Capítulo 11

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Después de disfrutar con la familia nuestra boda, Anastasia me pidió que regresáramos a casa. Está muy cansada, aunque tuvo ayuda de mi madre, Mia y Kate en la organización de la boda, el trabajar en las dos empresas y tener que lidiar con Carla le han cobrado factura, no nos íbamos a ir de luna de miel por nuestras agendas, por otro lado, en vista de esta noticia considero que es mejor que nos vayamos a ahora, así poder disfrutar de tiempo solo para nosotros, nuestro bebe demandará mucho de nuestro tiempo.

Miro a mi ahora esposa, su rostro está contrariado, sé que mi reacción inicial la lastimó y no quiero que se haga ideas erróneas. No esperaba tener hijos hasta atrapar a esas lacras, con mi hijo encamino, no quiero imaginar la reacción de Morton cuando se entere, debo aumentar la seguridad para todos.

-¿Pasa algo, Luke? -Lo miro a través del retrovisor.

-Te iba a preguntar lo mismo. Desde que salimos no has dejado de fruncir tu rostro -Niego con fastidio.

-Creo que debemos mantener a los medios alejados de nosotros. En algún momento a alguien se le soltará la lengua y hablarán de nuestra boda. Imaginen la reacción de esos cerdos cuando se enteren de la boda y el bebe -Ambos me miran con pesar.

-No daremos abasto, Cristian -Comenta Taylor.

-Tengo que reunirme con Raymond. Él fue soldado, igual que ustedes, tendrá excompañeros que quieran trabajar como seguridad -Afirman categóricamente.

Al llegar al Escala cargo a mi esposa hasta el a nuestro piso, ella se abraza a mi buscando mi calor. Ya no imagino una vida sin ella. La acomodo en la cama mientras me dirijo a mi despacho, para llamar a mi suegro.

-Raymond, disculpa la llamada -El silencio se hace presente.

-¿Qué pasa, Cristian? ¿Mi hija y mi nieto están bien? Iré de inmediato -Se escucha contrariado.

-Tranquilo, están bien. Ana esta dormida. Necesito que vengas, hay cosas que debemos hablar. Te espero a medio día así almorzamos. Trata de venir solo por favor -Le ruego lo último que le digo.

-Bien, estaré ahí. Nos vemos -Corta la llamada hay otra persona a la que debo llamar, por la hora. Lo haré más tarde. Me quedo mirando a la nada, giro mi silla para mira a través del ventanal.

Anastasia no se lo tomará bien la ayuda que le pediré a Lambert; tendrá que aceptarla, de todas maneras, él es su padre biológico. Las abandonó, sí, sin embargo, Carla pudo haberlo informado de su paternidad, decirle a Raymond y al mismo tiempo decirle a Anastasia quien es su verdadero padre. Hay que reconocerlo el hombre se preocupa por mi esposa. Logró infiltrar a alguien en la organización criminal de esas basuras, algo que yo no he podido hacer.

El reflejo de mi amada esposa con una diminuta bata de dormir me saca de mis divagaciones. Se ha quitado el maquillaje y se duchado. Le sonrío, ella me devuelve la sonrisa y camina hacia mí.

-Nos dejaste solos -Se sienta en mi regazo con su mano en su vientre.

-Lo siento amor, había algo que debía hacer -Pongo mi mano sobre la de ella, para luego apoderarme de su boca.

-¿Y qué es eso tan importante que nos dejas solos en la noche de bodas? -Me besa el cuello, provocando que mi hombría crezca.

-Ustedes. Tu y mi hijo se han vuelto mi prioridad -La vuelvo a besar.

-¿De verdad quieres a nuestro hijo? -Su cuestionamiento me molesta, pero la entiendo. Debo aclarar eso ya.

-Nena, nunca dudes de mi amor por ti y por nuestro hijo. Mi reacción inicial fue de shock. Lambert me había sugerido esperar por todo lo que sucede a nuestro alrededor. Pero ahora es el mejor regalo que he recibido -Me levanto con ella en brazos, y camino a nuestra habitación.

-No me interesa lo que Robert diga, Cristian. Quiero mi noche de bodas, señor Grey. Tengo necesidades que saciar -Ella hace un puchero.

-La tendrá, señora Grey. Antes me iré a dar una ducha. Por cierto, decidí que no iríamos de Luna de miel, el otro fin de semana así que prepárate – Ella aplaude mientras me desvisto. El tema de Robert Lo trataré con ella otro día.

-Adelantaré trabajo esta semana y, por cierto. Tenemos cita con la doctora Greene el lunes a primera hora -Sonrío.

-Esperaré con ansias esa cita -Debo de reconocer que de verdad tengo mucho miedo, no supe que era tener un padre hasta que los Grey me adoptaron. Trataré de ser el mejor.

Cuando salgo del cuarto de baño me encuentro con mi esposa profundamente dormida abrazada a mi almohada y su nariz pegada a ella.

-Bueno amigo, la acción quedará para después -Digo bajito. Me siento adolorido.

Sería un desgraciado si la tomo estando dormida, ya tendremos tiempo en nuestra luna de miel. Me acuesto de tras de ella, me acerco tanto que me pego a su espalda, le beso el cuello ganándome un gemido de parte de ella. Me duermo la mente revuelta.

