HANNAH

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Cuando llegué al piso, Matt estaba preparando la cena. Había hecho pasta.

Este hombre sabía como sobornarme

Apenas hablamos, le ayudé a montar la mesa, y nos sentamos los dos. Un silencio tremendamente incómodo nos invadió durante gran parte de la cena. Él estaba tenso, esperado a que yo dijera la primera palabra, pero yo estaba en blanco. Ya no era por el dinero que le había pedido a la empresa, sino porque nos sabía cómo iba a tomarse que besara a Tyler en la fiesta.

- Hannah... No podemos evitar este asunto para siempre...- Empezó.

-Tranquilo, no pasa nada.

-¿Enserio?

Y tanto, ahora prepárate para lo que te va a decir, chaval.

-Sí.-Asentí sonriéndole a mi novio.

-Vale, genial. En ese caso, quería decirte una cosa.

-Si, yo también.

- Pues ve tú primero.

Tomé varias bocanadas de aire, pero no parecía ayudarme mucho. Me armé de valor.

- Ayer en la fiesta... Esto... Te va a hacer gracia. Yo estaba muy muy borracha, y enfadada contigo así que...

Me quedé en silencio. No podía. Simplemente no podía.

-¿Qué hiciste, Hannah?- Dijo Matt con una expresión entre preocupada y enfadada.

- Besé a un desconocido.- Solté rápidamente mientras miraba mi plato, avergonzada.

Entonces Matt se quedó en silencio. Fue mucho más largo de lo que me hubiera gustado, hasta que finalmente abrió la boca.

-Por favor, vete.

- ¿Qué?- pregunté confusa.

- Pues eso, que te vayas de mi piso.

- venga Matt, son las once de la noche, ¿Dónde voy a encontrar sitio a estas horas?

-No es mi problema.

Lo decía todo tan tranquilamente, que me estaba empezando a  asustar. Al ver que no me había movido de mi sitio, repitió.

-Vete.

- Matt no podemos....

-¡HE DICHO QUE TE VAYAS DE MI PISO! Y NO ES MI PROBLEMA QUE NO SEPAS DÓNDE PASAR LA NOCHE, HABERLO PENSADO MEJOR CUANDO ANOCHE TIRASTE NUESTRA RELACIÓN POR LA BORDA POR UNA SIMPLE DISCUSIÓN.

-LO SIENTO, PERO SI AYER ESTABA ENFADADA ERA PORQUE TÚ ME HABÍAS UTILIZADO PARA COMPRARTE UN MALDITO CO...

- No era un coche-Me interrumpió.

-¿De qué estás...?

- Era un anillo de compromiso. -me interrumpió-¿Contenta?

Entonces vi como se sacaba lentamente una cajita del bolsillo de su chaqueta, que llevaba grabada la palabra Cartier en oro.

Si antes no podía hablar, ahora sí que me había quedado sin palabras.

-¿Eso era lo que me querías...?

-Vete de mi piso, por favor.- Cuando vio que me dirigía a nuestro cuarto, añadió.- Mañana por la mañana puedes venir a recoger las cosas, ahora mismo no quiero verte más.- Se notaba que se le había apagado la voz, me hablaba tristemente, casi en forma de súplica.

Agaché la cabeza, y cogí mi abrigo antes de salir por la puerta, silenciosamente.

¿Matt me iba a pedir matrimonio? Mierda, la había cagado hasta el fondo. Y aún más importante, ¿Qué le hubiera dicho? Nuestra relación era sana, y los dos nos sentíamos atraídos el uno del otro, pero nunca me había parado a pensar si estaba enamorada de Matt. Yo siempre había pensado que si, pero, ¿El hecho de que no me quisiera casar con él significaría lo contrario? Ya habría tiempo para responder a esa duda, entre otra de las miles que había en mi cabeza mientras el ascensor bajaba. Este momento se me estaba haciendo eterno, entonces, una pregunta mas importante que las demás apareció.

¿Dónde iba a pasar la noche?

Al fin y al cabo, no tenía amigos allí. Desde que me mudé, solo había conocido a Matt, y en el trabajo me había exprimido tanto que apenas me había preocupado por conocer a las chicas que trabajaban conmigo, lamenté no haberme acercado a ellas en ningún momento porque allí estaba. Parada en medio de las calles de Nueva York, y sin rumbo.

