Dicen que trastorno repelente soy.

 Acusado de demente allá donde voy.

Mí mente y mí alma saben,
lo que en sus mentes no caben

En sus cabezas no hallo
mis recuerdos de tormento
ni las certezas que batallo,
ellos no saben de mí lamento.

Ellos no escuchan mis latidos,
ellos solo se sirven de mis bramidos.

Dicen que trastorno repelente soy. 

Acusado de demente allá donde voy.

Amarga sensación me invadió,
mí corazón de un hálito
desagradable se inundó
provocando un ahogado mito.

Aquella fría y siniestra noche
vi el dolor, el temor y la pérdida.
Este trío se alojó en mí sin derroche
y se aferró a mi alma ya vencida.

Dicen que trastorno repelente soy. 

Acusado de demente allá donde voy.

El dolor que quebranta huesos
y retuerce vanidoso las almas.
Sensación desagradable en los sesos,
la molesta sensación de tibias armas.

El temor que estremece tu ser
y emerge arraigado en tus latidos.
Sensación escalofriante de no ver,
la susurrante sensación del nido.

La pérdida que sin pavor te acongoja,
y extirpa petulante la existencia.
Sensación orbitante que te desaloja,
la inerte sensación de clemencia.

Dicen que trastorno repelente soy. 

Acusado de demente allá donde voy.

Será, pues, que ellos no conocen

ni el dolor que retuerce vanidoso,

ni el temor que emerge arraigado,

ni la pérdida que extirpa petulante.

Dicen que trastorno repelente soy,
ellos no escuchan mis latidos.
Acusado de demente allá donde voy,
ellos solo se sirven de mis bramidos.

Vivirlo no es serlo.

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Ella: ¿Pero qué te paso?

Él: Saber la verdad únicamente te hará sufrir.

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GÉNERO: Terror
DISPARADOR: 9

Espero que os agrade el primer poema, poco a poco vais a ir entendiendo la estructura de este peculiar libro, si os gusta no olvidéis votar, comentar y compartir. Si has llegado hasta aquí ya te estoy eternamente agradecido.