Reseña #2: La Maldición del Héroe (Wolfgang)

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Autor: RhodWulf27

Reseñador: Wolfgang (HelmholtzYWolfgang).

Capítulos reseñados: 2 (de 5 partes cada uno + Prólogo)

Los pálidos rayos de la luna llena apenas y alcanzan a acariciar partes de la ciudad, los edificios altos y la densa contaminación sirven como barrera y, por ello, los barrios más bajos siempre se sumen en la penumbra cuando el sol se oculta. Sin embargo, esta noche hay una fogata rústicamente encendida en el interior de un bote metálico corroído por el óxido, bajo un antiguo puente de piedra por donde ya casi nadie se atreve a transitar. Una figura orejuda y blanca está acostada frente al fuego, entre sus manos reposa un libro desgastado por el tiempo, y sus ojos van de un lado a otro, recorriendo las últimas líneas que se permite leer antes de cerrarlo.

—Vaya mierda debe ser estar encerrado en un túnel infinito, ¿no crees? —dice Wolfgang, dirigiendo sus palabras hacia la nada.

»Vine a esta ciudad porque me dijeron que acá podría encontrar lo que estoy buscando y puedo decir, con total seguridad, que no se equivocaron —sentencia mientras guarda el ejemplar en uno de los bolsillos de su negra gabardina.

»Si vas a seguir ignorándome, al menos ten la decencia de dejarte ver.

Una figura espectral, envuelta en un manto negro y etéreo, sale de las sombras y se acerca al fuego, Wolfgang la mira curioso, esperando una respuesta, pero el silencio prevalece y se extiende durante varios segundos.

—No eres muy fan de las palabras, eh. Mejor para mí. Acabo de leer el principio de una buena historia y mi alma se siente en la necesidad de contárselo a alguien. ¿Quieres escucharme?

»¡Pero por supuesto que quieres! —dice Wolfgang de inmediato, aprovechándose del silencio y la quietud de su compañero.

El espectro continúa inmóvil: solo el viento hace revolear los negros mantos y la llama de la fogata.

—Imagina que eres un muchacho universitario normal, al que un buen y jodido día, al salir tarde de sus clases, lo deja el último bus a su hogar. Ya desde acá la cosa no pinta muy bien, pero normal, regresar a casa caminando es algo por lo que cualquier estudihambre ha pasado. —Saca un paquete de salchichas de las bolsas internas de su abrigo, toma dos y las pone al fuego con ayuda de un palo cercano.

»Total, vas caminando por los barrios peligrosos de tu país latinoamericano favorito y ¡BUM! De pronto te encuentras siendo testigo de un intento de violación. Así es, huesuda, frente a ti dos cabrones están violando a una pobre muchacha que te pide ayuda. —Saca la carne del fuego y, luego de soplarle un poco, le da una mordida y continúa hablando, con la boca llena.

Para este punto, la sombra parece haber aceptado el trato pues, traspasando el bote y la fogata, toma lugar a un lado de Wolfgang.

—Emtomces —hace una pausa para tragar—, te intentas hacer el héroe, tomas una piedra y la lanzas a uno de los agresores. Toman de rehén a la chica, amenazándola con una pistola sobre su sien y te advierten que en caso de acercarte, jalarán del gatillo. Mientras tanto, tú, con la percepción de la realidad completamente alterada, continúas con tu sueño de ser el maldito héroe del mundo y te atreves a dar un paso.

»¿Qué pasa después? Lo obvio, sacas un poder interno que te heredaron tus padres ninjas y aniquilas a los malechores con el poder de la amistad...

La aparición, que hasta ese momento había mantenido su atención en el fuego, la dirigió hacia Wolfgang luego de aquellas últimas palabras.

—No seas tan crédula, Huesos, no pasa eso. Le meten un tiro en la cabeza y cae muerta. Brutal, lo sé. —Vuelve a dar otra mordida al alimento, pero esta vez espera hasta tragar para continuar con su narración.

»Con esa breve introducción a cualquiera le darían ganas de leer una historia tan tremenda, ¿no? Pues agárrate de tu asiento porque te vas a caer de culo, te vas a levantar y te vas a volver a caer. Luego de una horrible y eterna persecución donde los hijueputas esos te tiran bala fría, caes por un barranco, los tipos te alcanzan y cuando están a punto de mandarte para el otro lado... ¡Apareces tú, Huesos! O al menos eso creo, podría ser un espectro cualquiera.

»La cosa es que el espectro transporta al prota a una dimensión alterna donde todo es vacío, le cura las heridas y lo mete en un túnel subterráneo que no parece tener fin. ¡Y hasta acá te cuento! Porque justo llegaste cuando iba en esa parte. Obviamente he omitido muchos detalles, porque de verdad es una historia que merece ser leída. Hay muchas cosas que hace muy bien y hay otras que no tanto. —Se come la última salchicha y vuelve a tomar la bolsa, saca otras dos y luego se la ofrece a la muerte, quien mueve la cabeza hacia los lados, rechazando la comida.

—Qué actitud tan parca la tuya —dice guiñando un ojo y sonriendo como idiota. Luego pone la bolsa de vuelta en el suelo, toma varios de los tantos papeles, manuscritos y hojas de periódico que hay repartidos por el suelo, los envuelve en una bola y los avienta a las llamas, para mantenerlas vivas.

»En fin, te ofrecía porque la cosa se viene larga. Así que, si puedes hablar, házlo ahora o calla para siempre, o al menos hasta que me vaya.

La parca no se inmuta, tan solo vuelve a dirigir su atención al reavivado fuego.

—Una de las cosas que desde un inicio me gustó en La Maldición del Héroe, porque sí, ese es el nombre de esta envolvente y visceral historia, fue el simbolismo que construye con su título y todo el desarrollo de los dos primeros capítulos. Aunque el prólogo es confuso, te funciona para hacerte una idea de por dónde va a ir la trama. Además, su narrativa es envolvente, aunque en este aspecto, también hubo cosas que no me gustaron.

»Pero, pero, no es momento de mencionar lo no tan riko de esta obra, porque quiero seguir resaltando sus puntos buenos antes de castigar a su autor con el yugo de la tan temida crítica negativa. —Comienza a reír con malicia y se frota las manos, luego saca las salchichas del fuego y les da un bocado.

»Sin duda lo que me hará recordar esta historia es la destreza con la que el autor conduce a su narrativa a través de descripciones sensoriales y sumamente psicológicas, pues logran hacerte sentir en un constante estado de peligro. Llega a ser asfixiante seguirle el paso a nuestro prota, el tipo con la peor suerte del planeta, a través de los diferentes escenarios por los que transita. Y esto puede llegar a ser agobiante si no se maneja bien; esta historia, por desgracia, cae en eso.

Wolfgang termina de comerse las salchichas, deja el palo a un lado y extiende sus brazos a las llamas para calentar sus manos, pues el frío de la madrugada se ha apoderado de la ciudad.

—Verás, aunque son capítulos breves y eso, en teoría debería facilitar su lectura, la narración comienza a saturarse de reflexiones, diálogos internos del personaje y otras cosas por el estilo, eso en sí mismo no sería un problema pero combinado con situaciones estáticas, hace que la narración se sienta pesada de seguir. Por ejemplo, hay dos partes de cada capítulo, enteras, que básicamente consisten en Charles huyendo. Como te dije, el autor logra crear de manera tremenda la sensación de cansancio y desesperación, pero no te da herramientas para conectarlo con la trama, en los dos primeros episodios solo tienes al protagonista huyendo porque la desgracia y sus demonios internos lo persiguen, tragedia y un prólogo que para ese punto no se termina de entender.

»Aunque, como dije, ser una lectura con partes cortitas y muy sensoriales lo hace llevadero. Respecto a la ortografía y redacción no tengo mucho qué decirte, solo que el autor debería evitar ser tan redundante en algunas partes. Por ejemplo, hay un fragmento del primer capítulo donde dice: «Los pasos de Charles habían acelerado un poco sin que él se hubiera dado cuenta...», ¿Notas las redundancias? Eso pasa con varios enunciados.

La muerte niega con la cabeza suavemente.

—Mira la estructura de las palabras, se menciona al sujeto un par de veces y también al verbo «haber». La narración sería mucho más fluida si pusiera, algo como: «Los pasos de Charles cada vez eran más rápidos, pero ni siquiera lo había notado...». Realmente son errores que se pulen con práctica y lectura, eso siempre ayuda a enriquecer el lenguaje y ritmo de tu narrativa.

»Pero en fin, es una historia con un potencial tremendo, ya veremos qué pasa en los siguientes episodios. ¿Tú qué opinas? —pregunta Wolfgang, volteando su mirada hacia la muerte.

Ella le devuelve la mirada, pero continúa sin decir palabra alguna, por ello el silencio se extiende durante un buen rato.

—¿Y si nos besamos para romper la tensión? —pregunta Wolfgang, sonriendo y levantando una ceja.

La muerte, sorprendida por la extraña propuesta, se aleja unos cuantos centímetros de su compañero y este se suelta a reír.

—Era broma, era broma —dice Wolfgang mientras se levanta y se sacude el polvo—. Bueno, mi momento ha llegado, me tengo que ir, Huesos.

El espectro también se levanta, al tiempo que Wolfgang se agacha a recoger la bolsa de salchichas y el palo de madera. Al incorporarse, extrañado, la mira de pie frente a él. Sin embargo, sonríe y le dice:

—Vale, pero tú serás quien guíe, quizá con tu ayuda pueda encontrar más buenas historias en medio de esta ciudad polvorienta y decadente.

Ambos se alejan del lugar, Wolfgang caminando y la muerte flotando a su lado. Tras ellos, el fuego de la fogata ha comenzado a fundir el ya de por sí maltrecho bote y algunas llamas se extienden hacia los papeles desperdigados en el suelo.

—A pesar de tu mala fama, me agradas, ¿sabes? Eres buena escuchando —dice Wolfgang, antes de volver a perderse, ahora con su compañera, entre las sombras de la ciudad. 

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