobre todo felices. Luna había despertado primero, cosa que al ver a Lincoln le dio un beso en su frente.

- Fue sin duda una noche inolvidable. Joder, espero no volverme adicta a ello. Esto sin duda nadie más lo sabrá

Pero lo que Luna no sabía, era que esto podría tener consecuencias, sobre todo si no se usaba protección al hacerlo.