Capítulo 10

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—¿Tráfico de personas?

—Tráfico de personas —YoonGi confirmo al alfa líder que preguntó, mirándole a través de la pantalla.

—Como si ya no hubiera sido suficiente —otro de ellos negó—. Ahora resulta que también debemos tratar con que con que estén en el tráfico de personas, mierda.

—Justo cuando comenzaba a pensar que Choi y Don no podían estar más podridos. —YoonGi asintió hacia el alfa que dijo aquello.

—En realidad, eso es algo que aún tenemos que comprobar —NamJoon agregó—. Aún no estamos seguros si esto es manejado por ellos, o solo es algo que decidieron hacer algunos de sus hombres a sus espaldas.

—¿Qué quieres decir? ¿Realmente piensas que Choi y Dong no tienen sus manos metidos en esta mierda? —El líder de Ulsan preguntó con escepticismo.

—No es que realmente lo esté dudando desde que estos toman a los niños para entrenarlos e incluirlos a sus filas —NamJoon negó—. Pero es un poco raro que teniendo tantas oportunidades viables, que solo en dos de los trece asentamientos que reducimos la pasada noche, hubiera un grupo de omegas que serían destinados a ello.

—¿Tal vez apenas están comenzando el negocio? —Dijeron—. Puede que quisieran probar con un pequeño grupo primero y ver cómo les iba para entonces realmente comenzar a desarrollar el negocio.

—Eso es una posibilidad —aceptó NamJoon.

—De cualquier forma, estén o no Choi y Dong involucrados en esto, eso no es lo importante ahora, lo importante es descubrir quién demonios es su contacto. —ChanYeol señaló—. Dado lo mucho que han estado expandiéndose y derrocando manadas, es obvio que cuentan con bastante "recursos" para su negocio, por lo que no les resultaría un problema abastecer a su contacto.

—El líder Park tiene razón —apoyó el representante del consejo—. Quizás se nos sea imposible darle ayuda inmediata a los integrantes de las manadas que los rebeldes han reducido, pero podemos evitar que puedan traficar a nuestra gente si nos deshacemos de su contacto.

—Eso no los detendría por mucho tiempo, aunque nos deshagamos de este, podrían conseguir nuevos. —Uno de los líderes de GyeongSang del norte expuso.

—Tiene usted razón, sin embargo, todavía nos estaría ganando algo de ello. —El representante se acomodó en su asiento, su ceño frunciéndose ligeramente—. Líder Min, líder Kim, ¿qué pudieron averiguar de esto? ¿Qué han dicho los omegas cautivos? ¿Qué dijeron los rebeldes que capturaron?

—Estamos trabajando en los rebeldes, hasta ahora ninguno a confesado nada, pero estoy seguro de que no pasará mucho tiempo antes de que logremos quebrarlos —YoonGi contestó, el representante asintió, aunque por supuesto, no se mostró nada conforme con ello.

—En cuanto a los omegas cautivos, fue e ellos que conseguimos la información e que planeaban venderlos a algún extranjero, de algún lugar de Europa, al parecer —NamJoon aportó—. Según dijeron, conservaron a las mujeres vírgenes intactas porque su precio era mayor, en cuanto a las omegas que no lo eran y a los machos, según ellos debido a que con estos últimos era imposible comprobar su pureza, los utilizaron para su propio placer en lo que llegaba el día de su reunión.

—Bastardos infelices. —Alguien gruñó—. Abuzar de esas pobres e indefensas personas.

—¿sabían ellos cuándo era el día de esa supuesta reunión? —El representante volvió a preguntar.

—Una semana —YoonGi respondió—. Al menos para los del grupo que logramos rescatar, uno de los omegas les escuchó discutir sobre ello fuera de su carpa, hace unas noches cuando pensaban que todos dormían, sin embargo, no cuento con ninguna fecha o ubicación.

—No puedo decir si con el grupo que logramos rescatar será lo mismo, al menos no ahora —NamJoon confesó con inconformidad.

