Capítulo 2

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Eran alrededor de las tres de la tarde cuando YoonGi se acercó a la oficina de NamJoon para avisar que volvería a casa, tocó la puerta y esperó hasta que el menor le diera el paso, entrando al lugar una vez lo hizo.

Frunció el ceño ante el semblante que este mostraba.

—¿Pasó algo? Te ves estresado.

—Estaba revisando la información del caso Byul.

—Por lo que finalmente recopilaron todo. —YoonGi tomó asiento en una de las sillas frente al escritorio—. ¿Tan malo es para que estés así?

—Lo es. —NamJoon se estrujó el rostro con una de sus manos—. El chico pasó bastante información de nosotros, fue gracias a él que descubrieron la ubicación exacta de Jeon, también, por algunos mensajes que los de informática lograron recuperar, fue él quien asesinó a todos los integrantes de su equipo el día del ataque.

—Eso si que es jodido.

—Y que lo digas, esos chicos fueron sus amigos durante años, nunca habría pensado que fuera capaz de matarlos a sangre fría. —NamJoon gruñó—. Y por cierto, la razón por la que nunca pudimos dar con Choi antes, a pesar de que sabíamos que no había podido salir de Daegu, es porque Byul lo estuvo escondiendo durante todo ese tiempo.

—Eso es algo que había sospechado. ¿Qué piensas hacer ahora?

—A pesar de toda la información que mis chicos fueron capaces de recuperar, no estamos seguro de que fuera toda, no, borra eso, estamos seguro de que no fue toda —se corrigió—. El problema es que no sabemos qué tanto más pudo enviarle a Choi, así que estamos considerando hacer una remodelación en el sistema y reubicar a nuestros hombres.

—Eso podría ser una buena opción, si Byul fue capaz de asesinar a unos chicos que fueron sus amigos durante años, claramente no sentiría ningún tipo de remordimiento al vender al resto de la manada.

—No podía entender por qué lo hizo, ¿sabes? Pero luego de la información que Park me pasó, ni siquiera sé cómo es que no fuimos capaces de encontrarlo antes.

—¿Qué quieres decir?

—Bueno, como ya sabes, Park ha estado haciendo una lista de todas las personas con las que Choi SeungYeop podría estar trabajando, un día le conté sobre el intento de secuestro de TaeHyung y sobre la traición de Byul. Me dijo que por alguna razón el nombre se le hacía conocido, pero que no podía recordar de dónde, así que me dijo que miraría y me avisaría si encontraba o recordaba algo.

—Imagino que me estás contando esto porque Park recordó algo.

—En efecto. —NamJoon asintió, inclinándose sobre su escritorio y entrelazando sus dedos sobre este—. Al parecer estaba haciendo una renovación de la lista cuando ubicó el nombre de Byul, resulta que el chico era hijo de Byul DongMi, el beta de SeungYeop.

—Bueno, eso es mierda.

—Lo sé, lo que no entiendo es desde qué comento pudo haber comenzado a pasarles información, porque acogimos a JeongSeong y su difunta madre, cuando este tenía trece años. Según nos explicó la señora Byul cuando vino a avisar sobre su estadía en la manada, antes del nacimiento de JeongSeong, ella había sido una acompañante.

YoonGi asintió, entendiendo que se refería que la mujer se había dedicado a la prostitución.

—Cuando se enteró de que estaba embarazada de este, encontró al padre y le dijo que la ayudara a pagar el aborto. —NamJoon hizo una mueca ante eso, justo en ese momento tenia sentimientos encontrados sobre el asunto—. Él dijo que no, que quería al niño y que se quedaría con ella, sin embargo, una noche cuando JeongSeong tenía cinco años, simplemente desapareció y no volvió a saber de él. Ella se hizo cargo a partir de ahí.

—Luego llegó a la manada y años más tarde, de alguna forma dio con ellos y convenció a su hijo de que cooperara con los rebeldes —YoonGi dedujo—. Imagino que la pregunta es, ¿fue antes o después de que se uniera a tus filas? ¿Crees que el motivo detrás de que se uniera, fue pasar información?