֎֎֎

La excitación me recorre el cuerpo, algo rebota contra mi hombría, abro los ojos de a poco y creo que estoy soñando. Lo primero que aparece en mi campo de visión es mi miembro que desaparece y aparece dentro de mi esposa, levanto la vista y sus pechos rebotan al ritmo en que ella sube y baja; tiene los ojos cerrados. Sus gemidos es un concierto para mis oídos. Voy llegando al filo del precipicio y creo que ella también. La tomo de las caderas y ahora soy yo quien marca el ritmo.

Mis estocada son lentas y profundas. Se muerde la mano para no gritar, sé que así es como le gusta. Ana trata de retomar el ritmo. Aunque me torturo yo también la sujeto de las cateras evitando que se mueva. Está completamente emparada en mi miembro, la siento temblar.

-Cristian -Su voz es un susurro.

-Nena, este juego es de dos. Decidiste empezar la fiesta sin, mi ahora señora Grey tendrá que llevar mi rimo. Cuando salí de la ducha dormías; decidí esperar por ti. Es lo justo, ¿verdad? -Ella afirma con la cabeza, sin embargo, la veo llorar.

Aparto mis manos de sus caderas y la insto a continuar, ella sorbe su nariz y retoma la danza que tenía minutos atrás, no tardamos en alcanzar el clímax juntos, Ana se deja caer sobre mi pecho y se apodera de mi boca.

-Lo siento. Lo vi divertido y excitante verte dormir mientras te montaba. No creí que te molestaras -La beso en los labios.

-Mi cuerpo ahora te pertenece, solo que a mí también me gusta jugar -Nos acurrucamos juntos para volver a dormir.

Nos levantamos un poco tarde por lo que decidimos desayunar algo ligero, mi madre llama para preguntar como amanecimos, está feliz de ser abuela. Elliot y Kate han decidido esperar un tiempo.

Al medio día para nuestra decepción Ray viene acompañado de Carla, quien no más entra sin saludar empieza a recorrer el lugar con su mirada.

-Buen día Raymond -Saludo a mi suegro con un abrazo.

-Buenos días, Cristian -Me responde el abrazo.

-Nunca me imaginé que este lugar fuera tan grande -Su comentario es fuera de lugar ni siquiera a saludado a su hija, ni preguntado por el bebé. La verdad Ana nunca quiso traer a su madre a nuestro santuario.

-Gracias, madre amanecimos bien -Ana, camina para saludar a su padre.

-Buenos días, papi -Ray estrecha a su hija en un fuerte abrazo.

-¿Cómo amanecieron mis consentidos? -Ray pone la mano en el vientre de Ana.

-Estamos bien. Bebé Grey hoy se ha portado muy bien.

Nuestra conversación se suspende cuando un contrariado Taylor aparece desde el cuarto de vigilancia.

-¿Qué sucede, Taylor? -Taylor no sabe qué hacer.

-Tenemos un invitado imprevisto, Luke bajo por el elevador de servicio para ver que se le ofrecía y están subiendo. Dijo que era importante -La madre que pario a Lambert, le dije viniera por la tarde.

-¿Quién es Taylor? -Ana pregunta intrigada. Taylor mira de Ana a mi y viceversa. Cuando mi amigo va a responder el elevador anuncia a la visita.

Ana palidece al ver a Lamber, Carla se queda petrificada al verlo, los chicos desaparecen, Ray desconoce la relación con el senador y tengo que intervenir.

-Habíamos quedado en que vendría por la tarde -Lo increpo.

-Lo sé, pero es urgente -Se dirige a Raymond.

-Robert Lambert -Le estrecha la mano a Raymond.

-Señora Grey es un gusto verla y disculpe la intromisión -Saluda a su hija con cortesía, como cualquier otra persona.

-Es un gusto volver a verlo -Ana lo saluda con respeto.

-Bueno vamos a almorzar, acompáñanos, Robert -Lo invito a almorzar me importa una mierda Carla, quien se ha quedado clavada en el piso y Robert pasa por su lado si siquiera mirarla.

-Senador Lambert, no sabía que usted conocía a mi hija y ha Cristian -Has por fin habla mi suegra.

-Hemos coincidido en algunos eventos -Le responde sin mirarla. Gail nos sirve la comida.

-Ana, hija. ¿Qué tal los antojos? ¿Has tenido alguno? ¿Cristian te está consintiendo? -Ella mira a mi esposa con esa mirada que tanto odio.

-Madre, creo que no es un tema para hablarlo con visitas presentes -Mi esposa mira a su madre con reproche y Lamber me mira con ojos de te lo advertí.

-Carla cierra la boca y deja a mi hija en paz -La mujer sabiamente acepta dejar de hablar.

-Cristian, felicita a tu ama de llaves, cocina muy bien -Lamber comenta agradecido.

-Tiene razón senador, Gail es una excelente chef y una muy persona leal. Trate de contratarla y se negó -Yo sonrío orgullos por la lealtad de mis amigos.

-Caballeros síganme a mi despacho -Ana me mira con ojos asesinos por dejarla con su madre.

-Me disculpan iré a dormir, me duele la cabeza -Carla la mira con resentimiento.

-Cristian puedes decirle a alguno de tus muchachos acompañen a mi esposa al auto -Sonrío internamente.

Por suerte ambos aparecen, el mismo Ray le pide a Luke que acompañe a su esposa. Nos mira con reproche, pero a mi me vale una mierda. Caminamos los tres a mi despacho.

-Ya que nuestras esposas no están presentes. ¿Me puedes explicar que hace este hombre aquí? -Raymond me increpa no más cerrando la puerta.

-¿Tu sabes la verdad? -Le pregunto contrariado.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro