Capítulo 1

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JiMin cerró la puerta de la habitación del último paciente que le quedaba por el momento, por fin podía tomarse un par de minutos libres.

Era tonto, porque se supone que sólo había ido a presentar su renuncia, pero se encontró con que ese día estaban sumamente cortos de personal y el director del hospital le pidió que por favor lo cubriera.

JiMin no fue capaz de negarse, a pesar de que él en realidad ni siquiera tenía su uniforme, pues había dejado todo en casa (incluso su cartera, porque por despistado la había olvidado), solo cargaba algunos billetes en efectivo en el bolsillo de su pantalón y su celular.

Llamó a JungKook para avisarle su situación y este no se mostró satisfecho, más simplemente asintió y le preguntó si necesitaba que fuera por él a la mañana siguiente.

JiMin le había dicho que si estaba demasiado agotado, le llamaría, sino simplemente tomaría el transporte público.

Compró una soda en la máquina expendedora y se encaminó hasta la pequeña área verde que había cerca del estacionamiento, allí donde solía ir siempre. Tomó asiento en el pequeño banco y abrió su bebida para tomar un trago.

En realidad la jornada estaba siendo tranquila, en especial porque hasta el momento había tenido la suerte de no toparse con SikHyun, aunque esto tal vez se debía a que le había estado evitando como a la peste.

A JiMin le dolía saber que dejaría atrás todo aquello que le recordaba a sus queridos y difuntos padres, su corazón se había negado durante años a soltarlo, incluso aún no está satisfecho por hacerlo. Sin embargo, si algo bueno saldría de eso, es que ya no tendría que vivir el constante acoso de Cho.

El tipo al parecer no entendía la palabra no, puesto que desde que se le declaró y JiMin le había dicho amablemente que no estaba interesado, éste no había dejado de insistir. Acorralándolo por los pasillos del hospital, tocándolo sin su consentimiento, queriendo besarlo a la fuerza, hablándole con palabras para nada decorosas.

JiMin estaba sinceramente harto y de haber sabido que lograría algo con denunciarlo, hacía tiempo que lo hubiera hecho, más Cho SikHyun y su familia eran cercanos al Alfa líder, Dong SeoHyuk, por lo que el imbécil era prácticamente intocable en aquella manada.

SeoHyuk es el hombre más retorcido, avaricioso y repulsivo con el que JiMin pensaba que se toparía nunca, otra razón por la que se alegraba hasta cierta medida el irse de aquel lugar. Escapar del abuso de Dong, sería nada más que un suspiro de alivio para la vida de JungKook y él.

—Tal vez por fin podremos avanzar —murmuró para sí mismo—. Podré terminar mi carrera y JungKook podrá tener la oportunidad de conseguir un trabajo en su profesión.

Esperaba que así fuera, le pedía a la diosa Luna que lo permitiera.

Sacó su celular del bolsillo de su pantalón y comenzó a revisar algunas de sus redes sociales, esas en las que en realidad no tenía ni siquiera una foto suya, como persona al menos, porque su foto de perfil era una que JungKook le había tomado en su forma animal.

Sus minutos de descanso acabaron al igual que su bebida en lo que se entretuvo en éste, por lo que guardando el aparato nuevamente en su bolsillo, se acercó a uno de los botes de basura cercanos para desechar la lata.

Lo que nunca se esperó, fue que sería asaltado desde atrás. Una mano cubriendo su boca y otra rodeando su cintura, comenzando a arrastraron a algún lugar.

El pánico le invadió de inmediato; se removió y pataleó intentando sacárselo por todos los medios, sin embargo, aquella persona era mucho más fuerte que él. Terminó siendo arrastrado a una esquina poco visible cercana al lugar donde antes estuvo y presionado contra la pared.

—Por favor, por favor, no me haga daño, le juro que no tengo nada —JiMin gimió asustado—. Solo cargo mi celular en el bolsillo del pantalón, puede tomarlo, pero no me haga nada, por favor.

—No quiero tú celular, JiMinnie —susurraron contra su oído. El cuerpo de JiMin se volvió casi imposiblemente más rígido al reconocer la voz.

—S-SikHyun —tartamudeó.

—El mismo.

—Y-Yo... ¿Por qué estás haciendo esto? ¡¿Qué planeas?! —Gritó alarmado cuando sintió una mano apretando su trasero—. ¡Suéltame! ¡¿Qué crees que haces?!

El Alfa tomó un puñado de su cabello y tiró de él, gruñendo amenazante a la vez que le ordenaba guardar silencio.

—¡No! ¡Quiero que me sueltes ahora mismo! ¡Y deja de tocarme! —Vociferó, ganándose que su cabeza fuera estrellada con fuerza contra la pared, volvió a gritar de dolor.

—Te dije que guardaras silencio. —Él le despegó de la pared empujándolo con tanta fuerza que JiMin cayó al piso—. ¿Creías que no iba a enterarme de que renunciaste? ¿Acaso intentas escapar de mí?

JiMin comenzó a arrastrarse hacia atrás a medida que este se acercaba, intentando ponerse de pie para escapar, más fue pateado con fuerza en la costilla, por lo que cayó al suelo de nueva cuenta retorciéndose de dolor.

SikHyun se agachó le agarró los brazos, pero JiMin no se dio por vencido, retorciéndose con más insistencia.

Quédate quieto —SikHyun ordenó con voz alfa y un gemido salió de entre sus labios.

JiMin obedeció, su omega encogido de miedo en lo más profundo de su mente y su cuerpo congelándose contra su voluntad. JiMin temblaba de miedo, pero también de rabia e impotencia, él no quería obedecer, quería luchar.

Las manos frías del alfa se metieron entre la camisa de su uniforme y JiMin se estremeció del asco.

—Me he cansado de esperar, JiMin. Te he estado dando tiempo hasta ahora, pero ya ha sido suficiente —este dijo—. ¿De verdad creíste que te dejaría escapar de mí? Eres mío JiMin, me perteneces y llegó la hora de finalmente demostrártelo.

Cuando las manos del alfa bajaron a sus pantalones e intentaron quitarlos, finalmente JiMin reaccionó. Él comenzó a luchar de nueva cuenta y de alguna forma logró arreglárselas para conectar su puño en la mandíbula del león.

Él rugió enfurecido y levantó el puño para devolverle el golpe. El dolor explotó en su pómulo y JiMin solo deseó que no se lo hubiera roto.

Por supuesto, él no se conformó con solo eso y continuó golpeándolo hasta que el rostro de JiMin estuvo cubierto de sangre casi en su totalidad y magullado hasta más no poder.

JiMin intentó protegerse sin mucho éxito, no obstante, a pesar del profundo dolor, él continuó luchando cuando SikHyun intentó desnudarle otra vez.

—Muy bien, JiMin, tú te lo has buscado —el alfa gruñó y seguido de ello, él cambió una de sus manos en una peluda pata llena de garras que utilizó para hacer jirones su ropa.

JiMin gritó de dolor cuando sintió como su carne se abría bajo las garras, el dolor explotando en su pecho y abdomen. Intentó cubrirse el lugar con sus manos y encogerse sobre sí mismo, mas SikHyun no estaba teniendo nada de eso, él le apartó las manos y llevó una de las propias a su cuello, donde apretó hasta que a JiMin se le hizo casi imposible el respirar.

—Última advertencia, JiMin —el alfa amenazó.

JiMin boqueó por aire, llevando sus manos hacia el brazo del alfa, donde arañó en un intento de liberarse. SikHyun se sacudió el agarre y alejó su mano de su cuello, aunque solo fue para llevarla hasta su boca y cubrirla.

— Haces cualquier mierda más y voy a obligarte a cambiar para que mi león pueda tener una agradable cena, ¿entendiste?

Las lágrimas se desbordaron por las esquinas de sus ojos, estaba aterrado y no sabía qué más hacer. Era resistirse y morir o dejar que SikHyun abusara de él.

JiMin sollozó cuando sus heridas fueron presionadas dolorosamente antes de que una de las manos de SikHyun alcanzara su miembro. El omega suplicó a la luna por ayuda, mirando desesperadamente alrededor, sintiendo unas profundas ganas de vomitar cada que la mano del alfa tiraba de su pene.

Justo cuando creyó que estaba perdido, sus ojos chocaron con la mirada horrorizada de JungKook. JiMin le miró en shock, de todas las cosas, lo último que había querido, es que JungKook le viera en una situación así.

JiMin vio el momento justo en el que el horror pasó a convertirse en rabia en el semblante de su hermano y luego JungKook estaba avanzando en su dirección, extendiendo una mano para agarrar un puñado del cabello de SikHyun y tirar hacia atrás.

Él se inclinó hasta que su boca quedó cerca del oído del león y movió los labios diciéndole alguna cosa que JiMin no llegó a escuchar, entonces JungKook levantó su mano y la llevó contra el cuello del león, había una navaja en ella, misma que se llenó de sangre cuando su hermano cortó el cuello del alfa león.

JiMin vio cómo la carne se separaba y la sangre se escurría rápidamente a gorgotenes. JiMin abrió la boca y gritó, despertándose de golpe.

Miró frenéticamente a su alrededor, su pecho subiendo y bajando rápidamente debido a su acelerada respiración. Poco a poco fue reconociendo las paredes de su habitación, su closet, su escritorio, su librero, el sillón a un lado.

—Estás a salvo, estás a salvo —se dijo a sí mismo, llevándose una mano al pecho y cerrando los ojos para tomar una profunda respiración, intentando calmarse—. Estás a salvo y SikHyun ya no puede hacerte daño, él está muerto, él nunca volverá.

JiMin sabía aquello y sin embargo, le tomó varios minutos el calmarse. Una vez se sintió mejor, bajó de su cama, poniéndose sus sandalias en el proceso, necesitaba tomar un poco de agua.

JiMin pasó por la habitación de su hermano y se detuvo solo unos segundos, no escuchaba nada salir de ella, por lo que supo que tanto este como su omega estaban durmiendo.

Finalmente fue a la cocina y se sirvió el agua, dejando el vaso en el fregadero una vez la tomó. Se encargaría de lavarlo al día siguiente.

Suspirando, JiMin se dirigió a su habitación, más se quedó parado en medio de la sala cuando pasó cerca de las puertas corredizas y vislumbró al león que descansaba en medio de su patio.

JiMin no estaba seguro de qué le impulsó a ello, pero antes de que fuera realmente consciente, él había abierto la puerta corrediza y salido a la fría noche.

El león levantó la cabeza y miró en su dirección, JiMin se congeló en su sitio, mas cuando el animal simplemente volvió a acomodarse al igual que antes y se le quedó mirando, JiMin siguió avanzando con cautela.

Se paró a unos pasos de él y le miró fijamente.

—¿Qué haces aquí otra vez, Min? Creí haberte dicho que no volvieras. —El león bufó en respuesta, no pareciendo preocupado de su reproche.

JiMin suspiró, ya había perdido la cuenta de las noches en que Min se la pasaba merodeando alrededor de cabaña en su forma de león. El alfa insistía en que JiMin le diera una oportunidad, pero JiMin simplemente no se sentía capaz de intentar nada con él, con nadie en realidad.

Era consciente de que había retrocedido lo poco que había logrado avanzar en esos meses y JiMin lo odiaba, porque no quería seguir siendo débil, no quería seguir aterrorizado de todo el que se le acercaba; estaba cansado de encogerse cada que alguien intentaba tocarle.

Las visitas con su psicóloga habían aumentado desde el ataque a la manada y ahora JiMin tenía que ir casi a diario, todo empeorando con el nuevo ataque de SikHyun y el descubrimiento de su destinado.

JiMin hubiera querido que las cosas fueran diferentes, haber podido estar con él y no era que en realidad muy en el fondo no lo deseara, porque tanto él como su conejo podían sentir el tirón de su alma gemela, pero estaban aterrorizados de él, no por quien era, sino por lo que era.

JiMin se sentó sobre el pasto guardando su distancia del gran animal, luchando con todas sus fuerzas contra el instinto que le gritaba que corriera lejos de él y se escondiera donde nunca pudiera encontrarle. Su conejo temblaba en su interior, deseando ir hasta su compañero y restregarse contra él, pero no atreviéndose, demasiado aterrado para ello.

Jadeó cuando el león tuvo la osadía de arrastrarse más cerca y colocar su enorme cabeza en sus piernas.

—¡¿Qué crees que haces?! —Chilló, perdiendo el aliento.

El animal le miró a los ojos por unos segundos y luego sacó su lengua y lamió su rostro. JiMin gimió, entre asustado y asquedo, empujando la cabeza del león lejos de él.

—¡No hagas eso! ¡Y quítate de encima! —JiMin trató de empujarle con sus temblorosas manos, definitivamente había sido una terrible idea salir a enfrentar al alfa, ¿en qué demonios estaba pensando cuando lo hizo? —Por favor, por favor, quiero irme.

Mas el león no estaba teniendo nada d eso, él sacudió la cabeza y su oscura melena se movió de un lado a otro, algunos de sus pelos golpeándole el rostro con el movimiento, luego se estregó contra su pecho y empujó su cabeza en su mano, casi como si le estuviera pidiendo que le acariciara.

—Por favor, Min, no me estoy sintiendo bien, quiero volver dentro. —La respuesta del alfa fue recostar la cabeza en su regazo y subir una de sus patas delantera sobre sus piernas, como si se estuviera asegurando de que JiMin no pudiera escapar.

El omega gimió y tragó ruidosamente, era obvio que YoonGi no le estaba dejando ir a ningún lado. Luchó por recuperar la calma, dando profundas y constantes respiraciones en un desesperado intento de empujar su pánico a un lado. Le tomó varios minutos hacerlo, YoonGi se mantuvo quieto encima de él en todo momento.

—Eres un i-imbécil, Min, sabes cuánto me afecta estar cerca de los de tu clase —reprochó, recibiendo un pequeño gruñido en respuesta—. Escucha, sé que tu deseas esto, sé que de alguna forma me quieres —un nuevo gruñido salió de entre los labios del animal, como si estuviera afirmando sus palabras—, bien, lo haces, me quieres, pero yo no me siento listo ni capaz de comenzar cualquier cosa con nadie. Sé que eres un buen tipo, TaeHyung nunca ha perdido una oportunidad para repetírmelo, pero tengo demasiadas cosas con las que tratar, demasiados demonios con los que luchar como para pensar en un compañero.

Mucho menos en un compañero "depredador".

—Es por eso que te estado evitando, es por eso que no he dejado de pedirte que te alejes, estoy seguro de que lastimaré si te quedas y no quiero hacerlo —sinceró—. Voy a lastimarnos a ambos, YoonGi. Lo haré si no soy capaz de enfrentar mi mierda antes de siquiera mirar en tu dirección. —JiMin se guardó para sí mismo el hecho de que pensaba que aun cuando lo resolviera, no se creía capaz de estar con él.

Por supuesto, el león no le respondió, solo se acurrucó aún más contra su cuerpo. JiMin soltó un pesado suspiro y dejó caer su mano en la espesa y suave melena del animal, comenzando a dejar caricias sobre esta casi sin ser consciente.

YoonGi ronroneó, por supuesto, no era nada parecido al ronroneo de un gato, pero JiMin sabía que era lo que estaba haciendo. Finalmente, decidió que podía darle eso, solo... regalarle ese momento.

YoonGi se transformó cuando sintió que el menor finalmente se quedaba dormido apoyado sobre él, moviendo tan rápido como pudo para atraparlo y no dejar que cayera al suelo. Increíblemente, este no se despertó.

YoonGi sabía lo cansado que en realidad debía estar, siendo consciente de las constantes pesadillas que le atormentaban casi cada noche e interrumpían su descanso. Lo alzó en brazos y sonrió cuando JiMin se acurrucó contra su pecho y hundió la nariz en su clavícula.

Su omega era hermoso, justo la clase de chico que a YoonGi le gustaba, pequeño, tal vez unos seis u ocho centímetros más bajo que él, curvilíneo, pero no lo suficiente como para verse afeminado, con unos hermosos ojos café, unos labios gruesos y rellenos que solo le hacían soñar en cómo se sentirían contra los suyos, mucho más finos. Un trasero redondo y firme, una piel cremosa que parecía haber sido besada por el sol y un pelo castaño oscuro que a veces llevaba lacio y otras ligeramente rizado.

El que fuera un chico dulce y al parecer compartieran pasión, solo le agregaba puntos extras. YoonGi nunca renunciaría a JiMin sin luchar, no importa cuánto JiMin le empujara, no le dejaría ir por lo menos hasta que le diera una oportunidad de conocerle, solo entonces, si aun así no le quería, YoonGi daría un paso atrás y le dejaría en paz.

Por supuesto, aquello no significaba que todavía no lo estaría cuidando desde las sombras.

Se encaminó hasta la cabaña y cuando llegó a las puertas corredizas, Jeon estaba allí, enfundado en un pijama color gris y con una manta en sus manos. Él extendió sus brazos y YoonGi le entregó a JiMin, muy a su pesar.

—Toma la manta y cúbrete, Min, no necesito seguir viendo todos tus atributos —Jeon dijo y YoonGi sonrió, realmente le agradaba el chico.

Tenía una lengua especialmente afilada y nunca se le quedaba callado a nadie, sin importar quién fuera esa persona, en especial si esa persona era NamJoon. Jeon encontraba un morboso placer en sacar a su amigo de sus casillas.

Eso era algo que YoonGi admiraba, eso y su tenacidad, al chico nunca le temblaría la mano al momento de defender a los suyos.

—Por supuesto, eso es algo que solo JiMin debería ver.

La sonrisa de Jeon se atenuó.

—¿Cómo fue? Estuve realmente sorprendido cuando salí y los vi acurrucados afuera.

—Sí, yo como que pude no haberle dejado opción. —YoonGi suspiró—. Él sigue igual, no ha cambiado su posición.

JiMin miro abajo a su hermano con preocupación.

—Él solo necesita tiempo, YoonGi, tenle un poco más de paciencia.

—Lo sé, pero es difícil, aún más cuando ni siquiera puede soportar estar cerca de mí o si quiera hablar de ello.

—Sabes que si pudiera te hablaría de ello, pero esto no es mi secreto para contar. —JungKook le miró compasivo—. JiMin ha sido lastimado mucho y eso es solo la parte que sé, porque estoy seguro que hay cosas que no me ha contado. Quiero decir, lo que le pasó fue algo malo, pero ha reaccionado tan mal que no he podido cuestionarse si realmente hay algo más allá.

—Como has dicho, solo podemos darle tiempo y no perder la esperanza en que finalmente se abrirá. —JungKook asintió a sus palabras.

—Lo llevaré a su cama, ya sabes que puedes tomar lo que quieras de la cocina y hay algo de ropa en el armario.

—Lo sé, gracias.

—Tonterías, ya eres casi de la familia.

—Yo diría que falta un buen tiempo para que eso suceda.

—Bien, dejémoslo en que ya te considero así. —JungKook guiñó, sacándole una nueva sonrisa.

YoonGi lo observó dirigirse al pasillo y una vez desapareció, fue a buscar la ropa que Jeon había comenzado a guardar para él desde que comenzó a merodear alrededor de la cabaña hace un par de meses.

Faltaban un par de horas para que amaneciera, por lo que fue a sentarse en el sillón, debería esperar a que el sol saliera antes de que unos de sus hombres fuera por él y le llevara a la casona Kim, tendrían una reunión con los líderes de las principales manadas y un representante del consejo a primera hora.

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—Eso no es algo que podamos permitirles hacer, alfa Park. —Khang JuWon, el cambiaforma ardilla que se había presentado como representante del consejo un par de horas antes, interrumpió el discurso de ChanYeol.

—Entonces señor, Khang, ¿qué sugiere que hagamos? ¿Quedarnos de brazos cruzados mientras los rebeldes siguen acabando con nuestra gente? —Park se cruzó de brazos con notable exasperación.

—Nunca dije que debíamos quedarnos de brazos cruzados, señor Park, pero claramente, atacar a los rebeldes de esa forma no es una opción. Muchos inocentes podrían salir perjudicados.

—Yo no estoy tan seguro de la inocencia de esas personas, representante Khang, después de todo, ellos también los están ayudando. —El alfa de Ilsan contestó.

—Eso es cierto y sin embargo, nada nos asegura que de alguna forma, ellos no estén siendo obligados a hacerlo.

—Ok, digamos que tiene razón, ¿por qué no nos han pedido ayuda, entonces? —JeongHan señaló—. Si lo que dice fuera cierto y se acercaran a nosotros, nunca nos negaríamos a tenderles una mano.

Hubo murmullos de aprobación y asentimientos de cabeza por toda la sala.

—Creo que entiendo el punto del representante Khang. —YoonGi intervino y todos los ojos se pusieron sobre su persona—. Sé que es fácil pensar que ellos simplemente podrían pedir ayuda, pero piénsenlo un poco mejor. ¿Qué pasa si tienen a algún familiar o incluso al compañero de alguien como prisionero? ¿O les amenazan como matarle si se oponen de cualquier forma?

Algunos ceños se fruncieron en la sala y otros se mostraron pensativos.

—¿Ustedes se atreverían a poner a su familia o a su pareja en peligro deliberadamente? ¿O harían lo que tuvieran que hacer para mantenerlos a salvo?

—Tienes razón. —NamJoon le apoyó y YoonGi asintió en reconocimiento hacia él—. Se nos es imposible descubrir quién podría o no estar en una situación así o similar a ella, pero todavía debemos hacer algo para detenerlos, no podemos permitir que sigan invadiendo más manadas.

—Es por eso que les tengo una sugerencia. —Khang volvió a hablar.

—¿Y eso sería?

—En realidad, más que una sugerencia mía, ha sido una propuesta del consejo —Khang informó—. Ellos quieren que infiltremos a alguien entre los rebeldes, alguien que pueda pasar desapercibido y reunir la información suficiente como para saber qué acciones tomar.

—¿Creen que no hemos pensado en eso antes? No es tan simple y eso todavía nos tomaría bastante tiempo. —ChanYeol negó con la cabeza.

—No tanto, yo diría que unos tres o cuatro meses máximo si es alguien lo suficientemente capacitado.

—Eso es todavía mucho tiempo —alguien dijo, YoonGi no supo ubicar quién.

—Es eso o atacarles a todos y matar un montón de gente inocente en el proceso —Khang respondió con tono mordaz.

—Muy bien, digamos que hacemos lo que usted sugiere. —ChanYeol intervino antes que se desatara algún revuelo—. ¿Quién podría ser esa persona?

—Ese sería yo —Khang respondió.

—¿Usted? —La misma persona ladró y esta vez YoonGi fue capaz de reconocer al alfa líder de la manada de Jinju en Gyeonsang del sur.

—Así es, ¿hay algún problema?

—Me disculpara, representante Khang, pero no estoy seguro de lo que una ardilla que encima es un beta, podría hacer —el lobo respondió.

—No deje que mi fachada lo engañe, alfa Ryou. Debería saber que yo en realidad soy uno de los ejecutores del consejo.

—¿Un ejecutor?

—Sí, un ejecutor. Y para su información, uno de los mejores —Khang se jactó—. Al igual que usted, las personas suelen subestimarme y pasarme por alto justo por cómo me veo y por lo que soy, pero puedo ser mucho más tenaz de lo que se imagina.

—¿En serio? ¿Una presa siendo tenaz? —Él rio.

—Se sorprendería, alfa Ryou —fue YoonGi quien contesto—. El que una persona sea una simple "presa", no la hace menos peligrosas, en realidad sé que pueden llegar a ser tan o incluso más feroces que cualquier depredador, ¿no es así, NamJoon?

—YoonGi tiene razón, yo puedo dar fe de ello —este contestó.

—Yo igual.

—Yo también.

ChanYeol y JeongHan secundaron a su vez, YoonGi sonrió, porque ellos no tenían mejor ejemplo que Jeon JungKook para estar seguro de ello.

—¿Hay algo que nos estamos perdiendo? —El alfa líder de Andong, en Gyeonsang del norte, preguntó.

—Solo digamos que mi cuñado me ha hecho entender algunas cosas. —NamJoon hizo una mueca—. Él es un cambiaformas conejo, una simple "presa", para muchos de ustedes, pero se sorprenderían de lo que es capaz de llegar hacer. —Sus palabras parecieron despertar la curiosidad de algunos en la sala.

—De cualquier forma. —ChanYeol se aclaró la garganta, regresando la atención al asunto—. Representante Khang, ¿qué tal si nos cuenta un poco más de ese plan suyo?

Y a partir de ahí, todos se concentraron en lo que Khang JuWon tenía para decir.

Stars_Of_Saturn.

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