Entonces caí. Había otra persona, con la que había pasado bastante tiempo, incluso más que con Matt, y que seguramente encantada me dejaría pasar la noche en su casa. Consciente de lo que eso supondría, marqué el número del señor James en mi teléfono, y esperé a que contestara.

━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━



Llevaba ya un par de minutos parada frente a la puerta ¿Por qué no llamaba de una vez? Sabía que el señor y la señora Lancaster habían salido a comer con Emily y su familia, por lo que solo Tyler estaba en la casa en ese momento. Me dolían las piernas y estaba muerta de frío, as'que me tragué mi orgullo y llamé.

No pasó ni un segundo desde que pulsé el timbre, que la puerta se abrió.

- Menos mal que has llamado, pensaba que te quedarías toda la noche en el porche.- Dijo Tyler riéndose.

-Ahora mismo preferiría eso a estar aquí contigo.- Le respondí malhumorada.

-Cuidado con tus palabras, Hannah Montana, que cuando te des cuenta estás de nuevo en la calle.- Me amenazó mientras cerraba la puerta a mi paso.

-Lo que tu digas, Tay-Tay.- Puse los ojos en blanco.

- Ya podrías haber pensado un nombre mejor. Tay Tay es de Taylor, no de Tyler.

-Ya, pero como te gusta tanto Taylor Swift.-Ahora fue él el que me dedicó una mueca de asco mientras yo le sonreía angelicalmente.

-¿Y por qué no puedes pasar la noche en tu casa?- Cambió de tema.

-Matt y yo hemos discutido.- al ver su mirada de desconcierto, añadí.-Mi novio.

-Ah si, verdad. A veces se me olvida que tienes novio, ¿Sabes? Por lo de ir besando a extraños en fiestas...- Hizo una pausa- Espera, no me digas que ha sido por eso.- Empezó a reírse.

¿Qué le hacia gracia de esta conversación? ¿Le divertía haber tenido algo que ver con mi pelea con Matt? Este tío era despreciable, ya podía tener un poco más de empatía.

- Mira, lo del otro día no debería de haber pasado. Yo estaba enfadada con Matt, y por eso lo hice.

-Ya, y ahora es él el enfadado contigo.- Dijo sonriendo mientras abría la nevera- ¿Has cenado?- Asentí- Pues más para mí.- Cogió un plato con dos porciones de pizza y lo metió en el microondas. 

-Y dime...- Empezó a decir mientras se sentaba en un banquillo junto a la encimera y yo hacía lo mismo- ¿Valió la pena?

-¿Qué?

-Que si valió la pena nuestro beso.- Le dediqué una cara de asco- venga, al menos dime ¿Beso mejor que tu querido Matt?

Tyler parecía estar disfrutando al máximo de esta conversación, y eso me sacaba de quicio.

- Cállate ya de una vez.

- Venga, pero ¿No te parece un poco excesivo lo de tu novio? Es decir, haberte mandado al sofá, no echarte de casa. Que ahora soy yo el que tiene que aguantarte...

- Deja de decir gilipolleces. La discusión ha sido peor de lo que imaginas.- Interrumpí

-¿Y como ha sido, si se puede saber?- Se inclinó hacia mí, mostrando más interés en el tema que antes.

-Matt... Estaba a punto de pedirme que nos casáramos, cuando le conté lo que pasó la otra noche.

- Vaya putada.- De repente la expresión de Tyler había cambiado a una más seria y comprensiva.

- Ya.

Pensé que  nos íbamos a quedar en silencio para siempre, hasta que de repente, Tyler empezó a reírse sin parar.

-¿pero qué pasa contigo?- Le miré enfadada.

- Lo siento esque- Volvió a reír sonoramente- Piénsalo, estaba a punto de pedirte matrimonio, y tú vas y le dices que has besado a otro.

Y más risas.

-No le veo la gracia.

- Tú nunca le ves la gracia a nada. A lo que quiero llegar es,- dejó de reír para girarse hacia mi- ¿No es muy pronto para que os caséis? A ver que no sé cuanto tiempo lleváis saliendo, ni cómo os va, pero por lo que he...

-Sí, lo es.- Dije estallando. Necesitaba desahogarme, y si tenía que ser con el creído de Tyler, pues así sería.- En parte me alegro de que no me lo llegara a pedir, porque no hubiera sabido qué responder.

- Tremendas calabazas se hubiera llevado el pequeño Matty.

- Oh, cállate de una vez.

- A mi no me mandes a callar, que te he abierto las puertas de mi cama.

-¿Qué?- Noté como la sangre me empezaba a subir a la cabeza y me ponía roja.

-Sí, en el cuarto de invitados están el novio de Emily y su hijo, así que a mí me toca dormir en el sofá y tú has tenido la suerte de quedarte con mi cama. Pero si me dejas, me encantaría compartir la custodia...- Sonrió perversamente.

-Pues no. Me da que vas a tener que dormir en el sofá.

-Un gracias estaría bien, ¿No te parece?- Se levantó del taburete y me hizo una seña para que le siguiera.- Aunque también me lo puedes agradecer de otra manera...- Se paró de repente y se giró hacia mi. Mis lentos reflejos no me dejaron frenar demasiado rápido, así que para cuando me di cuenta, le tenía muy cerca. Bastante.

respiré hondo y le miré, pero Tyler solo me miraba los labios. Entonces me fijé en los suyos.

Vale, Tyler besaba muy bien.

Si, pero era un capullo

Enterré esos pensamientos lo más rápido posible y le empujé hacia atrás con mi mano,  alejándolo de mí.

-Gracias- Le dije con pocas ganas.

Su cuarto era como el cuarto de cualquier tio de veintitantos años. Paredes negras con un par de posters de coches, un escritorio y una cama. Pero hubo algo que me llamó la atención.

-¿Tocas el piano?-Le pregunté mientras tocaba algunas teclas del enorme piano que ocupaba gran parte de la habitación.

-Tocaba, hace dos años que dejé las clases.- Había vuelto a ponerse serio, y hablaba con una voz apagada. Decidí no insistirle más en el tema, y nos quedamos en silencio. Así era mejor, porque cada vez que uno abría la boca, discutíamos.

Yo me senté en su cama, mientras él rebuscaba en sus cajones.

-No me quedan sudaderas limpias, te vas a tener que aguantar con esta.- Dijo mientras se quitaba la suya.

Por un milisegundo, pude ver como se le levantaba la camiseta del pijama y me daba unas perfectas vistas a todo su torso.

Madre del amor hermoso

-¿Disfrutando de las vistas?- Se puso la camiseta bien mientras se giraba hacia mi. Otra vez tenía esa estúpida mirada perversa mientras curvaba sus labios en una sonrisa.

-Tampoco es que haya mucho que ver.- Me puse la sudadera, rompiendo el contacto visual para que no notara como me volvía un tomate.
Y joder, la sudadera olía genial.

Tyler estaba a punto de salir del cuarto cuando dijo con una media sonrisa:

-Mañana tendré que desinfectar ESO.-  Me señaló a mí y a la cama, haciendo una mueca de asco.

- Creo que para ti será más fácil tirarlo todo a la basura y comprarlo de nuevo.- Reí ante su expresión.

- Debería de tirarte a ti también a la basura

- ¿Te da miedo que sea demasiada competencia para ti frente a tu padre?

- Lo que tú digas,- Puso los ojos en blanco- buenas noches, Hannah Montana.

- Buenas noches Tay-Tay.

- Sabes que no lo serán porque hay una ocupa en mi cama.- Dijo de mala gana. Acto seguido cerró la puerta y se fue.

Y ahí estaba yo. Durmiendo en  las sábanas de Tyler, pensando en Matt y su estúpido anillo de compromiso. Yo no me quería casar todavía. Ni con él, ni con nadie. Matt era el chico que más me había gustado, pero llevar las cosas al siguiente nivel, sinceramente me aterraba.

Y para empeorar las cosas, no me podía sacar de la cabeza ese maldito beso con Tyler. ¿Por qué no podía ser más feo?

Esto de estar durmiendo en su cuarto me está afectando.

Bueno, las últimas conversaciones que habíamos tenido no habían estado tan mal y, se había portado relativamente bien conmigo, sabiendo que no tenía a donde ir, es decir, podría no haberme abierto la puerta...

A saber a cuántas tías habrá traído a esta cama con la excusa de "ni que nos vayamos a casar". 

Entonces recordé el tono con el que me habló la primera vez, y volví a cambiar de opinión. Ese chico era un malcriado, se veía reflejado en él.

Y en esos abdominales...

Creo que me debería de dormir ya, ¿No?



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