Capítulo 6

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Él se despertó sobresaltado al escuchar lo que Ala de Agua le había dicho a Arenita «Sólo habrá paz, hasta que la oscuridad caiga» aquello realmente lo había dejado horrorizado, pues podría significar el fin de los cuatro clanes.

- ¿Cómo dormiste Acecho? -. La voz suave y cálida de Estrella Moteada lo tranquilizó.

- Dormí bien Estrella Moteada, gracias -. Él no podía permitir que la líder supiese que había visto una profecía, y menos si la profecía le había sido revelada a un miembro de otro clan.

Corazón Florecido estaba plantado encima de una piedra, parecía preocupado.

- ¿Qué ocurre? -. Pregunto él con curiosidad.

- Nada -. Respondió el guerrero. - Es sólo que pienso que algo a ocurrido en nuestra ausencia -.

- ¡Vámonos! -. Gritó Estrella Moteada.

Raudino que aún estaba dormido, se levantó sobresaltado y rápidamente se puso en pie, inclinando la cabeza torpemente, ante los guerreros

Él seguía pensando en la profecía y todo los secretos que aguardaba, tal vez no fuera tan malo, pensó. De todos modos tenia que buscar la forma de hablar con Arenita, sin embargo la próxima asamblea sería dentro de media lunas y para eso faltaba tanto...

Ya sé, hablaré con Paso de Alce y Reflejo Solar, tal vez ellos sepan algo o me van a contar la historia de la profecía, pensó.

Raudino le dió un pequeño empujón. - ¡Oye! ¡¿Qué te pasa?! -. Le bufó bruscamente.

- Lo...lo lamento -. Tartamudeó su hermano.

- No, soy yo el que lo siente, lo lamento no debí de haberte gritado, es sólo que no tuve un muy buen sueño -. Terminó con un suspiro.

- Sí, no te preocupes -. Dijo su hermano con voz cálida.

• • •

Al llegar al campamento se encontraron con una escena espantosa, varios guerreros estaban inertes en el suelo, otros estaba parados con dificultad frente a la guarida de Oreja Parda. Los muros de zarzas estaban destruidos y los muros rocosos que se alzaban sobre el peñasco alto estaban marcados por garras, y manchas de sangre escarlata salpicaban el suave musgo que alfombraba el suelo del campamento.

- ¿Qué a ocurrido aquí? -. Exclamó Estrella Moteada con horror.

- El Clan del Río -. Respondió la voz exhausta de Tormenta de Fuego.

- ¿El Clan del Río?, no lo puedo creer, pero si estaban mal y por eso pidieron que cuidaramos de Corazón de la Noche y sus cachorros -.

- ¡Pues nos traicionaron! -. Gruñó el lugarteniente asqueado.

- Estrella de Arroyo y Corazón Mellado te han dejado un mensaje -. Dijo éste.

- ¿Qué mensaje? -. Preguntó la líder con un bufído furioso.

- Quieren que les entregues una parte de territorio, dicen que su clan necesita más territorio y que les arrebatara territorio al resto de los clanes, y si no cedemos entonces seguirán atacando, cuentan con la ayuda de Colmillo de Tejón y el Clan Oscuro, al parecer hay un traidor en nuestro Clan que les a revelado que ustedes estaban de viaje y nos han atacado -. Finalizó rabioso.

Él se quedó impactado, un traidor en el Clan.

- ¡Estrella Moteada! Ven a ver -. La líder giró y se quedó horrorizada y a la vez sorprendida.

Al ver vió a Perlada, la reina estaba inerte en el suelo, Oreja Parda la miraba examinandola con preocupación.

- ¡Llevenla a la maternidad! -. Gritó apresuradamente.

Corazón Florecido estaba agachado al lado de la reina, con miedo y dolor por su pareja.

Dos guerreros arrastraron el cuerpo de la reina hasta la maternidad.

Esperaba que todo estuviese bien... sería un grave problema si Perlada muriese con tan poco tiempo de la muerte de Vuelo de Páramo.

Intentó relajarse y calmarse un poco.

Ya era mas de medianoche y todo el Clan miraba preocupado.

Nutria caminaba sin parar al rededor de él, la aprendiza le había dicho que Perlada iba ha tener cachorros, sin embargo no se imaginaba a los cachorros vivos y mucho menos a su madre, no es que fuera cruel pero su mente no lo dejaba pensar en otra cosa mas que imágenes de cuerpos llenos de sangre.

- ¡Atención! -. La profunda voz de Oreja Parda brotó de la maternidad, la curandera emergió, sus ojos destelleaban.

- Perlada se encuentra bien y ha tenido tres cachorros, uno es macho y las dos son hembras, ¡que el Clan les de la bienvenida a Pequeña Nieve, Pequeño Soleado y Pequeña Enlodada! -. Ronroneó con felicidad.

Todos comenzaron a aullar y a vitorear el nombre de los cachorritos con felicidad, desde que Raudino y él habían abandonado la maternidad, ésta se había quedado sin cachorros, de eso ya mas de cuatro lunas.

- ¿No es genial? -. Ronroneó Nutria a su lado.

- Sí, por supuesto, espero verlos pronto -. Dijo con emoción.

- Yo también -. Dijo Nutria sacudiendo la cola con emoción.


• • •

Los días habían pasado lentamente, él sentía todo menos seguridad, pues la profecía lo ahogaba en miedo al pensar en el gato que ocasionaría tanto dolor y muerte.

En el Clan del Trueno todo había ido pacífico, a pesar de la batalla contra el Clan del Río.

Éste sabía que el Clan del Río ya había atacado al Clan del Viento pues estos les habían ido ha pedir ayuda, pero la ayuda había llegado tarde, pues cuando llegaron sólo encontraron el campamento hecho un desastre.

Mientras que el Clan del Trueno parecía mucho más confiado, los hijos de Perlada prometían ser buenos aprendices, y Flor de Ceniza también estaba esperando cachorros.

En cuanto a Zarpa de Halcón, él lo seguía amenazando pero ahora con el entrenamiento en el Bosque Oscuro, no le tenía miedo, sólo odio y se suponía que viceversa.

Paso de Alce y Reflejo Solar le habían enseñado movimientos y técnicas de combate, y ahora él y Pelaje Rayado eran los mejores en combate en todos los clanes, había obtenido zarpazos en sus entrenamientos, Paso de Alce siempre decía:

«El combate con las garras desenvainadas es mejor que con las garras envainadas pues cuando te dan un zarpazo, recuerdas el dolor y lo que no debiste hacer»

Aquello se le había quedado marcado y siempre Pelaje Rayado le enseñaba así.

La última sesión de entrenamiento, había obtenido un corte en la boca, a pesar de que tenía mas cicatrices que su hermano y que el propio Zarpa de Halcón estos siempre eran algo blandos en combate.

Nutria seguía siendo su mejor amiga, disfrutaba los días soleados en los que los dos podían pasar el tiempo juntos, cazando o patrullando.

La siguiente asamblea se encontraba muy cerca, él esperaba ser escogido pues le gustaría charlar con Arenita sobre la profecía.




La luna se alzaba sobre el campamento con su resplandor brillante, una voz le susurró «No te salgas del camino Acecho»

- No lo haré Paso de Alce, lo prometo -.

Él se encontró en un lugar oscuro, rodeado de arbustos y árboles altos, el olor a sangre y muerte arreciaba el aire.

- Saludos Acecho -. La voz fantasmal de Paso de Alce lo saludó.

- Hola Paso de Alce, ¿Dónde está Reflejo Solar? -. Le preguntó con voz tensa.

- No ha venido, te contaré mi historia y esto sólo queda entre tú y yo, así que más te vale que no le cuentes nada a tu amiga rojiza -. Bufó con advertencia.

- No, ¿te refieres a Nutria?, claro que no se lo contaré, ella ni siquiera sabe que yo visito este lugar -. Añadió con miedo.

- Pues ten cuidado, su hermana es curandera y el Clan Estelar buscará mil formas de sacarte de aquí y hacerte la vida miserable -. Bufó asqueado.

- Bien, entonces comienza -. Le dijo impaciente.

- Bueno, pues yo era un guerrero del Clan del Río, era uno de los mejores guerreros -. Ronroneó con orgullo.

- Había una curandera... bueno aprendiza de Tordillo de Ciervo, curandero del Clan del Río, ella y yo éramos inseparables, sólo que como ya sabes los curanderos no pueden tener pareja...
Yo le insistí tantas veces, pero ella siempre se negó.
Durante una asamblea conoció a un dichoso y estúpido guerrero del Clan del Trueno, se llamaba Tormento de Zorro, era un idiota -. Bufó rabioso.

- Pero aún así Ala de Agua se enamoró de él, prefirió a un guerrero de otro clan que a mí, su propio compañero, yo no me di cuenta de aquello, hasta una noche cuando encontré a la curandera del Clan del Trueno charlando con ella, ella iba a tener cachorros, me puse furioso y la ataqué, sin embargo un gato llegó y la defendió, ese gato fue Tormento de Zorro, pero igual lo maté, me importaba poco ese guerrero y sabía que jamás se iban a dar cuenta -. Ronroneó lamiendose una zarpa, como si aún recordara la sangre del guerrero.

- Sus hijos se criaron en el Clan del Trueno, yo sabía que tenía que vengarme, así que una noche asesiné a uno de sus hijos.
Tuvo tres: Malva, Manto de Zorro y Brillo Ámbar, al primero que maté fue a Manto de Zorro, lo despreciaba tanto... y lo maté frente a Ala de Agua, más tarde maté a Tordillo de Ciervo, sabía que lo que mas le iba a doler era aquello, ella no podía decir nada pues yo tenía mucho más poder y con la ayuda del Clan Oscuro logré que ella sufriera, maté a tantos gatos que ella quería...

En una batalla contra El Clan del Trueno pensé acabar con Ala de Agua, sin embargo uno de sus hijos me detuvo, Brillo Ámbar, él me asesinó, pero... ¿Sabes qué fue lo mejor de morir?

Que me lleve consigo la vida de los gatos que ella amaba, Brillo Ámbar murió poco después, al igual que Alá de Agua ella murió de sufrimiento -. Finalizó con una risa desquiciada.

- ¿Sabes por qué estás aquí? Porque el Clan Estelar sólo quiere lo peor para ti, te desprecia a ti y a Salpicadura Dorada, ella fue mi aprendiza aquí, en el Bosque Oscuro y gracias a ella tu seguirás mis pasos, es hora de que conozcas al resto de los aprendices que entrenan aquí -.

- Salpicadura Dorada, mi madre, y ¿hay mas aprendices? -. Preguntó confundido.

- Así es y juntos le daremos una lección a los clanes y al mismísimo Clan Estelar, a partir de ahora tu destino se modifica y tu llegarás a ser el líder del Clan Oscuro... -.

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