HANNAH

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Antes de la fiesta

-Entonces, ¿Has usado mi nombre?-Pregunté alterada.

-Sí, pero era para cosas importantes, por favor ¡Venga, no te enfades!- Matt hizo un ademán de acercarse a mí y di un paso atrás.- Hannah, por favor.

-¿Para qué era?- Mi pregunta quedó en el aire así que volví a insistir.- Dime Matt, si era para algo importante, ¿Para qué le pediste dinero a la empresa que era tan caro que firmaste con mi nombre?

-Venga, Hannah, sabes que no te lo puedo decir.- Dijo tratando de acercarse otra vez.

-¡ME ACABAN DE OFRECER SER LA JEFA EJECUTIVA DE LANCASTER, MATT!¡SI SE ENTERAN DE QUE COJO PRESTADO DINERO PARA ASUNTOS PERSONALES ME PUEDEN HECHAR!- Cada vez estaba más alterada, y la falta de respuestas lo empeoraba todo.

-Pero sabes que a mi no me lo hubieran dado, yo solo soy uno más entre los cincuenta fracasados que trabajan en la editorial.

-¿Era para un coche?- Pregunté ahora acercándome yo, más seria que nunca.

Volvió a invadirnos el silencio.

-MATT, ¿ERA PARA UN PUTO COCHE?

No hubo respuesta.

Me giré para darle la espalda, cogí mi bolso y me dirigí a la puerta.

-Por favor Hannah, ¿A dónde vas?- Gritó desde la cocina.

-Aunque creas que eres el centro del mundo, tengo una fiesta de jubilación a la que acudir.- Respondí mientras cerraba de un portazo.

Y era verdad, aquella tarde tenía un evento, organizado por el Sr. James- El cual se enfadaría si se enterara que le he vuelto a llamar señor.- en honor a su jubilación. Esta misma mañana me había hecho subir a su despacho para  invitarme, y darme la noticia de que yo ocuparía su puesto en un par de meses.

Mi puesto actual no estaba mal, tenía un buen apartamento en una calle adinerada y me podía permitir bastantes caprichos, pero joder, siendo la jefa podría comprar la calle entera. Había logrado todo lo que me propuse desde que me mudé a Nueva York. Y tan justo que era. Desde que llegué me había dedicado por completo a la empresa día y noche, para poder conseguir algo así, y la alegría de aquel logro no me la podía quitar nadie, ni siquiera Matt en aquel momento. 

Me acerqué al edificio, y seguí las indicaciones de James, fui al ascensor y marqué la quinta planta. Cuando las puertas de este se abrieron, pude observar la sala con detenimiento. Estaba irreconocible. El aburrido despacho se había convertido en una enorme sala, con luces por todos lados, y estaba a rebosar de invitados. Habían retirado los escritorios y en su lugar había mesas con bandejas de comida y bebida, y habían despejado una zona en la que la gente bailaba animada.

Anduve un buen rato en busca de algún rostro conocido, pero no tuve mucha suerte. Al parecer era de las pocas empleadas que habían sido invitadas. Rendida, tomé una copa y me senté en un sillón fucsia que había en la terraza con unas estupendas vistas a la ciudad. Orgullosa de mi gran logró, brindé por mí misma, y me llevé la copa a los labios, cuando mi móvil empezó a vibrar molestamente en mi bolso. Lo saqué rezando para que mi intuición se estuviera equivocando, pero efectivamente, era Matt. Colgué y aproveché para ver los mensajes nuevos. Todos eran suyos. De repente, volví a estar de mal humor. Me sentía utilizada por la única persona a la que conocía de la ciudad. Por el tío con el que llevaba saliendo nueve meses. Y la incertidumbre de no saber si había cometido un error, o me había estado utilizando todo este tiempo, me frustraba aún más. Cansada de darle tantas vueltas al asunto, me acerqué a la barra y pedí lo que más alcohol tuviese. No solía beber, pero hacerlo por una vez no me mataría.

━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━

Por suerte para mí, cuando llegué al piso, Matt ya se había dormido, y cuando me levanté a la mañana siguiente, ya se había ido a trabajar, así que pude estar toda la mañana tranquila. 

fue una mañana corriente, estuve en el trabajo con mi café, revisando algunos archivos, y contestando llamadas de otras empresas.
Cuando mi jornada acabó, bajé a la cafetería a por algo de beber, y mientras la máquina expendedora soltaba mi Coca-Cola, me llegó un mensaje de Matt:

"Buenos días, perdona por ponerme tan pesado anoche, esta tarde hablaremos"

Al menos lo admitía, y eso me hacía las cosas más fáciles.El Matt posesivo e insistente que conocí anoche, no me gustó para nada, peri seguro que todo tendría una buena explicación, no quería darle mas vueltas porque probablemente terminaría perdonándole, no iba a acabar nuestra relación por un error así, ni que me hubiera puesto los cuernos.

Entonces caí

Mierda

Solo era un beso, eh

Cállate.

No le había contado a Matt lo que pasó en la fiesta. Besé a un completo desconocido mientras estaba borracha. Me daba miedo como pudiera reaccionar, pero sabía que tendría que contárselo, así que decidí que se lo contaría esta tarde.
Cogí mi Coca-Cola de la máquina expendedora y me dirigí a mi despacho. Todavía me quedaban dos horas más de trabajo.

-Hannah, ¿Estás lista?-Preguntó James desde  la puerta de mi despacho. Ese día iba a conocer a su familia, y me había sugerido que fuéramos juntos, ya que los dos acabamos de trabajar a la misma hora.

-Si, solo dame un segundo.

Salimos los dos del edificio, y nos dirigimos a su ático. Matt y yo teníamos un apartamento humilde, así que siempre me pregunté como eran los apartamentos de la gente con tanto dinero.
En piso en sí ya superó mis expectativas, bastante. Estaba colocado en una calle llena de tiendas y restaurantes, pero no era una zona demasiado turística, y tendría por lo menos 80 plantas, e íbamos a subir a la más alta.
Cuando el ascensor paró, ví que solamente había dos puertas en aquella planta, así que si que tendrían que ser grandes los apartamentos.
James se me adelantó y se acercó a la primera puerta que teníamos enfrente, sacó sus llaves y entramos.
Me detuve a contemplar el piso por dentro. Era enorme, y amplio. Tenía extrañamente pocos muebles, pero tampoco daba la sensación de que hicieran falta más. El suelo era en su mayoría se marmol, y las paredes eran blancas. Pero no lo mejor no era el piso, sino las vistas que proporcionaban. Había una enorme ventana al lado de la mesa del comedor con unas increíbles vistas a media ciudad.

Mierda, por qué cojones me mudaría a casa de un novio pobre.

-Aqui estamos, por favor siéntete como en casa.

- Tiene un piso muy bonito- admití mientras seguía admirando las vistas.

Entonces la mujer joven a la que vi junto a él anoche apareció por el marco de una puerta.

-¿Ya conoces a mi esposa?- Dijo James mientras se acercaba y besaba a su mujer a modo de saludo.

- Hola cariño, he oído cosas muy buenas de tí, me llamo Olivia.- Dijo dándome dos besos. Y añadió - Cuando seas la jefa, seguramente trabajaremos juntas, yo me encargo de realizar las sesiones fotográficas.

-Bueno, eso si se vuelve la jefa.- Emily apareció de repente y me sonrió - Hola Hannah.

-Hola

Le devolví la sonrisa confusa, y confusa me giré hacia el señor James.

-¿No era oficial que yo ocuparía su puesto?

- Sí, pero ayer mi hermano decidió que si quería heredar la empresa, así que está por ver quién de los dos se la llevará.- Me volví a girar hacia Emily, que respondía a mi pregunta mientas se llevaba un bollo de pan a la boca.

-¿Tienes un hermano? No me...

- ¡Hola familia!- me interrumpió una voz familiar que entraba por la puerta.

Me giré y quedé atónita.

No puede ser.

- Tyler, esta es Hannah. - Le dijo Olivia a su hijo mientras los dos me miraban-No sé si alguien os presentó ayer en la fiesta.

- Qué va, no he tenido el gusto.-Dijo sonriendo con normalidad antes de acercarse y darme dos besos.

Las distintas personalidades que podía desarrollar este tio me iban a acabar volviendo loca.


-¿Te alegras de verme, Holmes? - Susurró a mi oido tras darme el segundo beso para que nadie más nos escuchara.
Y como si nada, se largó a la cocina a ayudar a su padre.

Será falso

No le aguantaba, y eso parecía hacerle gracia a él. Además, ¿Qué era todo eso de que ahora quería heredar la empresa? Tenía bastante claro por nuestra conversación de ayer, que Tyler preferiría suicidarse antes que trabajar en aquella empresa, y ahora estaba intentando robarme el puesto. ¿Acaso el muy cabron lo estaba haciendo a propósito?  Por ahora continuaría siendo una incógnita, pero de todos modos no le quería dar muchas vueltas. Aunque Tyler llevara el nombre Lancaster de nacimiento, yo llevaba trabajando más, y por lo lógico, tendría más experiencia, así que no me sería una gran competencia.

El almuerzo no fue tan incómodo como pensaba, la mayoría del tiempo estuve hablando con James y Olivia, y a penas me acordé de Tyler, a pesar de que se sentaba enfrente mía, tampoco es que aportara mucho a la conversación. Se le veía casi enfadado por vernos hablar a mi y a su familia.

- Entonces, he decidido que estos dos meses, los dos trabajéis juntos, y así podré ver cuál de los dos es el más indicado para este puesto.- Comentaba James mientras nos servían el postre.

-Entiendo.- asentí.

Me quería morir por dentro

¿Dos meses aguantando al egocéntrico de Tyler? La verdad, dudaba que pudiera aguantar dos horas sin tener el impulso de querer tirarle por la ventana pero bueno, habría que intentarlo.

- Perdona, me puede decir alguien donde está el baño.- Pregunté tímidamente.

-Claro cielo, Tyler, acompañale, hazme el favor.- respondió Olivia.

- Claro mamá.

Acto seguido se levantó e hizo un gesto para que le siguiera por el pasillo.

Hombre que no se pasaba de encantador con sus padres delante

Estaba a punto de abrir la puerta del baño, cuando colocó su brazo en medio, frenandome.

- ¿Qué tal con tu novio? - sonrió perversamemte.

- Mira, no sé que pretendes reclamando de repente la empresa que ayer me dejaste claro que odiabas, pero que sepas que no te va a funcionar.

- ¿Yo?- dijo colocándose una mano en el pecho, haciéndose la víctima.- No va con malas intenciones, simplemente reclamo lo que es mío.

- Seguro.- Dije irónicamente poniéndo los ojos en blanco.

-Y no estés tan segura con lo otro, Hannah Montana,- Dijo mientras se acercaba a mí, recordándome a la situación parecida de ayer - quiera o no, yo nací para ese puesto.

Y ahí me encontraba otra vez con sus ojos azules.

A qué esperas Hannah, bésale

Vete a la mierda, vocecilla.

- ¿Algún día me llamarás por mi nombre?

- Mmmmm... - fingió que dedicaba unos segundos a pensar y añadió- Me da que no.

Y sin añadir nada más, se giró y volvió al comedor con los demás.

Y ahí me quedé yo, pasmada. Enfadada por dentro porque odiaba a ese chico y todo lo que tuviera que ver con él, y frustrada porque sería mentir negar que me atraía mucho físicamente.

Volví por el pasillo por el que me había traído Tyler, y me sorprendió verlos a todos hablando juntos.

-¡Hannah! ¿Por qué no nos habíais dicho que Tyler y tú os conocisteis anoche?- preguntó James cuando me vio llegar.

Detrás suya podía ver a quién sería mi próxima víctima, Tyler Lancaster, que a saber que les había contado a costa de manchar mi nombre.

- Eso Hannah, ¿Se te había olvidado?- me miró vacilante.

- Yo... Bebí bastante anoche, no recuerdo haber hablado con su hijo.- traté de sonar segura mientras evitaba mirar a Tyler, que podía delatarme con una mirada.

- Oh, no pasa nada, de todos modos, muchas gracias por lo que hiciste.- Dijo Olivia.

Entonces me rayé. ¿De qué estaba hablando?

- Perdona, ¿Qué pasó anoche?

- ¿No te acuerdas, Hanny? Me caí borracho al suelo y tu me ayudaste a levantarme.- Me respondió Tyler.

No acababa de entender lo que estaba pasando, ni con qué intención lo había hecho, pero me preocupé por reaccionar rápido antes de quedar embobada.

- Oh, si. Es verdad.- me giré hacia Olivia- No es nada, su hijo es todo un caballero. - enfaticé bastante en la palabra caballero a posta y para después girarme hacia Tyler y pasar un brazo por su cintura.- Ahora me acuerdo mejor, cantamos juntos Taylor Swift en la terraza, ¿verdad, Tay Tay?- me giré hacia él sonriendo.

- Espera, ¿has conseguido que cante Taylor Swift?- Me preguntó Emily sorprendida.

- Anoche bebí demasiado, claramente no lo hubiera hecho por gusto.- Se justificó Tyler

- Ya somos dos.- Le volví a dedicar mi sonrisa más falsa para acabar alejándome.- Olivia, puedo ayudarte a recoger la mesa si quieres.

Y me fui victoriosa cruzando una última mirada con Tyler antes de salir de la habitación.

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