—Esa es una gran posibilidad, ahora con lo que te dije que estaba organizando y sumándole a la comprobación de los antecedentes de cada uno de los centinelas, estoy hecho un lio. —NamJoon suspiró pesadamente, de repente pareciendo mucho más viejo de lo que realmente era.

—¿Necesitas que te eche una mano? Sabes que puedo hacerlo sin problemas.

—No, está bien, no negaré que la ayuda sería buena, pero sé que tu también ya tiene mucho con lo que tratar con tu próximo nombramiento oficial como alfa de la manada y tu compañero, que por cierto, ¿cómo va eso?

—Todo igual, aunque anoche estuve rondando en mi forma de león por su casa y...

—¿Otra vez? —Preguntó con burla, una pequeña sonrisa tirando de sus comisuras.

—Sí, lo sé. —YoonGi arrugó la nariz, para ese momento casi todas sus personas cercanas y los principales centinelas de Kim, sabían lo que había estado haciendo cada noche—. El punto es que, él salió para encontrarme y hablamos, o bueno, él me habló, luego lo acorralé para que permitiera que mi león descansara en sus piernas hasta que se durmió.

NamJoon le vio con esa mirada compasiva que todo el mundo le había estado dando cada que hablaban de JiMin o lo mencionaban cerca de él.

—El chico ha tenido que pasar por muchas cosas, confío en que con el tiempo logrará abrirse a ti, YoonGi.

—Lo sé, justo por eso he estado siendo paciente. Solo espero que no tenga que pasar demasiado tiempo antes de que eso suceda.

Luego de ello, ambos hombres se quedaron en silencio, cada uno perdiéndose en sus propios pensamientos, al menos hasta que la puerta se abrió y SeokJin entró por ella.

—Oh, YoonGi, no sabía que estabas aquí, ¿aún están ocupados? Porque puedo volver luego.

—No, está bien, en realidad venia despedirme, tengo que volver a casa a hablar con GeumJae y tratar de convencerlo otra vez para que sea mi beta.

—El chico te está dando largas, ¿eh? —SeokJin le arqueó las cejas con una sonrisa.

—Creo que se ha propuesto a sí mismo el hacerme rogar antes de aceptar —YoonGi bufó, poniéndose de pie—. De todas formas, debo irme, luego hablamos Nam, no dudes en llamar si algo sucede.

—Cuenta con ello. —NamJoon asintió.

—Hasta luego, SeokJin, fue bueno verte, lamento no poder quedarme a conversar.

—Está bien, sé que eres un hombre muy ocupado. —Jin se acercó y palmeó su hombro, YoonGi asintió y se encaminó hacia la puerta.

Lo último que vio antes de cerrarla, fue como SeokJin se inclinaba sobre NamJoon y dejaba un beso sobre los labios de su sonriente amigo. YoonGi sonrió, porque el alfa no podría estar más enamorado de su pareja, suspirando cuando la escena hizo que sus pensamientos volvieran hacia cierto cambiaformas conejito, que no dejaba de rehuirlo.

JiMin escuchó a la doctora Shin suspirar, por lo que levantó la mirada, la mujer había cerrado la libreta en su regazo y se estaba cruzando de piernas para acomodarse en el sillón.

—¿Ya es hora de que me vaya?

—Aún no, quedan unos... —ella miró el reloj de pulsera en su muñeca—veinte minutos de consulta.

—Ya veo —JiMin respondió, devolviendo su vista a sus manos entrelazadas en sus piernas.

—JiMin, ¿qué es lo que buscas con exactitud al venir aquí? —La doctora Shin preguntó y JiMin tuvo un pequeño flashback de ella haciéndole esa misma pregunta unos meses antes cuando comenzó a ir a consulta.

—Ya le respondí esa pregunta una vez —JiMin respondió inseguro, devolviendo la mirada hacia ella.

—Por supuesto, pero eso fue en aquel entonces, ahora ¿qué es lo que quieres?

—No entiendo.

—JiMin, hemos retrocedido al primer día en que entraste por esa puerta buscando ayuda —ella señaló la susodicha con una mano—, entiendo que tu nuevo ataque haya traído mucho de los viejos recuerdos a flote, que eso es algo con lo que tengo que volver a darte apoyo, pero tu no lo estás aceptando, has dejado que eso te consuma y que todo por lo que habías trabajado se redujera a cenizas.

—Lo estoy intentando —esquivó, mas su psicóloga no estaba teniendo nada de eso.

—No, eso no es lo estás haciendo, JiMin, lo que sí haces, es encerrarte de nuevo en ti mismo, no hablar de las cosas. Al igual que hace meses, solo vienes aquí y te sientas ahí a esperar que las dos horas de consulta pasen.

Ella negó con la cabeza y su mirada se suavizó considerablemente cuando volvió a ponerla sobre él.

—Eres un gran chico, eres incluso demasiado dulce para ser cierto y dejando todo el tema de médico-paciente atrás, realmente me preocupa que te hayas estancado y que pareciera que ya no quieres avanzar.

—Pero yo realmente quiero hacerlo, quiero mejorar —respondió ansiosamente.

—Entonces por qué permites que lo que sucedió rija tu vida, ya te lo dije una vez, ¿recuerdas? No hay forma de que te ayude si no pones de tu parte, no mejorarás mágicamente por venir aquí y quedarte sentado en el sillón mirando las decoraciones de mi consultorio.

—Yo realmente lo intento, lo juro, pero se me es difícil cuando cada que giro la cabeza, mi mirada choca con alguna clase de depredador y de repente me embarga un miedo irracional que me hace pensar que podría atacarme en cualquier momento y sé que es tonto, porque, ¿por qué razón lo harían? Pero yo simplemente no puedo evitarlo.

—Por supuesto, debido a ello es un miedo irracional, sin embargo, depende de ti el dejar que este te controle o manejarlo, hacerlo a un lado al menos lo suficiente como para que puedas continuar tu vida con normalidad.

—No es tan fácil.

—Nunca he dicho que lo sea. No estoy tratando de decir que lo lograras de un día para otro, pero hemos pasado meses trabajando en ello y estabas yendo bastante bien, JiMin. Lo quiero decirte es que, no dejes que este nuevo incidente destruya todo por lo que te has esforzado, no se lo permitas otra vez.

JiMin tomó una profunda respiración, sabiendo que su psicóloga tenía razón, él realmente quería superar lo que había pasado, pero no entendía por qué tenía que ser tan difícil para él.

—¿Qué me recomienda? ¿Qué debería hacer?

La doctora Shin sonrió en grande, al parecer contenta porque JiMin estuviera hablando con ella de nuevo.

—¿Qué te parece si retomas tus antiguos planes? La última vez que viniste, antes de que sucediera el nuevo incidente —ella comentó cuidadosamente, JiMin asintió para que continuara—, parecías muy emocionado con tu inscripción a la universidad, según dijiste, habías aprobado tu solicitud y te aceptaron, ¿no?

—Así es, yo llegué a confirmar mi asistencia y todo.

—Eso es magnífico, sino me equivoco, las clases empiezan dentro de dos semanas.

—Lo hacen, aunque estaba pensando en entrar después porque no me sentía lo suficientemente bien y... bueno.

—Por supuesto, entiendo, pero ¿qué te parece si lo intentas? Claro que si realmente sientes que no puedes, podemos empezar por algo más simple.

—No, está bien, lo intentaré.

Shin le sonrió afable y asintió con aparente satisfacción.

—Muy bien, entonces ahogamos eso. —Ella abrió su libreta de nueva cuenta e hizo algunas anotaciones—. Entonces, ¿de qué más quieres hablar? —Preguntó una vez terminó.

JiMin lo sopesó por un rato, pero finalmente decidió que tal vez es algo que su doctora debía saber.

—Yo, ah, encontré a mi compañero.

—Esa es una gran noticia, JiMin, ¿puedes decirme por qué no pareces feliz de ello?

—Es que él es, uh, un cambia formas león.

Ella guardó silencio por un momento, casi como si esperara que dijera algo más, cuando JiMin no lo hizo, descruzó sus piernas y se reclinó en su asiento en un intento de estar más cerca de él.

—¿Me dirás cómo te hace sentir eso? —JiMin resopló y ella le dio una pequeña sonrisa—. Sí, lo sé, es la típica pregunta de los psicólogos, sin embargo, es algo que necesito saber.

