Capítulo 10. Christian

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—Señor Grey. —la voz rasposa de Welch llena la línea a primera hora del lunes—. Tengo información interesante sobre su hermano.

—Dilo.

Un correo electrónico entra en mi bandeja al mismo tiempo que Welch habla.

—Seguí a su hermano como lo pidió y sé que se reúne a desayunar con su prometida todos los días, sus únicas salidas aparte de eso es cuando visitan a sus padres en Bellevue.

Lo sabía. Ellos no tienen sexo, lo cual es aún más extraño porque Elliot no mantendría una relación con una chica que no puede tocar. ¿Creerá que ella es virgen? ¿Lo hace esperar para consumarlo?

—¿Y sobre sus actividades nocturnas?

Welch se ríe.

—Clubes nocturnos, bares, citas de una noche... Lo usual.

Maldito imbécil, solo de pensar que toca a Ana con sus putas manos sucias de otras mujeres me molesta, y que ella esté de acuerdo es simplemente extraño.

—Enviame todas las fotos, todo lo que tengas. —haré todo un jodido collage con las fotos de sus amantes—. Y necesito que busques información para mí sobre Melanie Torres, la hija del senador. Ella estuvo con Elliot hace dos años.

—Claro, señor Grey.

La llamada termina y examino los archivos que envío con las fotos, todas ellas de ellos juntos sentados en esa puta cafetería sonriendo como si fueran la pareja perfecta. Otras más de Elliot besándola en la mejilla y abrazándola antes de despedirse.

Hago que Andrea imprima todo y lo coloque en un sobre, su expresión en blanco como la perfecta empleada que es y gracias al acuerdo de confidencialidad. Tomo y el sobre y me pongo de pie para salir.

Alexander Ross elige ese momento para irrumpir en mi oficina.

—Christian, —palmea mi hombro—. No estuviste en la junta otra vez, así que pensé en traerte el resumen.

—Mas tarde.

Sus cejas gruesas se fruncen cuando nota el sobre bajo mi brazo.

—¿Vas a salir? ¿A dónde?

—Negocios. —no voy a admitir que persigo a la prometida de mi hermano.

—Oh, si. Ese negocio misterioso que traes entre manos. —se ríe, pero puedo ver la confusión—. ¿Te gustaría compartirlo conmigo?

—Carajo, no.

La expresión de Ross se congela y la sonrisa se hace menos brillante.

—Bueno, cuando estés listo para hablar, seré todo oídos.

Es mi turno de palmear su brazo antes de salir.

—Solo cuida de mi empresa, Ross. No tardaré.

El cabrón mete las manos en los bolsillos y grita, porque ya me dirijo al ascensor.

—Eso dijiste la última vez y te perdiste una junta importante.

Como olvidarlo, tuve que viajar hasta el otro lado del mundo para arreglar mi puto error.

Jason ya tiene listo mi auto cuando salgo, le pido que me lleve a la nueva oficina de Ana sabiendo que ella está todavía sola. Intento recordar las palabras de Alex, pero estar cerca de Ana es una maldita distracción que me gusta. Y mucho.

Llevo el sobre conmigo cuando bajo del auto y empujo la puerta, la cabeza de Anastasia se levanta desde el solitario escritorio al fondo de la recepción. Sus ojos brillan con emoción cuando me ve, pero sus pasos son vacilantes.

—Christian, ¿Qué haces aquí?

Extiendo el sobre hacia ella para que lo tome y pueda ver las fotografías que Welch tomó, tomas muestran a mi hermano con diferentes mujeres bailando y besando.

Ella lo toma los documentos con desconfianza, mira las fotografías por largos segundos antes de que sus cejas finas se junten.

—¿Qué se supone que es esto? ¿Nos estás siguiendo?

Levanta las fotografías de ambos en la cafetería y yo pongo los ojos en blanco. De todas las jodidas fotos ahí, ¿Ella eligió ignorar a la multitud de mujeres de las otras fotos?

—Si. Lo hago con Elliot. ¿Es que no te importa? —las señalo con mi dedo—. ¿Cómo carajo puedes estar comprometida con el puto Elliot después de saber esto?

Un momento, ella no parece sorprendida, solo molesta. Tal vez mi hermano imbécil prometió ser fiel y es obvio que está fallando.

—Elliot y yo no somos asunto tuyo, Christian.

—Obviamente tampoco es asunto de Elliot, por lo que veo. ¿Estás de acuerdo con eso?

Por primera vez, su mirada se desvía y puedo apreciar la ligera humedad en sus ojos. No puedo mantenerme alejado, me acerco y paso mis manos por sus brazos de arriba a abajo.

—Tienes razón, no lo entiendo. Ni tampoco entiendo cómo el puto Elliot puede tocar a esas mujeres teniéndote a ti. Sé que yo no lo haría.

Sus ojos se mueven sostienendo mi mirada y me gusta la forma en que lo hace, con un brillo de determinación. Aparto las manos y retrocedo porque quiero que lo siguiente sea su decisión.

—Ya he dicho que no se me da compartir, Anastasia. Pero si quieres mostrarle el mismo compromiso que él tiene contigo, sabes dónde encontrarme.

Se queda ahí, mirándome. Sus ojos se mueven a las fotografías otra vez, por lo que salgo de su oficina para darle el espacio que necesita.

¿Es una jugada baja? Si. ¿Elliot lo merece? Completamente.

Vuelvo a Grey House solo para evitar el puto sermón de Ross y me enfoco en mis actividades para dejar de pensar en Ana, o lo mejor que puedo hasta que es la hora de ir a Escala.

Subo en el ascensor y entro, la señora Jones es la única que me recibe con mi vaso de whisky en la mano. Y como quiero estar solo, le pido que se retire.

Bebo otro vaso de whisky con la cena, y justo cuando estoy terminando, el timbre del ascensor suena. Giro para mirar a Taylor apareciendo por el pasillo del servicio, señala hacia mi piso y anuncia:

—La señorita Steele está aquí.

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Otro capítulo 🤭 2/2

Dedicado a la cumpleañera de hoy, mi Cerecita EstherMartinez951 Que tengas un día maravilloso 🙌🎉✨🥳

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