Capítulo 20

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Cuando sus balas se terminaron, ChanYeol usó su arma para defenderse del siguiente tipo que trató de írsele encima, golpeando la culata de su arma en su sien y pateando una de sus rodillas, no con la suficiente fuerza para romperla, pero sí para desestabilizarlo y hacerlo caer.

Él escuchó rápidos pasos acercándose desde atrás, por lo que se giró rápidamente solo para encontrarse con un cuchillo que casi se enterró directamente en su cara, sino fuera por su rápida reacción, esquivando el golpe y luego bloqueándolo cuando intentó apuñalarle una vez más.

Agarrando la muñeca del tipo, ChanYeol la retorció lejos de su cuerpo y lo dobló, dando repetidos y rápidos rodillazos en su abdomen, una vez perdió la suficiente fuerza, golpeó su mano hasta que soltó el arma blanca, entonces conectó un derechazo en el medio de su rostro y le noqueó.

ChanYeol apenas pudo tomar un respiro antes de que dos hombres más lo abordaran y tuviera que luchar contra ellos, le tomó un par de minutos también derribarles, pero una vez lo hizo, continuó avanzando hacia la casa donde sabía debía estar su compañero.

Golpeando el botón de su intercomunicador, ChanYeol le habló a sus hombres.

—Reporte, ¿alguien ha visto a BaekHyun? ¿Sigue él en la casa? —Tomó un largo momento antes de que alguien contestara.

—Sigue en la casa, señor, llegamos antes de que tuvieran la oportunidad de sacarlo y nadie ha intentado salir del lugar desde entonces.

—Muy bien, necesito a dos de ustedes para que me respalden, los encontraré justo en la entrada.

Tuvo que esquivar y derrumbar a varios hombres antes de que pudiera llegar al lugar y para entonces, ya había cuatro de los suyos custodiando la entrada. ChanYeol señaló a dos de ellos.

—Acompáñenme adentro, ¿están el resto de las salidas aseguradas? —Cuestionó, extendiendo la mano hacia los dos centinelas que le acompañarían—. Armas y recargas —dijo y dos pistolas junto con cuatro cargadores extra fueron dejadas en sus manos.

—Todas las salidas han sido aseguradas —uno de sus hombres confirmó—. Nadie entra y nadie sale sin su autorización.

—Correcto. —ChanYeol confirmó que ambas armas estuvieran en buen estado antes de guardarse los cargadores y una de ellas en su cinturón—. En marcha.

Sus hombres no necesitaron que dijera nada más, ellos se deslizaron con cautela hacia la propiedad y se colocaron a ambos lados de la puerta, con un último movimiento de cabeza, procedieron a derrumbarla.

Disparos comenzaron a llegar desde adentro y los tres se pusieron a resguardo, moviéndose nuevamente solo cuando las balas dejaron de llegar. Usando la habilidad que sus años de entrenamiento les habían otorgado, se colaron en el interior, derribando a dos de los tres hombres que protegían la entrada antes de que pudieran hacer algo.

El tercer hombre logró herir a uno de sus centinelas, quien inmediatamente cayó de espaldas al suelo, ChanYeol frunció el ceño, hasta que vio el dardo sobresaliendo de su hombro. Maldiciendo en voz alta, lo arrastró lejos de la vista y lo metió en lo que luego descubrió era la cocina.

Para sus suerte, el lugar estaba vacío, así que llevándolo tras la encimera, ChanYeol lo recostó contra esta, buscando en sus bolsillos uno de los dos viales con el antídoto de Contritionem junto con el dispositivo de inyección rápida.

ChanYeol ubicó el vial en el dispositivo y sacó el dardo del hombro de su centinela, entonces cortó su manga y le inyecto, dejando atrás un pequeño círculo rojizo con una pequeña picadura en medio.

—Estarás bien. —ChanYeol palmeó el hombro de su aún inconsciente centinela, tomando los dos viales del antídoto que el mismo poseía.

Era demasiado peligroso dejarlos en él para que alguno de los hombres de Choi pudiera encontrarlo, todos sus hombres tenían la orden de retirarlos de aquellos que fueran golpeados con el veneno o en el peor de los casos, asesinados.

Alguien entró a la cocina y ChanYeol apuntó su arma hacia él, mas se relajó al ver que solo era su otro centinela.

—El objetivo ha sido reducido —le informó.

—Bien, comunícate con alguien para que se haga cargo de Bank. —ChanYeol señaló al centinela herido—. Estoy subiendo al segundo piso, según BaekHyun, está en la tercera habitación a la izquierda.

—¿La luna BaekHyun, señor? ¿Ha tenido comunicación con él? —Su centinela parecía genuinamente desconcertado, ChanYeol se encogió de hombros.

—Haz lo que dije. —Él no esperó ninguna respuesta antes de encaminarse hacia las escaleras, curiosamente, no había nadie allí. Su centinela le siguió de cerca una vez se comunicó para que Bank fuera recogido.

Recorriendo los pasillos con cautela, ellos revisaron cada habitación en el piso, asegurándose de ser extremadamente silenciosos. Cada uno de los lugares estaba igual de vacíos y ChanYeol pensó que era demasiado raro, ¿no estaban siendo demasiado descuidados?

No teniendo el tiempo para pararse a pensar demasiado en ello, finalmente avanzó a la última habitación. ChanYeol se detuvo a un lado de la puerta y miró al hombre justo a él, haciendo señas hacía esta y luego a sí mismo, le indicó que la derrumbaría y que debía cuidar su espalda. Su centinela asintió.

Tomando una profunda respiración, ChanYeol recogió el aroma de BaekHyun, junto con el de los traidores BongSung y ChanSook, sin embargo, había un tercero que no reconoció, pero que tampoco tardó en asociar a Kwang ChulMoo.

Levantando tres dedos, ChanYeol comenzó a contar, bajándolos uno a uno, entonces, una vez terminó de contar, ambos hombres patearon la puerta con todas sus fuerzas, pasando a derrumbarla.

Ellos tuvieron que alejarse inmediatamente después, dado que dispararos comenzaron a llegar desde las armas de los hombres en la habitación.

—¡Será mejor que se rinda, alfa Park! —La voz de quien debía ser ChulMoo se alzó en cuanto los disparos terminaron, pronunciando su rango con desdén—. A menos, claro, que no le importe lo que le pase a su quería luna.

—¡Si le tocas un solo cabello, no saldrás de aquí con vida! —ChanYeol amenazó, sus ojos resplandeciendo en dorado.

—No me desafíes, Park, porque me puedo sentir tentado a tocar mucho más que eso. —El estómago de ChanYeol se retorció ante el tono sinuoso del hombre, él sabía bien de lo que era capaz, ChanYeol era consciente de lo que este le había hecho al omega Jeon cuando este había sido apenas un niño.

—Te quedarías sin manos mucho antes de que lo intentaras. —El tono de ChanYeol se había vuelto más animal que humano—. Si quieren que tenga misericordia de ustedes, me entregarán mansamente a BaekHyun dentro de los próximos diez segundos.

ChulMoo se rio con burla.

—¿Realmente piensas que estás en posición de exigir cualquier mierda? —Resopló.

—Nueve, ocho, siete...—ChanYeol contó en voz alta, tomando su otra pistola del cinturón y retirándole el seguro, él miró hacia su centinela, quien simplemente asintió, confirmándole que estaba listo.

—Muy bien Park, inténtalo, tu omega estará tan muerto como tú para cuando estés junto él. —Había lo que parecía genuina diversión en el tono de Kwang.

—Cuatro, tres, dos...

¿BaekHyun?

"¡Listo!"

—¡Uno!

ChanYeol entro justo a tiempo para ver a BaekHyun rodar fuera de la cama y del agarre de Kwang ChulMoo. En cuanto su omega estuvo en el suelo, ChanYeol comenzó a disparar, su centinela siguió su ejemplo solo un segundo después.

Uno de sus hombres corrió directamente en su dirección, derrapando un poco en la baldosa antes de ser capaz de frenar en su totalidad y erguirse, mostrando respetos ante él. El hombre incluso jadeaba pesadamente.

—Descansa —le dijo, el centinela relajó la postura de inmediato—. ¿Qué ha sucedido?

—Señor, el centinela Shin ha vuelto con el joven protegido del ejecutor Khang y ha solicitado una reunión urgente con usted.

NamJoon frunció el ceño, pensando en la razón por la cual su centinela le pediría una audiencia a las tres de la mañana. Si el hombre estaba tan desesperado por presentar un informe, no podría haber descubierto nada bueno.

—¿Dónde está?

—Está en su despacho junto al joven Rae, señor.

—¿Rae?

—Rae MyunSuk, el protegido del ejecutor Khang, alfa —le aclaró.

—Gracias soldado, me dirigiré de inmediato hacia allá, puede volver a su puesto. —Con un último saludo, el hombre giró sobre sus talones y se alejó con un caminar constante.

NamJoon dejó la taza de café aún a medio beber en la encimera y salió de la cocina en dirección a su oficina, él había tenido que tomar una para lograr mantenerse despierto, después de su reunión con YoonGi y el señor Sun, misma que se extendió hasta poco más de las diez de la noche, él había vuelto a casa para terminar de encargarse con la organización de sus hombres y el papeleo que aún en ese momento no había podido terminar.

Tocando su lazo mental, suspiró satisfecho al sentir que SeokJin finalmente se había dormido. Su compañero había llegado a la casona junto con sus guardias hacía poco más de una hora, luego de haber estado visitando los refugios cercanos para mostrar apoyo y tranquilizar a las nerviosas familias.

NamJoon no podía sentirse más orgulloso, pues SeokJin aún encontraba las fuerzas para asistir a su gente, sin importar lo mental o físicamente agotado que se encontrara con la situación de TaeHyung y el incesante trabajo funerario para las familias de todos los hombres que habían perdido la vida en servicio hace una semana.

En definitiva, esa estaba siendo una semana desastrosa para todos y lo peor era que NamJoon intuía que aquello solo era la punta del icerberg.

—Señor —Shin saludó, comenzando a ponerse de pie, mas NamJoon le hizo un ademán para que se quedara donde estaba.

—No te molestes —le dijo, sus ojos desviándose hacia el chico sentado a un lado—. Imagino que tú eres Rae MyunSuk.

—Así es, alfa —el chico contestó, manteniendo su cabeza cuidadosamente gacha—. Le agradezco infinitamente el que me reciba.

—Tonterías, siempre se debe tender una mano a quien lo necesite. —NamJoon se encaminó hacia su escritorio, rodeándolo para dejarse caer sobre su silla—. ¿Estás bien? ¿Ya has cenado? Eso también va para ti Shin, ¿quieren que ordene que les traiga algo?

—Comimos algo de camino hacia aquí —Shin respondió, lanzando una mirada de reojo hacia Rae—. No obstante, no sé si MyunSuk tal vez quiera algo.

—Estoy bien, gracias.

El chico respondió demasiado rápido, casi como si tuviera miedo de que pensaran que estaba molestando de cualquier forma. NamJoon miró a Shin, quien negó con semblante preocupado.

—De todas formas, pediré que traigan algunas tazas de, eh... chocolate, ¿te gusta el chocolate, MyunSuk?

—Sí, alfa, me gusta. —El chico todavía se aseguró de mantener su cabeza gacha.

—Bien. —NamJoon no quería presionarle, pero definitivamente tendrían que trabajar en eso con el pobre chico—. Estoy pidiendo una para ti también, Shin, pediré que las acompañen con algunas tostadas, ¿está eso bien?

—Sí, señor, se lo agradezco.

NamJoon hizo la orden y luego fijó su vista en Rae, quien apartó la mirada con alarma cuando sus ojos chocaron.

—Puedes mirarme a la cara, MyunSuk —le dijo suavemente—, en realidad, lo preferiría.

Rae levantó la cabeza de golpe, sus ojos abiertos a más no poder, mirándole con más alarma que antes.

—Lo siento, alfa, no era mi intención ofenderle —dijo atropelladamente.

—No me ofendes, chico. Solo trato de decirte que puedes mirarme a la cara cuando hable, nunca he inculcado menos que eso en mi gente. —Algo resplandeció en la mirada del chico, mas el no dijo nada, solo apretó los labios y asintió—. Bien, con eso aclarado, Shin, ¿qué era eso tan urgente que necesitabas decirme? —NamJoon encaró a su centinela.

—En realidad, señor, no soy quien tiene algo para contar, ese es MyunSuk. —Shin señalo al chico.

—¿Es así? —NamJoon hizo un sonido afirmativo para sí mismo y devolvió su atención al chico—. Puedes hablar entonces, MyunSuk.

—Alfa —Rae se removió sobre su asiento, mirando con incomodidad hacia Shin—, disculpe mi atrevimiento señor, pero tendré que solicitar que estemos solos.

NamJoon arqueó las cejas con interés. —Shin es un hombre de confianza, puedes hablar frente a él sin ninguna preocupación —le instó.

—Lo siento alfa, pero me veré obligado a insistir, son órdenes del propio señor Khang. —Ante su tono insinuante, NamJoon no tuvo más remedio que aceptar su solicitud.

—Shin...

—Esperaré afuera, señor. —Shin se puso de pie de inmediato, no necesitando que NamJoon dijera más—. Con su permiso. —Shin se inclinó y le dedicó una alentadora sonrisa a Rae.

Una vez estuvieron solos, NamJoon le pidió al chico una vez más que le contara lo que tenía para decir. Asintiendo, Rae se puso de pie y comenzó a quitarse su chaqueta de estampado militar.

—Realmente lamento mi atrevimiento al exigirle de esa forma, alfa, pero el señor Khang me dijo explícitamente, que además de él y su compañero el señor Jung, solo habían tres personas en las que podía confiar. —Rae continuó quitándose esta vez la camiseta de color blanco que llevaba debajo, entonces se retiró la mochila de tela que cargaba bajo esta y se la entregó—. Esos son el alfa líder Kim NamJoon, el alfa líder Park ChanYeol y el alfa líder Min YoonGi, absolutamente nadie más.

Intrigado y ligeramente sorprendido, NamJoon aceptó la mochila, abriéndola cuando Rae le dijo que lo hiciera. Había una carpeta dentro, misma que NamJoon sacó y puso sobre su escritorio.

—¿Esto es? —NamJoon preguntó, comenzando a hojear la carpeta.

—Esa, alfa Kim, la razón por la que el señor Khang casi perdió la vida. —La voz de Rae flaqueó por un momento, NamJoon le miró, este estaba volviendo a colocarse la ropa—. En esa carpeta se encuentra la lista de nombres de absolutamente todos los aliados de Choi SeungYeop y Dong SeoHyuk.

—¿Perdón? —Los ojos de NamJoon se abrieron en grande, demostrando su inminente sorpresa, él comenzó a hojear la lista con mucho más cuidado.

—Allí están todos sus contactos, internacionales, nacionales y locales, así como los nombres de todos aquellos que Choi tiene infiltrado entre las mandas de los principales líderes y sus aliados, alfa. —Rae tomó asiento—. El nombre de cada traidor está escrito allí, clasificado por manadas y ciudades.

—Maldición, esto es mucho más de lo que alguna vez esperé que llegaríamos a tener. —NamJoon sonrió, satisfecho de finalmente tener una ventaja considerable sobre Choi SeungYeop y sus aliados.

—El señor Khang dijo que la información debía ser manejada con suma discreción, puesto que personas del alto mando están allí, según el listado y como usted mismo podrá ver una vez lo revise, incluso hay varios líderes del consejo trabajando con Choi.

—¿Cómo? —NamJoon gruñó, ellos ya sabían que incluso el consejo no se libraba de tener infiltrados, pero él nunca esperó que los mismos ancianos estarían aliados al bastardo de Choi.

—El señor Khang sugirió encarecidamente una inmediata limpieza de su propia manda antes de continuar con las demás. —Rae miró los alrededores nerviosamente—. Dijo que las lunas estaban en potencial peligro y el señor HoSeok pidió que tanto su luna como su hermano, fueran puesto bajo absoluto reguardo, que fueran llevados a la casa de seguridad y que no se le permita a nadie el conocimiento de su paradero.

—¿Jin está en peligro? —NamJoon saltó sobre sus pies, su cabeza viajando inmediatamente hacia su durmiente pareja.

—Revise la lista, alfa y vea por usted mismo quienes son los que le han dado la espalda. —Rae se retorció las manos—. El señor Khang dijo que no todos son aliados activos, que hay algunos con los que aún podrían no haber hecho contacto, pero que ese no era motivo para fiarse, dado que si sus nombres estaban ahí, debía haber una buena razón para ello.

—Entiendo, tomaré su palabra. —NamJoon asintió—. ¿Hay alguna otra cosa?

—No, al menos no más allá del hecho de que el señor Khang me aseguró que usted me brindaría estadía y protección, yo... —el chico dudó—, no quiero imponerme, pero...

—Justo ahora, eres lo más cercano que hay a un héroe, chico. —NamJoon se acercó a él y apretó su hombro de manera reconfortante—. Prometo por mi honor que mientras estés bajo mi cuidado, nada te pasará.

—A-Alfa. —Los ojos de rae se nublaron y sus hombros se derrumbaron con aparente alivio, luciendo por primera vez, como el chiquillo de quince años que en realidad era—. Muchas gracias, señor.

—Gracias a ti, hijo, por arriesgar tu vida para traer esto hasta mi. —NamJoon sonrió al chico con suavidad—. Ahora, por qué no vamos y conseguimos ese chocolate y tostadas que te prometí, una vez lo tomes, hare que te asignen una habitación para que puedas descansar.

Rae asintió, parpadeando rápidamente para apartar las lágrimas.

—Gracias.

—Tonterías, ahora vamos a... —El sonido de su celular interrumpió sus palabras y NamJoon frunció el ceño, metiendo las manos en sus bolsillos para tomar su celular, sus cejas arqueándose al leer el nombre del beta de Park en él—. ¿JongIn? ¿Qué sucedió?

—Señor, tengo no muy buenas noticias. —La voz de JongIn se escuchaba ligeramente alterada—. Choi SeungYeop ha capturado a nuestro alfa.

NamJoon contuvo la respiración.

—Bien, mierda.

—Han pasado doce horas, YoonGi. —NamJoon se paseó de un lado a otro en la habitación—. Dentro de doce horas más van a matarle a él y su pareja si no damos con su paradero.

—JunGi está haciendo todo lo que puede. —YoonGi se estrujó los ojos con sus dedos índice y pulgar—. Él piensa que está cerca, pero aún no ha podido aislar el rango lo suficiente para dar con la ubicación exacta.

—Ese mal nacido de Choi, ¿quién hubiera pensado después de su último ataque, que en realidad sería capaz de organizarse de esta forma? —NamJoon negó dejándose caer con pesadez en el asiento frente a YoonGi.

—Ya nos lo habían dicho, ¿no? Que el hombre era en realidad más peligroso de lo que había dejado ver. —GeumJae señaló.

—Supongo que nos descuidamos demasiado.

—Eso es un hecho. —YoonGi asintió a las palabras de su amigo, enojado consigo mismo por ello—. De cualquier forma, solo nos queda trabajar en ello, ¿cómo lo está llevando JongIn?

—Su gente está congela, no han hecho más que mantener el frente y evitar que los hombres de Choi penetraran en la ciudad. —NamJoon hizo una mueca—. Si una vez pensamos que nos tenían cogidos por las pelotas, ni siquiera puedo especular sobre el hombre.

—¿Qué tiene planeado hacer si no logramos dar con el paradero de Park? —GeumJae cuestionó.

—Mantenerse en pie y tomar el mando, por supuesto —YoonGi contestó con absoluta convicción—. Es lo que todo beta tiene que hacer en esta clase de situación.

—YoonGi tiene razón —secundó NamJoon—. Un beta hará todo lo necesario para salvar a su alfa, pero si al final del día no puede hacerlo, no le queda más que aceptarlo, reagruparse y tomar las riendas de la manada.

—Por lo que, si no logramos encontrarlo, simplemente tendremos que aceptar la idea de que el alfa Park y su compañero serán asesinados, porque se niegan a entregar la manda. —GeumJae espetó con amargura.

—Ello serian asesinados de todas formas, GeumJae. —Los tres hombres en el despacho se enderezaron ante la entrada del señor Min, ellos saludaron respetuosamente.

—Padre —Jae reconoció.

—Hola, muchachos —el señor Min saludó, caminando hacia ellos para tomar asiento junto al mayor de sus hijos—. En cuanto a lo que decías sobre Park y su compañero, GeumJae, piénsalo con detenimiento, ¿realmente piensas que Choi le dejaría con vida cuando Park ChanYeol representa una amenaza tan grande para sus metas?

—Pero el ya tendría lo que quiere, ¿no?

—Con más cuidado, GeumJae, analízalo. —Su padre se dio varios toques en la frente y Jae arrugó el ceño, pensando seriamente en ello.

—Creo que... creo que lo entiendo, ahora —dijo un rato después—. Él no podría dejarlo vivo porque ChanYeol podría intentar recuperar su manada nuevamente en algún momento, ¿es eso?

—Lo es —su padre confirmó—. ChanYeol tiene demasiados aliados y es muy querido, si continuara con vida, su gente lo seguiría y guardarían esperanza, Choi no necesitaría nada de eso, porque un hombre con esperanzas siempre estaría dispuesto a luchar.

—Y eventualmente se rebelarían ante él. —GeumJae asintió.

—Por lo tanto, no serviría de nada que JongIn se rindiera, ellos están usando a ChanYeol y su luna de cebo en este momento, pero Choi sabe que eso no le durará por mucho tiempo, por eso solo les ha dado un rango de veinticuatro horas para tomar una decisión —YoonGi agregó.

—La única esperanza de ChanYeol y BaekHyun es que los encontremos, guardamos la esperanza de que tengamos más tiempo que este, por supuesto, después de todo, Choi también sabe que ambos le sirven más con vida que muertos —NamJoon concluyó.

—Entonces, todo está en manos de JunGi.

—Al menos por el momento, sí. —NamJoon asintió—. Lo que me lleva a la razón por la que convoqué esta reunión.

—Cierto, ¿qué es eso que tienes que mostrarnos? —YoonGi preguntó a su amigo.

—Esta madrugada, justo antes de que recibiera la llamada de JongIn, acababa de reunirme con Rae MyunSuk, el protegido del ejecutor Khang. Quien por cierto, estaban en lo cierto, el chico es solo un niño de quince años. —La mandíbula de NamJoon se tensó—. Ellos realmente están reclutando a niños.

—Es lamentable, pero no sorprendente, ya nos habíamos topado con algunos de ellos. —YoonGi señaló.

—Sí, lo sé, eso no es por lo que estoy aquí. —Sacando un pendrive desde su saco, NamJoon lo dejó sobre la mesa de centro, YoonGi la tomó.

—¿Qué contiene?

—Un listado con todos los nombres de los traidores y potenciales traidores que son parte de tu manada. —Ante sus palabras, el rostro de los tres Min se ensombreció.

—NamJoon, explícate mejor, por favor —le pidió.

—Esto proviene de Khang JuWon, él envió una carpeta con los nombres de todos los aliados de Choi y Dong, incluso tenemos el nombre de todos los peces gordos que están financiando esta estupidez para él y no te gustará, porque el nombre de varios ansíanos del consejo resplandecen allí.

—¿Cómo? GeumJae. —YoonGi señaló a su hermano, quien para entonces ya se estaba moviendo en busca de su computadora, volviendo a su asiento una vez la obtuvo. YoonGi le facilitó el dispositivo—. Si incluso el mismo consejo tiene sus manos embarradas en esto, significa que toda esta mierda va mucho más allá que los estúpidos ideales de un idiota queriendo tomar más de lo que puede abarcar.

—Así es. —NamJoon asintió con pesadez—. Por el momento, el pendrive solo contiene el nombre de la gente de tu manada que se volvieron traidores, es todo lo que pude digitalizar antes de tener que venir, revisé la lista y he puesto a mis hombres de confianza a trabajar en limpiar la mierda en mi propia manada, también he enviado a SeokJin y TaeHyung a nuestra casa de seguridad.

—¿Incluso TaeHyung? No creo que sea viable que esté fuera del hospital, NamJoon —YoonGi debatió.

—He ordenado que el lugar sea equipado con cualquier cosa que pueda necesitar y hay tres enfermeras con él, JungKook estará allí con ellos, pero no es posible que lo mantenga expuesto.

—Profesionalmente, sigo sin estar de acuerdo con esta idea, pero supongo que te entiendo. —YoonGi sacudió la cabeza—. Como alfa, sé que es lo mejor para ellos.

—YoonGi, esto no te va a gustar, el nombre dos de nuestros principales centinelas está aquí y varios de los guardias de JunGi y papá —GeumJae dijo casi sin aliento.

—¿Qué? Mierda, llama a JunGi de inmediato. —YoonGi saltó sobre sus pies y GeumJae le imitó, solo que este corrió directamente fuera de la sala hacía la oficina de su hermano—. ¡GeumJae! ¡¿Qué haces?!

—¡Dos de los traidores están trabajando con JunGi en este momento! ¡Él podría estar en peligro! —GeumJae gritó de vuelta, YoonGi maldijo.

—NamJoon te encargo a papá, tengo que ir tras el idiota, pondrá a todos sobre aviso. —Gruñendo, YoonGi se acercó a su escritorio y sacó su arma, entonces corrió tras su hermano—. ¡Y papá, por lo que más quieras, quédate junto a NamJoon!

YoonGi bufó para sí mismo, como si ya no estuviera teniendo suficientes problemas.

Stars_Of_Saturn.

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