—Aterrado —JiMin respondió en medio de un suspiro después de estarlo pensando por un largo rato—. Me aterra que mi compañero haya resultado ser un depredador, que encima es su especie, porque aunque todos me han afirmado y por lo que he visto, incluso casi podría dar fe de ello, me da pavor el pensar lo que podría pasar si un día pierde el control o llego a hacer algo que no le gusta y el simplemente me... me haga daño.

—Bueno, si eso es lo que te da miedo, solo deberías hablarlo con él, decirle como te sientes. Es algo en lo que ambos tendrán que trabajar, el hecho de que sea tu destinado no significa que mágicamente confiaras en él, debe ganarse tu confianza, demostrarte la clase de persona que es y que así lo juzgues por ti mismo, pero para eso debes darle una oportunidad.

La doctora Shin palmeó suavemente su rodilla.

—Conociéndote, imagino que ni siquiera le has dado la chance de hablar.

—En realidad, hablé con él anoche, le dije que no me sentía listo para empezar una relación con nadie.

—Oh, JiMin. —Shin le miró afligida—. ¿Cómo se lo tomó él? ¿Qué te dijo? ¿Le contaste lo que te pasó?

—¡Claro que no! —JiMin se exaltó, más se calmó a sí mismo rápidamente—. No se lo he dicho, ¿por qué lo haría?

—Tal vez porque el chico se merece una explicación sobre el por qué de tus negativas —ella obvió.

—Eso no significa que voy a ir y contarle... eso.

—Ya hablamos de esto, JiMin, no tienes porque sentir vergüenza por lo que te pasó, no fue tu culpa.

—L-Lo sé, pero aún así.

—Escucha, claramente no estás obligado a decírselo hasta que te sientas listo, pero debes ser consciente de que él no es una persona cualquiera y dudo que se rinda solo así, estoy casi segura de que necesita una razón mucho más fuerte que el que digas que aún no estás listo, para hacerse a un lado.

JiMin sabía que ella se refería a que YoonGi no se daría por vencido y que simplemente esperaría hasta que él se "sintiera listo", sino le explicaba de una vez por todas el por qué no deseaba una relación con él. Y si la forma en que continuaba merodeándolo a pesar de todas las veces en que le rechazó, le decía algo, la mujer tenía mucha razón.

.

.

.

.

.

—Hola JiMin —TaeHyung saludó en cuanto JiMin subió en el auto—. ¿Cómo te fue en tu consulta hoy? —Preguntó, poniendo el auto en marcha.

—Me fue bien, supongo —contestó, viendo por el rabillo del ojo la mueca que provocó su respuesta en el omega menor.

JiMin odiaba lo sumamente preocupados que todos parecían con él y como caminaban de puntillas a su alrededor, tal vez pensando que reaccionaría mal si empujaban demasiado. Sabía que nadie más que él mismo había provocado aquello, pero aun así le sentaba bastante mal.

—Realmente me fue bien, ¿sabes? —Agregó cuando no pudo soportar el incómodo silencio, no cuando TaeHyung era un chico tan animado y en ocasiones hasta parlanchín, ser tan silencioso no era habitual en él—. Después de discutirlo con la doctora Shin, acordamos que intentaría ingresar a la universidad en este nuevo semestre y ver qué tal iban las cosas.

—¿En serio? Eso es grandioso, JiMin.

El corazón del omega mayor se sintió más ligero cuando vio la gran sonrisa que este le dedicó.

—Ya verás que todo irá bien, será grandioso, además no estarás solo, los chicos y yo estaremos haciéndote compañía tanto como podamos. Al igual que tú, estaremos cursando nuestro último semestre antes del monográfico y la pasantía. —TaeHyung parecía bastante animado con la idea—. Te mostraré toda la universidad, saldremos todos juntos y nos divertiremos a lo grande.

—Haces que suene como si estaremos de vacaciones en algún lado y no yendo a estudiar. —JiMin sonrió.

—Por supuesto, habrá estudio de por medio.

—¿De por medio? —Cuestionó, arqueándole las cejas divertido.

—Bueno —canturreó, alargando la vocal "e"—. Habrá diversión de por medio, ¿mejor?

