consejo del abuelo

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Visitar un asilo para ancianos puede no ser una experiencia muy agradable para muchos, sobre todo para niños pequeños, pero cuando te acostumbras puede ser tan agradable como ir de visita a un hotel. Bueno, la familia Loud iba de visita para ir con Albert, el padre de Rita, y de vez en cuando fue uno de los pocos niñeros que sobrevivía de cuidar a los primeros niños Loud, o ya con los más recientes. Para cuando llegaron a la habitación, su abuelo los estaba esperando con los brazos abiertos.

- Vengan acá, mis pequeños marineros.

La emoción no se hizo esperar, cosa que, empezando desde la pequeña Lily de 3 años, hasta Lucy, quien llevaba 10 años de edad, fue como una avalancha de abrazos. Ya con las pequeñas fuera del panorama, Lincoln abrazó con cuidado, pero con mucho cariño a su abuelo. Después de todo eran quienes tenían mucho en común, y no era por tener el pelo blanco, ha ha. Ya de ahí con las hermanas mayores era un saludo gentil, aunque Lynn casi taclea al pobre lobo de mar.

- Vaya, parece que alguien quiere tomar el puesto de capitán de este viejo lobo de mar –Dijo Albert al notar todo ese entusiasmo que caracterizaba a su nieta Lynn junior, quien tenía 15 años de edad-

- Perdona, abuelo, pero es que a veces me es difícil medir mi fuerza por lo increíble que soy –dijo mientras hacía poses, algo así como una físico culturista-

- Niñas, niñas, dejen descansar un poco a su abuelo. No tiene tanta fuerza como en sus años dorados –decía Rita para calmar a sus niñas, y que le dieran espacio al abuelo-

- ¿Bromeas, calabacita? Tengo bastante fuerza como cuando me uní a los Marines. Ufffff, parece como si apenas fue ayer cuando conocí a tu madre en aquella isla del Caribe, bailando el Ula ula, tomando una bebida tropical, y nos fuimos directo al hotel para /

Pero antes de terminar la oración, Rita le dio una cucharada de pudin que había traído para Lily, pero sentía que esto era mucho más importante.

- Oh, papá, pero qué historias tan maravillosas dices, pero creo que los niños les gustaría... no sé, dar una caminata, o jugar Voleibol contigo -Albert captó el mensaje, ya que después de todo había niños en el lugar. -

- Ohhhhh. Cierto, cierto. Bueno, niños ¿Quién quiere hacer equipo conmigo? Podemos invitar a mi amigo Simur para estar iguales en ambos equipos.

Dicho eso, todos se llenaron de emoción, por lo cual corrieron a desempacar algunas cosas de la camioneta, y algunos trajes de baño para luego usar la piscina. Aunque claro, uno se quedó un poco más.

- Abuelo ¿puedo pedirte un consejo? -Dijo Lincoln, aprovechando del momento solo para hacer una pregunta que necesitaba del consejo de un adulto mayor-

- Lo que necesites, campeón. Sabes que puedes contar con tu viejo para lo que sea.

Y con ello, Lincoln le hizo una pregunta que lo ha dejado con dudas por un buen tiempo. Albert supo que era algo serio, pues ya había pasado por algo así cuando era joven. Sin duda era como ver su reflejo, uno de hace muchos, muchos años.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro