Capítulo 9

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La brisa oscura y con el aroma a sangre lo despertó.

Se encontraba en un lugar de altos árboles y espesas nubes de niebla que flotaban por todo el bosque. El cielo no era negriazulado como solía estar en el mundo diurno, sino era de un rojo escarlata oscuro, casi negro.

Él se incorporó y comenzó a avanzar para encontrar a Paso de Alce o a Reflejo Solar.
Siguió avanzando pero todo le parecía igual, y durante un momento sintió el pánico de perderse.

Se fue adentrando entre unas zarzas y salió a un pequeño claro oscuro.
En el centro había varios gatos, todos con los pelajes manchados de sangre o llenos de cicatrices. Pudo reconocer a Reflejo Solar y Paso de Alce, pero al resto no los conoció.

Un poco apartados había unos aprendices plantados con ferocidad.
Él sentía la presión de retroceder.

Comenzó a agacharse retrocediendo pero chocó contra una rama cayendo torpemente.

– No sirve que te escondas Acecho, sé que estas ahí –. La voz macabra y desquiciada de Paso de Alce lo llamó aterrorizandolo.

Él decidió emerger lentamente.
Al entrar al pequeño claro vió con más detalle que ahí no solo había machos, sino también hembras.

– Saludos Acecho –. La voz de Reflejo Solar lo saludó.

Volteó a verlo sin embargo había desaparecido, sintió un pelaje rozar el suyo y vió al guerrero al lado de él.

Pego un saltó avergonzado.

De repente sintió un impacto feroz que lo tiró al suelo.

Él jadeó para recuperar el oxígeno, al levantar la cabeza vió a una musculosa guerrera rojiza mirandolo con odio.

– ¡Escarlata! ¡Pero si te mate en el campamento del Clan Oscuro! –. Aulló horrorizado.

– ¡Pues si, pero qué no sabías eso de que vas al Bosque Oscuro! –. Bufó lanzándose contra él.

Sintió el potente golpe tirandolo de nuevo y sacándole el aire.

La gata se lanzó antes que pudiera reaccionar y le dió un manotazo en la oreja desgarrandosela. El ardor comenzó a aturdirlo rápidamente.

La gata volvió a lanzarse veloz clavando las garras en su estómago.

– ¡Ayúdenme! –. Suplicó, sin embargo Paso de Alce y Reflejo Solar lo miraron con frialdad.

Las garras de la guerrera lo perforaban más profundo, trataba de hacer algo pero estaba inmovilizado.

Paso de Alce se incorporó brevemente y mirandolo le dijo:

– Sólo tú sabrás si esta noche quieres morir, nadie te ayudará ¡Jamás! –.

Las miserables palabras del guerrero oscuro le dieron fuerzas para pensar en Nutria, Raudino y Tormenta, en todos los amigos que tenía, luego pensó con odio en Zarpa de Halcón y su cara de arrogancia.

Aquello le dió fuerzas y se lanzó contra la guerrera derribandola. Ésta lo pateó furiosa pero sin embargo no le molestaba en absoluto.

Se lanzó contra su cuello veloz, asfixiandola, sin embargo de repente la gata desapareció debajo de él.

Sintió un impacto veloz por detrás y vió los ojos llenos de odio de la gata. 

No puedo pelear contra alguien que desaparece, pensó confuso. ¡Claro! Si no puedes verla entonces sigue su rastro.

Él empleó sus sentidos de rastreo y se lanzó contra la gata fantasmal, ésta cayó volviéndose visible.

Será más fácil.

Él la mordió en el bíceps con ferocidad, pudo sentir la sangre fría y vacía de la gata dentro de su boca, la soltó para escupirla y le dió otro veloz zarpazo.
La guerrera se revolvia debajo de él incapaz de librarse, hasta que cayó despatarrada en el suelo y dijo:

– Bien, vale ya sueltame –. Gruñó.

Él no se dejaría ganar tan fácilmente, sin embargo Paso de Alce le hizo una seña con la cola para que la soltara.

Él la soltó lentamente y avanzó hasta Paso de Alce, sin embargo de repente oyó un gruñido detrás de él y al volverse vio como Escarlata se alzaba contra él.

Él soltó un aullido de horror.

Reflejo Solar se abalanzó contra Escarlata derribandola y inmovilizandola para que no lo atacara.

– ¡Ya basta Escarlata! –. Bufó Paso de Alce. – Este aprendiz a demostrado que es capaz de vencerte, tú eres la débil, él está destinado a liderar el Clan Oscuro.
La regla y código que todos aquí conocemos es que para ser líder debe matar a Colmillo de Tejón y a sus hijos –.

– ¡No! –. Suplicó Escarlata. – No los mates, por favor Acecho, lo siento por atacarte, pero no los mates –. Suplicaba.

– ¿¡Por qué habría de matarlos!? –. Exclamó horrorizado.

– Porque seras el próximo líder del Clan Oscuro que se deshará del resto de los Clanes –. Dijo una hermosa gata parda de ojos azules.

– ¿Quién eres? –. Preguntó curioso.

La guerrera se levanto acercándose y pasandole su esponjosa cola por la cara, sus ojos azules eran hermosos y hipnóticos, de hecho era muy hermosa, le sorprendía que estuviese ahí en el Bosque Oscuro.

– Me llamo Luminosa querido –. Ronroneó dulcemente.

– Parece que Acecho tiene curiosidad por conocerlos. ¡Presentense! –. Gruñó Paso de Alce.

Todos asintieron.

– Hola Acecho –. Las voces de dos gatos lo sorprendieron. Vió a dos musculosos guerreros, el primero era un corpulento gato de pelaje atigrado marrón oscuro y el segundo un joven de pelaje plateado con ojos de un azul tan claro que se reflejaban como un espejo.

– Yo soy Espejo de Cristal –. Ronroneó malicioso el segundo.

– Y yo soy Llama de Tigre –. Dijo con voz profunda el primero.

– Un gusto en conocerte Acecho –. La voz de un guerrero de pelaje negro lo saludó.

– Igualmente, gracias –. Dijo él.
– ¿Cómo te llamas? –. Preguntó con curiosidad.

– Soy Pico Afilado –. Repuso secamente.

– ¿Por qué te llamas así? –. Le preguntó cauteloso.

El guerrero desenvainó sus garras y él vió con horror que las garras del gato eran tan finas  y delgadas como las espinas de un erizo, pero lo que más lo atemorizo fue que sus garras acababan en un pico finísimo y afilado.

No quiero meterme en una pelea con él, pensó asustado.

El guerrero las volvió a envainar y le dijo:

– ¿Satisfecho? –.

– Si, gracias Pico Afilado –. Ronroneó cauteloso.

Él sintió un suave rose, y vió a una esbelta gata de pelaje miel claro, parecía inocente y no entendía porque estaba en el Bosque Oscuro.

Al acercarse mejor vió sus ojos, su mirada estaba completamente desquiciada y loca, su pelaje estaba manchado con sangre y sus colmillos estaban llenos de pequeños trocitos de algo rojo, le resultó familiar.

Recordó la baya que Tormenta le había dicho que era venenosa, ¡Bayas Mortales! Miró horrorizado.

La gata se aparto y le susurró:

– Hola Acecho, espero que estés bien aquí –. Soltó una risa desquiciada y aguda que le lastimó los oídos.

Un par de aprendices lo  observaban desde unos rincones sombríos. El primero era un musculoso gato de pelaje negro con franjas blancas de ojos verdes y la segunda era una musculosa gata de pelaje amarillo con un toque dorado con ojos ámbar.

Los dos jóvenes se incorporaron levemente y avanzaron hasta llegar a él.

– Hola Acecho –. Dijeron los dos con asombro en su mirada.

– Yo soy Zarpa de Junco –. Dijo el gato negro algo nervioso.

– Yo me llamó Florecida, y más te vale que no te metas conmigo o seré peor que Escarlata –. Le gruñó fieramente.

Él se sorprendió ante el tono feroz y agresivo de la joven, nada parecido a Nutria, pensó.

El gruñido de Escarlata rompió el aire frío. Él se volteó y la vio inmovilizada por Reflejo Solar aún, la guerrera trataba de quitárselo de encima pero no lo logró, mirando a Reflejo Solar con odio le gruño:

– ¡Yo también tengo a un aprendiz, que derrotará incluso a Acecho –. Bufó rabiosa.

– Si es que tienes un aprendiz entonces ¡Muestralo! –. Gruñó Paso de Alce mostrándole los colmillos.

– Lo llamaré, pero que primero este idiota se me quite de encima –. Le espetó a Reflejo Solar furibunda.

Reflejo Solar levemente la dejo de inmovilizar y le bufó:

– Bien, estás libre –.

– Bien ¡Zarpa de Zorro! ¡Zarpa de Zorro, ven! –. Gritó la gata.

Él sintió un frío glacial, era posible que Zarpa de Zorro fuese el mismo aprendiz del Clan Acuático y mejor amigo de Zarpa de Halcón.

De repente un joven y musculoso gato de pelaje rojizo oscuro, con las zarpas y las orejas negras, entró al claro, los ojos amarillos de éste rebozaban de arrogancia y muy orgulloso avanzó hasta quedar frente a Paso de Alce.

– Así que tu eres Zarpa de Zorro ¿No? –. Preguntó el guerrero oscuro con fría curiosidad.

– Si, así es, yo soy Zarpa de Zorro, el futuro líder del Clan Oscuro –. Ronroneó orgulloso.

– Tú, ¡Ja!, no matas ni una mosca –. El gruñido burlón de Espejo de Cristal azotó el aire.

El aprendiz rojizo se volteó erizando el pelo.

– ¡Como te atreves a decir eso! –. Le bufó rabioso.

Espejo de Cristal se agitó divertido.

– Sólo probaba tu temperamento minino –. Ronroneó risueño.

– ¡Pues no vuelvas a hacer algo así! tengo suficiente temperamento como para rajarle la cara a Acecho de un zarpazo –. Replicó rabioso.

– ¡Pues peleen! –. Gritó Pico Afilado.

Él agachó las orejas con cansancio, sentía cada músculo de su cuerpo latir de dolor, las heridas que le había hecho Escarlata le escocian bastante, no estaba seguro de poder luchar contra un aprendiz que no había pasado por un combate y que estaba en perfecta forma.

– ¡Alto! –. Dijo Paso de Alce. – No peleen, ya se decidirá algún día quien ha de ganar –.

Él suspiró de alivio.

Sintió un empujón y vió a Zarpa de Zorro mirándolo con odio.

– No te desharás tan fácilmente de mí. Cuídate Acecho, te espera lo peor –.

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