—Mucho mejor. —Asintió, sacándole un resoplido al omega menor.

—De cualquier forma, te prometo que te encantará, aprovecharemos que en realidad tendremos más tiempo libre de lo normal porque casi todos nosotros solo estamos dando tres materias, aunque tú solo deberás impartir una, ¿verdad?

—Así es.

—Fantástico, entonces, como te decía, solo debemos hacer que nuestros horarios coincidan, podrías tomar tu clases por la tardes y, uh... espera, acabo de recordar que ya hace tiempo que seleccionamos las materias.

Esta vez, JiMin no pudo evitar reírse, su cuñado era demasiado divertido.

—Me preguntaba cuánto más parlotearías antes de que te dieras cuenta. —TaeHyung giró la cabeza unos segundos solo para hacerle un puchero—. Eh, ¿cuántos años crees que tienes? No pucherees.

—Pero te estás burlando de mí.

—En todo caso, sí seleccioné la materia en horario vespertino. JungKook me lo sugirió para que nuestras salidas coincidieran y pudiera regresar contigo a casa.

—Aww, mi JungKookie se ganó una mamada solo por eso.

El rostro de JiMin se arrugó en una mueca de desagrado.

—Muy bien, me veo en la obligación de pedirte que por favor evites hablar de sexo conmigo, créeme cuando te digo que no me interesa saber lo que Kook y tú hacen tras las puertas de su habitación.

TaeHyung le echó una rápida mirada y una casi perversa sonrisa se formó en su rostro.

—Lo que hacemos en su habitación, ¿eh? ¿Significa eso que puedo hablarte de la sala, el baño...?

—No —JiMin interrumpió, sin embargo, el menor no le hizo caso.

—El patio trasero, el comedor, la cocina...

—¡Ya! Basta, basta, no quiero seguir escuchando. —JiMin se tapó los oídos y sacudió la cabeza de un lado a otro—. Simplemente no hables de sexo si JungKook está de por medio, ¿bien? Te lo ruego.

TaeHyung se carcajeó ante su exagerada reacción, no obstante, para su suerte, terminó aceptando.

—Oh, será tan divertido cuando tengas que tratar con Sook.

—¿Alguna noticia? —SeoHyuk preguntó.

—Acabamos de verlos salir del hospital, señor —su hombre respondió a través de la línea—. ¿Deberíamos proceder ahora? ¿Quiere que los atrapemos?

—No, aún no —SeoHyuk contestó—. Simplemente síganlos, asegúrense de aprender su rutina a la perfección y por su bien, no dejen que atrapen sus culos.

—Como ordene. —SeoHyuk hizo un sonido afirmativo con la garganta a forma de aprobación y luego colgó.

—¿Aún estás tras esos chiquillos? —SeungYeop bufó, dejándose caer en el sofá frente a él—. Creí que habías superado tu obsesión con ellos.

—No estoy obsesionado con ellos —gruñó.

—Por supuesto. Escucha, me importa una mierda lo que hagas mientras te asegures de que eso no va a intervenir en mis planes. Tampoco quiero perder hombres porque no puedes superar que dos niños se metieron con un familiar, que ya ni siquiera importa porque el chico está muerto, y se salieron con la suya.

—No entiendes.

—Oh, yo lo hago. —SeungYeop le dio una dura mirada—. Entiendo que tienes el orgullo herido porque por más que lo has intentado, no has podido poner tus manos en los chicos. Al contrario, has perdido a más gente de lo que realmente valía, incluso nos quedamos sin informante por tu capricho.

SeoHyuk hizo una mueca, el hombre había estado furioso cuando se enteró de la muerte de JeongSeong, no por la muerte en sí, sino por lo que eso había significado en sus planes. El saber que había perdido la oportunidad de seguir consiguiendo toda clase de información por su culpa... su furia había llegado a tal punto, que le había ganado un puñetazo.

—En lo personal, creo que simplemente deberías olvidarte de ellos y concentrarte en las cosas que sí son importantes, como por ejemplo, planear algo para que puedas recuperar a tu beta, ya ha pasado un mes desde que lo capturaron.