—Lo que significa que tienen menos de una semana para averiguar todo, no importa lo que cueste, ¿entendido? —El representante ordenó, ellos no pudieron hacer otra cosa que asentir—. En cuanto a usted líder Kim, ¿qué ha obtenido de Choi DakHo?

—Aún seguimos trabajando en él, el hombre tiene voluntad de hierro —NamJoon dijo, el representante soltó un suspiro de frustración.

—Ya ha tenido mucho tiempo para tratar con él líder Kim, estoy comenzando a creer que no está presionando lo suficiente. —El hombre se enderezó en su asiento, acercando el rostro aún más hacia la cámara—. Tal vez es hora de que nos hagamos cargo de Choi DakHo, quizás nosotros tendríamos más suerte que usted para sacarle información.

YoonGi vio como NamJoon apretó la mandíbula, captando al igual que todos los que participaban en aquella reunión, el cuestionamiento del representante sobre la forma en que NamJoon trabajaba. Era obvio que el hombre estaba poniendo en dudas las capacidades el alfa, no importa como estuviera tratando de disfrazar sus palabras.

Nunca fue bien tomado que se hiciera algo así, era una ofensa para cualquier alfa que se pusiera en duda su capacidad para dirigir su manada y tratar con sus problemáticas. Que el representante lo estuviera haciendo públicamente, hacia las cosas incluso peor, era obvio que estaba presionando a NamJoon.

YoonGi sabía que la única razón por la que verdaderamente no tenían nada del hombre después de todo ese tiempo, era porque ellos no habían utilizados todos los medios para obtenerla, debido a que Choi DakHo resultó ser el compañero destinado de unos de sus centinelas. NamJoon estaba siendo condescendiente con Choi debido a ello, pero era claro que ya podría mantenerlo por más tiempo.

—Confío en que NamJoon ha estado trabajando duro en el hombre —ChanYeol defendió, lo que no era extraño, por lo que sabía, Park se encontraba en una situación parecida con su centinela BongSung y Kwang ChanSook, quien por cierto, había descubierto es primo del mal nacido de Kwang ChulMoo—. No creo que sea necesaria su intervención.

—Veremos eso. —El representante descartó con aparente aburrimiento—. Me encargaré de poner a algunos de nuestros ejecutores a trabajar en buscar información sobre el o los posibles contactos que puedan tener los renegados para la trata de personas, por ahora concéntrense en interrogar a los prisioneros y reunir tanta información como sea posble de ellos.

—Por supuesto —NamJoon contestó casi en un gruñido.

—Muy bien, si no hay nada más que tratar, me despido, los mantendré al día y les haré llegar cualquier dato que logremos obtener.

—Nos aseguraremos de hacer lo mismo —YoonGi afirmó y poco después, el representante se desconecto.

—Engreído de mierda. —Uno de los líderes de Jeolla del norte masculló—. Querida diosa, juro que en ocasiones desearía poner mis manos en el cuello de alguno de ellos. —Hubo murmullos de afirmaciones de todos los demás.

—Otra de las razones por la que quiero que se acabe esto, es para no tener que verle la cara a otro miembro del consejo en tanto tiempo como sea posible. —Uno de los alfas líderes de Gyeonggi-do gruñó—. Si tengo que ver y tratar con su actitud altanera por mucho más tiempo, creo que voy a enloquecer.

—Dímelo a mí —bufó el líder de DaeJeon.

—Lo único que podemos hacer señores, es seguir esforzándonos para reducir a SeungYeop y su grupo —ChanYeol interrumpió las quejas—. Es la única forma en empujar las narices del consejo lejos de nuestros asuntos.

—En eso tienes razón. —NamJoon suspiró, finalmente pareciendo volver a relajarse. —De cualquier forma, por ahora solo nos que resignarnos.

—Bien, es todo por ahora, señores, luego les estaremos informando la fecha de nuestra próxima reunión, a menos que surja algo y cualquiera de nosotros recolecte alguna información que necesite ser transmitida de inmediato. —YoonGi despidió—. Hasta entonces, estaremos en contacto. —Hubo un coro e despedidas y deseos de buena suerte por parte de los alfas líderes antes de que todos se desconectaran.

YoonGi suspiró y se recostó en su asiento, dejando caer la cabeza hacia atrás para mirar el techo de su oficina. Siempre terminaba mentalmente agotado de las reuniones con el concejo.

—Justo en este momento no te envidio —GeumJae dijo por primera vez en mucho rato, desde el asiento en que estuvo sentado desde el inicio de la reunión—. Son en momentos como este, en que me hace sentir mejor el no tener el cargo de alfa líder.

—A veces me pregunto cómo infiernos lo hizo papá durante todos estos años —YoonGi bufó, devolviéndole la mirada a su hermano—. Tuve que haberte dejado el cargo a ti.

—Sí, las cosas se vuelven duras y ya no lo quieres. —GeumJae negó con una sonrisa tirando de sus comisuras, siempre era bueno bromear un poco para aliviar tenciones—. ¿Qué haremos con los omegas rescatados? No podemos mantenerlos a todos en la casona por mucho más tiempo, no importa lo grande que sea el lugar, es un poco... abrumador.

YoonGi entendía perfectamente a lo que su hermano se refería, todos esos omegas perfumando el lugar le daban escalofríos, además de que podrían distraer a los centinelas solteros de sus deberes.

YoonGi había estado pensando en una solución desde que estos fueron encontrados la pasada noche, porque supo que era imposible devolverlos a sus hogares, al menos no por ahora.

—Estuve pensando en que con NamJoon, podríamos crear un refugio temporar para todos ellos —expuso, enderezándose nuevamente en el asiento. —Por como están las cosas, es seguro que estos nos serán los únicos que necesitaran ayuda.

GeumJae asintió. —¿Quieres que me comunique con HoSeok para que comencemos a poner todo en marcha?

—Primero tengo que hablarlo con NamJoon. —Geum le blanqueó los ojos.

—Como si fuera a decir que no, sabes que estará de acuerdo contigo.

YoonGi se encogió de hombros. —Lo dejo en tus manos, entonces. Ahora, será mejor que vaya con JunGi, realmente no quiero que me dé uno de sus sermones de veinte minutos por llegar tarde. —YoonGi se estremeció de solo pensar en ello.

—Suerte con eso —GeumJae burló.

—Mocoso.

—¡¿Cómo en el infierno pudo pasar esto?! —SeoHyuk rugió, golpeando las palmas en su escritorio, escudriñando a los centinelas parados frente a él.

—No tenemos la más mínima idea de lo que sucedió, cuando nuestras alarmas se dispararon y acudimos al lugar, ya era demasiado tarde, no quedaba nada en los almacenes.

—¿Cómo? ¿No se supone que nuestro sistema de seguridad era uno de los mejores que el dinero podría pagar?

—Debería serlo. —El centinela asintió—. Pero según los reportes de alguna forma lograron vulnerarlo. —Un nuevo rugido de rabia se escapó de sus labios y los centinelas se encogieron, temerosos.

—Si lograron entrar en él, entonces no era tan bueno como se supone que debía ser, ¿dónde está el encargado del sistema de seguridad? —Los centinelas se miraron entre ellos y cambiaron su peso de un pie a otro con aparente nerviosismo—. ¡Respondan!

—Lo capturaron junto a los demás —uno de ellos dijo atropelladamente—. Se supone que estaban en uno los asentamientos que fueron invadidos y hasta ahora no hemos podido contactarlo, por lo que dedujimos que fue capturado. —Explicó luego.

—Lo que jodidamente faltaba. —SeoHyuk se dejó caer en su asiento, el estrés comenzando a hacer mella en él—. Tenemos que asegurarnos de renovar el sistema lo antes posible, no podemos permitirnos esperar a que puedan sacarle algo, estaríamos acabados si obtienen acceso a nuestras principales fuentes. Debemos verificar la información que pudieron haber robado, también, comenzar a buscar un nuevo asesor de sistema... Maldición, tenía que ser justo ahora —masculló.

—Estás olvidando algo aún más importante —SeungYeop dijo, entrando a la oficina, todo el cuerpo de SeoHyuk se tensó, justo en ese momento no estaba para aceptar la mierda del hombre.

—¿Y eso es?

—¿Cómo precisamente consiguieron ellos la información? ¿Cómo descubrieron la ubicación exacta de nuestros almacenes y asentamientos? ¿Desde cuándo lo saben? ¿Quién pudo haberles informado? —SeungYeop entrecerró los ojos y ladeo la cabeza, mirando con atención hacia los centinelas—. ¿Estamos teniendo un topo en nuestras filas?

Ambos hombres palidecieron ante el escrutinio, sin embargo, cuadraron sus hombros y se enderezaron en su lugar.

—No es posible, hacemos un monitoreo constante en nuestras filas, nuestros hombres son leales, no traicionarían la causa —uno de ellos afirmó—. Todos estamos aquí por una razón.

—Nada es imposible, soldado —SeungYeop contradijo—. Déjenos solos por ahora, en un momento estaré con ustedes y les explicaré cómo procederemos a partir de aquí —los despidió con un gesto de su cabeza.

—Señor. —Ambos mostraron sus respetos antes de salir del lugar.

—¿Piensas que hay un topo entre nosotros? ¿Es cien por ciento factible? ¿Tienes algún sospechoso? —SeoHyuk preguntó a Choi.

—Es bastante posible, sin embargo, no, no puedo poner mi dedo en alguien ahora mismo. —SeungYeop se mostró pensativo por un momento antes de agregar:—Por supuesto, es eso o finalmente tu hombre se rompió y soltó todo.

—Imposible, DakHo nunca sería capaz de traicionarme —defendió.

—Eres demasiado confiado, SeoHyuk, esa es una de tus debilidades. —SeungYeop negó como si estuviera decepcionado de él, SeoHyuk apretó la mandíbula con enojo.

—No es que sea demasiado confiado, es que sé muy bien la clase de persona que es DakHo, es demasiado fiel como para traicionarme, estoy seguro que preferiría morir antes que exponerme al enemigo —afirmó con total convicción, Dong no dudaba de DakHo en lo más mínimo.

—Piénsalo bien Dong, tu beta ha estado bajo el pulgar de Kim por meses, probablemente siendo torturado cada día y siendo él un activo de su categoría para ellos, no lo matarían o dejarían que muera sino hasta obtener respuestas, es lo que yo haría. —Algo oscuro brilló en la mirada de SeungYeop—.Todo el mundo tiene un punto de quiebre, no importa que tan entrenada pueda estar una persona, solo hay cierta cantidad de dolor que alguien pude tomar antes de romperse.

Dong apretó los labios, considerándolo, lo que Choi decía tenía su grado de verdad, ¿finalmente DakHo los había delatado? ¿O habrá sido alguien más?

Tres semanas, habían pasado tres semanas exactas sin que Lee supiera de su pequeño bebé. Él estaba a punto de enloquecer, su pequeño e inocente Mark, ¿cómo pudo él arrastrarlo a todo esto?

Hubo una conmoción no muy lejos del lugar y poco después Choi SeungYeop entró, siendo seguido por cuatro guardias que arrastraban a dos hombres que se veían bastante magullados.

Sus sujetos de prueba, concluyó. Choi finalmente estaba proporcionándole humanos en los que podría probar la inyección con el químico. Marcus sintió que se revolvía el estómago.

Odiaba tener que hacer esto, él era un científico que trabajaba en la búsqueda de implementos que mejoraran la vida de las personas hace solo unos meses, ahora se encontraba trabajaba para hacer justo lo contrario.

A veces, Marcus se preguntaba cómo es que fue tan ingenuo, cuando sus supuestos amigos y colegas de trabajo dijeron que había obtenido la gran oportunidad de trabajar para un potencial inversionista que se interesó en el proyecto que había presentado en su última convección, Marcus había estado vibrando de emoción y felicidad.

Podría hacerlo, finalmente. Después de años de ardua investigación, alguien se había interesado en su propuesta, había pensado con ingenuidad en aquel momento. Debía haberlo sabido mejor.

—Doctor Lee, es un placer volver a verlo —Choi SeungYeop saludó con aparente jocosidad—. Aquí, le he traído a dos espécimen fuertes y con perfecta salud y condición física, al menos con tanta como pue obtenerlos para prestarse como voluntarios —agregó con lo que debía ser un tono bromista.

Choi hizo un ademán a sus guardias y estos arrastraron a los muy golpeados hombres hasta las sillas en el laboratorio y los amordazaron, utilizando las correas que estas poseían. Los hombres estaban tan lastimados que no pusieron la más mínima resistencia, ellos solo gimieron y se quejaron por la poca delicadeza con la que fueron tratados.

—¿Quiénes son? —Se encontró preguntando, la pena comenzando a crecer en su pecho, él no estaba deseando hacer esto.

—Eso no es algo por lo que deba preocuparse, doctor Lee —Choi respondió—. Estos hombres no son más que unos pobres bastardos que creyeron que podrían jugar en mi contra y salir ilesos. —Un escalofrío de terror lo sacudió, pero Marcus lo empujó lejos, no podía permitirse que estos hombres lo olieran en él.

—Ya veo —murmuró en cambio.

—Ahora, doctor Lee, ¿por qué no me da una pequeña demostración de los maravillosos avances que ha tenido? —Choi pidió, sentándose en la silla de su escritorio.

—Por supuesto.

Lee se giró hacia el refrigerador ubicada en la esquina más alejada del lugar, abriéndolo para sacar un par de viales* con el químico, luego fue hacia una las gavetas de dónde sacó un par de jeringas junto con un paquete de guantes.

Abriendo otro compartimiento, consiguió algo de alcohol y algodón, dejando todo sobre la pequeña carrito medico, se lavó las manos y las secó antes de ponerse los guantes.

Abriendo el paquete de una jeringa, comprobó que fuera funcional antes de tomar el vial y extraer el químico de él. Lee se acercó a uno de los hombres y apartando su playera, desinfectó una pequeña área en su brazo con una bola de algodón empapada de alcohol y empujo el émbolo de la jeringa para expulsar cualquier burbuja de aire que pudiera tener, entonces se detuvo un momento.

—¿Sucede algo, doctor Lee? —Choi preguntó cuando él no hizo ningún amague de continuar.

—Señor Choi, debo recordarle que no sé como vaya a reaccionar la inyección en un ser humano, ni siquiera estoy seguro de si esta medida es correcta, todos los animales de prueba fallecieron en cuanto...

—Doctor Lee, aplíqueles la inyección —Choi interrumpió su frenetico balbuceo.

—P-Pero...

—Doctor, ¿necesito recordarle que el pequeño Mark aún espera por reunirse con usted? —Él dijo lentamente. Choi tomó una brusca respiración, leyendo a la perfección la amenaza implícita.

—No, no es necesario —aseguró, girándose nuevamente hacia el sujeto.

El hombre le devolvió una mirada aterrorizada y comenzó a agitarse, murmurando lo que podrían ser ruegos para que no le inyectara por debajo de la mordaza en su boca. Marcus gesticuló un "lo siento" con los labios, no atreviéndose a pronunciar las palabras. Bajando la jeringa hasta el brazo del sujeto, Marcus aplicó la inyección y luego retrocedió varios pasos, desechando la jeringa.

Él estaba haciendo esto por el bien de su hijo.

Pasaron lo que parecieron largos y tortuosos segundos sin que ocurriera ningún cambio, entonces, cuando menos los esperaban, el sujeto lanzó lo que pareció un angustiante grito (que quedó amortiguado por las mordazas) y comenzó a convulsionarse.

—Querida Diosa —Marcus jadeo, apenas siendo capaz de dar dos pasos cerca del hombre antes de que unas manos lo sostuvieran y volvieran a alejarle.

—¡Está convulsionando! —Marcus gritó, viendo como el cuerpo del hombre se agitaba incontrolablemente sobre la silla, manteniéndose en su lugar solo debido a las sujeciones—. Debe estar asfixiándose, morirá si no le ayudo.

—Él morirá de todas formas, doctor Lee, ¿lo olvida? —La imperturbable voz de Choi se dejó escuchar—. No servirá de nada que le preste ayuda.

Marcus se detuvo, porque SeungYeop tenía razón, no había nada que realmente pudiera hacer por el hombre ahora que había recibido la inyección. No mucho después, el sujeto se quedó inmóvil en su lugar y todo ruido dejó de salir de él.

—¿Murió? —SeungYeop inquirió. Los guardias lo soltaron y Lee fue capaz de acercarse y tomar los signos vitales.

—Ha muerto —confirmó, sintiendo como sus ojos se llenaban de lágrimas que se obligó a no derramar.

Querida Diosa, ¿qué estoy haciendo?, gimió con mortificación internamente.

—¿Qué cree que sucedió?

—No puedo estar seguro hasta que le examine —Marcus respondió, negando con la cabeza—. Pudo haber sido que la dosis fue demasiado alta, n-no sé.

—Muy bien es una suerte que tenga a alguien más para comprobarlo. —Choi señaló al otro sujeto, quien se agitó, comenzando a luchar con fuerza contra sus restricciones.

—Señor Choi, tal vez deberíamos... —Lee detuvo sus palabras de golpe cuando escuchó el suspiro de frustración que dejó escapar el hombre.

—Doctor Lee, por favor, no agote mi paciencia —él advirtió con tono desdeñoso—. Ponga la inyección en el hombre, ahora —ordenó.

Marcus se enderezó, su instinto empujándole a obedecer la orden directa de un alfa dominante, tomó una nueva jeringa junto al vial antes utilizado, de donde retiró una nueva dosis, esta vez tomando menos de la mitad de la dosis que había tomado anteriormente. Acercándose al sujetó número dos, siguió el mismo procedimiento que con anterior, modulando de igual forma una disculpa con sus labios.

Igual que con el sujeto número uno, pasaron varios segundos antes de que la inyección hiciera efecto. Este se arqueó, sus ojos blanqueándose por varios segundos antes de perder el conocimiento, no dando signos de convulsión, por supuesto, esto podría no significar nada todavía.

—¿Aún vive? —En una rápida comprobación, Marcus se aseguró de que e hecho, aún lo hacía.

—L-Lo hace, necesito comenzar a monitorearlo, tomar pruebas, conectarlo —balbuceó con voz temblorosa—. Verificar el p-proceso.

—Entonces hágalo. —Choi señaló.

Las siguientes veinticuatro horas, que fue el tiempo que el sujeto número dos vivió después de la inyección, pasaron en lo que pareció un borrón.

Pudo confirmar el éxito del químico, pues después de examinar al sujeto, comprobó que su animal se había desconectado de su parte humana casi al instante y en las siguientes horas, el cuerpo del hombre se fue deteriorando a una velocidad alarmante, hasta que finalmente murió.

—Ha hecho un excelente trabajo, doctor Lee —Choi le felicitó, pareciendo complacido, Marcus se relajó, aunque solo un poco, que el hombre estuviera satisfecho debía ser algo bueno—. El resultado ha superado mis expectativas.

—Me alegra que lo haya satisfecho. —Asintió, retorciéndose nerviosamente las manos—. Entonces, ahora que mi trabajo ha terminado, ¿p-puedo irme? ¿Puedo v-volver con mi hijo?

—Por supuesto, doctor Choi, usted queda oficialmente liberado de sus deberes. —Choi sonrió, pero la retorcida sonrisa en el rostro del hombre solo provocó que se le erizaran los pelos de la nuca—. Sosténgalo —ordenó a los guardias, quienes siguieron las órdenes de inmediato.

—¡¿Qué es esto?! ¡¿Qué pasa?! —Gritó, intentando liberarse del agarre de los hombres. —¡Suéltenme!

—Tranquilícese, doctor Lee —Choi dijo.

Marcus palideció cuando lo vio ir hasta el refrigerador y tomar un vial de contritionem*, el químico que había creado. Choi buscó una jeringa en el cajón y Marcus comenzó a jadear, sabiendo lo que pasaría a continuación.

—No, no haga esto, ¡no puede hacer esto, señor Choi! ¡Hice todo lo que pidió! —Lee gritó desesperado, renovando la lucha con más fuerza. —¡No puede hacer esto! ¡Tengo un hijo! ¡Si me mata, ¿qué va a ser de mí hijo?! ¡Señor Choi, por favor!

—No se preocupe, doctor Lee, me encargaré de decirle que su padre falleció en por bien de la ciencia. —Choi le dedicó otra retorcida sonrisa, entonces introdujo la aguja en el vial y extrajo el incoloro líquido.

Lagrimas de miedo y frustración se derramaron por las mejillas de Marcus. Él siguió rogando, implorándole al hombre por su vida, más no valió de nada. Lee vio con grandes ojos como la aguja traspasaba la tela de su bata de laboratorio y camisa, sintiéndola poco después penetrar su carne, Choi empujó el émbolo y el líquido se extendió por su torrente sanguíneo.

Marcus perdió la consciencia segundos después.

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Cuando volvió a despertar, lo hizo en un lugar desconocido, solo había arboles por todos lados y la oscuridad cubría el lugar. Su cuerpo se sentía frio y temblaba a pesar de que en realidad estuviera empapado de sudor, le dolía todo y un vació se extendía dentro de sí, haciéndolo sentir solitario y vulnerable.

—Mi colibrí se ha ido —jadeó, su cabeza martilló dolorosamente—. Tengo que salir de aquí. —Marcus lo sabía, más sus fuerza parecía haberlo abandonado junto con su animal interior—. E-El antídoto, t-tengo que tomarlo.

Marcus se obligó a moverse y buscó en el bolsillo secreto que había confeccionado, metiendo la mano en su ingle, hurgó hasta que sus dedos dieron con el pequeño vial de plástico. Con esfuerzo, logró destaparlo y llevárselo a los labios.

Marcus forzó el amargo líquido por su garganta, este no estaba destinado a ser ingerido, pero a falta de jeringa, no es como si pudiera hacer algo más. Dejándose caer nuevamente en el suelo, él dejó que las lágrimas se derramaran y se deslizaran por las esquinas de sus ojos.

Fue una buena cosa que estuviera retrasando el proyecto hasta que finalmente tuvo un antídoto que fuera efectivo, Marcus no era ingenuo, él nunca confió en Choi y muy en el fondo, sabía que algo como esto pasaría. Fue por ello que trabajó en el antídoto del contritionem en secreto, manteniéndolo para él en caso de emergencia.

—Hijo de puta —maldijo al lobo alfa.

Pasaron horas antes de que el antídoto surgiera efecto y reuniera la fuerza suficiente para ponerse de pie. No sabe por cuánto tiempo caminó a la deriva antes de dar con un pequeño pueblo, Marcus fue directamente hacia un teléfono público y utilizó las únicas monedas en su bolsillo para llamar el número que se había visto obligado a memorizar.

—Espero no estar cometiendo un error —murmuró para sí mismo, antes de marcar.

Cincuenta y tres minutos después, una camioneta completamente blindada se detuvo en la ubicación que ofreció. La puerta se abrió y un extraño salió de ella, había un arma en su mano.

—¿Marcus Lee?

—E-Ese soy yo —respondió con duda, ¿tal vez este es el momento donde debería correr? ¿Realmente se había equivocado al comunicarse con esta gente?

—Acompáñenos, le llevaremos a un lugar seguro. —El tipo se hizo a un lado, señalando el interior de la camioneta, Marcus miró alrededor con duda, más suspiró, de todas formas, ¿qué otra opción tenía?

Marcus entró en la camioneta.

Vial: pequeño vaso, botella o frasco destinado a contener medicamentos inyectables, del cual se van extrayendo las dosis convenientes.​ Fabricados en vidrio o plástico, sirven para almacenar medicamentos o reactivos en presentación de líquidos, polvos o cápsula.

Contritionem: palabra en latín que significa "rompimiento".

Stars_Of_Saturn.

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