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Querido diario :

Mi cara irradiaba felicidad,.mis padres estaban sorprendidos por el cambio tan repentino, desayuné felizmente y les conté que haría lo que me apeteciese  y que quería asistir un tiempo a clases.

Por motivos de mi enfermedad mis clases siempre fueron en casa , mis profesores venían de vez en cuando o me impartían clases en línea, además del claro motivo que detestaba la gente , pero en el fondo , muy en el fondo , deseaba vivir la vida de un adolescente normal .
Mis padres no se opusieron a la idea , pero se notaban bastante preocupados. Igualmente me preparé en lo que ellos informaban a la escuela, les pedí que no comentaran nada acerca de mi enfermedad y así se hizo.

En el camino solo escuchaba música ,y evitaba chocar con algún humano , ¿ Estaba mal querer más a los animales que a las personas? , a mí juzgar me parecía perfecto, y con ese concepto me he mantenido desde siempre.

La escuela, era muy hermosa, pero simple , llena de estúpidos seres detestables, regando sus fluidos y riendo sin alguna razón aparente . A medida que entraba me miraban raro , era la primera vez que iba y ya me juzgaban, aunque la mirada que les dirigía yo debió ser mucho peor , a juzgar por sus caras.

El salón estaba en el cuarto piso , era genial, y a la vez dañino, debía evitar a toda costa la fatiga , pero ya daba igual , moriría igualmente, así que subí aquellas escaleras con más ansias que nunca.

Al llegar estaban todos ahí , la profe al frente ya la conocía , era una de las que iba a mí casa para impartirme las clases, ni siquiera me presenté, sólo caminé hasta uno de los puestos cerca de la ventana, notando por el rabillo del ojo como todos me miraban.
En mi mesa había un chico , se notaba que era bastante alto  aún sentado, era muy guapo y tenía una sonrisa deslumbrante, justo lo que más detesto, personas que me sonríen cuando ni siquiera me conocen.
La maestra le dijo a todos mi nombre, y que era una estudiante de traslado, que solo pasaría algún tiempo y luego me iría .
Sentí la mirada de todos posada en mi , pero los ignoré, era mi profesión hacerlo, y admito que me encantaba. Todos desviaron su vista en cuanto la profesora empezó la clase , todos, excepto este idiota que está al lado mío , aún me miraba como si estuviese algo en el rostro. Me molestaba , mucho, quería que dejara de hacerlo, pero tampoco quería dirigirle la palabra, así que solo lo observé fijamente hasta que desvió la mirada

¡ chico tonto!

Las clases terminaron cómodamente, al parecer la escuela no era un sitio tan asqueroso como yo pensaba.
Y si , tres segundos para que retracta lo dicho , venían acercándose un grupo de personas , ya las odiaba ,y ni siquiera me habían hablado, al parecer no venían a por mí, sino por este chico , que al parecer es muy popular , yo lo veo ridículo, pero que se le va a hacer.

La siguiente media hora me dediqué a mirar por la ventana, era hermosa la vista , se sentía una paz , pero no , era demasiado perfecto como para ser real , mi querido compañero decidió que socializar era una excelente idea.
No entendía porque sonreía tanto, no me interesaba para nada hablar con el así que lo ignoré, pero siguió ahí .
Sólo salí de allí, realmente solo quería vivir la vida de una adolescente normal, en mis planes no estaba incluir más personas en mi círculo social .
El al parecer tenía otra idea , porque comenzó a seguirme hasta que llegamos a la azotea.

—Realmente no me recuerdas.

Me extrañó tanto que me dijera eso, era demasiado raro , jamás en mi vida lo había visto, o no que yo recuerde , en su opinión, yo lo conocía hace mucho tiempo, concretamente hace doce años.

Mi mente viajó en ese instante, ese día , aquella tarde .

Fue el día de la consulta, cuando me diagnosticaron de la enfermedad.
Recuerdo que salí corriendo de la consulta, subí las escaleras, mi pecho se comprimía , el aire me faltaba , pero quería escapar , sentí la voz de mis padres llamandome , pero seguí , llegue hasta la azotea y me quedé ahí un buen rato ,hasta que sentí unos sollozos, provenían del otro extremo de la azotea,
Allí estaba , un pequeño niño , sus ojos estaban rojos , su cabello era un desastre al igual que su ropa . Me entristeció verlo así ,  y a pesar de no gustarme el roce humano ,lo abracé, lo abracé tan fuerte que sentía como se hacía pequeño entre mis brazos. Sus lágrimas cesaron , le pregunté que le sucedía , tardo unos minutos hasta que finalmente habló .
Su padre había muerto, me contó que tenía una enfermedad en la sangre que se le había empeorado con los años, y que acababa de fallecer , mi corazón se aceleró de una manera sobrehumana, era como yo ,
¿ y si algún día me sucedía lo mismo?

Me mantuve firme , y estuve con ese niño hasta que pudo calmarse ,luego bajamos y nuestros padres estaban allí , se veían preocupados.
Cada uno tomó un camino diferente, nuestras manos se dijeron adiós tan emotivamente, que el destino decidió volvernos a juntar.

Días después paseaba por ese parque que tanto me gustaba , en realidad era un sitio que irradiaba paz , iban pocas personas así que era perfecto.
Entonces lo vi , estaba rodeado por un montón de niños que lo golpeaban y lo insultaban , pensé en dejarlo estar , no era mi asunto, pero algo en mi interior hizo que me levantara y caminara hacia allí .
En realidad no les temía a ninguno , era todo lo contrario, esos niños pensaban que era una especie de fantasma , así que solo me tuve que acercar lo suficiente como para que salieran huyendo.
El chico me miró con ojos cristalizados, y un gracia titubeado salió de sus labios.
Se sentó junto a mí sin pronunciar una sola palabra.

Así pasaron los días , cada tarde iba al parque y se sentaba junto a mí sin pronunciar palabra.
Un día , sin pensar, le conté sobre mi enfermedad,el ni siquiera pestañeó, no era la reacción que esperaba , y menos de su parte, eso llamó mucho mi atención, y a partir de ahí nos hicimos buenos amigos, jugábamos, asustabamos a otros niños solo porque a mí me divertía y empecé a reír otra vez .

Pero la felicidad es un corto período de tiempo, en donde el destino te hace ver que aunque alguien aparezca , siempre terminarás solo,

y el se fue .

Un día dejo de aparecer en el parque, y así pasó toda una semana,luego un mes y así pasaron los años.
Ahora ese niño está parado frente a mí , y por primera vez en mi vida me quedo sin palabras.

Ni siquiera sabía que decirle, en realidad si , tenía una duda , ¿ porqué se había marchado?, pero era incapaz de emitir cualquier sonido .
El respondió a esa duda, dijo que esa última vez que nos vimos su madre comenzó a estar mal , y tuvieron que partir hacia otro país junto con sus familiares, que por eso no se había despedido, que cada día me extrañaba , y que sólo imaginaba el volver a encontrarme.
Mi corazón empezó a bombear de una manera desconcertante, era muy raro sentirme así .
En un intento de abrazo me aparté, aunque nos conociéramos,iba a fingir que no lo hacía , no quería a nadie cerca , igual me iba a marchar pronto.

—¿Cómo vas con tu enfermedad?

Esas cinco palabras me  sacudieron desde lo más profundo de mis entrañas , lo recordaba , aún recordaba que estaba enferma, era incluso peor , tenía que alejarme más de él .
Me fui de allí tan rápido como pude, y sabía que , ese chico era persistente , sabía que ya me había enamorado esa vez de pequeños, y ya sabía que mi oscuro corazón se había acelerado al recordarlo.

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