—¿Y qué crees que he estado haciendo? —Enfrentó—. No digo que ciertamente aún deseo tomar represalias contra los Jeon, pero ahora mismo, como tú has dicho, lo más importante para mí es recuperar a DakHo.

—¿En serio? Entonces, ¿de qué se trataba la llamada?

—He mandado a que siguieran al chico, Kim. Quiero explorar todas mis posibilidades para recuperar a DakHo, la última vez no salió bien, sí, pero no puedo descartar la posibilidad de secuestrarle e intercambiarle por DakHo si no tengo más opción.

—Tú no aprendes, ¿verdad?

—Al contrario, porque aprendí la lección es que estoy haciendo esto. He mando que lo siguieran porque quiero saber hasta cuantas veces Jeon se lo folla antes de decidirme a enviar a alguien a por él nuevamente, si es que se da el caso, por supuesto y de ser así, esta vez no pienso fallar.

—Haz lo que creas mejor, solo asegúrate de que no me perjudique, porque no voy a aceptar un error de ese tipo otra vez, ¿entendido? —El alfa le dio una mirada tan fiera, que SeoHyuk tuvo que luchar por no demostrar el escalofrío que recorrió su espina dorsal.

—Ya lo sé, Choi. Te dije que no volvería a pasar.

—Si sabes lo que te conviene, así será.

SeoHyuk apretó los labios ante la amenaza del lobo, su león queriendo rugir en su dirección, mas se contuvo de hacerlo. Él no era estúpido y sabia que Choi SeungYeop era muchísimo más peligro de lo que muchos pensaban, muchísimo más de lo que incluso dejaba ver.

—No tienes de qué preocuparte.

—Bien. —Él asintió, reclinándose contra el espaldar del sofá, aparentemente sintiéndose más relajado—. Ahora, JaeMin debería estar llegando en cualquier momento para darnos informes de cómo han estado fluyendo las cosas en GwangJu.

Como si aquello hubiera sido alguna clase de introducción, el susodicho entró en la sala mientras era guiado por uno de sus sirvientes.

—Buenas tardes, caballeros —JaeMin saludó animadamente.

—Park.

—Sobrino.

Ambos alfas asintieron en su dirección en reconocimiento y SeoHyuk despidió a su sirviente con un ademán de manos. JaeMin avanzó hasta que estuvo parado junto a Choi en el sofá de tres plazas.

—¿Puedo?

—Por favor —Dong indicó y el chico tomó asiento.

—Debo decir que me sorprendió el que quisieran reunirse aquí —Park dijo en cuanto se acomodó—. ¿No se supone que es peligroso para ustedes el siquiera estar en Busan?

—Esta sigue siendo mi manada, puedo venir aquí cuando me plazca.

—No es que esté tratando de incordiarle, alfa Dong, pero en realidad, ahora lo es de forma ilegitima. —Dong frunció el ceño—. En todo caso, no era eso a lo que me refería, lo comentaba porque ahora mismo todos están tras ustedes.

—No hay forma de que sepan que estamos aquí ahora mismo —SeoHyuk respondió.

—¿Cómo pueden estar tan seguros?

—No debes preocuparte por nosotros sobrinos, sabemos lo que hacemos. Puedes creernos cuando te decimos que es seguro el que estemos aquí.

—Bien, si ustedes lo dicen. —JaeMin desestimó el tema con un ademán de manos.

—Por qué mejor no nos hablas de cómo van las cosas en GwangJu.

—Van bastante bien en realidad, me ha costado, pero he logrado organizar las cosas lo suficiente como para poder continuar consiguiendo más territorio.

—Oh, sí, sé que le has estado siendo un dolor de trasero para el consejo —Choi dijo, diversión tiendo sus palabras.

JaeMin sonrió. —Bueno, ¿qué puedo decir? Me gusta pensar a lo grande.

—Y a mí me gusta que así sea. —SeungYeop asintió satisfecho—. Sabía que serias una buena adquisición.

Park frunció las cejas, algo inconforme con el hecho de que su tío se refiriera a él como una cosa, mas no reparó demasiado en ello, sabía que lo único que a este le interesaba de él, era lo que podía ofrecerle.

—Por lo tanto, ¿qué más puedes decirme de ello?

Satars_Of_Saturn.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro