Capítulo 26

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Cuando JiMin salió del consultorio de la doctora Shin, se encontró con YoonGi sentado en los asientos de espera fuera de este, tal y como había comenzado a hacer desde que había retomado las consultas con su psicóloga hace poco más de un mes.

El alfa se puso de pie y avanzó hacia él, tomando sus manos para dejar un beso en sus nudillos.

—Hey, ¿cómo fue? Lamento no haber podido venir a dejarte antes.

JiMin sonrió hacia el alfa y entrelazó sus dedos con los de este.

—Bastante bien, la doctora Shin dijo que estaba sobrellevando el asunto muchísimo mejor de lo que se habría pensado —dijo, comenzando a caminar hacia el ascensor.

—Todos estamos orgullosos y felices por ti debido a ello —YoonGi confesó—, admito que todos habíamos estados muy nerviosos, temíamos que tuvieras una recaída mucho más fuerte.

—Lo sé, no diré que estoy completamente bien, pero estoy poniendo todo de mí. —JiMin saludó con la mano a la asistente de su psicóloga a forma de despedida, esta le respondió el gesto con una sonrisa—. El que te mantuvieras todo el tiempo a mi lado también ha ayudado mucho, me reconfortas y contienes cada vez que lo necesito.

—Y lo haré siempre que me lo permitas. —YoonGi besó una vez más el dorso de la mano que sostenía—. Sin embargo, no me des tanto crédito, esto has sido todo tú.

—Hum —JiMin murmuró, ya había aprendido que era inútil discutir sobre ello con el alfa—. La doctora Shin también dijo que mantendríamos las consultas a dos días a la semana, que si mantenía el ritmo, no pasaría mucho antes de que solo fuera necesario un día y posteriormente ya no necesite venir a consulta.

—Eso es grandioso, JiMin. —El alfa se mostró contento con ello y JiMin no pudo evitar sonreír—. Eres muy fuerte.

—Gracias.

JiMin también se encontraba feliz por sus logros, sí, era un poco triste que cada vez que parecía finalmente terminar de recomponerse, algo nuevo pasara y le provocara una inminente decaída.

No obstante, JiMin llevaba las cosas mucho mejor y a pesar de que las dos primeras semanas desde que fue rescatado habían sido bastante difíciles, con JiMin teniendo una recaída tan fuerte que el alfa tuvo que marcarlo para poder controlarle, se sentía mucho mejor.

La marca de YoonGi era otra cosa que le ayudaba, la conexión con el alfa de alguna forma lograba que se sintiera contenido aún cuando no estaba presente.

YoonGi había estado genuinamente avergonzado y arrepentido, él no dejó de disculparse durante toda una semana por su precipitado acto, sin embargo, JiMin entendía el porqué lo había hecho.

Estando solos en su cabaña, sin ningún sedante al alcance de su mano y con JiMin teniendo un ataque tan feroz que YoonGi confesó haber pensado que terminaría en algo peor que un colapso nervioso, bueno, no es como si tuviera muchas opciones.

JiMin había tenido que afirmarle al alfa más de una vez que no estaba molesto y que en todo caso, solo era una marca temporal y que la misma se iría en un par de meses. Le costó, pero YoonGi había dejado el tema, aunque aún lamentaba que la primera vez en que lo hizo, haya sido sin su consentimiento previo y bajo tales circunstancias.

En el fondo, JiMin también lo lamentaba, pero solo por el hecho de que hubiera deseado estar consciente cuando aquello pasara, no obstante, estaba feliz y conforme con llevar la marca del alfa, él incluso se atrevería a decir que hasta un poco orgulloso.

YoonGi era simplemente maravilloso y se preocupaba por él de una forma en que solo JungKook y sus difuntos padres habían hecho alguna vez. El alfa siempre procuraba su seguridad, tranquilidad y comodidad.

Él incluso había estado viajando cada noche hasta la manada Kim para estar a su lado, al menos hasta que JiMin finalmente aceptó el quedarse en la casona Min, pues sintió pena de que este tuviera que viajar durante horas cada día tanto para ir a su cabaña como para volver hacía su propia manada.

Lo que al alfa más le había preocupado, era el hecho de que JiMin se tenía que quedar solo, pues JungKook, un mes después de su rescate, mes en el que había estado actuando un poco extraño, se había instalado permanentemente en la casa seguridad en que mantenían a TaeHyung.

TaeHyung... el omega seguía sin despertar. El menor no mostraba ningunas señales de mejoría, aunque afortunadamente, tampoco empeoraba, simplemente se mantenía estable.

JungKook estaba llevando las cosas tan bien como podía, aunque era obvio el dolor que ver y recordar el estado en que su compañero se encontraba. Aún cuando le marcó nuevamente a sugerencia de los doctores, TaeHyung no había mostrado ninguna reacción.

Conversando con el doctor Lee, quien le había explicado sobre el Contritionen y sus efectos, JiMin supo que la posible razón de aquello, era la perdida de la parte animal del omega.

Aparentemente, el tigre de TaeHyung había muerto y dada la vívida experiencia del doctor Lee, las probabilidades de que le recuperara eran pocas, por no decir nulas.

—¿En qué piensas? Tu aroma está comenzando a agriarse —YoonGi preguntó, abriéndole la puerta del auto para que subiera—. ¿Qué te pone triste?

—Estaba pensando en TaeHyung y JungKook —respondió, agradeciéndole al alfa cuando tomó asiento en el auto, este cerró la puerta y lo rodeó para hacer lo mismo.

—¿Hablaste con JungKook recientemente? —YoonGi se puso el cinturón y luego encendió el auto.

—Sí, me llamó cuando venía de camino a consulta. —JiMin también se puso el cinturón y solo entonces YoonGi arrancó el auto—. Aparentemente Tae sigue sin dar ningún avance.

—Solo necesita tiempo, ya verán, despertará en cualquier momento —el alfa reconfortó y JiMin asintió, era lo que todos seguían diciéndose.

A casi cuatro meses desde que fueron atacados y JiMin secuestrado, tres desde que le rescataron, las esperanzas comenzaban a convertirse en dudas de que el omega no despertara. Pero aún así, ellos luchaban por mantenerse positivos.

—Solo desearía que no se tardara mucho más. —JiMin dejó salir un suspiro.

YoonGi le miró de reojo, él deseaba lo mismo, después de todo, TaeHyungera un buen chico y ni él ni Jeon se merecían tener que pasar por eso.

Más tarde esa noche, ya siendo la hora de dormir. YoonGi se dirigió hasta su habitación, sintiéndose totalmente agotado después de haberse mantenido de reunión en reunión durante toda la tarde y noche de aquel día.

Él abrió la puerta de su habitación con cuidado, porque era poco más de media noche y para entonces JiMin debía estar durmiendo, mas grande fue su sorpresa al encontrarse al omega sentado en la esquina de la cama, dándole la espalda a la puerta mientras su bata de baño caía alrededor de su cintura y aplicaba su loción (sin olor, pues era más que todo un hidratante) corporal en sus brazos.

Los ojos de YoonGi se deslizaron por la espalda de su omega, apreciando el suave tono de su piel, mas no pudo hacerlo por mucho, pues en cuanto el menor se percató de su presencia, se apuró a cubrirse de nueva cuenta con su bata.

—¡Y-YoonGi! ¿C-Cuándo llegaste? ¿Por qué no hiciste ningún ruido? —Cuestionó sobresaltado, parándose de la cama mientras apretaba los bordes de la bata en su pecho.

Afligido, YoonGi se acercó hasta JiMin, quien nervioso, se removía en su lugar, mirando en casi todas direcciones.

—¿Q-Qué sucede? —JiMin preguntó titubeante, una vez el alfa estuvo parado frente a él—. ¿YoonGi?

—Eres hermoso, JiMin. —Fue la respuesta que YoonGi le dio—. El omega más hermoso que he conocido nunca —agregó, llevando su mano a la mejilla de este para acariciar tiernamente con el dorso de ella.

Las mejillas de JiMin tomaron color y YoonGi sonrió con ternura, porque pareciera que su preciosa pareja nunca terminaba de acostumbrarse a sus elogios.

—Siempre lo serás a mis ojos, sin importar qué —continuó, deslizando sus dedos hasta meterlos por debajo del cuello de su bata. Él le miró a los ojos—. No hay nada en ti que pueda desagradarme, ¿está bien? No tienes porqué esconderte, no tienes porqué sentir vergüenza.

—Y-Yo... —JiMin tragó, no sabiendo bien qué decir, sin embargo, cuando los dedos de YoonGi tomaron el borde de su bata y comenzaron a apartarla, él terminó aflojando el agarre que mantenía en ella, permitiéndole descubrirlo.

—No tengas miedo, Minnie —YoonGi repitió, deslizando la bata de baño por los brazos del omega, quien se agarró a sus antebrazos—. Está bien —susurró con calma.

La respiración de JiMin se había acelerado y el miedo en sus ojos hacía que el pecho de YoonGi se apretara dolorosamente.

Acercándose hasta él, YoonGi terminó con todo el espacio entre ellos y luego se agachó hasta posar sus labios en el hombro del omega. Deslizando sus dedos por la piel de sus brazos, YoonGi acarició con especial ternura las irregularidades que las cicatrices en ellos habían provocado.

JiMin contuvo el aliento, apretando los dedos aún más alrededor de sus brazos, YoonGi dejó cortos besos por toda la extensión de su hombro, deteniéndose cuando llegó a su cuello, donde dejó un beso mucho más largo sobre la marca temporal que decoraba el lugar.

Con cuidado, el alfa deslizó sus manos desde los brazos del omega hasta su espalda baja, donde también acarició la expuesta e irregular piel.

—YoonGi —JiMin gimió mortificado, intentando alejarse de su toque, mas él no estaba teniendo nada de eso, por lo que reafirmó el agarre alrededor del omega y le mantuvo apretado contra su pecho.

—Ssh, precioso, todo está bien —reconfortó, besando nuevamente su marca, JiMin se estremeció.

—Pero, no quiero que... no quiero que las t-toques —JiMin gimió una vez más—. No quiero.

—¿Por qué no? —YoonGi inquirió, alejando su rostro del cuello del omega para poder encararle—. Ellas son parte de ti, ahora.

—Lo sé, pero son horribles y-y —la voz de JiMin se quebró y su semblante solo parecía demostrar más aungustia con el pasar de los segundos—, no me gustan. No quiero que las toques, no quiero las veas y...

—¿Y comiences a desagradarme? —YoonGi cuestionó cuando pareció que el omega no podría terminar su frase, JiMin apartó la mirada.

—Son horribles, YoonGi.

—JiMin, amor. —YoonGi llevó una de sus manos al mentón del omega e hizo que le mirara—. Estas —dijo, deslizando sus dedos a través de las cicatrices que ahora decoraban toda la espalda de su omega, unas más grandes y pronunciadas que otras—, son solo marcas, marcas que demuestran lo fuerte que has sido, lo mucho que has pasado y lo mucho que has luchado, son tus marcas de guerra, cariño y ellas nunca podrían hacerte menos hermoso a mis ojos.

—Pero...

—Sin peros —YoonGi le interrumpió, soltando su barbilla para también llevar esa mano a la espalda del omega—. Esto de ninguna forma te hace menos, no tienes porqué esconderlas de mí, porque cada vez que las miro, solo puedo pensar en lo valiente, en lo fuerte y en lo tenaz que es en realidad mi omega.

—N-No mientas —JiMin reprochó, sus ojos comenzando a humedecerse.

—Nunca lo haría, no te negaré que también me hacen pensar en que fallé en protegerte —confesó con aflicción—, pero ese pensamiento nunca perdura más de un par de segundos antes de ser totalmente opacados por pensamientos de ti siendo lo suficientemente fuerte como para aguantar toda la mierda que tuviste que pasar y haber salido de ello.

Sonriendo, YoonGi se agachó para unir sus labios a los de su omega en un casto y corto beso, llevando sus pulgares hasta las mejillas de este para limpiar las lágrimas que finalmente terminaron derramándose.

—Eres hermoso, JiMin y ninguna marca en tu cuerpo, sin importar cuál sea, hará que lo seas menos, ¿está bien? —Esta vez, él depositó un beso sobre la frente del omega, quien alzando sus brazos, envolvió su cintura y enterró su rostro en su pecho—. Eres simplemente precioso y te lo diré cada día y a cada hora de ser necesario, lo diré hasta que vuelvas a recuperar tu confianza, hasta que te des cuenta que unas simples marcas no podrán hacer que deje de amarte o que te tenga menos estima, te amo, JiMin y nunca serás menos que perfecto para mí.

—Eres demasiado bueno —JiMin sollozó—. ¿Cómo puedes pensar que soy perfecto? Que soy hermoso si...

—Porque lo eres —le interrumpió nuevamente—, eres hermoso y no solo físicamente, JiMin, eres precioso en todos los ámbitos y no puedo evitar agradecerle a la Diosa cada día, por haberme destinado a ti, eres mucho más de lo que merezco y siempre le estaré agradecido por traerte a mí.

JiMin volvió a sollozar, aún más conmovido por las bellas palabras de su alfa. Él restregó su mejilla contra el pecho de este y le apretó aún más entre sus brazos, sintiéndose sumamente reconfortado y adorado cuando el alfa hizo lo mismo, dejando suaves caricias sobre su espalda.

—Te amo, YoonGi. Gracias por haber llegado a mi vida.

—Te amo, lindura, gracias ti por haber llegado a la mía y por haberme permitido ser parte de la tuya —YoonGi besó la coronilla del omega, quien echando la cabeza hacia atrás, pidió silenciosamente por un beso que él no dudó en otorgarle.

—Real, realmente te amo —JiMin suspiró contra sus labios cuando el beso terminó. YoonGi sonrió.

—Te amo igual, lindura —respondió, acariciando sus narices juntas durante un momento antes de volver a fundirse en un beso.

YoonGi llevó a JiMin a la cama y lo tendió suavemente sobre ella, entonces subiendo junto a él, se aseguró de adorar cada pedacito de su piel, acariciando con sus dedos y con su boca mientras le decía una y otra vez lo hermoso que era.

YoonGi había sido consciente de lo inseguro y acomplejado que el omega se sentía con su cuerpo, con dejar que YoonGi le viera.

El omega ni siquiera había dejado que tratara sus heridas desde que despertó tres meses atrás en la clínica de la casona, él no volvió a dejar que le viera hasta ese momento.

En los días que habían comenzado a vivir juntos, JiMin siempre se escondía en el baño para cambiarse o entraba en pánico si YoonGi llegaba a ver la más mínima porción de su piel expuesta.

YoonGi le había estado dando su tiempo, pero finalmente, ver lo asustado que el omega realmente se había mostrado porque él había sido capaz de verle... él simplemente no podía seguir dejándolo pasar.

JiMin suspiraba y se retorcía bajo su toque, su piel y su cuerpo calentándose al punto en que su pene terminó engrosado y erguido contra su bajo vientre.

—¿JiMin? —YoonGi le llamó, tocando tentativamente el pene del omega con la punta de sus dedos.

JiMin le miró desde arriba, su cara estaba sonrojada y su frente sudorosa, pequeños jadeos se escapaban de sus labios entreabiertos. YoonGi suspiró, porque su compañero se veía desastrosamente hermoso.

—¿Quieres que me encargue de esto por ti? —Preguntó en voz baja, JiMin asintió con la cabeza.

—Por favor.

Entonces YoonGi envolvió el pene del menor en su puño y llevó su boca hasta él. JiMin gimió y sus manos fueron hasta la cabeza del alfa, donde enredó los dedos entre su cabello.

YoonGi se encargó de amarlo, chupándolo y deslizando su lengua a lo largo de la dura extensión hasta que JiMin no pudo soportarlo más y terminó eyaculando en su boca.

Tragando, YoonGi dejó un pequeño beso en el bajo vientre del menor antes de escalar hasta estar a la altura de su rostro. JiMin le devolvió la mirada, pareciendo ligeramente abrumado.

—¿Estás bien? —Preguntó y no solo se refería a físicamente.

—Sí, gracias —JiMin contestó, tomando su rostro entre sus manos para dejar un corto beso en sus labios—. Fue... eso fue grandioso, gracias.

YoonGi no pudo evitar sonreír enternecido. —Gracias a ti por haberme dado permiso, lindura. —Él dejó un beso en su mejilla y luego se recostó a su lado, JiMin se acurrucó contra él.

YoonGi le abrazó y dejó suaves caricias en su cabello, hasta que el menor terminó por dormirse. Separándose con cuidado, YoonGi se puso de pie, buscando una sábana en su closet para cubrir al omega.

Luego, él fue hasta el baño y se duchó, aprovechando entonces para hacerse cargo del problema entre sus propias piernas. Cuando terminó, se vistió con su pijama y volvió a meterse entre las sábanas con su compañero, quien una vez más se acurrucó contra él.

—Dulces sueños, lindura —susurró, dejando un último beso en la sien del mismo antes de cerrar los ojos y disponerse a dormir.

Al menos, aquel era un problema menos que enfrentar.

—¿Qué haremos, entonces?

—Atacar, por supuesto —ChanYeol dijo, su tono no dando cabida a replicas—. No podemos permitir que sigan en el consejo.

—Alfa, entiendo su posición, pero aún debemos averiguar quiénes les respaldan. —JuWon llamó su atención—. Sería demasiado peligroso atacar sin premeditación.

Después de meses de investigación, finalmente habían reunido las pruebas suficientes para demostrar la traición de los representantes del consejo, tanto de los guepardos como el de las águilas. Siendo irónicamente, el representante de los lobos, su principal sospechoso, de quien no pudieron encontrar nada que implicara que este estuviera trabajando con los rebeldes.

El hombre estaba limpio, cosa que de alguna forma resultó un alivio para ChanYeol.

—Mucha de su misma gente ha muerto o se ha visto obligada a trabajar para Choi —ChanYeol señaló—. Ellos han estado vendiendo a los suyos, en cuanto mostremos las pruebas, cualquier pequeño grupo que los respalde será nada contra el resto de las manadas de guepardos y águilas, contra nosotros y contra el resto del consejo.

El alfa líder de Seúl estaba siendo tenaz e inflexible, actitud que había adoptado un par de meses atrás, cuando recuperó su manada y redujo a los grupos que habían estado amenazando con su invasión.

—ChanYeol tiene razón —NamJoon secundó—. El consejo nunca ha tolerado la traición y es casi seguro que se encargarán de ellos en cuanto verifiquen nuestras pruebas. Solicitaremos se revoque cualquier beneficio que ellos puedan tener por su posición de representantes, al menos mientras las pruebas son verificadas.

—Esa es una buena idea —JeongHan apoyó—. Sabiendo que el consejo los tiene en la mira y está comenzando a investigar, sus seguidores podrían asustarse y darles la espalda o al menos mantenerse al margen para no delatarse, eso nos daría tiempo para investigar quienes son.

—Y en todo caso, esta vez estamos completamente preparados. —Fue YoonGi quien habló en esa ocasión—. Hemos producido bastante del antídoto, Sun ya ha hecho llegar varios cargamentos al resto de los líderes y el armamento ha sido surtido en la mayoría de las manadas aliadas, también.

Dado que Choi se había mantenido inquietantemente inactivo durante los anteriores meses, YoonGi estaba seguro que era solo cuestión de tiempo antes de su próximo ataque.

Cualquier mierda que el tipo haya tenido que resolver ante la pérdida del mal nacido de Dong SeoHyuk, para ese momento ya debería haber sido resuelta.

—Lo mejor es que nos encarguemos de ellos antes de que Choi vuelva a atacar —agregó—. De esta forma nos deshacemos de su contacto más fuerte, al menos aquí en Corea.

—Entonces están decididos —JuWon dijo—. Bien, pero aún hay que tomarlos por sorpresa, ellos todavía no saben que ya conocemos que son los traidores.

—¿Qué recomiendas? —NamJoon preguntó, pareciendo genuinamente interesado en lo que el ejecutor diría.

YoonGi sabía que era porque el tipo era bastante inteligente y cuidadoso, por lo que personalmente, él también estaba interesado en su idea.

—Soliciten una reunión de emergencia —JuWon dijo—. Insinúen que podrían saber del paradero de Choi y sobre su interesante químico. Eso los pondrá alerta, ellos podrían poner a Choi al tanto también y hacer que finalmente vuelva a moverse, lo que le colocaría de nuevo en nuestro radar.

—Y no podrían resistirse a asistir y escuchar qué tanto realmente sabemos. —ChanYeol golpeó sus dedos contra la mesa con semblante pensativo—. Nadie del consejo, en realidad, de esa forma aseguramos la asistencia de todos y aprovechamos para exponerlos y capturarlos en el acto, no tendrían ninguna oportunidad de escapar.

—Bien, no precisamente, porque dada la noticia de nuestros supuestos conocimientos, podrían tratar de hacer algo, sabotearnos o alguna posible emboscada —Khang señaló.

—Entonces debemos prepararnos para ello —YoonGi sonrió—. Nosotros pautaremos el lugar de la reunión, solo comunicaremos el día y la hora en que será, plantearemos que por seguridad, el lugar será revelado con solo un par de horas de antelación.

—De forma que no tengan demasiado rango de tiempo para planear cualquier cosa —JeongHan asintió—. Me gusta cómo suena eso.

—Es un buen plan —NamJoon aceptó—. Pero ya conocen a los ancianos, demasiado prepotentes, necesitarán algo mucho más jugoso para realmente hacer que todos ellos acepten nuestra condiciones.

—Entonces —JuWon sonrió—, todo lo que debemos hacer es dejarles caer muy sutilmente que sospechamos de que hay un traidor entre ellos. Le enviarán el mensaje a todos, a excepción del representante de los guepardos y las águilas, incluso pueden omitir al de los lobos. —JuWon miró a ChanYeol, quien asintió conforme.

Todos allí sabían que el alfa a pesar de que aparentemente su familiar era inocente, prefería mantener precauciones.

—Es imposible que se resistan a eso —Khang concluyó.

—Bien, haremos esto —ChanYeol confirmó—. Me encargaré de hacerles llegar la noticia, necesitaré la firma de todos aquí para realizar la "solicitud".

—Por supuesto. —Todos accedieron.

YoonGi suspiró conforme, porque Choi estaba cada vez más cerca de caer.

Stars_Of_Saturn.

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