Capítulo 14

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Peter

Elena es amable conmigo, la tal Leila, me mira con lujuria. No confío en ella. Me mantienen en una habitación encerrado. He oído el llanto de alguien en la habitación de al lado, es una mujer. Elena viene a menudo a dejar mi comida y a tocarme no me molesta porque eso cama mi ansiedad; espero que hoy sea uno de esos, quiero ver quien está a mi lado.

-¡Hola! He traído tu almuerzo, es tu comida favorita. Filete, termino medio con ensalada -Ella me sonríe, luego cierra la puerta con llave.

-¿Cómo sabes que me gusta el filete? -Tengo curiosidad por saber que va a responder.

Durante estos días he aprendido a analizar a las personas y todos aquí mienten. Estudio su andar en apariencia seductor. No me gusta su color de cabello. He mirado su cuerpo, no es joven comparada con Leila.

-Es cosa de mujeres. Solo que antes de que comiences a comer quiero enseñarte algo -Elena se desviste, quedando solo en ropa interior.

No me equivoqué, su cuerpo está bien conservado, pero se le notan los años. Mi estomago se revuelve.

- Es un juego, que va a gustarte mucho -Ella me quita la sudadera.

-Te he visto hacer mucho ejercicio. Este cuerpo está deseable para cualquier mujer -Mi cuerpo reacciona ante su tacto.

-Hacer ejercicio es lo único que se me permite hacer y con relación a las mujeres solo la he visto a usted y a Leila. Así que no sé que hacer con una mujer -La mirada se le oscurece.

-Yo te enseñaré -Toma mi mano y me lleva a mi cama.

En la cama termina de desvestirme, comienza a trabajar mi entrepierna. Mientras juega con mi sexo, Elena me va explicando cada cosa que hace y como debo hacerlo. Me da asco, aun así, debo de aguantármelo. Tengo que aguantármelo para obtener su confianza y largarme de aquí.

Según sus palabro me hace venir dentro de ella repetidas veces y en diferentes posiciones. Me deja en paz hasta que ella está satisfecha.

-Ahora si puedes comer -La maldita, sonríe de satisfacción.

-Ahora que tenemos confianza. ¿Dónde está mi hermano? ¿Vive con nuestra madre? -Ella me mira y yo analiza su lenguaje corporal.

-Tu hermano, no sobrevivió y a tu madre la están buscando -Miente; eso me hace desconfiar de ella y de todos. Al menos logré quitarle las llaves.

-Vete y llévate la comida. No tengo apetito -Me paso la sabana por la cabeza al darle la espalda. Por hoy no tengo ganas de seguir viéndola.

-Tienes que crecer, Peter. El mundo haya afuera no es como vivir en está habitación. Haya es utilizarlos o ser utilizado -Con esas palabras se marcha.

Las horas pasan y la chica, sigue pidiendo que la dejen salir. Siempre es así luego de dejarnos la comida. Salgo de mi habitación, busco la llave que quiero. Abro la puerta despacio.

-¡Hola! Me llamo Peter. No voy a hacerte daño -La busco y no la encuentro.

-No soy como ellos, como los hombres de blanco. Estoy encerrado igual que tu -Escucho una puerta abrirse.

-¿Cómo te llamas? -Ella me mira con sus enormes ojos que están rojos por el llanto.

-Ellos me llaman Rose. ¿Cómo has salido? Ellos no me dejan salir, dicen que estoy enferma, pero yo me siento bien -Me habla desde el closet.

-Me robé las llaves de estás habitaciones, no podemos salir porque nos tienen vigilados -Le señalo en dirección dónde están las cámaras. Me siento lejos de la cama. Es una suerte que no haya cámaras en nuestras habitaciones.

Luego de un rato, me gano un poco su confianza, porque sale del closet para conversar.

Me quedo helado al verla, es hermosa, su cuerpo es delgado, de piel blanca cremosa, un cabello castaño, largo y ondulado, sus ojos de un azul cielo hermosos, los cuales miro extasiado.

-Eres...eres hermosa -Mis instintos de protección saltan. Ella es mía y debo de protegerla todo lo que pueda.

-¿Recuerdas cómo llegaste aquí? -Le preguntó y ella niega con la cabeza.

-Me dijeron que tuve un accidente que mi familia murió y que no tengo a nadie.

-Bueno, te tengo una noticia, ahora me tienes a mí. Con está llave puedo venir a hacerte compañía si tienes miedo -Rose me sonríe, vamos mejorando.

Después de un rato que el dolor en mi corazón la dejo, Rose está más tranquila y yo más posesivo. Unos minutos después los guardias pasan haciendo su ronda, por mi parte, hago ejercicios para fortalecerme.

Los siguientes días pasan entre la amargura y la felicidad, Elena viene cada cierto tiempo para recibir su dosis de sexo pervertido. Me he mantenido en silencio para que Rose no imagine que pasa aquí, no quiero que ella piense que siento algo por esta perra, la aguanto para mantenernos juntos. Lo que me tiene preocupado que es que Dalton quiere llevarme con sigo y mi falso miedo hacia su persona me mantiene aquí. He estado haciendo planes de como salir de aquí con Rose.

Mientras hacía mi rutina de ejercicios, el tal Lynch viene en compañía de Dalton, retrocedo fingiendo que le temo.

-Debes acompañarme, he encontrado a tu madre -Niego.

-Es mentira, tu nos golpeabas, en especial a nuestra madre. Si no traes una prueba de que ella vive, si me llevan a la fuerza juró que los mato – Mis palabras son claras.

-Yo he pagado para que estés aquí, así que me lo debes -Dalton trata de acercarse, sin embargo, Lincoln lo detiene.

-Trae un video que demuestre que tienes a su madre vive. Es un intercambio justo, John. El chico tiene razón de desconfiar -Malditos.

-Bien, traeré un video y después te irás conmigo lo quieras o no -Dalton sale de cuarto en compañía de las otras dos personas que le acompañan. Lo extraño es que Leila no ha vuelto. Sé que me veía a escondidas.

Durante dos semanas espero el regreso de Dalton, mis sospechas son reales, el hijo de puta no sabe dónde está mi madre, las visitas a Rose, son diarias, ahora espero las rondas nocturnas para ir con ella. Me gusta y se lo he hecho saber, me gustaría hacerle todo lo que Elena me ha enseñado y hoy quiero preguntarle que si puedo.

Al llegar Ana está saliendo de su baño, sobre su cuerpo solo hay una toalla, mi sexo palpita, se pone duro y duele mucho. Es extraño porque con la vieja de Elena no me siento así. Roso me mira en especial mi parte intima, cuando se percata que me di cuenta aparta la mirada.

Llego a su lado, para apoderarme de su boca, al principio no sabe que hacer, por lo que con mi lengua la insto a abrir la suya, hasta que lo logro, con mis manos aparto la toalla alrededor de su cuerpo, me parto un poco para admirar lo que cubría su ropa. Pierdo el aliento al ver su definida figura.

-Quiero que seas mía. Que de ahora en adelante pasemos la noche juntos -Le brillan los ojos cuando comienzo a quitarme la camisa. Cundo estoy sin ella posa su mano en mi pecho para luego deslizarlo por mi torso, hasta llegar a mi cintura. Me quito el pantalón de ejercicios y sus ojos se abren desmesuradamente cuando mira mi sexo duro y erguido por ella, esa es una de las cosas por la que sé que ella debe ser mía porque solo con ella se pone así. Con la bruja de Elena tiene que trabajar mucho para ponerme así.

-Seré delicado contigo. No te imaginas las veces que deseado tenerte así para mi –Le hago saber.

-No sé que debo hacer, Peter –Le sonrío para tranquilizarla.

-No te preocupes yo me encargo -Y no es mentira.

Elena me explico que la primera vez duele más para las mujeres que para los hombres, así que iré con calma. Recorro su cuerpo con besos cortos desde su boca a su cuellos de ahí a sus lindas, grandes y firmes tetas. Las devoró con hambre y Rose gime por mis atenciones, eso me estimula más y más. Continuo con mi camino hacia su sexo, a Elena le fascina, a mi me asquea, no obstante, quiero probar a mi chica y si después de esto lo será.

-¿Te gusta lo que estoy haciendo? -Le pregunto para estar seguro.

-Si, si...no pares -Bien eso es buena señal.

-Esto te va a encantar -Me apodero de su sexo y es ahí cuando Rose se descontrola.

-¡SI! NO pares. No pares -No voy a hacerlo nena.

Su primer orgasmo llega de golpe esa es mi señal está lo bastante lubricada para recibirme.

-Rose, nena viene la mejor parte. Te dolerá un poco. Te prometo que seré delicado con esto -Me mira sin entender y eso me emociona, al menos entiendo que ninguno de los guardias la ha tocado, los mataría si fuera así.

Me acomodo entre sus piernas, con mi manos tomo mi miembro acomodándolo en su entrada.

-¡DIOS! Estas muy cerrada. Iré despacio, aunque siento que me voy a morir, nena -Me apodero de su boca, porque le dolerá lo que haré, no soporto el dolor en mi sexo no voy a aguantar.

La penetro de un solo golpe, amortiguo su grito con mi boca, apenas puedo ver las lágrimas en sus ojos soy un bruto.

-Duele, Peter -Solloza.

-Lo siento mi amor. Sabía que te dolería. Yo me estaba muriendo también. Esperemos un poco ya pasará el dolor -Ella asiente.

Después de unos minutos, comienzo a moverme muy lento, al pasar los segundos Rose comienza a llevarme el ritmo. El algo maravilloso, juro que no lo haré con nadie más, ni con Elena. Llegamos a nuestro ansiado orgasmo, llenándola con mi esencia. Me dejo caer a un lado.

-Eso fue maravilloso -Comento.

-Si lo fue. Fue ella, ¿verdad? Fue Elena quien te enseñó -Rose esta de costado hacia mi mirándome acusatoriamente. Me da vergüenza.

-Lo siento. No tenía opción. Estamos aquí encerrados a su merced. Te prometo que de ahora en adelante me negaré a estar con ella, solo contigo lo haré -La beso de nuevo.

-Yo espero que así sea -Es una amenaza y yo la cumpliré. Pasamos la noche haciendo el amor, entregándonos mutuamente. Hasta el amanecer.

-Prométeme una cosa -Le la miro a los ojos.

-Si algún día nos separan, espera por mí. Te juro que te encontraré. No dejes que nadie te toque. Eres mía y de nadie más -Una lágrima se escurre de sus ojos.

-Te lo juro -Me lo promete.

Segundos después caemos en un profundo sueños.

https://youtu.be/91kOcn2lWFs

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