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Querido diario:

Las citas con el doctor se volvían frecuentes, cada vez era más difícil ocultarlo a todos  .
Los hematomas crecían y resaltaban a la vista, mil veces me preguntaban si me golpeaban .
Aún a mis 19 años no había podido disfrutar de la vida , tenía que estar encerrada, cuidando mi salud y evitando hacer cosas que me causaran aún más fatiga de la que ya me provocaba la enfermedad.

A los 7 años fui diagnosticada con leucemia linfocítica crónica, era una de las más comunes, y si , tenía tratamiento, pero era agotador .
Las personas diagnosticadas con esta enfermedad generalmente mueren con la enfermedad y no de ella , pero ocurren ciertos casos en que  a las personas no les funciona el tratamiento, y ese era mi caso .

Estaba asistiendo a las quimio con más frecuencia, y mis padres se veían cada vez más aterrados.

Esta mañana el doctor se quedó hablando con ellos , ni siquiera me han dirigido la palabra, sólo me miran con anhelo, como si fuese un cristal , al que si tocan se quiebra.
Caminamos con rumbo al parque, me gustaba ir allí cuando salía de las consultas, me encantaba sentir la brisa en mis cabellos y mi cara , ver el mar.

Odiaba a la gente, no me gustaba el contacto físico, sólo permitía el de mis padres y de vez en cuando, era algo que consideraba innecesario.

Y allí en ese parque mis padres me dieron un abrazo tan fuerte como nunca, o bueno si , como aquella vez cuando nos enteramos de mí enfermedad. Me presentí lo peor ,pero  pretendí que nada pasaba,  pero mi madre comenzó a llorar , mi pecho se apretó por un momento, odiaba verla así, odiaba sentir su llanto en las noches , sus cuidados extremos, sólo quería ser normal , una vida normal , no estar en esa burbuja , siendo esa figurilla de cristal que nadie podía tocar .

Mi padre me sujetó de los hombros..

—Te quedan solo siete meses cariño.

Mis oídos zumbaban, mi corazón empezó a latir de manera descontrolada y un nudo amenazaba con formarse en mi garganta.
No podía aceptarlo, porque tan poco , ni siquiera era un año , sólo siete putos meses, de que servían.
Las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos y me aborrecía a mí misma por hacerlo frente a ellos, nunca lo hacía, quería que ellos me vieran fuerte , pero fue inevitable.

Durante todo el camino a casa , sólo miraba al suelo , me era imposible pronunciar palabra , el nudo que estaba en mi garganta era inquebrantable.
Me encerré en mi habitación y no salí en el resto del día , mis padres estaban preocupados , pero me dieron mi espacio, sabían que odiaba que alguien estuviese cerca mío , no soportaba a esas personas empalagosas que repartían amor a cuánto ser viesen , era repugnante.

Lloré toda la noche ,lloré hasta que mi garganta quedó ardiendo y mis ojos secos.

..se habían agotado las lágrimas..

Ya sabía lo que tenía que hacer.

Busqué en los cajones una pequeña libreta que había recibido de regalo alguna vez y anoté cada cosa que quería hacer antes de morir , las haría , cada una , sin importar cuán arriesgada fuesen , las haría , no me arrepentiría cuando me fuera , sonreí, y comenzé a anotar cada cosa que imaginaba posible y que hacía que mi corazón latiese de emoción.

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