Capítulo XVII - Sueño del ayer

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


Fue un día de tormenta. Me encontraba en cama. Eran las 8:00 A.M y me levanté para ir a la universidad. Me encontraba sin apetito, pero mi madre me había preparado el desayuno para llevármelo.

Al salir de casa, la lluvía arremetía cada vez menos, pero no dejaba de alejarse la tormenta. El cielo, muy apagado y sin color alguno, me miraba atentamente mientras caminaba hacia la universidad.

En el camino me encontré varias personas que me saludaron, e incluso, un gatito esconderse bajo la lluvia. Parecía un día feliz, pero había algo que no dejaba de preocuparme, estaba alerta ante cualquier situación, tenía la certeza de que algo no iba bien.

Al llegar a la universidad, me encontré con el amor de mi vida, Koemi. Ella estaba allí, quieta junto a la ventana, esperándome para ir juntas a clase y de ese modo, poder reir juntas y estar siempre unidas. Eran en momentos como aquel, donde nos pasábamos el diario para que lo fuéramos escribiendo día a día, en caso de alguna novedad o palabras que solo en nuestros corazones podían estar.

Al terminar la primera clase, me levanté y fui camino a la biblioteca. Koemi me preguntó si quería que fuera conmigo, pero le dije que volvería en un momento.

Caminaba por el pasillo, iluminado y con buen ambiente alrededor. Al llegar a aquel pasillo que describía la entrada a la biblioteca de la universidad, paré mis pasos. Mi cabeza me dolía, me empezaba a dar todo vueltas y no era capaz de reaccionar ni de fijar la mirada a ningún punto.

Confundida y algo mareada, me aproximé a la ventana más cercana que encontré, justo a unos centímetros de la biblioteca. Abrí las ventanas y empecé a respirar aire. El clima me aliviaba, me calmaba.

Cuando creía que todo iría mejor, que empezaría a recuperarme de todo aquello, me empezaba a faltar la respiración. No era capaz de controlarla, me quedaba sin aire y necesitaba ayuda.

- Umi: A..ayud...a.

Mi piel empezaba a helarse, una fuerte tormenta se estaba acercando de nuevo, y la fuerte lluvia volvía a arremeter contra mi. Me acerqué a la ventana, confundida y sin aliento. Me faltaba aire para respirar y solo podía pensar en que Koemi estuviera conmigo en ese momento.

Las nubes estaban enfadadas, la tormenta gritaba con fuerza y los rayos luminosos parecían decirme algo. Tenía miedo, miedo de morir en aquel lugar y no poder ver más a mis seres queridos, a mis padres y Koemi.

Cerré los ojos por un momento y sin apenas aire para respirar, recordé la historia de mi vida y la empezaba a ver delante de mí.

Pude haber hecho algo mejor, pude salvarte Umi, me faltaron fuerzas para sostenerte de aquella ventana. Pude haber gritado ayuda y que hubieran venido a salvarnos. No fui capaz de salvarte, es algo que viajará conmigo eternamente, no pude Umi, lo siento tanto.

Cuando te vi que ibas camino a la biblioteca, me levanté y decidí ir contigo aunque ya te habías ido. Empecé a buscarte, y al no encontrarte, fui también a la biblioteca para ver si ya habías llegado. Te encontré cerca de la puerta, junto a la ventana abierta.

Tus zapatos estaban en el suelo, y tu estabas allí de pie, subida a la ventana. No pude pensar, actué. Fui corriendo a salvarte de la caída Umi, era lo primero que mi corazón me dijo. No podía pensar en perderte allí, no podía.

Conseguí alcanzar tu mano, y te miré a los ojos. Intentaba hacer que despertaras, que me ayudaras a salvarte, pero la fría y fuerte lluvia me dificultaba sostenerte por mucho más tiempo. Tu mano empezaba a alejarse de la mía, tus ojos empezaban a distanciarse de los míos, nuestros cuerpos Umi, empezaban a separarse, y nuestros corazones comenzaban a encenderse en una llama interior que solo nosotras podíamos ver.

Supe en ese instante, que el reloj de la vida empezó a quedarse quieto. El tiempo se había detenido. Las manecillas, lentamente llegaban al final del tiempo, al final del lugar de las esperanzas y los deseos. La vida anunciaba el final de nuestros días, pero la muerte esperaba para anunciar el principio de algo.

Mis últimas palabras fueron, prometer encontrarte allá donde estuvieras, para no dejarte sola nunca más.

Pude encontrarte y escuchar tu corazón una vez más en aquella habitación.

- Koemi: Umi. Ti..enes que lu..char. Prométem..e que lucharás. Ti..enes que buscar, una salida Umi. Tienes que llegar a ca..sa y cu..mplir tus sueños. Yo ten..go que descansar, cu..mplí mi sueño y mi prom..esa, encon..trarte a ti Umi, y deci..rte que te, que.. yo.. te quiero y siem..pre lo hice.

Desperté en la fría oscuridad, recordando a Koemi.

                                                                    -27-

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro